Hidden: Lo oculto
Sinopsis de la película
Tom Beck, un agente de policía de Los Ángeles, y Lloyd Gallagher, un detective del FBI, tienen que resolver unas extrañas muertes en las que existe un patrón común: el repentino cambio de comportamiento de la futura víctima y la gran resistencia al dolor de la misma. Detrás de estas misteriosas muertes se esconde un alienígena que se introduce dentro de las personas hasta controlar completamente su cuerpo. Psycothriller premiado en los festivales de cine fantástico de Sitges y en Avoriaz.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Hidden aka
- Año: 1987
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6.4
63 valoraciones en total
El guión de The Hidden (aquí bautizada: Lo Oculto) que escribe Jim Kouf es una extraña, pero muy disfrutable y gamberra, mezcla de géneros cinematográficos, donde lo que a priori podría parecer descabellado cobra coherencia con una naturalidad asombrosa. El sorprendente cóctel lo forman, las películas de alienígenas invasores (son claras las influencias de la obra The Thing de Christian Nyby o John Carpenter), las películas de policías antagónicos que deben resolver un caso pese a sus discrepancias (ese mismo año, 1987, vio la luz la estupenda Arma Letal), las violentas cintas de acción ochenteras donde chusma armada hasta los dientes, sin escrúpulos y sin razón alguna lanzaba cantidades ingentes de plomo contra todo el que se movía, y como aderezado imprescindible, estupendas (y en este caso bien utilizadas) dosis de humor negro y macarra tan de moda en la época.
A la (loca) idea de partida, hay que sumar un modesto presupuesto, un director desconocido (Jack Sholder) que además venía de pinchar en hueso con la secuela de la mítica Pesadilla en Elm Street y unos actores sin excesivo carisma y forjados en su mayoría en la televisión (sólo Kyle MacLachlan venía de protagonizar dos films bastante notorios y comentados como fueron la irregular adaptación de Dune y el enigmático, turbador y excelente thriller Blue Velvet, ambas del amigo David Lynch). Pues he aquí que todos estos elementos que deberían de dar una mediocre producción, logran obrar el milagro, consiguiendo transformar en virtudes los posibles defectos y sacar el máximo rendimiento de todos los elementos mencionados.
Diría que fundamentalmente el gran acierto y responsable de los buenos resultados obtenidos es un inspiradísimo Jack Sholder que firma aquí con muchísima diferencia su mejor película (el resto de su filmografía es un continuo cúmulo de despropósitos) y también un montaje endiablo que no da un minuto de tregua al espectador (¡una verdadera montaña rusa de acción, sangre y humor!). Ejemplos de la gran labor tras la cámara y en la sala de montaje se aprecian en: un inicio demoledor donde observamos a través de una cámara de seguridad de un banco el violento atraco que sufre este, unas frenéticas y trepidantes persecuciones por las calles de Los Ángeles (sin necesidad de mostrar miles de planos por minuto tan utilizado últimamente por Hollywood, que básicamente lo que consiguen es marear y que no veamos nada), o el gran asalto a la comisaria para intentar acabar con el agente Lloyd.
Aunque he mencionado lo poco conocidos en la gran pantalla de los actores integrantes del film, hay que mencionar, pese a que todos cubren con solvencia su cometido, a los actores principales (Michael Nouri y Kyle MacLachlan) que transmiten buena química y veracidad en sus personajes y también la labor de la actriz Claudia Christian (sin duda, lo que más se me grabó en la mente cuando vi la cinta por primera vez con escasos 13 años) que interpreta a una stripper mutada en máquina de matar.
En el lado negativo, encontraríamos una partitura compuesta para la ocasión por Michael Convertino que soporta muy mal el paso del tiempo (¡ay esos horribles sonidos de sintetizador tan usados en la época!), unos efectos digitales incipientes que hoy día resultan irrisorios (curiosamente los efectos de maquillaje y de la criatura, muy del estilo de los primeros films de Cronenberg, siguen siendo estupendos), un desenlace apresurado donde todo resulta atropellado y en mi caso, un final edulcorado que rompe con el tono oscuro, macarra y bastardo que había imperado en la película a lo largo de todo el metraje.
Es evidente que no estamos ante ninguna obra maestra y no todo son aciertos, pero las posibles deficiencias del film quedan muy eclipsadas por sus hábiles bondades. Así que aquellos que aún no la han visto, les aconsejo le echen un ojo, porque esta joyita de culto del cine de acción con toques de terror y ciencia-ficción es endiabladamente entretenida y recomendable para pasar una sesión de cine un sábado por la tarde-noche con los colegas.
Extraña y divertida mezcla de géneros, magistralmente equilibrados, donde encontramos sangrienta pero inocua acción ochentera, ciencia ficción de serie B, nueva carne cronenbergiana, una dosis muy alta pero sorprendentemente tolerable de comedia (en tipo de comedia que intenta colar en algunas de sus películas John Carpenter pero bien hecho, sin hacer el ridículo), y quizás algo de terror. Rica en ideas, que luego han sido imitadas. Especialmente veo muchas cosas que luego usaría Men in Black, mucho más orientada a la comedia y al público infantil. También intuyo cosas en Gantz, pero esas quizás ya sean más casuales.
Guión lacónico en los diálogos, con muy buenas ideas, chistes de sonrisa bien colocados, no especialmente originales pero efectivos. Atentos, de paso, a la muy fugaz aparición de Danny Trejo.
Ritmo más que correcto, constante, desde la primera escena -realmente extraña, entre la violencia salvaje y la comedia, con una persecución en coches realmente bonita- hasta un final inesperado y abierto, en cierta manera.
Conclusión: un pasatiempo algo surrealista muy divertido, que se ve sin hacer esfuerzos mentales y que acabas de ver satisfecho. Recomendada para pasar un buen rato. Que es lo que se pretende, que diablos. Viva la serie B!
A partir de un guión-coctelera de géneros (ciencia ficción, terror y thriller de detectives), Jack Sholder firmó uno de los títulos más robustos del fantástico en la década de los 80. Narra las peripecias de un alienígena asesino capaz de introducirse en los cadáveres de sus víctimas mientras comprende que no hará carrera en la Tierra si no detenta el máximo poder. Así, desde su inicial afición al power-pop y los Ferrari, el extraterrestre descubrirá que, primero, el dinero y las armas, y luego, el sexo y la política, son indispensables para sus ansias de dominación.
Sin añadidos innecesarios ni subrayados triviales, el metraje de The hidden no discurre, más bien galopa. Y progresa no sólo por su vigor narrativo, sino también por su gratificadora capacidad de sugerencia. The hidden propone una visión maniquea del universo, y que la sociedad terrestre más bien tira hacia el lado corrupto de las cosas. Por su evidente modestia de recursos financieros, por estar protagonizada por actores de segunda fila, por su carácter fantástico, por sus satisfactorios logros, buenamente podría tildarse a The hidden de filme de serie B.
La serie B nombra a una industria cinematográfica que nació en Hollywood en el albor de la década de los 30 y perduró hasta la de los 50. Una industria. O sea, una infraestructura y una organización, una fábrica de películas en serie. La etiqueta de serie B hacía referencia a una forma de producir películas, no a una falta de presupuesto, a una escasez de aspiraciones, o a una identidad estilística, genérica o temática. Por tanto, si uno cataloga un filme francés o una película de 1978 dentro de la serie B debe comprenderse que se está permitiendo una licencia poética o que escribe sin conocimiento de causa.
Con un bajo presupuesto se puede conseguir una película más que decente. Es el caso de Hidden , una curiosa mezcla de cine fantástico y policiaco que depara momentos de verdadero gozo. Una historia que va desarrollándose sin freno alguno, ni siquiera en el único momento de la cinta en el que por necesidades del guión se hace algo más intimista y que aporta pequeñas pistas para el desenlace.
Muy buenas secuencias de acción, buena interpretación colectiva, ritmo intenso: un film que entretiene verdaderamente, sin más pretensiones, sin necesidad de un discurso que lo haga todo coherente, es directa, violenta y fascinante, pese a sus muchas limitaciones. Muy recomendable para pasar algo más de hora y media de satisfactoria evasión.
Tras Terciopelo azul y antes de Twin Peaks, Kyle MacLachlan rodo esta joyita, (unánime e indiscutiblemente considerada de culto por los degustadores del buen fantaterror), dirigida por un pletórico Jack Sholder, que venía de rodar la segunda de la saga Elm Street y que nunca ha vuelto a realizar algo decente. Heredera de El enigma de otro mundo (John Carpenter 1982, Christian Nyby 1951) y precursora de Fallen (Gregory Hoblit 1998). Estamos ante una poderosa cinta, que a pesar de las limitaciones técnicas de la época y de su evidentemente bajo presupuesto, logra prácticamente desde el primer fotograma, crear una tensión con las andanzas de estos bichos alienígenas que saltan de cuerpo en cuerpo, convirtiendo a sus eventuales moradores (la maciza del descapotable es todo una gozada), en unas gamberras e indestructibles maquinas de matar (impagable la entrada a lo Terminator en la comisaria), que va in crescendo hasta llegar a un final por su camino. Muchísimo más que una correcta serie B.