Historia de Ricky
Sinopsis de la película
Basada en el manga Riki-Oh. En 2001, Ricky es enviado por error a una cárcel futurista. Allí, no puede controlar su ira ante el cruel trato que los presos reciben de Cobra, un malvado guardián cuyos compinches son los peores elementos de la prisión. Cuando Ricky empieza a investigar, sus amigos aparecen muertos tras haber sido apaleados y torturados.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lik Wong (Riki-Oh: The Story of Ricky)
- Año: 1991
- Duración: 91
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te mostramos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
5.8
55 valoraciones en total
¿Merece una película con un guión espantoso, actuaciones ridículas, efectos especiales cutres a más no poder y decorados de risa una nota de 9? Dentro del contexto del cine de serie B sin duda lo merece. Historia de Ricky es de las mejores del género. Divertida a rabiar, acción constante, frases épicas (y míticas), personajes carismáticos, y gore, mucho gore, pero del inofensivo. De ese gore que no provoca nauseas en el espectador y que te permite seguir la acción y contemplar las mutilaciones sin tener que apartar la vista de la pantalla, como ocurre con muchas películas modernas.
Historia de Ricky es una película de visión obligada para todos los amantes y novicios del género, y para todos los que estén dispuestos a dejar a un lado los prejuicios y pasar un rato agradable (y desternillante). Mejor en compañía que solo, y mejor aún comentando las escenas.
El argumento de esta peli es un bodrio, así como cualquier tipo de dialogo, efecto especial o interpretación. Pero es que cada 5 – 10 minutos tiene una escena épica que no puede ser olvidada fácilmente.
Si nos ponemos serios esta peli es un 1 ¡pero es que esta peli no es como para ponerse serios!
Tan mala como divertida, Story of Ricky (Riki-Oh) es una exagerada salvajada de serie z oriental, con todo lo que dicha etiqueta implica. Manga, gore artesanal a raudales, artes marciales, caspa a toneladas, malas actuaciones, deplorable guión… todo ello, como debe ser, adobado en excéntrico humor oriental (voluntario e involuntario). Estas características hacen de este atentado contra el cine un divertimento para los forajidos sin escrúpulos de este séptimo arte, tomado demasiado en serio en muchas ocasiones.
Plagada de errores, la película recorre en su hora y media de ínfimo presupuesto los rincones de una futurista y viciada cárcel donde, al más ortodoxo estilo arcade, el protagonista se enfrenta a diversos enemigos hasta llegar a los malos finales de cada fase, la temible Banda de los Cuatro que, bajo la supervisión de un cruento alcaide, controlan la prisión y sus turbios negocios. La premisa, irrelevante y banal, solo vale para mostrar las tropelías surgidas de enfermas mentes cultivadas en soja. Los efectos especiales, hijos del momento histórico, son de pasmosa cutrez pero consiguen lo que persiguen: adornar lo que de otra manera no pasaría de ser un catálogo de lo que en cine no se debe hacer.
Cabezas que estallan por los golpes, tripas arrancadas, tendones cercenados, exageradas armas, tanto cortantes como romas, que mutilan o aplastan miembros y extremidades, ojos arrancados… son algunas de las sutilezas que pululan por la obra, con la sana intención divertir y, menos mal, ornar el escasísimo (por no decir nulo) interés que la trama pueda generar.
Vamos, que si no te va la caspa, el cutrerío oriental salpicado por tremendas dosis de hemoglobina y tripas, la psicotronía más pura y dura pasada por el cedazo amarillo, puedes ahorrarte esta pieza underground menor del cine del extremo oriente. Si, por el contrario, eres curioso, transiges o simplemente (¡no lo confieses en público!) disfrutas con la bizarría oriental y sus obsesiones más viles y sevicias, esta peli te hará pasar un entretenido rato. Eso sí, no olvides frotarte los ojos de vez en cuando para comprobar que lo que ves es real (en tanto en cuanto, alguien lo escribió, produjo, rodó…).
Mala como ella sola. Mala como solo la Serie Z oriental debe ser.
Y, por ello y solo si te consideras un irremediable e irreverente cinéfago, recomendable.
Riki-Oh es serie b oriental y con todo lo que esto conlleva es cutre, ridícula y el guión es más simple que un huevo frito…
Pero es tan salvajemente divertida y la barrabasada es cada vez menos inocente que la anterior que no puedes evitar sentir una cierta complicidad emocional hasta con el personaje más escueto.
Esta película te ofrece acción, sangre, todo clarito… es lo que te da. No se anda con rodeos de oscuridad, suspense, ni gritos cansinos ni mierdas.
Ni cinco minutos entre escena con sangre y escena con sangre. Muy divertida.
No es una obra maestra pero tampoco se te vende como tal, es una película simplona cuyo objetivo es entretener. No pretende ser realista ni compleja en ningún momento.
Personajes pintorescos y carismáticos en grandes cantidades, vísceras, puñetazos que atraviesan cuerpos, mucha salsa de tomate… y todo muy seguido. No hay un sólo rato en la película que no dejen de sucederse.
Todo lo contrario a mierdas como la matanza de texas y esas películas que para ver una gota de sangre te lo envuelven todo en oscuridad con un grito desesperante de una chica durante un rato tan grande que acabas `pasando la película para adelante´.