In Fabric
Sinopsis de la película
Rebajas en un gran almacén inglés, Sheila ronda estanterías, sopesa prendas y, de repente, un vestido rojo sangre de seda la hipnotiza. Ya no hay nada que ella quiera salvo ese vestido, nada salvo acariciarlo, tantearlo, adorarlo… Parece que pesa una maldición sobre cada persona que ha poseído esa prenda fetiche.
Detalles de la película
- Titulo Original: In Fabric
- Año: 2018
- Duración: 118
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Opinión de la crítica
Película
5.4
71 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Antonio Mancino
- Barry Adamson
- Caroline Catz
- Derek Barr
- Eugenia Caruso
- Fatma Mohamed
- Gavin Brocker
- Gwendoline Christie
- Hayley Squires
- Jaygann Ayeh
- Julian Barratt
- Karl Farrer
- Kim Benson
- Leo Bill
- Marianne Jean-Baptiste
- Pano Masti
- Richard Bremmer
- Sara Dee
- Sidse Babett Knudsen
- Simon Manyonda
- Steve Oram
- Susanna Cappellaro
- Terry Bird
A finales de los años 60, y al abrigo de la Nouvelle Vague, la archiconocida corriente francesa, nació el nuevo cine social británico, conocido como Free Cinema, un espacio libre de experimentación fílmica, que dejo algún título interesante, a la par que mucha cantidad de subproductos infumables.
Dividida en dos parte muy pronunciadas, que se unen por la presencia de ese vestido rojo maldito, que condena la vida de todo aquel que se lo pone, el realizador Peter Strickland construye un extraño ejercicio de estilo, cosido con los retazos de un montón de influencias estéticas.
El marcado tono surrealista del que el film hace gala, aleja la posibilidad de crear un universo verdaderamente convincente, es así, que como crítica al consumismo, o a algún tipo de capitalismo feroz, es débil y poco inspirada, factores ambos sobre los que debería haberse mostrado más accesible.
El buen hacer de la actriz Marianne Jean-Baptiste, contempla los mejores momentos de tan extravagante comedia negra, que durante su primer tramo se muestra interesante e hipnótico, gracias también a un trabajo técnico adecuado, en el que destaca un buen trabajo de fotografía.
Finalmente, parte de ese hipnotismo algo inquietante funciona hasta que se aprecia, por el devenir de su fórmula narrativa, que será imposible obtener una satisfacción en sus conclusiones, tornando a ‘In Fabric’ en un producto experimental sumamente irritante, y absolutamente olvidable.
Hay ciertos directores, autores, cuya obra en sí misma establece una serie de patrones reconocibles, elementos diferenciales que los hacen reconocibles. Peter Strickland es uno de ellos.
La enorme influencia del Giallo tanto estética como sonoramente espalpable en toda su obra y, quizás, sea más notoria en In Fabric .
También hay una enorme influencia del cine de terror de los sesenta, el gótico y el cine sobrenatural de la época cobran vida aquí, de nuevo, en una historia en la que Strickland construye una atmósfera fantasmal, bizarra, muy perturbadora pero además, añade unas notas de humor realmente inesperadas y que funcionan a la perfección.
Con un punto de partida muy simple, una mujer de mediana edad, tratando de rehacer su vida, conocer a gente mientras trabaja en una aburrida oficina bancaria y lidia con un hijo veinteñero, y la irrupción de una tenebrosa tienda de ropa, muy popular, su extraña dueña ( maravillosamente interpretada por Sidse Babett Knudsen, con ecos hasta del mismísimo Bela Lugosi, imprescindible verla en V.O ), la trama se mueve entre la anodina vida de la clase media y esa vampírica presencia del culto al consumismo una subyacente crítica a esa necesidad por comprar, consumir y tirar, todo ello en ese ambiente realmente extraño y perturbador.
El fetichismo, lo onírico y lo fantasmal se unen en una obra sorprendentemente equilibrada dentro de éste caos, elegantemente fotografiada y montada, y que acaba siendo una hipnótica obra de suspense que no le va a gustar a todo el mundo pero, para aquellos que acepten las condiciones de Strickland, la disfrutarán plenamente.
Unos grandes almacenes en rebajas de Enero, una mujer madura recién divorciada, un vestido rojo con el que atraer a un nuevo amor. Cualquiera diría que voy a hablar de una comedia romántica pero no, In Fabric (2018, Peter Strickland) es cualquier cosa menos romántica.
Si ya en sus anteriores películas, Berberian sound studio y The duke of Burgundy , Strickland había jugado con la atmósfera de un giallo italiano, en esta ocasión se sumerge en dicho género con todas las consecuencias, lo cual le viene de perlas a su estilo visual manierista y mitómano.
La película va poco a poco desgranando sus envites de locura, protagonizados sobre todo por ese maravillosa dependienta delos grandes almacenes (Fatma Mohamed, una habitual del cine de Strickland) y su propietario. Llega un momento en el que la historia no tiene sentido ninguno, pero eso ya da igual, nos encontramos totalmente subyugados por el brillante humor que destila el film y por esa atmósfera absolutamente malsana, que atrae y asusta a partes iguales.
El director británico se mueve como pez en el agua en esta retorcida y macabra historia en la que un simple vestido en rebajas es, en realidad, una especie de simbionte que ataca a todo lo que se le pone por delante. La metáfora y la crítica, en estos días de Black Fridays y consumismo exacerbado, están servidas.
El rojo y el negro son los colores predominantes durante toda la película. Rojo de sangre y negro de un futuro que, ya en 1993 (año en que está ambientada la acción), se presenta descorazonador para una clase media que se consume a sí misma a través del egoísmo y la envidia.
In fabric es divertida, está bien dirigida y nos retrotrae a ese cine de terror italiano tan de boga en los años setenta, cuyo mayor exponente fue el director Darío Argento, el cual debe sentirse sentir orgulloso al ver que su obra siga influyendo a nuevos directores después de tantos años.
Gabriel Menéndez Piñera
https://historiasdelceluloide.elcomercio.es
Tras media hora de reflexión, visionamos a las 19:00 en el Principal una de las películas por las que servidor tenía más curiosidad por ser una de las decisiones más extrañas para una Sección Oficial de este tipo: la británica In fabric, del director de género británico Peter Strickland. Invierno en Londres, superpobladas rebajas en uno de las más grandes y prestigiosos almacenes de ropa, poblados por inquietantes asistentes y un lóbrego manager (personajes góticos, vampíricos). Sheila, humilde madre soltera trabajadora de asistente en un gran empresa de apoyo al público, decide comprarse en dichos almacenes un hermoso vestido rojo para deleitar a su próxima cita. Tan pronto como se lo ponga, sucesos inquietantes y paranormales empiezan a suceder a su alrededor, y en el entorno de todos aquellos que heredan el susodicho vestido. Un ejemplo más del cine manierista y juguetón de Strickland, que tras tener apuntes de esto sus películas previas apuesta aquí por un giallo de manual en su aspecto visual y más desatado y esperpéntico que nunca. En esta ocasión, con un marcado tono bufo que la hacen hilarante, un enfoque burlón de un filme que no se toma nada en serio a sí misma que le viene como un guante. Una propuesta más propia de Sitges o la Muestra Syfy que sorprende que esté en esta Sección Oficial, en una muestra más de la valentía de Rebordinos y compañía al programar propuestas tan variadas y heterogéneas. Filme retro, de colores rojos saturados y música de sintetizador, un bombardeo visual de imágenes de televisión y secuencias pesadillescas que tiene más trasfondo del que parece. Bajo esta comedia guiñolesca yace una crítica a las políticas de comportamiento de las macroempresas inglesas que aunque se halle exagerado puedo corroborar, por mi reciente pasado, que no están muy lejos de la cruel y deleznable realidad. Una película, que duda cabe, burda y absurda, con dos partes descompensadas y larga de más, con problemas claros al concluir. Una sátira capitalista que mira al cine de Serie B y que sin revolucionar a un género que ya floreció en los 70 fue uno de los episodios más refrescantes de la semana. Disfrutamos con ella como niños.
Una mierda de película que no hay por donde cogerla. Veo que para ser crítico profesional hay que comentar locuazmente sobre algo sin sentido contando una parrafada sobre ello y claramente obviar lo lamentable y aburrido que resulta ser. En definitiva, he perdido cerca de dos horas de mi vida con esta basura, la cual no recomendaría a nadie a quien yo aprecie.