Guerra Mundial Z
Sinopsis de la película
Cuando el mundo comienza a ser invadido por una legión de muertos vivientes, Gerry Lane (Brad Pitt), un experto investigador de las Naciones Unidas, intentará evitar el fin de la civilización en una carrera contra el tiempo y el destino. La destrucción a la que se ve sometida la raza humana lo lleva a recorrer el mundo entero buscando la solución para frenar esa horrible epidemia.
Detalles de la película
- Titulo Original: World War Z
- Año: 2013
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
Película
6.1
50 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Ann Ogbomo
- Assaf Ben-Shimon
- Brad Pitt
- Christian Wong
- Daniella Kertesz
- David Andrews
- David Morse
- Elen Rhys
- Elyes Gabel
- Eric West
- Ernesto Cantu
- Ewan Ross
- Fabrizio Zacharee Guido
- Fana Mokoena
- Grégory Fitoussi
- James Badge Dale
- Jane Perry
- John Gordon Sinclair
- Jonathan Howard
- Josh Wingate
- Julia Levy-Boeken
- Katalin Dombi
- Khalid Laith
- Kingsley Ben-Adir
- Konstantin Khabenskiy
- Lee Colley
- Lee Nicholas Harris
- Lucy Russell
- Maddox Jolie-Pitt
- Maisam Masri
- Mark Holden
- Matthew Fox
- Michael Jenn
- Michiel Huisman
- Mike Noble
- Mireille Enos
- Moritz Bleibtreu
- Nick Bartlett
- Nikola Djuricko
- Noa Bodner
- Ori Pfeffer
- Peter Capaldi
- Pierfrancesco Favino
- Renu Setna
- Richard Thomson
- Ruari Cannon
- Ruth Negga
- Shaul Azar
- Sterling Jerins
- Tim Berrington
- Troy Glasgow
- Tzafetaas
- Vicky Araico
- Yaniv Rokah
- Yousef Hayyan Jubeh
Dos años desde que se inició el rodaje, multitud de reescrituras de guión, una larga retahila de productores que se unieron al proyecto a medida que la pasta se iba acabando, peleas entre productores y director, escenas suprimidas o rodadas a la carrera para meterlas con calzador a última hora, más de 200 millones de presupuesto…¿de verdad es TAN complicado hacer una película de zombies?. Quizás es un tema demasiado visto y en el que se han usado ya todos los trucos del sub-género en infinidad de películas, pero si se cuenta con un material tan denso y moldeable como las novelas de Max Brooks cabria tener la esperanza de poder hacer algo sorprendente y espectacular. Pues World War Z es justamente lo contrario a eso: más bien aburre y es predecible de principio a fin.
Quien sabe si este proyecto fue concebido de forma diferente en su inicio, cuando al bueno de Brad Pitt le recomendaron comprar los derechos de una novela rara que entró en la categoría de culto al poco de ser publicada. Me imagino que las primeras escrituras de guión fueron muy diferentes al resultado final, pero a medida que fueron metiendose en el rodaje y el dinero se escapaba como agua entre los dedos sonaron todas las alarmas y los productores decidieron cambiarlo todo e introducir un matiz que salvara la película del más que presumible fracaso comercial: World War Z sería una película FAMILIAR. Solo hay dos clases de personas que cuentan con las suficientes pelotas como para dar a un film de terror un envoltorio familiar para que pueda ser vista sin problemas por espectadores de todas las edades: un genio o un idiota. El primer tipo está personificado en Spielberg (recuerden Poltergeist), el segundo viene a ser la mayoría de encorbatados que pueblan las productoras de medio mundo. Los productores de este mondongo al que me refiero y que me ha hecho perder 2 horas de mi vida y cerca de 20 euros de mi cartera son esa clase de iluminados que cree que solo arrastrando a familias con niños al cine conseguirán luchar contra la piratería. Quizas así arañen unos pocos de dólares y repartan dividendos entre los productores de palomitas y las empresas concesionarias de parkings, pero a los cinéfilos, a los melómanos, a los frikis de toda la vida hace tiempo que les perdieron y con productos como este están a años luz de recuperarlos.
¿He dicho ya que esta es una apestosa película buenrollista y familiar? ¿Pero no va sobre un supuesto apocalipsis zombie? ¿No deberiamos haber visto destrucción, debastación, sangre, visceras y conflictos entre los supervivientes? Eso lo verán ustedes en otras películas dedicadas al tema. En World War Z no hay ni una sola gota de sangre, lo que vendría a ser como hacer una película porno sin penes o vaginas. No hay conflictos, todos los personajes son tan buenos que te los comerias a besos. Y no hay acción a destacar, solo cargantes escenas de masas donde te entretienes viendo a enanitos creados a golpe de CGI. Y casi me atrevería a decir que tampoco hay zombies, solo fans del heavy metal a los que se les va el moshpit un poco de las manos.
Lo primero que ha de decirse para arrojar luz sobre la obra de Marc Forster, es que la Z que aparece en el título, viene de Zombi. Dato que al parecer no ha debido quedar demasiado claro, dada la cantidad de críticas que se han hecho denunciando la falta de realismo de la historia.
Guerra Mundial Z, o Guerra Mundial Zombi para que no haya lugar a dudas, una superproducción con un presupuesto de doscientos millones de dólares y con Brad Pitt como protagonista. Indicadores más que suficientes de que no estamos ante una cinta independiente, con una serie de mensajes ocultos, diálogos con segundas intenciones, escenas fuera de cámara y sangre a borbotones, de eso ya se encargaron grandes obras del género como, Yo anduve con un zombie, 1943, del mítico director de serie B, o serie Z (esta ya no es por Zombi), Jaques Tourneur, en la que, como muchas otras, los zombis no eran mas que representaciones metafóricas de la podrida sociedad.
Este Blockbuster para toda la familia, que mezcla acción y terror light de forma muy efectiva, es la adaptación de la novela de Max Brooks, Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi, donde poco queda de aquel mito haitiano, en el que un hechicero vudú, mediante una serie de ritos mágicos conseguiría resucitar a un muerto, que quedaría posteriormente a su disposición, obedeciendo su voluntad como esclavo.
Historia de tintes apocalípticos en la que el planeta Tierra se ve amenazado por un virus de muy rápida propagación, que va convirtiendo a sus habitantes en agresivos caníbales. Lejos quedaron aquellos seres torpes y lentos, con los que el cine siempre había representado a los muertos vivientes, recordemos aquella carismática interpretación de Bela Lugosi en la considerada como la primera película de zombis, La legión de los hombres sin alma, 1932. Los actuales monstruos son extremadamente fuertes y veloces, más parecidos a los representados por Francis Lawrence en Soy Leyenda, 2007. Con un panorama así, es imprescindible la intervención de un héroe que consiga la salivación del mundo (Estados Unidos), un Brad Pitt, que ha dejado de lado al chico cool y guaperas arrogante que, por otro lado, tanto nos gustaba, para empezar a aceptar que el paso del tiempo afecta a todo el mundo. Interpretando un papel mucho más maduro, que consigue una gran empatía con un espectador convencido de que nada de lo que pase en derredor tiene verdadera importancia, siempre y cuando Gerry Lane consiga escapar.
Gerry es un experto en zonas de conflicto que trabajaba para la ONU hasta que se retiró de forma voluntaria para dedicarse a su familia y a las tareas del hogar. Cuando la situación se complica, su antiguo jefe se pone en contacto con él para que lidere la misión de reestablecimiento del orden, a cambio de mantener a su familia a salvo en un refugio protegido y abastecido en medio del océano. Sólo un país, Israel, ha sido capaz de prever semejante ataque, con una explicación, cuando menos ingeniosa, y preparando la ciudad como si de una gran fortaleza se tratase, que pondrá a prueba a los violentos depredadotes (mucha atención pues aquí presenciaremos una de las escenas más espectaculares que se han visto en mucho tiempo)
El trabajo de Forster ha sido el esperado, poca opción ha tenido el realizador viendo la irrisoria lista de productores y productores ejecutivos que encontramos tras los créditos. Un director que comenzó haciendo cine independiente, pero que poco a poco se ha ido convirtiendo en el chico para todo de Hollywood, un hombre que pasa inadvertido, trabaja bien y de forma profesional, y al que no le importa dejar de lado su opinión artística en pro de las exigencias de grandes productoras.
El nivel de tensión mantenido durante todo el filme es bastante alto, Forster no da tregua al espectador mediante el uso de persecuciones trepidantes y un endiablado ritmo que solo se verá interrumpido en escenas del más absoluto silencio en las que, el pisar un cristal o el sonido de una lata rodando, mantendrán los nervios a flor de piel. La banda de rock británica MUSE, será la encargada de acompañar y marcar el ritmo de la acción, rompiendo con esos silencios incómodos.
A modo de conclusión, si sois aficionados al cine de acción, y os apetece pasar un rato entretenido, Guerra Mundial Z es vuestra película. Si por el contrario es el cine de autor lo que os gusta, entonces quedaros con George A. Romero.
Los que hayan leído (y les haya gustado) la estupenda novela de Max Brooks sobre la que se supone (y es mucho suponer) que está basada esta película, deberían abstenerse de verla, pues corren el riesgo de ser infectados por el virus de la rabia cinéfilo-literaria y emprenderla a mordiscos con el director, con los guionistas (por cierto, ¿qué carajo pinta J. Michael Straczynski, el creador de la serie de c/f Babylon 5 en este desatino?), con los productores y con el mismísimo Brad Pitt.
La película es mala, pero mala hasta decir basta. Como ya adelantó Max Brooks en una entrevista, la relación de la película con el libro se limita al título y a alguna referencia adicional cogida con alfileres.
Si el libro es la crónica de la lucha por la supervivencia de la humanidad frente a un enemigo implacable (lo mismo daría que fuesen zombis, vampiros, alienígenas, programadores de Tele5 o concejales de urbanismo) a lo largo de más de una década, aquí tenemos una peli familiar en la que el superhéroe de turno (Brad Pitt) se basta el solito para salvar al mundo en poco más de un fin de semana. Para más detalles sobre sus hazañas, ver el spoiler .
Sí, la película contiene algunas escenas de destrucción urbana y de masas (digitales) notables, pero básicamente son las que pueden verse en los trailers de las salas de cine y de Youtube, así que pueden ahorrarse los 8 euros de la entrada.
En cuanto a los zombis, son de risa: se pasan todo el rato gruñendo, dando mordiscos al aire y corriendo como gamos de un lado para otro, haciendo gala de una agilidad y poderío atlético que ya quisieran para sí los miembros de la delegación olímpica de atletismo española. Lo de ese virus es dopaje y lo demás, tonterías.
Por otro lado, esta es la primera película de zombis en la que no se ve ni un mal pedazo de víscera sanguinolenta humana. Pero claro, es que es familiar . Vamos, el apocalipsis zombi más políticamente correcto de la historia del cine.
¿He dicho zombis? ¡Venga ya! Si los monstruos más parecen asistentes a un concierto de heavy metal pasados de tripis y cerveza que acabasen de levantarse a la mañana siguiente con una resaca de cojones. ¿Dónde están los lentos pero seguros enjambres de muertos vivientes que describe Brooks en su novela? Y, por cierto, ¿dónde está en esta película la fundamental batalla de Yonkers, el nuevo Pearl Harbor americano en la guerra mundial Z tan vívidamente descrita en el libro? Porque como sean las escenas iniciales, apañados vamos. Por no hablar de lo de Israel, que es que clama al Cielo.
¿Y la coherencia interna del guión? ¿Y las actuaciones? ¿Y los diálogos? Ni están ni se les espera. El guión empieza a ser difuso en los primeros cinco minutos para ser borrado del mapa durante el resto del metraje, sustituido por un mero espectáculo pirotécnico. La gran mayoría de los diálogos son bochornosos y las actuaciones más planas que una tabla de planchar.
¿Dos años de trabajo, multitud de cambios y doscientos millones de dólares para esta basura? En fin…
Tenemos ante nosotros la adaptación de Guerra Mundial Z, una obra de Max Brooks inadaptable. Lo cierto es que me ha sorprendido gratamente.
Brad Pitt se encuentra correcto en su papel de agente de la ONU que trata de proteger a su familia y de paso a la humanidad ante la invasión zombi y se encuentra respaldados por las interpretaciones de los diversos personajes secundarios (entre los que incluyo los zombis).
Para los amantes de House of Dead (que los hay) tendrán una buena ración de zombis epilépticos que dan saltos mortales, sólo que esta ocasión están mejor caracterizados.
La trama es aceptable, consigue mantener el interés al espectador de principio a fin que es al fin y al cabo lo que pretende. En cuanto a los diálogos, se conservan algunos fragmentos que recuerdan a la inadaptada obra de Brooks (el décimo hombre, la naturaleza como asesino en serie), lo cual se agradece aunque también nos preguntamos si podrían hacerlo mejor, más fiel.
El punto fuerte de la película son las grandes escenas de zombis en masa asaltando las ciudades, pero por desgracia la mayoría de ellas (y las mejores) se encuentran en los tráiler.
Por otra parte, existen algunas escenas (el avión o la huida del edificio) donde no está muy claro qué pasa y sucede demasiado rápido.
Algunos aspectos en los que podría estar mejor son, sin duda, los zombis. Son demasiado rápidos, demasiado sobrehumanos y al vez, muy fácil burlarles, muy diferentes de la obra de Brooks (nada más el tiempo de transformación a ritmo breakdance es para echarse las manos a la cabeza). Además, se sabe muy poco (casi nada) sobre la enfermedad zombi.
En conclusión, Guerra Mundial Z es una película palomitera que permitirá mantener al espectador entretenido (de forma efectiva) durante dos horas, pero a los fans del libro aclaro que no es una buena adaptación, más bien es una película con algunos guiños a la obra de Brooks.
Lo mejor: los zombis atacando en masa a la humanidad.
Lo peor: algunas escenas son bastante confusas.
Enésimo e intrascendente intento de darle más vueltas de tuerca a un género que, admitámoslo, empieza a oler a cadáver en avanzado estado de descomposición. Actuaciones monótonas, personajes superficiales, carrusel de tópicos del género, CGI a mansalva, militares y más militares e ingentes despliegues de medios, inverosímiles escenas de acción…en fin, para qué seguir. Y todo eso metido en un agitador y rociándolo con aromas de blockbuster veraniego. Resultado: World War Z , otro filme de zombis cualquiera.
Las películas de zombis se dividen en dos clases fundamentales. Las de zombis lentos y las de zombis rápidos. Las primeras suelen ser más verosímiles (dentro de lo verosímil que puede ser una historia de muertos que se levantan) porque nuestros purulentos amigos se desplazan torpemente, a veces arrastrándose, a veces cojeando, dependiendo del grado de mutilación que hayan sufrido en el momento de su muerte. Son seres débiles cuya gran baza es la perseverancia, la resistencia. Las segundas suelen ser más estúpidas porque un tío al que le han reventado el abdomen de un disparo o que le ha saltado media cabeza de un hachazo, simplemente, no puede alzarse como si tal cosa, correr como Asafa Powell y saltar como Spiderman.
WWZ pertenece al segundo subgénero, al igual que Soy leyenda o El amanecer de los muertos .
Pero vayamos al spoiler, va…