Harry Potter y la piedra filosofal
Sinopsis de la película
El día en que cumple once años, Harry Potter se entera de que es hijo de dos destacados hechiceros, de los que ha heredado poderes mágicos. En la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, donde se educa con otros niños que también tienen poderes especiales, aprenderá todo lo necesario para ser mago.
Detalles de la película
- Titulo Original: Harry Potter and the Sorcerers Stone aka
- Año: 2001
- Duración: 152
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Opinión de la crítica
Película
6.8
46 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alan Rickman
- Alfred Enoch
- Daniel Radcliffe
- David Bradley
- Devon Murray
- Emma Watson
- Fiona Shaw
- Harry Melling
- Ian Hart
- James Phelps
- John Cleese
- John Hurt
- Julie Walters
- Maggie Smith
- Matthew Lewis
- Oliver Phelps
- Richard Griffiths
- Richard Harris
- Robbie Coltrane
- Rupert Grint
- Sean Biggerstaff
- Tom Felton
- Warwick Davis
- Zoe Wanamaker
Se sea o no adicto a Harry Potter, algo que se le debe reconocer a esta película y agradecer entusiastamente a director y guionistas, es el innegable respeto por la obra en que se basa. HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL es una adaptación casi milimétrica del libro homónimo de Joan Rowling. Yo leí el libro luego de ver la película y es la primera vez que uno de los dos no me decepciona. Los cambios que hay son mínimos, y están justificados por la necesidad de resumir o por el deseo de provocar más tensión o emoción, y resultan creíbles en el marco en que se desarrolla la trama.
Diez puntos también por la elección del elenco. Que Harry sea un calco del original literario tal vez no sea una gran hazaña, pero Robbie Coltrane en el papel de Hagrid, Maggie Smith encarnando a la muy estricta Minerva McGonagall y Richard Harris en la piel de Albus Dumbledore, son elecciones que a priori podrían haber resultado menos obvias y, no obstante, hacen pensar que los mismos personajes saltaron de las páginas del libro directamente al celuloide. A mi entender, las palmas se las lleva Alan Rickman, quien da vida al ambiguo Severus Snape.
Naturalmente, por la naturaleza misma del libro, esta película es pródiga en efectos especiales. Me complace decir, sin embargo, que están donde deben estar, no sobra ni uno. Ojalá esta norma fuera seguida más a menudo…
… y muy bien, por cierto.
Esta película representa exactamente lo que es Harry Potter: magia pura. Y no me refiero a la ocupación de sus protagonistas, sino a la sensación que produce en el lector/ espectador. Es la sensación de creer que todo es posible, que el colegio al que todos soñamos ir existe, que podemos volar en escoba y enfrentarnos a peligros inimaginables.
Cierto es que la historia es la más infantil y pueril de las cinco estrenadas hasta la fecha, y que Columbus pierde mucho tiempo (necesario, por otra parte) en presentar a todos los personajes y ambientes, pero eso no quita para que sea una excelente película de aventuras para todos los públicos. Los tres jóvenes protagonistas ya apuntaban excelentes maneras aquí, y el resto de los actores… pues qué decir de ellos. Desde Maggie Smith hasta el excelente Richard Harris (también el Dumbledore más cercano al del libro. Una lástima que nos dejase) pasando por Alan Rickman o John Hurt, todos brillan, sea su papel importante o no.
Para soñar, entretenerse y admirarse del talento de Columbus y su equipo (esa música maravillosa de John Williams, esos decorados de Stuart Craig…).
Lo mejor: El tono de la película, 100% Harry Potter.
Lo peor: Nada, salvo que todas las otras películas, con la excepción de la quinta, han sido mejores, aunque éso no es culpa suya.
Harry Potter, creado por la británica J. K. Rowling, es un digno heredero de los mejores clásicos de la literatura infantil y juvenil anglosajona. Roald Dahl y Enid Blyton escribieron libros protagonizados por niños que obraban al margen de los adultos y que afrontaban desafíos extraordinarios, solían actuar en pandilla (Blyton) y la magia no era ajena a sus actos (Dahl).
Las aventuras de Harry Potter suceden en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicería, un colegio elitista en el que se imparte una educación basada en el fomento del espíritu competitivo, el clasismo, la agresividad, las rencillas, el favoritismo y la admiración hacia el líder. Por otro lado, la póliza del seguro escolar debe de ser altísima debido a la alta probabilidad de caer desde el torreón más alto, de quedar chafado bajo la tranca de un trol o de estamparse a toda velocidad contra una pared.
The sorcerer’s stone es una sincera y grata exaltación de la travesura, o aventura infantil, el propio director del colegio, Albus Dumbledore, incita la trastada al advertir con voz solemne y rostro grave, en el acto de presentación del curso escolar: Debéis tener en cuenta que el bosque oscuro y el pasillo derecho del tercer piso están fuera de los límites permitidos para todos los alumnos.
En el plano estrictamente cinematográfico, debido al afán de sorprender plano tras plano con el inagotable mundillo mágico de Potter y sus amigos, el conjunto resulta un tanto plano. Cada secuencia de la película se sucede a ras con ras de la siguiente y tiende a centrarse más en el entorno maravilloso que rodea a los personajes que en los propios personajes.
Primera de las siete (cinco por el momento) adaptaciones de los populares libros de J. K. Rowling. Chris Columbus consiguió despertar el interés por la saga de forma que cada nueva película atrae a más y más seguidores a las salas.
Muchos de ellos, sin embargo, se sintieron traicionados al ver que varias partes importantes del libro eran cambiadas o directamente suprimidas. Comprensible al tratarse de niños que no entienden que el lenguaje cinematográfico no es igual al literario, y que únicamente querían ver la novela trasladada a la gran pantalla pasaje por pasaje.
Aun siendo una adaptación algo infantil y dirigida por tanto a este público, los actores más veteranos cumplen correctamente con sus papeles: un ya póstumo Richard Harris en el papel del mago Dumbledore, mentor de Harry y director de Hogwarts, Maggie Smith con sus transmutaciones a gato, un gigantísimo Robbie Coltrane, y el muy interesante Alan Rickman en el papel del profesor Snape. En cuanto al trío protagonista, en esta primera entrega se limitan a poner caras a los personajes del papel. En el apartado sonoro, un John Williams que pone música al relato creado por Rowling con resultados muy satisfactorios.
Con un tramo final realmente emocionante en el que Harry y sus inseparables Ron y Hermione deberán superar varias pruebas (a destacar el ajedrez), este primer capítulo de la extensa saga suple su aire infantil con elementos mágicos que la sitúan como una producción diferente, simpática de visionar, entretenida al máximo, y cuyo desarrollo en libros/filmes posteriores la harán crecer aún más.
Les debía sendas críticas a la primera y a la segunda entrega de la saga potteriana, tras haber escrito previamente las de las tres últimas partes.
Entré en contacto con las novelas de J. K. Rowling allá por la primavera de 2003. Un día, curioseando en el estante de la habitación de mi hermano mayor, vi que tenía dos libros que yo no había detectado en inspecciones anteriores. Eran los dos primeros volúmenes de la saga de Harry, Harry Potter y la piedra filosofal , y Harry Potter y la cámara secreta . Se los pedí prestados a mi hermano y empecé a devorarlos.
La trama me enganchó inmediatamente y me sumergió en ese mundo donde la magia es algo corriente y está institucionalizada, admitida como parte de la vida normal en la comunidad mágica, de la cual la comunidad no-mágica (los que no tienen dotes para la magia y desconocen su existencia) no tiene conocimiento.
Desde el principio, me resultó fascinante la naturalidad y la meticulosidad con las que la autora presentaba ese mundo paralelo de los magos, que convive secretamente junto al de los muggles o no-magos.
Harry siempre se ha sentido como un cero a la izquierda, y su familia adoptiva (su tía materna, el marido de ésta y el hijo de ambos) se encarga cada día de recordarle que es una carga. Huérfano, despreciado por sus únicos parientes, sin un verdadero hogar, solo… Nunca ha tenido ocasión de ser feliz. Nunca se ha sentido especial.
Hasta que, el verano en el que cumple once años, todo da un vuelco y su vida cambia por completo.
Es un mago. Está inscrito en una escuela de magia.
Él ni siquiera sabía que todo eso fuera posible. Pero intuía desde siempre que tenía poderes especiales que no comprendía.
La emoción del descubrimiento, su inmersión en la comunidad mágica, los primeros amigos que ha tenido (y los mejores que tendrá), saber que su destino le abre muchas posibilidades, y experimentar la felicidad, algo que se le había negado… Lo vivimos junto a Harry. Su estupor al saber que vale para mucho más que para sentirse un estorbo. Su lealtad a sus nuevos amigos.
Pero también supone salir de la ignorancia y comenzar a hacer frente a sus amenazas personales, una terrible cuenta pendiente que un ser absolutamente malévolo, Lord Voldemort, mantiene con él, sin que él hubiera sabido nada de semejante enemigo.
El limpio corazón de Harry, y su alma lastimada pero no humillada ni rota, van a ser duramente puestos a prueba.
El pequeño mago tendrá que madurar deprisa y demostrar que puede enfrentarse al mago más malvado de todos los tiempos.