Hunt for the Wilderpeople, a la caza de los ñumanos
Sinopsis de la película
Ricky es un rebelde chico de ciudad de doce años al que no encuentran hogar de acogida para él, salvo una granja en medio de la nada con una pareja, ella encantadora, él, arisco y solitario. Cuando comienza a sentirse a gusto, un problema imprevisto dará pie a una caza humana por el campo neozelandés.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hunt for the Wilderpeople
- Año: 2016
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
6.7
85 valoraciones en total
Recuerdo en su momento cuando escuché su nombre para dirigir Thor Ragnarok que cuestioné lo que hizo Marvel sin conocerle y juzgarle únicamente por su apellido. Decidí ver su colaboración con Jemaine Clement en la estupenda Lo que hacemos en las sombras y me cerró bastante la boca y tras ver buenos comentarios de la siguiente cinta del neozelandés me decidí a verla sin saber nada y efectivamente me la ha vuelto a cerrar y se consagra como uno de los futuros directores Marvel con mejor currículum hasta la fecha junto a Ryan Coogler (futuro director de Black Panther con Fruitvale Station y Creed en su haber). La cinta tiene algo de ADN de Wes Anderson o eso parece en la manera de tratar la fotografía y el humor particular de ambos directores. Las interpretaciones ni mucho menos son de oscar pero hay que reconocer que la química entre Sam Neill y el chavalote gordito en plan buddy movie paternofilial es muy divertida y si tiran por esa rama en la tercera del dios del trueno pueden lograr algo verdaderamente memorable. Es curiosa la manera de manejar y reírse de los tópicos actuales, de hacer guiños a otras sagas y películas de la cultura popular y de mantenerte en vilo durante todo su metraje que combina bien acción, humor y drama. No hay mucho que achacarle y la verdad es que es de lo mejor del año sin ninguna duda.
Nueva Zelanda entrega una de las películas con las que más me he reído este 2016. Con un humor negro y desenfadado, mezclado con algunos momentos trágicos, una espectacular fotografía de la montaña neozelandesa, y dos grandes actuaciones, Hunt for the Wilderpeople se convierte en una de las películas alejadas del cine más comercial que hay que ver sí o sí.
Un gordito inadaptado, al que no logran encontrar casa de acogida, tiene su su última oportunidad, antes de acabar en el reformatorio, en una granja aislada. Cuando empieza a sentirse seguro allí, muere la mujer, quedando al cargo de un viejo cascarrabias (otra gran actuación de Sam Neil, dando vida a un personaje mezcla de Rambo y Cocodrilo Dundee ), pero como el hombre no quiere hacerse cargo de él. El adolescente decide escaparse, dando lugar a un montón de malentendidos, cuando las autoridades se movilizan creyendo que el viejo gruñón lo ha raptado para abusar del chaval.
La premisa de la que parte carece de originalidad, parece, a priori, otra película que contrapone a dos seres totalmente opuestos que comienzan a sentir primero simpatía y respeto, el uno por el otro, para acabar cogiéndose cariño y descubrir pueden vivir juntos, pero entre la fotografía, los golpes de humor, los divertidos personajes secundarios que van apareciendo, y las dos dos grandes actuaciones (El chaval Julian Dennison tiene futuro como actor) tenemos una película para disfrutar mucho.
196/13(22/10/16) Muy entretenida cinta de aventuras del neozelandés Taika Waititi, cineasta que me ía ganado para su causa con su anterior film Lo que hacemos en las sombras (2014), en esta no inventa nada con este relato con ecos a UP de Pixar, sobre un viejo cascarrabias que se ve unido a un chico inadaptado, pero todo lo desarrolla con mucho mimo y cariño, pero sin caer en sensiblerías baratas, con unos protagonistas entrañablemente delineados, matizados, una odisea que para el chico será el despertar y para el viejo misántropo será entender que es mejor no estar solo. Waititi (tiene cameo como predicador) hizo la adaptación de la popular novela del también neozelandés Barry Crump Wild Pork and Watercress (1986), el realizador hace notorio su origen literario en el modo en que divide el film en episodios, desde el Capítulo 1 – Un huevo de malo de verdad , hasta el Epílogo , filtrándola como una fábula con mucho humor, toques dramáticos, aventura, acción, en lo que resulta una encantadora travesía, que cuando acabas te dejará una mueca de sonrisa y disfrute. Gran parte del disfrute es culpa de dos actores en estado de gracia, el chico Julian Dennison y el tremendo y carismático Sam Neill, y entre los dos una chispeante química.
Ricky Baker (Julian Dennison), es un chico de 13 años de ciudad, aficionado a la moda gangsta, fue abandonado por su madre y ahora es dejado los servicios de bienestar infantil, representados por la marcial Paula (Rachel House) y el manso Andy (Oscar Kightley), con una madre adoptiva Bella (Rima te Wiata) y su marido, el cascarrabias Hec (Sam Neill). Viven en medio de un ambiente rural, en las montañas, rodeados de bosques. Al principio Ricky no se adapta, pero cuando parece estar todo bien ocurre algo inesperado. También tendrá importancia en la historia la hermosa chica maorí Kahu (Tioreore Ngatai-Melbourne) y Psycho Sam (Rhys Darby), un paranoico conspiranoide.
Un film disfrutable de principio a fin, con un ritmo fluido, con diálogos simpáticos y mordaces, con situaciones que mezclan con equilibrio el humor y la ternura (aunque en algún momento se le va la mano en la caricatura), una trama desenfadada que te habla de temas profundos, de calado sentimental, como la incomprensión e inadaptación social, en este caso de los dos protagonistas (Ricky y Hec), de la marginación que se les hace a los que son diferentes, pero lo hace de forma distendida, sin caer en lo maniqueo o lacrimógeno, aborda la tragedia con naturalidad y mucho sentido positivista, arrojando un halo de esperanza en la raza humana. El guión compone personajes secundarios bien trazados, con personalidad propia, evolucionado con recursos ingeniosos, como el montaje ágil, y transmitiendo un aura deliciosa de melancolía, ello gracias a la gran compenetración que desprenden estos dos conmovedores fugitivos, dos personas a la deriva que encuentran su mundo en medio de un supuesto hábitat hostil. Ello estructurado mediante momentos que combinan gags de todo tipo, desde el humor negro, al slapstick, al de equívocos, o al absurdo (sobre todo cuando hace acto de presencia Psycho Sam), aderezado con momentos de acción (la espectacular lucha contra el jabalí o la persecución final, con reminiscencias a Tras el corazón verde y sobre todo Thelma & Louise), con el gran grueso del metraje dedicado a la caza de las fuerzas estatales contra los inadaptados, caza que se convierte en una jocosa farsa, con goteo de personajes bufos fenomenales, como los cazarecompensas, Psycho Sam, los swat o el ejército, con el añadido del remanso del despertar a la madurez sexual que supone para Ricky de la hermosa Kuho, en una aparición cuasi-onírica montada a caballo. Una cinta que en su modo de ser realizada tiene ecos al estilo personal del texano Wes Anderson, ello se ve en el cuidado y mimo de las tomas.
Sam Neill está fabuloso en su rudo y áspero Hec, ya desde su prodigiosa entrada en escena cargando a sus espaldas a un gran jabalí cazado, exhibiendo un arco de desarrollo sutil y muy bueno, un gruñón que deja entrever un corazón, pero sin caer en lo almibarado, un tipo con un gran carisma que inunda da la pantalla con un estupenda naturalidad. Julian Dennison como el inadaptado Ricky desborda encanto, ternura, con una vis cómica crepitante, con una evolución gradual que te llega, con una mirada limpia que deja entrever su inocencia y falta de cariño, curioso que siendo orondo no se acuda en momento a hacer chistes fáciles sobre su peso, posee una punzante química con Neill, entre los dos surgen momentos muy apreciables. Rima Te Wiata como la madre adoptiva Bella realiza un estimable trabajo, dotando de cariño y empatía a su rol. Rachel House como la asistente social Paula deja un muy fachoso personaje, exagerado, militarista (con su atuendo del ejército), marcial, prepotente, muy divertida, un rol que parece salido de un toon. Oscar Kightley como Andy, el compañero de Paula, es un gran complemento de inocentón manipulado por ella. Rhys Darby encarna a un demente paranoico Psycho Sam, lo hace de un modo delirante, un corto en si mismo su tramo, hilarante su alocada interpretación. Tioreore Ngatai-Melbourne como la encarnación del despertar sexual de Ricky resulta una delicia en su encanto nativo.
La historia de un niño de ciudad de diez años que es llevado en acogida en una casa en medio de la nada con una pareja, ella encantadora, él, Sam Neill, arisco y solitario, da pie a otra gran película del director maorí Taika Waititi, que se reserva un pequeño papel cómico como sacerdote.
Ya sé que está muy visto en el cine (¿y qué no?) la historia de amistades improbables, de la ciudad contra el campo, de poner en situación complicada a dos personas que en principio no tienen nada que ver, pero lo que se consigue de gran forma en Hunt for the wilder people ( un juego de palabras explicado en la película con los wilderbeasts , ñúes en español) es mezclar la comedia, el drama y la aventura en justas dosis.
Sobre los actores Sam Neill demuestra una vez más ser de lo mejorcito que hay en su franja de edad. Chapeau para el niño Julian Dennison, el casting en Nueva Zelanda fue muy duro para encontrar al protagonista y visto los resultados fue un acierto. Rachel House la Terminator de los Servicios Sociales, tiene una vis cómica genial para el papel de perseguidora implacable que hace. El resto de secundarios ( el psico bushman, los cazadores busca recompensas, el policía desarmado, por nombrar algunos) están también en la línea.
Y para concluir una mención al otro personaje omnipresente: el bosque. Porque una película en Nueva Zelanda sin paisajes es como una de NY sin taxis amarillos. Hermosos bosques y lagos que dan pie en una escena a una mención cómica al Señor de los Anillos ..
Muy recomendable.
Taika Waititi me deja otra vez boquiabierto con otra cinta que es al mismo tiempo hilarante y emotiva.
Cierto es que tiene ese toque de las comedias indies de los últimos años que ya hace tiempo que huele a viejo y usado, pero no sé porque en este caso, no es algo malo. También es cierto que por líneas generales me gusta mucho ese humor seco y extraño de Waititi, el cual me recuerda un poco también a Wes Anderson (sin ser TAN histriónico).
Pero es que además la cinta está rodada de forma excelente, con una fotografía que sabe aprovechar los precisos entornos de Nueva Zelanda, y con unas actuaciones que están muy por encima de la media. Hacía tiempo que no veía a un Sam Neil tan genial, Julian Denison es todo un descubrimiento y creo que podría tener un gran futuro en la comedia, Rima Te Wiata está tan divertida y genial como siempre (o más), y una de las que roba el espectáculo (como suele ser habitual en los villanos) es Rachel House con esa hipervólica agente de servicios sociales. Magnífica.
Sin duda una de las cintas del año que espero que mucha gente la descubra, porque de momento podría convertirse en todo un sleeper…