Hola, mamá

4 comentarios en «Hola, mamá»

1. Claro ejemplo de una primer etapa en la obra de De Palma, muy influenciado por Godard.
   
   Humor, politica y trastoques al lenguaje cinematogràfico dominante.
   
   Como elementos de continuidad mas fuertes con varias de sus obras clàsicas maduras encontramos el tema de voyeurismo y el propio cine y otros mecanismos de reproducciòn de la imagen como tema.

2. Pues…. es una película bastante experimental. Nuestro querido Brian de Palma aquí hizo algo que no sé muy bien como catalogarlo.

   La mayor parte de la película es bastante aburrida, porque una cosa no tiene que ver con lo que viene después, y es una sucesión de episodios bastantes dispares.

   Lo que más me ha gustado, y toda la puntuación va por esta parte de la película, es lo de Be Black Baby , hay un momento que parece que estés viendo una snob movie, y también recuerda mucho a Rec. Muy heavy y muy bien hecho esta parte, y se merece toda la atención.

3. En la dispar comedia Hi, mom! (1970), que funciona como continuación de Greetings (1968), Brian De Palma retoma al personaje de Jon Rubin, interpretado por Robert De Niro, ahora de regreso de la guerra de Vietnam y un tanto a la deriva.

   Por Nicolás Bianchi

   Dos temas parecen haber captado gran parte de las preocupaciones de la sociedad norteamericana, y las de Brian De Palma también, en la transición entre las décadas del 60 y el 70: el sexo y la guerra de Vietnam. Recientemente regresado del frente de batalla, el personaje Jon Rubin ve potenciada su inclinación por el voyeurismo, e intentará retomar su carrera como director de películas para adultos.

   Hi, mom! está prácticamente dividida en dos partes. La primera, mucho menos interesante que la segunda, consiste en el relato de un desastroso proyecto de película triple equis. Asociado con el inescrupuloso productor Joe (Allen Garsfield), Rubin va a desarrollar un complicado plan para filmar la actividad sexual de sus vecinos desde su departamento, en un guiño gigantesco a The Rear Window (1954) de Alfred Hitchcock.

   Como es previsible, el tono de la película lo indica de esa manera constantemente, todo sale bastante mal. Antes de que el proyecto naufrague del todo Rubin seduce a una de sus vecinas, interpretada por Jennifer Salt, e intenta filmar su propio acto sexual mediante un complicado dispositivo de luces que le avisa cuando la cámara se prende desde la ventana de enfrente. El soporte de la cámara se vence y no toma las imágenes buscadas, sino que se enfoca un piso más abajo donde un joven, completamente desnudo, se toma fotografías mientras pinta su cuerpo con pintura negra.

   Los mejores momentos del film son aquellos en las que la narración parece dejar llevarse por el delirio y extrema las situaciones que se presentan o las resuelve de modo inesperado y, por qué no, de una forma un tanto desquiciada. La trama cómica hasta llegar a ese punto es densa y un tanto ociosa. Si bien Rubin no logra su propósito de realizar una película porno-voyeur, como resultado de su relación amorosa se va a ver involucrado con un grupo de teatro que prepara una obra llamada Be black, baby! (el Sé negra, nena! del título de la reseña).

   Se trata de un grupo de teatro performático, o sea aquellos que involucran a los espectadores en la obra, realizado por actores negros y destinado al público blanco. El evento, que se organiza en un galpón, consiste en invertir los roles presentes en la sociedad. Así, los actores se pintan la cara de blanco y maquillan a su público de negro, para luego exponerlos a una serie de maltratos. Rubin consigue el papel de policía, que, como es imaginable, reforzará los maltratos contra los desprevenidos concurrentes que tienen la cara pintada con betún.

   De nuevo, cuando la película parece cruzar los límites de la comedia, o al menos oscurecer su discurso, logra su mejor funcionamiento. La obra de teatro, filmada con cámara en mano, es sumamente incómoda y caótica tanto para los que la padecen en la película como para los espectadores. Su mensaje, aunque sea literal, no pierde capacidad sugestiva.

   Por último es inevitable imaginar al personaje de Jon Rubin como un joven Travis Bickle, aquel protagonista de Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese. No solo su deambular de post guerra sino también la chaqueta verde oliva que usa remiten al psicótico compuesto por De Niro a posterioridad. Es, en parte, una cuestión de tonos. Si se espesa lo visto primero en Greetings y luego en Hi, mom! se puede derivar en Taxi Driver. Fines de los sesenta, principios de los setenta. Sexo, Vietnam y racismo en el foco de atención, conceptos que están en el espíritu de una época.

4. Hi, Mom! es la secuela de Greetings (1968) en la que recupera al personaje de Jon Rubin, es un mirón, que espía a las mujeres en sus momentos íntimos, recogiéndolos con una cámara. En Greetings con un tono bastante amargo, pues filma a una vietnamita que acaba de hacer prisionera, en Hi, Mom! algo más disparatado, al intentar filmar una relación sexual planeada al detalle por él, retrasando el momento al máximo (hasta que la cámara empiece a filmar) pese al calentón de su pareja.

   Robert DeNiro interpreta a este pervertido sexual, en lo que sería su segundo y cuarto film respectivamente, había debutado de la mano de DePalma en The wedding party (1969) acreditado como Robert DeNero, antes de meterse en el rodaje de la excelente Bloody Mama (1970).

   John Ruben ha alquilado un apartamento en la ciudad de Nueva York estratégicamente situado para sus fines: puede observar las ventanas de sus confiados vecinos y con su cámara, filmarlos en la intimidad. Su mejor víctima es una joven que vive sola.

   Uno de sus reportajes le da prestigio y dinero, ahora está intentando seducir a su víctima favorita, una joven solitaria con la que espera co-protagonizar su mejor grabación erótica. Necesita conocerla y después seducirla para rodar su gran escena erótica en la que él mismo sea su protagonista.