Jekyll & Hyde (TV)
Sinopsis de la película
En las calles de Londres una escurridiza figura ha despertado el temor de sus habitantes. Se le achacan varios asaltos a mujeres, incendios e incluso asesinatos. La policía cree haber identificado al sospechoso y lo persigue, pero en su huida empuja a un muchacho que cae bajo los cascos de un caballo y resulta gravemente herido. Un testigo del accidente lleva al joven herido hasta la cercana casa del doctor Henry Jekyll (Michael Caine), que consigue operarlo y salvarle la vida. Sin embargo la reputación del doctor Jekyll está siendo cuestionada por sus propios colegas -entre ellos el doctor Lanyon (Joss Ackland)- a causa de los heterodoxos experimentos de Jekyll: utiliza drogas y sustancias extremadamente peligrosas en su obsesiva búsqueda de un remedio para las enfermedades mentales. Su investigación debe quedar en suspenso cuando el siniestro personaje ataca y viola a Sara (Cheryl Ladd), la mujer de la que Jekyll se ha enamorado tras reponerse de la trágica muerte de su esposa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jekyll & Hyde
- Año: 1990
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
5.7
91 valoraciones en total
Pésima adaptación libre de un gran clásico que tuvo más fortuna gracias a la pericia de Renoir ( Le testament du Docteur Cordelier , 1959) o al respeto de Fleming ( Dr. Jekyll and Mr. Hyde , 1941), por poner dos ejemplos.
Acartonada hasta lo insospechado, repleta de saltos de guión y con personajes huecos, interpretaciones sobreactuadas y un final que supone un giro forzado para su pretendida narrativa.
Para empezar: aunque sea un telefilm (con la carga peyorativa que ya suele tener la palabra, sobre todo cuando no es la primera película que adapta la novela de Stevenson) es mejor que algunas películas que he visto y que adaptaban la misma novela. David Wickes desarrolla la historia hacia unos extremos muy interesantes: Jekyll confiesa ser Hyde sin dificultad, se muestra pesimista respecto a la sociedad del futuro, aparecen sus padres, aparece un conflicto entre la ciencia oficial (la representada por Joss Ackland) y la ciencia más vanguardista (la representada por Michael Caine), aparecen tensiones clasistas y sociales seguramente muy verosímiles en la Inglaterra victoriana…y las mujeres poseen mucha más importancia y relevancia que en otras versiones (exceptuando la de Roy Ward Baker, claro, porque es una versión excepcional) y que en la propia novela.
Con más presupuesto, y con una actriz protagonista mejor que Cheryl Ladd, hubiera sido una película aún mejor ( o un telefilm aún mejor). De cualquier modo, sólo por la interpretación de ese grandísimo actor que es Michael Caine, vale la pena ver esta versión…bastante original.
Ingeniosa versión, también original, inesperada y valiente de la novela de R.L. Stevenson que encuentra en M. Caine a su mejor valedor porque su interpretación proporciona cumplida respuesta a los requerimientos de la doble personalidad y a ambas se enfrenta con idéntica actitud eficaz y convincente.
También C. Ladd asume su compromiso y su respuesta en la pantalla resulta igualmente rotunda y persuasiva.
La película es directa y sin ambages, huye del planteamiento convencional, el guión confiere dinamismo y atrevimiento no sólo conceptual sino también formal y la puesta en escena encuentra siempre un modo competente para resaltar los detalles más importantes.
Y la mano de D. Wickes pone la guinda de la exquisitez en un contexto de por sí cargado de intenso dramatismo.
De las pocas adaptaciones de la novela de Stevenson que deciden no centrarse en la propia acción de la novela. Ésta parte de un final alternativo y desarrolla una historia posterior (en la que Jekyll no muere, se casa con su amada, y es esta la que muere misteriosamente, de ahí comienza el film).
Dicho planteamiento es, a mi forma de ver, valiente, es lo que se le pide a un supuesto remake de algo muchas veces adaptado, que no se limite a reproducirlo de nuevo con los medios de su época. Si uno quiere ver una fiel adaptación vuelve a Mamoulian…
Incluso un Michael Caine en su peor época cumple sobradamente con lo que su papel requiere.
Los problemas surgen cuando aparece cierto empeño en teatralizar la historia relatada, con unos amores imposibles, unos personajes que se encubren y un Hyde caracterizado como un monstruo totalmente desfigurado (cuando en la novela, su fealdad no le impedía pasar por un humano normal ).
La escena final es de traca.
En esta versión del relato de Stevenson, el Dr. Jeckyll se echa una novia (americana, por cierto) a la que lega toda su fortuna. Como versionar es un derecho inherente a los contadores de historias ajenas, pues tampoco pasa nada por cambiar un poco el argumento. El problema es que Hyde, heredero natural de los bienes del buen doctor y hombre de maneras algo bruscas, le toma inquina a la muchacha, haciéndole pagar su extraña intromisión.
El caso es que este señor Wickes tuvo la osadía de convertir tan digno relato de terror en un folletín romanticón, con sus inconcebibles secuencias musicales en las que los enamorados hacen cositas juntos, partiéndose de risa y mirándose alelados. Que sólo les falta perseguirse alrededor del tronco gordo de un árbol, o a lomos de sendos caballos blancos por la orilla del mar. Un poco hortera todo. Por no hablar de los austeros efectos de maquillaje, culminados en ESE PLANO FINAL, POR DIOSSSS. Algo inaudito.