Historia macabra
Sinopsis de la película
Cuatro veteranos camaradas de toda la vida (Fred Astaire, Melvyn Douglas, Douglas Fairbanks Jr. y John Houseman), miembros de una prestigiosa sociedad, viven atormentados por un secreto: se trata del fantasma de una mujer (Alice Krige) que se niega a desaparecer y ha regresado para intentar asesinarlos a todos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ghost Story
- Año: 1981
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
5.4
25 valoraciones en total
No entiendo a los que critican mal esta película diciendo que es una película de sustos. Tampoco entiendo a los que dicen que verla es una pérdida de tiempo. Estamos ante una estupenda película de las de antes, que no explota la sangre ni la casquería (al menos, no en exceso) ni es la típica pelicula de terror de adolescentes. Una película donde la banda sonora y la ambientación juegan un papel crucial, con buenos actores y una dirección algo irregular, pero aceptable. ¿Que tenemos? Una película de terror de las de antes. Muy buena. Por cierto, el final es de las que mas miedo me ha dado.
Por cierto, no entiendo como podéis dar una nota más alta a la basura de Scream, que a esta película. Hay cosas que no entenderé nunca.
Algo tenebroso y secreto se manifiesta a través de pesadillas y alucinaciones en 4 hombres maduros, quienes ni siquiera se atreven a mencionar el episodio. Pero el amenazante halo maligno se extiende a los familiares que también son víctimas de las apariciones perversas.
Atmósfera perturbada donde el trastorno domina las situaciones, mucha insinuación y poco exhibicionismo, terror psicológico en estado puro, espectros y alucinaciones, personajes enajenados mentalmente, y una urdida y aparente venganza que se elucubra malignamente para asestar golpes tan inesperados como mortales.
La historia nos cuenta cómo el fantasma de una mujer se aparece para cobrarse una deuda sobre algo misterioso y macabro acaecido en el pasado. Un hecho que pareciera vivir latente y amenazante en la conciencia de aquellos que algo han tenido que ver. Un misterio lóbrego que sólo se irá elucidando mediante idas y vueltas temporales y a través de flashbacks, así el espectador irá conociendo la verdad de un pasado que molesta y aturde.
Un filme sin alevosía de sangre ni explicitud truculenta, sino que mantiene la expectativa mediante un estado de constante nerviosismo y tensión psicológica debido al temor hacia una entelequia con macabras intencionalidades.
También hay un clima de ensoñación y sensualismo que se combina en forma patológica con algo maligno y desconocido que acecha encarnado en distintas manifestaciones corpóreas y abstractas.
En fin, un relato que basa su misterio en circunstancias donde las secuelas de un solapado acontecimiento del pasado viven en los testigos responsables del mismo y en ciertos allegados. Una historia macabra que no descansará en paz hasta no salir a la superficie y que se haga justicia.
Quizás sea un tanto previsible y naif en los tiempos que corren, pero no por ello se puede negar el valor histórico que esta historia de fantasma que clama justicia posee desde la nostalgia.
Tratándose de un film de la Universal, y bajo un título tan evidente, esperaba un resultado más convencional y manido. Ha sido una grata sorpresa comprobar que Ghost Story es una historia poco convencional, al menos en su forma. Aunque el trasfondo no deja de ser el de un clásico cuento de fantasmas, tanto el guión como los personajes ofrecen interesantes sorpresas. Para empezar, nos encontramos con que todo gira alrededor de cuatro ancianos que guardan un secreto, entre ellos un personaje interpretado por el mismísimo Fred Astaire, a quien nunca había visto dentro del género. Es cierto que, en paralelo, seguimos a un protagonista algo más convencional, Don, hijo de Craig Wasson, uno de los miembros de la Chowder Society, que sufrirá en sus carnes debido al secreto de su padre y sus amigos. Este aspecto coral del film, sumado al uso del flashback e hilvanado en un guión un tanto enrevesado en su forma, provocan cierto aturdimiento, que puede llegar a desinflar al espectador durante el primer tercio del film. Todo mejora cuando aparece en escena el personaje de Alma (a la que luego conoceremos como Eva), que se nos muestra extraño y misterioso, desde el principio, debido a su comportamiento excéntrico e incómodo, a la par que sensual. La interpretación de Alice Krige es compleja y se convierte en el pilar maestro del interés del film, tanto por el talento de la actriz como por el papel del propio personaje, ubicado en el núcleo central de este drama generacional. Puede que decaiga un poco al final, cuando el patrón de la historia de fantasmas vuelve a encajar en el lugar que todos conocemos y perdemos parte de esa dimensión atávica del fantasma femenino primitivo, en pos de una visión más victoriana y romántica. Al final, me quedo con la sensación de que se ha querido sofisticar una historia sencilla, a base de un guión cargado de complejidades innecesarias, para luego volver al punto que tienen la mayoría de películas sobre venganzas de ultratumba. Por suerte, el trayecto es muy interesante y deja momentos para el recuerdo, como la efigie de Alma contemplando a su amante, en el silencio de la madrugada.
Historia macabra es una de esas películas atípicas y extrañas que, sin ser obras maestras, permanecen en la memoria del espectador por la sutil truculencia de sus imágenes y situaciones. Tal como promete su título original, estamos ante una correcta historia gótica de fantasmas, con sus maldiciones generacionales, sus espectros vengativos, sus casas encantadas y sus putrefactos esqueletos en el armario (tanto literal como figuradamente), que por medio de risas siniestras, gritos desgarradores y sustitos de sopetón, pretenden acojonar al respetable público. Ajena a la corriente exploit de psychokillers halloweenienses ( Viernes 13 se estrenó dos años antes), Historia macabra sigue la senda retro iniciada por El Resplandor de Stanley Kubrick en 1980, intentando actualizar las viejas historias de fantasmas del siglo XIX en un contexto moderno y sin obviar (y esto es de agradecer) la fuerte carga sexual implícita de estos aparentemente inofensivos cuentos de terror.
El guión de la peli, firmado por Lawrence D. Cohen, pretende simular el esquema literario de la novela a la que adapta, por ello está lleno de flashbacks y situaciones en las que aparentemente no ocurre nada pero que son fundamentales para crear la atmósfera siniestra. Por eso aviso que el ritmo de la película es lento y que las escenas de terror per se son escasas (pero son muy impactantes), primando las escenas dramáticas (drama siniestro, apostillo) a las terroríficas. Fiel a su título, la película está formada por varias historias de fantasmas (que se entrelazan y poseen un mismo origen) ocurridas en diferentes épocas, las cuales condicionan fatídicamente el presente de los protagonistas. La represión sexual, el odio ciego y el deseo de venganza son los protagonistas del film y marcarán el planteamiento, nudo y desenlace de la película. A lo largo de la trama hay desplegadas numerosas pistas desconcertantes que sólo cobran significado cuando, en la recta final de la película, se resuelve el misterio y mientras llega la explicación, inquietan al espectador cosa mala (o buena, según se mire). La historia que cuenta no es muy original precisamente, aunque tampoco le hace falta porque el objetivo del director es reproducir a modo de homenaje los puntos fuertes de los cuentos de miedo góticos.
El elenco de personajes (en su mayoría masculinos) está formado por dos generaciones diferentes que comparten un deseo sexual reprimido y tortuoso. La generación de los ancianos está sumida en una tensión perpetua debido a un pecado sexual del pasado y tiene un montón de recuerdos reprimidos que la atormenta. Quizás por este motivo la sociedad gastronómica tiene esa afición morbosa por los cuentos de terror, para mitigar y a la vez refocilarse de alguna manera con aquello que intenta olvidar. Después tenemos la generación de los hijos, personificada por el personaje interpretado por Craig Wasson, que también vive reprimida sexualmente y que cuando aparece un espectro promiscuo que le concede todos sus deseos picantes, pierde la cabeza y se pasa todo el día en la cama retozando. Eso sí, cuando llega la hora de comprometerse, si te he visto no me acuerdo. La primera generación tiene miedo a asumir su verdadera sexualidad (gay o hetero) mientras que la segunda generación se deja arrastrar por el sexo desenfrenado (quizás porque también tiene miedo a asumir su sexualidad). Además de este análisis freudiano, podemos hacer también una interpretación en clave de lucha de sexos, en la que los hombres, debido a su ignorancia y brutalidad, perjudican a las mujeres, que lejos de ser figuras indefensas, poseen más valor y fuerza que los hombres y se rebelan contra la dominación velada masculina. Cabe destacar que los personajes masculinos del film están dominados por el miedo y la inseguridad, mientras que los personajes femeninos son seguros y decididos. Pero tampoco nos pongamos culturetas, que va a parecer que para ver la película hay que coger apuntes y todo.
En fin, Historia macabra es una película curiosa y extraña que bebe de varios géneros para crear una obra única y perturbadora.
Curiosa e inquietante adaptación cinematográfica de Fantasmas de Peter Straub, novelista de terror que muy injustamente fue relevado al puesto de segundón al compartir podio generacional con su famoso colega Stephen King, siendo el único heredero natural de la tradición narrativa lovecraftiana y muy superior al apreciable escritor de Maine.
Historia macabra desnuda el núcleo de la historia y prescinde de muchos de sus elementos pero a cambio conserva parte de lo que hace a Straub tan singular y evocador autor de género: lo fantasmagórico entendido como la súbita distorsión de una realidad en cuyo envés se adivinan, sin mostrarse del todo, las múltiples formas que puede adoptar lo horrible, encarnado en esta ocasión en la figura de una mujer por supuesto hermosa, por supuesto, misteriosa y por supuesto, rara de narices. Como debe de ser.
Lo peor es el inicio a trompicones, que se nota como resumido torpemente, aunque ya se empiezan a ver enseguida suficientes escenas sugestivas como para engancharse a lo que viene a continuación, que no es moco de pavo.
Terror de neblinas y escalofríos, con algunos sustos en verdad acogotantes y otros irremisiblemente envejecidos: podría haber salido mejor, pero funciona lo suficiente para hacer recomendable esta historia macabra, muy macabra.