Juegos, ídolos y LSD
Sinopsis de la película
Durante tres horas fluyen corrientes invisibles, culturas y tiempos que unen a los hombres entre sí. El film pasa por Toronto, Nevada, Suiza, el sur de la India… Un aroma de éxtasis, de estética, de sexo, polvo y divinidad. Un cuadro hecho de asociaciones extraídas de nuestras aspiraciones infinitas a encontrar la sustancia vital. El viaje de un cineasta que superpone el documental a la lógica, al lirismo o a la música, en un intento de reencontrar el sentido de lo maravilloso en lo cotidiano.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gambling, Gods and LSD
- Año: 2002
- Duración: 180
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Opinión de la crítica
Película
7.5
40 valoraciones en total
Buenas a todos! es mi primera crítica en filmaffinity después de unos años como visitante y votante. Escribo por primera vez debido a la necesidad de contar lo que he sentido a la salida del cine, unido a que nadie había hablado de esta peli por aquí y que ni tan siquiera tenía puntuación.
Estaba aburrido en casa y me dió por mirar la programación del doré, y me encontré con esta rareza de título atractivo y seductora sinopsis, que prometía mezclar la experiencia psicodélica con la religiosa, a través de un viaje de un chalado canadiense que acaba resultando un genio.
Efectivamente, esto es lo más parecido a irse de viaje sin tomar un tripi. Tras una yonki y un peta en Antón Martín, ya abierto de mente, cosa imprescindible para el visionado de esta cinta, tome asiento ingenuo de lo que me esperaba en las próximas 3 horas.
Como dice el título de la crítica, es dificil de explicar con palabras. Aunque esta categorizado como documental, va más allá, y a través de recursos documentales propone una experiencia única, al menos mística para el que no religiosa, profundizando en las personas y el entorno a través de una percepción muy rara, difícil de describir, especialmente para el que no haya disfrutado de un viaje triposo.
Para ello, la peli, que se puede dividir en tres partes acaecidas en tres diferentes continentes, concretamente en Toronto, Las Vegas, Zúrich y el sur de la India, va mezclando las imágenes documentales de la vida cotidiana de personas concretas y colectivos, familias, amigos, personajes más o menos famosos,etc…con grabaciones que rozan lo casero y entrevistas muy íntimas que te hacen creer conocer a sus protagonistas, en ocasiones creer llegar a ver sus almas (psicodelia= alma y manifestar), a través de sus historias, que siempre giran entorno a la vida y la muerte, la religión, las drogas, el sexo y todo lo que rodea a la locura del ser humano.
Para lograr esta experiencia, a parte de los personajes muy bien elegidos, muchos de ellos espontáneos, paisajes y bonitos planos, la peli se vale de muchos recursos de cámara y montaje, además de una banda sonora de música experimental del rollo Brian Eno que contribuye mucho al viaje.
Hay momentos en los que se hace larga, hacía mucho que no iba a mear en medio de una peli, pero si te metes en el asunto, se disfruta muy lentamente, como todo buen viaje, con altibajos pero siempre placentero.
A la que salí del cine y hasta que digerí lo que acababa de ver, estuve durante un rato sumido en una especie de estado de catatonia, tras el cual poco a poco, y todavía es pronto, he empezado a ir comprendiendo de qué va la peli. Como con los buenos tripis, durante los días posteriores al viaje iré descubriendo las perlas que ha dejado escondida esta experiencia en mi cabeza.
Mettler se embarcó en una gran aventura que ni él mismo sabía qué le iba a deparar. Diez años de aventura y trabajo divididos en dos partes: Una primera buscando financiación e información, no dejando ningún fleco suelto, para una segunda de viajes y más viajes, de filmación tan real como las historias que en el metraje aparecen (más otras muchas horas de montaje).
El autor nos lleva a Toronto, a Las Vegas, a Suiza y a la India, buscando historias, encontrando la condición humana en cada una de ellas, casi todas de manera improvisada…O no, puesto que Mettler no sabía de su existencia, pero sí que estaban presentes cada una en su lugar, él sólo tuvo que estar allí con su cámara y su equipo para traérnoslas.
Pero…¡Y cómo las trae! Desde su perspectiva poética, tanto visual como sonora, de esa realidad latente, de esas personas y de su trasfondo a través de los pilares del documental: La ambición del ser humano por alcanzar el placer y ser verdaderamente humanos, de las formas que tenemos de recrearnos en nuestro sentido más primigenio que es alcanzar el placer.
Si bien es cierto que tres horas de duración se puedan hacer pesadas en ciertos momentos, eso sí, cuando menos te lo esperes puedes perderte planos asombrosos que explican todo el entramado de emociones que quiere transmitir el autor.