Iberia
Sinopsis de la película
Adaptación de la suite Iberia de Isaac Albéniz. Documental sobre el mundo del flamenco. La historia nace de la propia música y de quienes la interpretan: los músicos y bailarines. La cámara baila al ritmo de la melodía mientras la película recrea y reinventa piezas musicales y fusiona ballet clásico, danza contemporánea española y flamenco. Se muestra el trabajo de artistas consagrados como Sara Baras, Antonio Canales, Manolo Sanlúcar, Miguel Ángel Berna o José Antonio Ruiz. El rodaje de los ensayos hace que la obra cobre vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Iberia
- Año: 2005
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
6.5
33 valoraciones en total
¡Que gozada de película!. Saura reúne a lo más granado de la danza y el flamenco del momento para conseguir un producto que destila belleza por los cuatro costados.
La suite Iberia, una de las mejores composiciones del gran Albeniz es genialmente interpretada, bailada y fusionada con nuevos ritmos (destacando la percusión) añadiéndole además una fotografía y un montaje soberbios.
Si un número es bueno el que le sigue es aún mejor, conviertiendo la cinta en un hipnótico espectáculo que no deja parpadear al espectador durante hora y media.
Es una auténtica pena que las salas comerciales se llenen de bodrios americanos de la peor calaña mientras que maravillas como Iberia no llegan al gran público y tienen que ser disfrutadas por unos pocos en cines pequeños y mal acondicionados para sonidos e imágenes tan increíbles. 100% recomendable.
Iberia, una obra más de Saura dedicada al baile y como ya he dicho en otras críticas de él dedicadas al baile es capaz de fusionar dos artes en uno.
Una vez más digo que Saura es un amante del baile y de su expresión además de ser un gran amante de España, de su espíritu, de su fuerza, de su carácter, de su sangre, de su alma, y todo ello reflejado en el baile.
Con sencillez es capaz de mostrar momentos de una belleza sin igual en varios momentos, con un juego de luces, montaje sencillo, juego de cámaras, de ángulos, parece todo surgir de la improvisación, de la naturalidad de las escenas pero todo ello muestra un gran estudio del director para poder mostrar el baile desde el lado más artístico del cine.
Iberia, quizás la mejor obra para piano de Albéniz, obra que desde pequeño he amado e intento entender, una gran obra que no solamente hay que mostrar un gran dominio técnico del instrumento sino ese espíritu español, ese carácter que no se enseña ni se aprende, simplemente se vive.
Recorriendo las Suite Iberia y otras obras de Albéniz se nos muestra el espíritu español de una manera directa y con una música sin igual.
Cuando toco obras de Albéniz intento no solamente dominarlas técnicamente, sino intentar entender el carácter y espíritu que en ellas se refleja, Albéniz intento mostrar esa alma española.
Y así lo hace Saura, es capaz de mostrar con el canto y arreglos musicales de las obras de Albéniz para poder ver, escuchar y sentir ese espíritu que refleja Iberia.
Para los pianistas es un regalo a los ojos pues nos muestra, y creo que de una manera muy acertada, ese espíritu que refleja la Suite Iberia.
Son muchas obras y momentos musicales que en esta gran película se muestra, no todos los momentos tienen el mismo interés, hay algunos mejores que otros y algunos alcanzan una belleza sin igual y en general es una gran película, y como he dicho en otras veces no es cine para cualquiera, es una cine que intenta fusionarse con el baile y la música.
Asumiendo el planteamiento de partida: tema y variaciones contemporáneas sobre una obra fundamental de la música clásica española, la película ofrece un despliegue preciosista y totalmente afinado entre música, danza, rodaje y medios escénicos desplegados.
La manera en que el carácter de cada interpretación musical y coreográfica de las piezas de la suite de Albéniz impregna y da sentido igualmente a los medios cinematográficos utilizados para cada caso, es única.
Pocas obras del cine contemporáneo ofrecen una demostración tan literal de la obra de arte total de los teóricos de la modernidad, entendida como la conjunción imprescindible y necesaria entre las artes.
Si alquien quiere saber qué es el síndrome de Sthendall, famoso por el anuncio televisivo del coche, que vaya a ver esta película.. la congestión mental con la que sales no es otra cosa que el síntoma de la imposibilidad de absorber tanta belleza de una vez.
Está el Saura de La caza, La prima Angélica y de otras ficciones más irregulares pero también está el Saura de Tango, Sevillanas, Flamenco, que completaría con Fados. Siempre ha sido un director que ha marcado su vigencia a lo largo de su dilatada filmografía amoldándose a cada época con un cine que refleja el pasado-presente pero nunca futuro. En su última ficción El 7º día retrataba los conocidos y sórdidos sucesos de 1990 en Puerto Hurraco. Posiblemente ¡Ay, Carmela! sea ese nexo de unión de esa dicotomía por encima de Carmen.
Iberia no me sorprende ni emociona pero el tempo y su ritmo sonoro que marcan el desarrollo, como la danza que la acompaña, supone una filmación de la obra maestra de Isaac Albéniz en el primer centenario de su composición.
Como siempre la fotografía es deslumbrante y la cámara se manifiesta como conductora de los compases de las melodías donde conviven el flamenco, el ballet clásico o la danza contemporánea. No falta el protagonismo de Canales, Baras, Sanlúcar y compañía donde sus ensayos conviven entre la armonía de la iluminación y los espacios no desaforados.
Todo parece un clip académico y en precisamente interesa por estar al margen de modas y nuevas corrientes contemporáneas. Saura permanece rígido en crear la atmósfera y recreación de sus documentales musicales y resulta imposible pedirle algo similar a Cruzando el puente: los sonidos de Estambul de Fatih Akin con música de aquí. Pero sin ese estilo que lo define Iberia no sería nada de lo que es.
Lo mejor la música… (he he).
Si, pero es verdad, y ya no solo Iberia de Albéniz (obra que mezcla el impresionismo musical francés con los aires y escalas consideradas españolas por aquel entonces), si no las versiones musicales de todos los que van apareciendo: Sanlúcar, Morentes, Jorge Pardo (en este hay imprecisiones entre imagen y sonido que aún no sé a qué vienen)… Y el baile…
La palabra calla… Ni falta que hace.