Kartum
Sinopsis de la película
A finales del siglo XIX, en Sudán, región bajo dominio anglo-egipcio, se pone en marcha un movimiento independentista acaudillado por El Esperado , un visionario que proclama la Guerra Santa contra los infieles. Inglaterra envía entonces al mítico general Gordon para intentar restablecer la paz y el orden.
Detalles de la película
- Titulo Original: Khartoum
- Año: 1966
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
6.6
32 valoraciones en total
La fotografía, las batallas y su coreografía, el montaje, la banda sonora, y un duelo interpretativo de titanes (entre Heston y Olivier, con unos estupendos y conseguidos diálogos), conforman una muy sólida película, al estilo clásico, que no defraudará ni a los fans de Heston, ni a los del cine bélico-histórico-épico. (No en vano, el protagonista principal es un especialista en encarnar a personajes épicos-históricos).
Si te gustó Zulu, o 55 días en Pekín, por ejemplo, sin duda que esta película no te defraudará, la recomiendo.
Es una superproducción de la Metro de los años en que este tipo de películas estaban muy de moda. Está muy bien filmada con una estupenda fotografía de un original rodado por el procedimiento de Cinerama,y posteriormente pasada luego a formato Scope. Es un film que por su espectacularidad pierde en vistosidad al verla por TV. pero mantiene el interés por tener un aceptable guión y dirección, y unas interpretaciones muy ajustadas, especialmente la de Charlton Heston que se mueve dentro de uno de sus papeles más clásicos de su carrera. Ideal para pasar el rato y echar de menos aquellos años de las grandes superproducciones y de los nuevos formatos cinematográficos que revolucionaron el Cine con mayúsculas.
José Antonio ZG
Kartum es una superproducción de aventuras que narra la historia verídica de un hombre extraordinario. Charlton Heston encarna a Charles Gordon, oficial británico responsable de la independencia del Sudán. Mientras que Laurence Olivier es el Mahdi o también llamado el elegido, un radical islámico líder de las tribus árabes que pretende dominar todos los territorios árabes. Ambos actores están muy bien caracterizados, sobre todo Olivier, que gracias a un maquillaje apropiado brinda otra excelente actuación. El filme se centra sobre todo en contar el asedio de Kartum que Gordon defendió con honor y valentía hasta el final. Así mismo también denuncia la indecisión del gobierno británico a la hora de ayudar a su paisano.
La película va en la línea de Lawrence de Arabia sólo que con una trama más sencilla y menos larga. Cuenta con espectaculares batallas en el desierto, en barco o en la ciudad de Kartum, con grandes movimientos de masas y música majestuosa. La fotografía también es muy buena y el guión fue nominado al Oscar. Resumiendo, estamos ante una obra bien hecha que trata temas como el honor, el coraje, el fanatismo o la integridad y que resulta muy emocionante en la parte final cuando el personaje de Gordon acaba convirtiéndose en un referente para todos.
Como en el Islam es el hombre quién se conecta personalmente con Alá (sin que haga falta ninguna institución como la Iglesia de por medio), cualquiera puede decir que lo ha elegido, que lo que él piensa es la única verdad y que todos deben seguirle para imponerla en todo el mundo (a sangre y fuego, claro, y quién no le siga será el primero en caer), desde sus inicios ha habido muchos fanáticos como el Mahdi o Bin Laden que han creado a su alrededor verdaderos movimientos ultraviolentos (casi siempre en zonas desérticas), y en el caso del Mahdi enfadó de veras a la poderosa Gran Bretaña (que por entonces gobernaba 1/4 del mundo con un ejército pequeñísimo pero muy profesional y magníficamente armado, entrenado y motivado, que aprendan los americanos a los que su descomunal ejército está llevando a la ruina) al mandar a la reina Victoria (y luego a otros reyes europeos) una carta donde la exigía convertirse al Islam y venir a Sudán a arrodillarse ante el amo del mundo (o sea, él).
Al final se limitaron a masacrar y vender como esclavos a miles de infelices (igual que desde hace 30 años en Darfur, los talibanes tenían miles de esclavos sudaneses en sus campos y sin duda aún tienen muchos) y en Omdurmán (1898) se estrellaron (literalmente) ante los cañones, fusiles y ametralladoras salidos de las fábricas de Kruger y Maxim, como se ve en cualquiera de las muchas versiones de Las 4 plumas , donde la historia empieza al acabar la de esta película. Para mi gusto es la mejor de aventuras coloniales (que curiosamente solían ser americanas pero exaltaban el imperialismo británico, al menos hasta Zulú ), y se basa en la oposición entre 2 ideologías irreconciliables representadas por el Mahdi, un poco creíble Laurence Olivier (en esos años aún usaban a blancos para papeles de árabes o chinos, no me imagino yo a Jackie Chan haciendo del rey Arturo) y Gordon (el símbolo mismo del militar victoriano, veterano de mil campañas y además muy religioso, con la diferencia de que no se consideraba elegido por nadie), magníficamente interpretado por Heston, perfecto como militarote duro, sacrificado y austero. El final es triste pero ya lo sabemos nada más empezamos a ver la peli, es historia.
Un revolucionario árabe se autoproclama el elegido de Alá y proclama el Yihad, o sea, la guerra para liberar, unir y expandir el mundo islámico. Y como la nación con el ejército más poderoso del mundo ve peligrar su honor y sus intereses económicos, envía a su general más condecorado para controlar la situación. Pero la sombra del fracaso militar planea por las altas esferas del gobierno.
Kartum es un filme cuyo argumento encaja en la simplificada sinopsis anterior. Sin embargo, es mucho más. Es una detallada narración de los episodios militares y las intrigas políticas que dieron lugar al dramático sitio de la capital de Sudán en 1885. Básicamente, se compone de múltiples escenas de entrevistas del general Gordon (Heston), cuya misión encomendada es evacuar Kartum, con el resto de personajes de la película, entre ellos el Mahdi (Olivier), el esperado, revolucionario islámico. Así, todos los acontecimientos se revelan al espectador en escenarios cerrados mediante conversaciones. Solo cuatro batallitas aisladas, rodadas sin excesivo ardor, rompen con los brillantes y omnipresentes diálogos.
Kartum es, por último, un convincente retrato de una persona verídica, el General Charles Gordon para los británicos, Gordon Pachá para los sudaneses, al que se representa como hombre místico con madera de héroe, militar indisciplinado, muy aficionado al coñac con soda, patriota y vanidoso, y con un careto tan viril como el de Charlton Heston.