Keep Your Hands Off Eizouken! (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2020). 12 episodios. Midori, Tsubame y Sayaka forman el club de instituto Eizouken (club de investigación audiovisual), para convertir sus sueños de crear un proyecto de animación en realidad. Midori es muy nerviosa como para realizarlo ella sola. Ella conoce a Tsubame, una chica con la que parece llevarse bien, pese a sus artísticos sueños de convertirse en animadora. La mejor amiga de Midori, Sayaka, tiene el olfato financiero coo para poner el proyecto en marcha y también se une a la aventura.
Detalles de la película
- Titulo Original: Eizōken ni wa Te o Dasu na! (TV Series)aka
- Año: 2020
- Duración: 22
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te detallamos un listado de opciones de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
7.6
30 valoraciones en total
Masaaki Yuasa no sólo es un gran director de anime, o una de las mentes más originales que nos ha dado el tiempo. No, a pesar de ser un gamberrete (Mind Game y Devilman Crybaby son buenos ejemplos), parece que tiene un corazón de oro. Porque ha de saberse que Eizouken surgió a raíz de una proposición por parte de un fan en la que se flirteaba con la idea de que Yuasa adaptara el manga, ¡y así fue! No es lo habitual precisamente, y el resultado es un fenómeno entre la comunidad otaku por numerosas razones que ahora expondré.
Empecemos por un elemento básico: a pesar de que es cierto que Yuasa no es indiferente a anteriores trabajos donde la sexualidad está presente, nunca la ha usado como mero fan-service o en modos tan típicamente pervertidos de los nipones. No, Eizouken, a pesar de poseer una trama de colegialas, ni siquiera se entretiene con romances. Trata sobre un grupo de amigas que quieren hacer realidad su sueño: realizar un anime. Se centra en su relación de amistad y las aventuras y desventuras por las que han de pasar durante el proceso creativo. Y es genial que así sea. Sus personajes, tanto en su diseño como en su personalidad, destacan por su carisma y consiguen que te enamores de ellos casi al instante.
Quiero recalcar, ahora, ciertos aspectos secundarios que, en suma, conforman un total artístico que consigue alegrarte el día. Vaya por delante que la atmósfera de este anime es fresca, como unas vacaciones con tus amigos en agosto. Logra eso mediante una banda sonora genial, unos efectos de sonido que no son otra cosa que ruidos humanos (en las secuencias donde se vuela a través de la imaginación de la protagonista), y una filosofía que alienta a los que poseen voluntad artística a trabajar duro en tus sueños. Es, además, una preciosa y luminosa oda al espíritu de la juventud, la imaginación y al trabajo en equipo.
En definitiva, Eizouken es un ejercicio metacinematográfico hecho por fans del anime para fans del anime sobre fans del anime. Y con un corazón friki muy grande.
Hay muchas películas sobre el acto de hacer cine: Ed Wood, Boogie Nights, American Movie, etc. Estas tienden a ser bastantes populares y reverenciadas tanto por la prensa como por el público, entre quienes su servidor se incluye. Sin embargo, salvo contadas ocasiones como Shirobako, Girlish Number, y hasta cierto punto Bakuman, no ocurre lo mismo en el mundo del anime. Este uno de los principales atractivos de Keep your hands off Eizouken, pero no el único.
La historia nos ofrece una mirada sobre la relación casi antagónica entre la pasión y la eficiencia, y la necesidad de encontrar un balance entre estas dos fuerzas para hacerse paso en el durísimo mundo de la animación. Este aspecto se expresa de forma magistral en la relación y las dinámicas de las tres protagonistas, Asakusa, Mizusaki y Kanamori. Asakusa es la directora del grupo, y se especializa en la construcción de mundos, pero esto la lleva a veces a descuidar la historia. Mizusaki es la animadora, obsesionada con el movimiento, al punto en el que gasta demasiada energía en la representación minuciosa de estos. Como las jóvenes artistas que son, ambas chicas son soñadoras que viven en un estado de juego constante, construyendo a cada paso mundos imaginarios que buscan plasmar en un anime. Y en este juego, Kanamori, la productora, es quien se encarga de que los proyectos se mantengan a flote, ya sea reuniendo los recursos materiales, negociando con las autoridades escolares, o haciendo bajar a la tierra a sus compañeras para completar sus plazos de trabajo o cuando sus ideas se vuelven demasiado ambiciosas para lo que pueden hacer en el momento. A pesar de su temperamento serio y calculador, entiende que también necesita darles espacio para que su creatividad fluya en determinados momentos. Para esto da sugerencias donde puede, las acompaña en sus misiones de reconocimiento por Shibahama, esta especie de Venecia Ghibliesca en la que viven, en busca de inspiración para sus cortos, y las invita a un plato de ramen de vez en cuando.
Todo esto es elevado gracias al excelente trabajo y dirección actoral. El anime televisivo nos tiene, lamentablemente, mal acostumbrados a ver adolescentes que no hablan, suenan ni actúan como tales en lo más mínimo, por lo que resulta gratificante ver una interpretación más realista.
Otro aspecto a destacar es la música compuesta por Oorutaichi, que con sus guitarras con reverb, bajo pronunciado y percusión dinámica, imprime un aire tipo surf psicodélico al mejor estilo J-rock que recuerda a otras grandes bandas sonoras como la de FLCL.
En conclusión, Masaaki Yuasa y su equipo en Science Saru, aunque de forma más restringida, hacen gala una vez más de su estilo poco ortodoxo para darle vida a esta historia de emprendimiento, creación, y búsqueda artística llevada adelante por la ambición inconsciente que sólo un grupo de camaradas de secundaria podrían tener.
Masaaki Yuasa suele ser original y diferente en sus proyectos, tanto en la animación, como en la hsitoria que se cuenta, como ya pudimos observar en The Tatami Galaxy, Ping Pong, o incluso en Devilman Crybaby. Ahora en 12 capítulos nos cuenta una historia de 3 colegialas que deciden producir su propio anime, Midori, Kanamori y Tsubame.
Y Yuasa construye 3 personajes diferentes, originales, cada uno con sus motivaciones, con los que es fácil empatizar e identificarse en algún momento, introduciendo a veces flashbacks que no se siente para nada forzados. Los largos momentos imaginativos que Midori realiza a lo largo de anime son una virguería visual, donde Yuasa da rienda suelta a los animadores, hablando del anime dentro del anime. No hay aquí fanservice, ni relaciones amorosas, ni plotwists, solo hay una historia de amistad, de esfuerzo y dedicación, y aunque suene algo cursi, una carta de amor al anime. No hay nada que reprochar a la animación, tiene un diseño distinto, original, bonito, y qué voy a decir del opening y del ending… La forma impera sobre el fondo, pero tampoco era la intención de contar una historia elaboradísima, sino mezclar el mundo de la elaboración del anime con algo de costumbrismo.
Eizouken es un homenaje a todas las personas que trabajan detrás a la hora de realizar el anime, deteniéndose en muchos momentos a analizar aspectos técnicos, como la composición de storyboards, el proceso de animación, la elección de los sonidos, y sobre todo el esfuerzo descomunal que en ocasiones extenúa a la gente que trabaja detrás de él, con diálogos y momentos que se sienten muy adultos, realistas y ácidos sobre el trabajo que realizan las 3 colegialas. Sabe cuándo ser graciosa, sabe cuándo ponerse más sentimental y también ser optimista o pesimista. Quizás podría haber ido algo más allá argumentalmente, pero tampoco se le puede reprochar.
Pero lo mejor que puedo decir de la serie es que es bastante original, es distinto al resto de animes. Creo que no dejará indiferente ni a los fans del anime en sí, o a los fans de Masaaki Yuasa.