Insidious: Capítulo 2
Sinopsis de la película
Josh y Renai Lambert se han mudado con sus hijos a la casa de Lorraine, la madre de Josh, esperando olvidar el pasado y comenzar una nueva vida. Pero pronto la familia empieza a percibir extrañas visiones y fenómenos amenazantes que los obligarán a desentrañar un oscuro secreto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Insidious: Chapter 2 aka
- Año: 2013
- Duración: 105
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargarte una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te citamos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
5.6
53 valoraciones en total
The Conjuring no es sólo una de las mejores películas que ha dejado 2013, sino también una de las producciones de género más sólidas en muchísimos años. No obstante, James Wan se guardaba bajo la manga otra producción que se intuía menor, casi innecesaria. Bueno, Insidious: Capítulo 2 no juega a ser importante, ni fuerza su relevancia, pero es una secuela dignísima que además supera en muchos aspectos a su predecesora. Para empezar, su estructura es completamente cambiante, orgánica, alejándose del familia llega a una casa encantada… para presentar varios conflictos simultáneos y resolverlos en paralelo. Así, partimos del final de la primera Insidious (2010) para explorar los traumas de los Lambert y cómo han progresado desde que lo sobrenatural irrumpiese en su día a día.
Lo verdaderamente importante del film es que Wan (apoyado cómo no por Leigh Whannell) nos tiene preparada una aventura por la casa del terror bastante difícil de obviar, u olvidar. El porqué funciona tiene mucho que ver con su falta de prejuicios en un sentido global, y es que toda su ambición se enfoca hacia un punto concreto que podría resumirse en la palabra locura : líneas temporales, planos de realidad, todo convergiendo en una película ambiciosa, sí, pero tan libre como puede serlo, sin miedo a caer en el ridículo. Y es que, aún admitiendo que me da igual si todo lo que se muestra tiene o no sentido (ojo, fans del lápiz y papel y los apuntes durante los films), como juego funciona. Es referencial -a la obra de Wan, al primer film, al cine de género- pero además, recurre una vez más a las señas de identidad tales como el uso de muñecos, la presencia de las puertas que esconden algo más que la oscuridad, los (ligeros) golpes de humor en un contexto de humor y compañerismo, amén de un reparto perfectamente entregado a la causa.
Insidious Capítulo 2 no es Expediente Warren (The Conjuring) pero no hace falta: es una película de terror fantásticamente facturada, en la que hay que dejarse llevar para disfrutarla en su totalidad, sin ningún tipo de prejuicio y sin tomar al espectador por gilipollas. Si os gustó la primera, esta es mejor. Más loca y menos convencional, pero mejor.
Tras arrasar en la taquilla americana, que casi ha reventado, el segundo capítulo de Insidious retrasa su estreno en España para después de la premiere en Sitges. En esta ocasión, la familia Lambert, Josh (Patrick Wilson) y Renai (Rose Byrne) se mudan con sus hijos a la casa de Lorraine (Barbara Hershey), la madre de Josh, tratando de olvidar el pasado y empezar una nueva vida lo más alejados de lo paranormal que les sea posible. Pero pronto la familia entera empieza a experimentar las visiones y fenómenos amenazantes que ya les angustiaron tiempo atrás y que les obligarán a desentrañar el oscuro secreto que les ha dejado peligrosamente conectados con el mundo espiritual, esta vez sin la ayuda de la medium, magnífica, de la máscara de gas. La película empieza precisamente donde acaba la anterior lo cual nos facilita la sensación de recuerdo y continuidad, cuando el equipo de la medium fallecida entra a su casa a recoger unos objetos y entre unas cajas encuentran el expediente grabado de Josh Lambert de los 80. En el visionado de la cinta se aprecia cómo la presencia de ese ser malvado con aspecto de anciana de negro ya estaba en la casa con él de niño. Volvemos de nuevo al presente y renai está siendo investigada por esa extraña muerte en la que parece haber intervenido mano humana. Aunque el policía no da crédito a las palabras de Renai el caso se acaba archivando cuando se determinan que a pesar de los rasguños del cuello de la mujer, la causa de la muerte es natural. Todo parece volver a la tranquilidad, pero el genio de Wan no nos da un solo minuto de respiro y las cosas se ponen muy, muy feas. Lorraine escucha voces, Renai el piano y el vigila bebé de su hija, y los niños, que juegan a comunicarse con latas y un hilo hablan estando separados. Todas las sospechas caen directamente sobre el padre, que como ya vimos en la película original acababa poseído por la malvada señora de negro, incluso el hijo mayor una noche le descubre hablando solo. Pero la situación es aún mucho más terrorífica que en aquella ocasión, pues los lazos que han quedado sujetos con el mundo espiritual les lleva a un mundo mucho más tenebroso y oscuro.
Era una papeleta enfrentarse a hacer una secuela de una película que ha marcado a nuestra generación y salir airoso. Por otro lado las críticas no eran demasiado buenas y sabía que me enfrentaba a una decepción terrible, pero amigos, Insidious 2 es una película de género soberbia, maravillosamente interpretada, guionizada y dirigida y que mantiene la tensión del espectador en sus 100 minutos sin decaer un solo segundo.
Lo mejor: Vuelve a lograr explotar el terror en su estado más puro.
Lo peor: Alguno de los sustos sobra.
http://elcuervoenteradillo.blogspot.com.es/2013/09/critica-insidious-2.html
Este segundo capítulo de Insidious ha conseguido atraer mi atención y confundir en ciertos momentos mis expectativas. Y es que esta película es una continuación directa de la anterior entrega: una película por momentos brillantemente tensa y con sustos para el recuerdo, pero que en seguida palidecía en su segunda mitad. Me esperaba la verdad que este capítulo 2 fuese flojo. De algún modo, los trailers no me llamaron tanto ni me parecieron tan sombríos o tenebrosos como los de la primera. Ni qué decir de la crítica especializada (en el fondo, gente que habla) que la anda maldiciendo y destrozando por ahí. De lo que no cabía duda era que iba a verla. Y una vez vista, tengo unas cuantas cosas que decir.
Respecto al argumento: Tras los eventos de la primera entrega, la familia Lambert trata de pasar un periodo de tranquilidad, intentando alejarse de los traumáticos eventos que vivieron en su casa familiar. Pero cuando se trasladan a vivir con la madre del padre de familia, Josh, éste parece tener algunos cambios raros de cara a su familia, mientras la mujer Renai continúa siendo testigo de eventos en la casa. De buenas a primeras, el argumento es menos llamativo que el de la primera entrega. Propone un desarrollo de los personajes que no termina de aprovecharse del todo si se mira con lupa y, por momentos, se siente que los personajes están forzados en virtud del ritmo moderadamente trepidante. De eso hablaré ahora. Eso sí, mientras que el argumento en sí no da para mucho, el cómo lo llevan a cabo y lo van encajando conforme la película avanza… Eso son otras palabras. Se maneja con bastante eficacia, pese a sus defectos.
Respecto al ritmo: En la primera primaba la elegancia, lo clásico. No temía tener un inicio no lento, pero sí muy sugerente para arrancar de manera templada. Aquí, sin traicionar del todo ese estilo, propone un enfoque un pelín más visceral y conciso. De hecho, aquí mejora algo a su predecesora. La tensión narrativa no asoma ni un solo bajón. Empieza fuerte y hasta que acaba, no da tranquilidad.
Respecto a los sustos: Algunos lo logran, otros tantos decepcionan. En este apartado también patina en general. La primera te metía sustos hasta en los momentos en los que no tenía nada que mostrar. Aquí los ves venir de bastante lejos. No obstante, eso no quiere decir que no te hagan temblar o inquietarte. Es una de las bazas de esta secuela, digan lo que digan los críticos: que te mantiene inquieto.
Respecto a los ases del guión / final de la película: Aquí es donde me ha sorprendido gratamente la secuela, aún mostrando sus patas más cojas. Y es que esta secuela posee un libreto sencillo, pero aún así bastante más complejo y voraz que su predecesora. Aprovechando el torcerse de las cosas en la primera, esta segunda se maneja como pez en el agua en las vueltas y revueltas temporales y sacando brillo a algún truco de guión que logra ser eficiente. Eso sí, lo que me contentó esta entrega fue su desenlace. No lo vi venir si os digo la verdad y aunque ya está anunciada la tercera, no es lo que os pensáis. Por cerrar la película de esa manera y no recurrir a giros baratos y manidos, le pongo otro positivo a la película.
En general: Como podréis ver, hay dos decepciones y dos aciertos en el tablero. Contando que la película me entretuvo y logró darme escalofríos y tensión durante su metraje (añadiendo ese desenlace a mi gusto), puede estar por mí al mismo nivel que la primera, ya que la complementa en muy buena manera. Quizás sea diferente o decepcionante para muchos (igual que para otros es mejor que la primera o está al nivel de The Conjuring, y eso sí que para nada), pero a nivel numérico, repite el bien del capítulo uno. Un buen entretenimiento, que enlaza muy bien con la primera, que te mantiene en tensión y da el cierre con un buen acabado.
James Wan se marcha temporalmente del terror. Con la tercera anunciada, no sé quién lo hará o si esperarán a que vuelva él. Pero si lo hace otro, que tenga suerte.
En la primera parte ya se insinuaba esta manera, a veces excesiva y ruidosa, de generar miedo. El film queda muy por detrás de Expediente Warren y quizás a la par o incluso peor que su predecesora. El miedo nace por la sugestión, por lo que el espectador no ve y se imagina, por la tensión de lo imprevisible, y en esta película te lo dan todo hecho, el músculo del miedo no llega a despertar en ningún momento, no hay lugar para la intriga ni la imaginación, por lo que en vez de terror, provoca a veces instantes de hilarante ridículo ante semejante baile de máscaras, sonidos estridentes y personajes del otro mundo.
En el haber de la película está sin duda la solución encontrada para hilvanar toda la historia desde el principio, cada detalle cobra sentido, y llegado el final se agradece al menos tener la sensación de haber visto una historia bien trabajada.
Allá por 2004, un barbilampiño James Wan sorprendió a propios y extraños con su brutal irrupción en el terror de la mano del psicópata Jigsaw y sus macabros juegos en la portentosa Saw. A veces irregular con alguna de sus películas de género, volvió a una senda más madura y terrorífica con The Conjuring, consagrándose como uno de los autores a tener en cuenta en el terror. Sin embargo, para fastidio de sus fans, este verano James Wan anunciaba que se retira como director de películas de miedo porque se ha pasado los últimos diez años asustando al público y sentía que ya era hora de evolucionar para no quedarse encasillado. Según él, la secuela de la mediocre -pero exitosa- Insidious es su última incursión en el terror. Su próximo proyecto será la nueva entrega de la longeva saga A todo gas, un cambio drástico a lo que nos tiene acostumbrados. No hay que alarmarse, todos sabemos que la palabra de los directores nunca es de fiar al 100%. Ahí, sin ir más lejos, tenemos reciente el caso de Soderbergh, quien ya se ha retirado unas cuantas veces.
Mientras se despejan estos nubarrones, Wan vuelve por segunda vez este año a las carteleras españolas con Insidious 2, sin apenas darle tiempo al espectador para reponerse de la sugestiva, espeluznante y efectiva The Conjuring. Esta segunda entrega de Insidious ha sido posible gracias al éxito de la primera a pesar de que ésta adolecía de previsibilidad, uso del sonido alto para los sustos y un giro un tanto ridículo. En la secuela, algunos de estos tics siguen presentes pero se nota un tanto la madurez del director en lo que a creación de ambientes tétricos se refiere. Insidious 2 comienza cuando la familia Lambert se muda a casa de la madre de Josh con la esperanza de dejar atrás sus vivencias diabólicas. Sin embargo, pronto descubren que los espíritus aún no les han abandonado. Aunque la familia ignora qué sucede, el espectador ya lo sabe pues así te lo muestran en el final de la primera película. Wan insiste en que la conclusión de Insidious no estaba hecha para una posible secuela pero, ¿a quién quiere engañar? Dice lo mismo de esta segunda parte y tiene un final más que abierto para continuar con la franquicia al poder jugar con los orígenes de los espíritus.
Los sustos comienzan en los primeros compases del film. Al principio, el director sabe recrearse con la sugestión y la tensión, se palpa un ambiente de mal rollo en esa enorme casa con tantos rincones oscuros. Pronto vuelve a caer en los defectos de su primera parte al mostrar, sin pudor y en primer plano, los entes demoníacos y fantasmas a golpe de una chirriante subida de volumen. Con esto, la efectividad de pasar miedo del puro cae ya que no juega tanto con la mente de su público y opta por el convencionalismo intrínseco al género de los últimos años. Todo esto por no hablar de los giros de guión muy risibles que tanto duelen a los amantes de las horror movies (y que no contamos ninguno por no estropear la trama), y otros claros guiños a grandes películas del género como El resplandor. Hay incluso hueco a puntos cómicos con la aparición de los dos parapsicólogos jóvenes que, si bien deberían dar un respiro en la supuesta tensión -ya decreciente a medida que avanza- de la trama, acaban por quedar impostados. El reparto, que repite en la secuela, está bastante creíble destacando la actuación de ese trastornado padre interpretado por Patrick Wilson.
Eso sí, la manera de conectar las dos películas y dar explicación a por qué pasaban ciertas cosas en el pasado, nos ha parecido convincente y bien cohesionada, independientemente de lo ridículas en sí que luego puedan resultarnos. En este sentido, el guión de Leigh Whannell, colaborador habitual de James Wan, intenta no dejar cabos sueltos e ilustrar que todo es posible en el mundo de los seres demoníacos. Al final, el legado terrorífico de Wan se va a ver empañado por lo flojito que resulta este segundo capítulo de Insidious. No siempre se puede salir incólume de nuestro tan querido, como denostado, género de terror.