¡Gracias jefe!
Sinopsis de la película
A Jocelyne y Serge Klur, nada les va bien: su empresa fabricaba ropa de Kenzo (Grupo LVMH), cerca de Valenciennes, pero ha sido ubicada en Polonia. La pareja está en paro, acribillada de deudas y apunto de perder su casa. Entonces François Ruffin, fundador del diario Fakir, llama a su puerta, y les dice que les va a salvar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Merci patron!
- Año: 2015
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
6.8
75 valoraciones en total
Ruffin, periodista de corte social medio metido a político, se estrena en el cine con un documental satírico cargado de ironía rozando un limite en el que tanto se puede reír uno de aquello que se critica tanto como de quienes sufren lo criticado. Decir que sigue la linea marcada por Michael Moore es concederle demasiado crédito a Ruffin a pesar de que los franceses, paradigma de chauvinismo le hayan premiado con el Cesar al mejor documental. Documental de escaso valor artístico y cuyo componente de denuncia se pierde en algo más parecido a esos programas de televisión que gastan bromas o que tratan de descubrir hechos delictivos poniendo trampas a los delincuentes (estos últimos con mayor rigor que el documental que nos ocupa).
Ruffin, creador del periódico local Fakir, que autopublicita en la cinta, se define durante el metraje delante de sus hijos como un Robin Hood que roba a los ricos para dárselo a los pobres dando una sensación de estar muy contento consigo mismo.
La sensación que da es que toma una pequeña muestra de esos damnificados por los insaciables y despiadados tiburones financieros como Bernard Arnault para autopromocionarse con la película poniendo un parche, por muy loable que este sea, en una familia que se deja manejar y no tratando el problema en profundidad con los cientos de familias que quedan desamparados ante empresarios desalmados como Arnault y la falta de apoyo de las administraciones de turno.
En fin que parece que al final todos tenemos que decir: Gracias, Ruffin. Pero no es eso.
Este documental tiene la clarividencia de mostrarnos que los empresarios millonarios que hicieron su fortuna en base a despedir a miles de trabajadores y localizar sus fábricas en países con mano de obra barata son tan estúpidos como cualquier mortal. El film clama a la venganza y a la acción directa contra semejantes bandidos. Estaría muy bien un Merci Patron! en España con un Botin o un Amancio Ortega.
Buena la intención, mala la ejecución. Se nos empieza contando lo que es una realidad funesta e inherente al capitalismo, como es la internacionalización del capital y la competencia entre países que cada vez lo es menos en mejora de calidad y más en reducción de costes, por la vía principal de destruir los derechos laborales. Cuando otro país, que quiere atraer capital, permite explotar más fácilmente al trabajador, el capitalista cambia la fábrica de sitio y a los empleos estables y derechos laborales aquí conquistados les van dando. Hasta aquí perfecto, tema que merece denuncia y documental que merece atención.
Ahora bien, conforme van avanzando los minutos de metraje nos vamos dando cuenta de que el realizador está más preocupado en demostrar lo encantado que está de haberse conocido que en mostrar una realidad que permita sacar conclusiones de cara a una acción colectiva coordinada, o al menos centrada en un objetivo. El tío no tiene problema en tratar el asunto con humor, con una aparente intención de satirizar la política empresarial. Pero la mayoría de las veces simplemente se ríe de los perjudicados, sin lograr una metáfora reveladora o genialmente irónica que resuma la situación. Y estos, como es lógico, ponen cara de este tío de que va, vamos a reírle las gracias no vaya a ser que le cansemos como juguete y encima se pire sin ayudar .
No sé, no me parece que sea plan. El documental fracasa tanto en la forma como en el fin, pues no se sabe cuál es exactamente la conclusión que pretende que extraigamos, o si tiene conclusión siquiera. ¿Hay que ponerle humor a la vida porque no se puede luchar contra esto? ¿La acción colectiva es algo gracioso, pero mi bromita es más efectiva y alguna migaja arranco?