In Secret
Sinopsis de la película
Teresa y su amante Camille matan a Laurent, el marido de Teresa. Después de casarse, la pareja es visitada por el fantasma de Camille, girando lentamente su amor el uno al otro en un odio que todo lo consume.
Detalles de la película
- Titulo Original: In Secret (Thérèse Raquin)
- Año: 2013
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
5.7
65 valoraciones en total
Tercera adaptación cinematográfica de la novela que, el naturalista, Émile Zola, publicara en 1868, contándonos una historia eterna que se repite día a día en la vida real y con la misma suerte de penosas consecuencias, dándonos evidencia plena -y lamentable- de lo poco que aprende el hombre de las experiencias ajenas.
¡No son más policías, ni más soldados, ni más fuerzas especiales, ni más represión lo que necesita este mundo para conseguir la paz! ¡Se necesita es justicia social y educación, educación y más educación!
Tristeza da ver a la adorable Thérèse y al ahora pintor, Laurent, dos seres que bien se merecían la felicidad, entrampados para siempre por una ligereza. A propósito, ¿si será un Artista, y Laurent bien que se merece este calificativo, el que pueda caer en semejante actitud?
El director, Charlie Stratton, procura, en buena parte, ser fiel a la exitosa novela (aunque, sus agregados y modificaciones no resultan particularmente afortunados), y toca aplaudir su eficaz dirección de actores, pues ha logrado de Elizabeth Olsen, Tom Felton, Oscar Isaac y, sobre todo, Jessica Lange, muy eficaces actuaciones.
El personaje de Thérèse Raquin, tiene aquí una envolvente belleza que, entremezclada con una fragilidad y una fortaleza a partes iguales, hace que su personalidad nos mantenga a la expectativa, y en ocasiones, sorprenda. Igual ocurre con los aspectos emocionales que van tomando forma en la madre de Camille y hasta en la inefable Susan, y así, el filme se sostiene muy eficazmente, manteniéndonos muy atentos a las siguientes decisiones de cada figura femenina.
Los hombres resultan más predecibles y, en consecuencia, menos interesantes, pero el conjunto, en general, funciona satisfactoriamente. Stratton falla, también, en que se vuelven algo reiterativas las escenas pasionales, pues nos ofrece tan pobres y tan comunes planos, que quedan oliendo a lo mismo de lo mismo. Así que, de erotismo, pocón, pocón, pese a contar con un talentoso director de fotografía (el alemán Florian Hoffmeister) y que, era éste, un aspecto que a Zola interesaba bastante. Y tampoco consigue la emocionalidad y el impacto que pudo tener el cierre de la historia, con lo que, la que pudo haber sido una muy atractiva película, se convierte en otra más que no logra la trascendencia… aunque deja un sabor a cine interesante por el eterno aroma que conserva la novela del escritor francés, más que por la labor del realizador estadounidense.
Y bien que queda probado que, en terrenos áridos difícilmente crecerán las flores.
Título para Latinoamérica: En secreto
Floja, predecible, mal actuada. Lo mejor es la ambientación y el vestuario, aunque el lifting que se hizo jessica Lange en la cara y en el cuello está fuera de época. Hay cosas mejores para hacer antes de perder el tiempo con esta película.
Una película sin alma ni corazón se convierte en una sucesión de imágenes sin sentimiento que te cuentan una historia que nunca logras hacer tuya, de la que no participas, la que observas y oyes desde una lejanía emocional que anula cualquier posible fascinación por ella y rompe toda posibilidad de empatía, conexión y disfrute pasional hacia la misma.
Y esta película es el típico ejemplo de ello, correcta en la narración y en la interpretaciones, con una cuidada fotografía y una esmerada ambientación, todo ello sobre la base de una relato de época donde el sueño de la libertad de un matrimonio forzoso a través del asesinato para yacer de locura y frenesí junto al ardiente amante deseado se convierte en una cárcel insoportable de conciencia agónica que arrincona y maltrata a los verdugos hasta hacerlos desfallecer y transforma ese idílico y ferviente amor incondicional en odio, asco y repugnancia sobre uno mismo y su tan perseguido y devoto nuevo marido pero…, que simplemente no funciona.
Charlie Stratton cuenta con todos los ingredientes necesarios para realizar un ejercicio soberbio de seducción, frenesí, energía, emoción, con el atractivo juego de la mala conciencia, de los pesados remordimientos, de unos horribles pensamientos llevados a la práctica, la terrorífica sentida verdad de una realidad cumplida, la pesadilla de una lujuriosa fantasía que toma forma y se convierte en martirio insoportable con el que vivir pero…, falla.
La fuerza y trayectoria de la obra de Émile Zola debilitada en su formato de pantalla, pérdida incomprensible en una conversión que es fiel a la letra pero se olvida de su espíritu, de su carisma, de plasmar con potencia y carácter las ansiosas, desesperadas y furtivas sensaciones que mueven a los personajes, un descubrimiento del placer muy apagado y descafeinado, soso e infructuoso combinado con un infierno moral y ético más logrado pero que no mejora un resultado que se queda en ensayo no perfeccionado ni encumbrado cuya performance no motiva ni fascina, orquesta que actua de memoria sin lograr levantar expectación en el público o un entusiasmo llamativo, sólo un moderado observar y seguir uno pasos que tampoco sorprenden pues son un clásico dentro del género en el cual se mueve.
Saber tocar un instrumento no es sólo pulsar las notas en el orden adecuado, no si quieres la implicación e ilusión de la audiencia expectante, transmitir la esencia y vivencia de la historia narrada es mucho más que combinar los ingredientes de manera oportuna, es sentir-palpar-vibrar con cada suspiro y aliento, no recitar el texto sin excitar al oyente por mucho esfuerzo, esmero y dedicación que se tenga por parte de todos los implicados, algo falla ante tan enorme y garrafal distancia que provoca una desconexión anímica no compensada con la percepción visual que, sí, muy lograda y conseguida pero cojea de lo más importante, de haber perdido su sustancia y comunicación sensitiva por el camino, olvido que recae sobre el pobre y nimio recuerdo que deja en la memoria del espectador.
In secret está lo que pudo haber sido y no fue, vox populi es el lamento de su rendimiento pues ofrece alicientes certeros para un logro más consistente, sombra alargada que no encuentra su redil por mucho que lo intente y, empeño hay, sólo que no le sacas apenas jugo.
Sensación de tristeza, no por los hechos vistos sino por la amarga decepción y sensación dejada.
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La película está bastante bien en la trama y la fotografía. Los protagonistas son un poco lelos pero la historia de Zolá los contiene. Ahora, debo decir una vez mas: que pedazo de actriz es Jessica Lange!! El viaje emocional de su personaje (Madame Raquin, tía de la protagonista) es realmente descomunal. Y ella es una actriz que no se cansa de meter goles.
Esta cinta de época, que adapta una novela de Émile Zola, dirigida por Charlie Stratton y protagonizada por actores solventes como Elizabeth Olsen, Oscar Isaac, Tom Felton y, sobre todo, Jessica Lange, funciona como un melodrama con tintes poco originales pero que se ve con cierto interés.
No es una película original ni la mejor adaptación de una novela de Zola ( Germinal , aunque no llega a la excelencia de la novela, me parece una adaptación bastante digna), sin embargo, es una propuesta interesante que bebe de las aguas de los melodramas clásicos.
Nos sitúa hacia mediados del siglo XIX, cuando una jovencita llamada Therese (Elizabeth Olsen), que acaba de perder a su madre, termina en el hogar de su tía, hermana de su padre, porque éste debe emprender un viaje a África y no puede cuidar de ella. La tía, madame Raquin (Jessica Lange), tiene un hijo de la misma edad que Therese, llamado Camille, que siempre está enfermo. Al pasar de los años, la autoritaria tía decide casar a su hijo con la joven, y dejar el campo para trasladarse a París. Allí, Therese, que no ve colmado sus deseos sexuales por Camille, encuentra en Laurent (Oscar Isaac), un amigo de la familia, un amante que la satisface por completo.
Con un París un tanto gris y triste, una calle adosada que transmite cierto desasosiego, Therese reparte su tiempo entre la tienda de la que madame Raquin es propietaria y sus encuentros sexuales (con alguna escenita subidita de tono) con Laurent.
Elizabeth Olsen se mete en la piel de esta chica reprimida que se ve atrapada y busca una salida, y lo hace ciertamente con una buena dosis de talento, resultando muy creíble en la evolución necesaria de su personaje. También están estupendos, Oscar Isaac, en una interpretación que le hace vascular entre el amante volcánico y un cabrón desalmado superado por los acontecimientos, y Tom Felton, el otrora Draco Malfoy de la saga Harry Potter que demuestra que puede ser un actor con buenas prestaciones. Jessica Lange, por su parte, pone el colofón de prestigio con un personaje que deambula entre ser la mala de la historia o una víctima más.
Uno de los mayores aciertos es que, a pesar de no ser original y de ser previsible en algunos tramos, no se pierde el interés por ella y cae en gracia. Los personajes tienen una evolución, siguiendo el arco argumental, que resulta verosímil (deudor, por supuesto, de la novela de Zola) e interesante, pues aparecen ante nuestros ojos como víctimas de sus actos desesperados y, por tanto, sentimos cierta empatía o cierta compasión, o los odiamos, dependiendo del momento. En definitiva, está bien adaptada y su guion funciona por ceñirse a la historia sin muchos alardes. La banda sonora firmada por Gabriel Yared (el compositor de El paciente inglés , por ejemplo) sabe mantener el suspense de un modo sutil.