Headhunters
Sinopsis de la película
Roger es un reputado cazatalentos noruego que vive en una maravillosa casa de campo con su esposa Diana, la bella propietaria de una galería de arte. En realidad, está viviendo muy por encima de sus posibilidades, si puede mantener ese ritmo de vida es gracias a que se dedica a robar obras de arte. En la inauguración de una galería, su esposa le presenta a Clas Greve, que, además de ser el candidato perfecto para el cargo de director general de la compañía de Roger, es propietario de una pintura muy valiosa. Roger ve que le ha llegado la oportunidad de alcanzar definitivamente la independencia económica y empieza a planear el robo del cuadro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hodejegerne (Headhunters)
- Año: 2011
- Duración: 98
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te mostramos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
6.8
24 valoraciones en total
De corte elegante, montaje dinámico y movimientos acompasados, Morten Tyldum nos sumerge en un universo de tiburones empresariales con pocos o ningún escrúpulo con tal de conseguir su objetivo. En ese marco nos encontramos a Roger, un cazatalentos de existencia aparentemente perfecta: tiene una preciosa mujer que acaba de inaugurar una galería de arte, vive en una casa que muchos desearían y posee un importante cargo en una de las empresas más competentes en su terreno… esperen, ¿había dicho perfecta? no del todo, pues tras toda esa fachada se esconde el perfecto patrón de un ladrón de guante blanco que se agencia famosas obras pictóricas para ingresar su valor real en el mercado negro, todo ello con la ayuda de su compinche Ove —que a través de su delirante y excesivo comportamiento empezará a marcar los lindes de una obra que nunca sabes donde terminará—. Su existencia parece plácida y sus pinitos extra-laborales tampoco parecen arrojar un exceso de complicaciones a ésta hasta que aparece una misteriosa figura, la de Clas Greve, candidato perfecto para el puesto de director general en la empresa de Roger y poseedor de un magnífico Rubens original.
A partir de ese instante, Tyldum inicia un juego de casualidades que desmantela un guión cuya dirección parecía conducirnos al prototípico thriller de robos y giros de guión «in extremis», pero nos termina llevando a un rocambolesco film de acción que en ocasiones roza el delirio y se nos presenta como una de esas «raras avis» que desconciertan al espectador más por el modo de pergeñar secuencias de corte extraño y único, que por hacer virar la trama en un torbellino de inabarcables consecuencias que, en cierto modo, es lo que termina siendo de un modo tan particular que engancha y sorprende a partes iguales merodeando la mente de un trastornado espectador que en ningúno de los casos, y menos viendo su trailer, hubiese imaginado algo así.
Tyldum forja de este modo las características de un thriller que sobresale por su naturaleza extraña y cuya fuerza se cimenta en el poderío de unas secuencias que, por estrambóticas, confieren una entidad totalmente distinta a Headhunters. Es, de hecho, ese tono destartalado el que lleva el trabajo de Tyldum a territorios distintos e inexplorados alejando sus constantes del thriller al uso y convirtiendo lo que podrían haber sido momentos ridículos en la base de un título que da por sentado a qué ha ido el espectador a la sala —disfrutar y evadirse— y encuentra en esa máxima una de sus principales claves para funcionar tan rematadamente bien.
Cierto es que para ello no elude recurrir a lo escabroso de situaciones que pondrán a prueba al público más suspicaz, pero quizá es en ese punto donde Tyldum encuentra el complemento ideal para un film que se termina mostrando más desacomplejado y cruento de lo que en un principio pudiera parecer, llegando a lograr que el cambio radical de look de su protagonista no signifique sólo una transformación que muestre su devenir, también el estado de las circunstancias que le rodean y lo extremado de unos límites inimaginables para un personaje así.
Muchos pensarán incluso, al provenir otra vez de los parajes del norte de Europa, que ante Headhunters se toparán con otra de esas raciones de frío glacial y búsqueda de unas constantes distintas al cine USA pero que no son tan lejanas a lo que se hace en los «States», pero nada más lejos, y gracias a la cooperación de unos intérpretes que parecen estar metidos hasta el fondo en unos papeles que les vienen como anillo al dedo, Headhunters consigue desmarcarse de esa tónica y dar muestras de que hay vida más allá de Millennium y sucedáneos baratos, completando así una propuesta que tampoco olvida los momentos de crisis y posee un interesante trasfondo para aquel que quiera encontrar algo más que una desmadrada distracción.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Cine negro noruego de calidad. Un individuo bastante frio y desagradable dirige una empresa de cazatalentos en su vida pública, y en su vida privada roba obras de arte para mantener un lujoso estilo de vida (y para reivindicarse ante si mismo también, que debe ser muy duro medir 1,68 y tener que desenvolverse diariamente entre tanto maciste vikingo sin que sufra tu autoestima).
El filme inicia frío y en apariencia lento, hasta que nuestro protagonista ejecuta el golpe equivocado. A partir de entonces el sujeto emprende una torpe carrera vertiginosa para intentar salvar su pellejo donde todo sale mal o peor para sus intereses. Aparecen los primeros muertos y uno empieza a sospechar que aquí hay algo más que no nos han contado… Las desventuras de este muchacho lo hacen más accesible al espectador, que puede llegar a empatizar con este handicapado en el país de los seres perfectos.
El guión tiene giros y no es superficial. Las interpretaciones son muy adecuadas. Hay violencia y tensión. El ritmo narrativo es bueno. Hasta se lllega a tener simpatía con el protagonista. La única objección quizá sea el final, pero esto, por supuesto, es opinable.
Si te va el cine negro, yo creo que ésta te tiene que gustar.
Esta es una de esas películas de la cual no has oído hablar pero que, ante la pésima oferta del verano, eliges simplemente por descarte de las otras. Y entonces ocurre que, de repente, te encuentras con algo que no esperabas: una mezcla de thriller, film de acción, espionaje y humor que te engancha y sorprende desde el minuto uno.
Un director desconocido de nombre casi impronunciable, Morten Tyldum, nos presenta una estupenda historia con un elenco de actores también desconocidos, excepto Nikolaj Coster Waldau, actor danés famoso en el mundo entero, por su soberbia interpretación de un malo que está muy bueno (no hay más que contemplar la foto): Jaime Lannister en Juego de tronos.
Aparentemente vamos a introducirnos en la aburrida vida de Roger, un frío y estoico cazatalentos noruego, acosado por las deudas que acumula gracias a su empeño por vivir muy, pero que muy, por encima de sus posibilidades, casado con una imponente mujer que igualmente, dada la más que evidente diferencia de atractivo físico entre ambos, también parece por encima de sus posibilidades, lo cual le genera bastante inseguridad y estrés.
Enseguida nos enteramos de que el inexpresivo Roger cuenta con otra fuente de ingresos, en apariencia segura y fácil. Cuando aparece en escena el atractivo Clas Greve se enmaraña tanto su matrimonio como su doble vida, lo que le obligará a comportarse de una manera que nunca hubiera imaginado.
La película, que arranca de manera suave, te introduce de golpe en un paroxismo de violencia, sangre y muerte que te deja literalmente pegado a la silla. El ritmo se vuelve vertiginoso, casi no puedes seguirlo.
Aunque en muchas ocasiones crees adivinar lo que está pasando y casi empiezas a perder el interés, el guión es tan bueno que está repleto de trampas en las que el espectador incauto cae una y otra vez, sin llegar a saber cuál será el desenlace hasta el final. Y todo eso sin olvidar las perlas de humor macabro, escenas muy bestias, sí, pero que te arrancan más de una sonrisa.
Pese a la velocidad con que todo sucede asombra el perfecto engranaje en el que se inserta cada palabra, cada escena, cada detalle por nimio que parezca. Todas las piezas tienen su lugar en el genial puzle final que es la película.
¡La recomiendo!
Gran película noruega llena de giros inesperados (continuamente, no solo en el final) en la que siempre está pasando algo importante para la trama. Aunque os parezca un poco lenta al comienzo, en seguida os daréis cuenta de que no es así.
Si, hay desnudos, escenas de sexo y sangre pero no son para nada gratuitas ni pesadas. Ni nos bombardean con ellas. Están en los momentos imprescindibles porque son imprescindibles: no verás al cachitas de Hollywood que a todo sobrevive sin ningún rasguño, la gente se hace pupa y la película te lo muestra.
A lo mejor sobraba un poco la narración en primera persona. A mí es que esas cosas de la voz en off en general me molestan, me sacan de la película. Podrían habérselo currado un poquito más. Al igual que el final, demasiado convencional.
Pero en general es una buena propuesta, diferente y la recomiendo. Incluso a los amantes del cine de acción americano les gustará (Pero deben verla en VOS).
Por cierto Nikolaj Coster-Waldau, el conocido matarreyes de Juego de Tronos sabe sacarle el jugo a su papel… es enorme este actor.
Morten Tyldum se pone en el mapa definitivamente con Headhunters , adaptación de la novela de Jo Nesbø de la que probablemente escucharemos hablar en los próximos años cuando Hollywood se decida a adaptarla y probablemente simplificarla. De gran éxito en Noruega, este thriller con ecos al cine negro (femme fatale incluida) se inicia con una voz en off que sirve de presentación del protagonista, un hombre que asegura haber logrado todo aquello que quiere aún midiendo 1.68cm . Por el día es un cazatalentos, por la noche falsifica obras de arte… a cambio, tiene a una espectacular rubia como prometida, y una cuenta bancaria temblando, aunque ella no lo sabe. La aparición de un tercer personaje da pie a un triángulo y con ello todo termina por salirse de madre.
Con un sentido del humor autoconsciente (un poco al estilo No Country for Old Men de los Coen), Headhunters sorprende por la solidez de su guión (las lagunas que tiene se le perdonan en favor del espectáculo) y las notables interpretaciones tanto del protagonista, Aksel Hennie (uno de los rostros más populares del país) como de su rival, Nikolaj Coster-Waldau, habitual en producciones nórdicas y rostro conocido ya en prácticamente en todo el mundo tras su paso por la serie de la HBO Juego de tronos , dando vida a Jaime Lannister. Adrenalítico y entretenido en todo momento, el problema es que en su tercer acto se lo juega todo a una sola carta y cae un poco en el exceso, aunque cierra coherentemente las cosas (aunque más negrura y menos perdices habrían estado bien). Una buena propuesta que se ve y se disfruta sin ningún problema. Toda una sorpresa de una producción de la que poco cabía esperar. Para ver y disfrutar sin prejuicios, y perdonando las licencias que se toma en favor del espectáculo.