Frankenstein de Mary Shelley
Sinopsis de la película
La prematura muerte de su madre durante un parto, arranca violentamente a Víctor Frankenstein de su idílica vida en Ginebra. Desde ese día, la idea de vencer a la muerte será su obsesión y, por ello, decide estudiar medicina en Ingolstadt. Allí conoce al siniestro profesor Waldman, de quien se rumorea que pasó su juventud estudiando la posibilidad de crear un ser humano. Víctor no sólo se interesa por sus experimentos, sino que está dispuesto a llegar hasta el fondo de la cuestión cueste lo que cueste.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mary Shelleys Frankenstein
- Año: 1994
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
6.2
32 valoraciones en total
La que prometía ser la más fiel adaptación de la novela ha resultado un fiasco modernillo.
Lo mejor: De Niro, en una interpretación magnífica: ésta sí que es la criatura de Frankenstein más turbadora de la historia del cine, sobre todo por ser tan humana, y, por qué no decirlo, por el impactante maquillaje, el principio y el final, en el Polo Norte, las escenas con el anciano ciego, el apartado técnico en general, y poco más.
Lo peor: un Branagh demasiado teatral en ocasiones, como actor y como director, y demasiado protagonista, las mareantes escenas de preparación de la maquinaria y de los encuentros de los dos amantes –travellings circulares + reencuentro de los enamorados = modernez generalmente estomagante, y en esta ocasión lo es, ¡qué inquietante habría sido optar por la incertidumbre sombría y más pausada (similar a la usada en la parte ambientada en los hielos) en lugar de por los vertiginosos movimientos de cámara!–, el tramo final, tan acelerado que no te da tiempo a temer la aparición del monstruo , los fríos decorados de la mansión, carentes de vida y demasiado modernos (¡qué feas escaleras sin balaustrada, qué soso recibidor!), una historia de amor tratada de una forma demasiado Shakespeariana (¡pero ésta no es una obra de Shakespeare!, ¡no pega ni con cola en la historia de Shelley!).
En líneas generales, y teniendo en cuenta las épocas, es mejor la versión de 1931.
PD: Kenneth, tío, es imperdonable que no hayas aprovechado esta oportunidad de mejorar las versiones anteriores: ¡lo tenías a huevo con este guión y con este presupuesto!
Es posible que sea la más fiel adaptación de la obra maestra que salió de la pluma y la cabeza de Mary Shelley. Es más, me atrevería a jurarlo, después de tantas cintas de pseudo-terror protagonizadas por el pobre monstruo de Frankenstein. Pero yo hay algo que no le perdono a Kenneth Branagh, y es que rehaga la historia para adaptarla a su propia persdonalidad como actor.
Y excelente actor, éso ni dudarlo. Pero exageradísimo. E histérico. Y siempre igual. Éso quiere decir que Branagh me convierte al pobre Viktor Frankenstein en un reflejo de sus personajes de siempre, aliviándolo de gran parte de la carga traumática que arrastraba en la novela y que era exactamente lo que lo hacía tan interesante. Y por si fuera poco, ya en el colmo de la vergüenza, como Helena Bonham Carter le molaba más que a un tonto un lápiz, se inventa unas escenas entre los personajes de ambos de un contenido erótico que no existía para nada en el libro. Al menos, hasta el momento justo (la relación entre los personajes de Víktor y Elizabeth era puro amor desde el principio, un amor, además, difícil por el hecho de ser hermanos , lo que sin duda inhibía sus instintos más primarios). Por cierto, otra de las cosas imperdonables que hace es el final, donde pierde la cabeza por completo. Seguro que Shelley se revolvió en su tumba cuando vio lo que Branagh había hecho de su Elizabeth Lavenza.
Todo ésto no quita para reconocer el excelente trabajo técnico que presenta la obra, o la admirable presentación que se hace del monstruo (un adecuado De Niro), o la agradecida presencia de Tom Hulce y la propia Bonham Carter (la chica ha nacido para los personajes raros, ¿y qué mejor que casarse con Tim Burton para dar rienda suelta a esa faceta?). Pero todo es demasiado artificial y desquieciado como para resultar dramático o creíble.
Lo mejor: La dirección artística y la fotografía.
Lo peor: Las auto-concesiones que se hace Branagh, y el tratamiento que da a algunos personajes (ese Robert Walton de Aidan Quinn…brrrrr).
1992 marcó el comienzo de la nueva moda por adaptar a la gran pantalla los grandes mitos del terror. En ese año, Francis Ford Coppola estrenó con gran éxito de crítica y público Drácula de Bram Stoker , y dos años más tarde le tocaría el turno a Frankenstein. En esta ocasión, Coppola se limitó al papel de productor, y cedió la dirección a Kenneth Branagh, quien había alcanzado fama por adaptar a la gran pantalla, y de forma brillante, dos obras de Shakespeare: Enrique V y Mucho ruido y pocas nueces . En esta ocasión, Branagh contaría con un enorme presupuesto para recrear el mundo decimonónico y romántico que Mary Shelley había plasmado en su novela. Y el hecho fue que, a pesar de contar con un gran reparto y todo lujo de medios, la película resultó ser un fracaso de público y crítica. Los críticos, particularmente, se cebaron con Branagh, y le tacharon de pretencioso, teatral, pesado, vacío, etc, etc. Una vez vista varias veces la película he de decir que (como en muchas otras ocasiones), la película no es una obra maestra, pero tampoco es la basura asquerosa e inútil que casi todos predican. Se trata, en mi opinión, de una adaptación más bien shakesperiana y teatral combinada con todo tipo de movimientos de cámara (travellings, planos secuencia a mansalva, planos cenitales, etc), que, aun pasándose de rosca un par de veces, resulta eficaz a la hora de mostrar el atormentado y enfermizo espíritu de Victor Frankenstein, así como el espíritu romántico y desaforadamente terrorífico de la novela. Secuencias como el prólogo en el Ártico, la conversación entre Frankenstein y la criatura en la caverna de hielo, o la secuencia entera de la criatura en el bosque son verdaderamente notables, y hacen descansar la vista después de tanto movimiento circular de cámara. Y en el apartado actoral, pleno. Branagh se pasa de teatral e histriónico a veces, pero en general realiza una buena actuación, pero Robert de Niro sencillamente está perfecto dentro de su disfraz de carne cosida, ofreciendo tropecientos registros y mostrando con su mirada todo el desvalimiento y el sufrimiento de la criatura artificial. Aidan Quinn e Ian Holm están magistrales, pero, para mí, la sorpresa la representa un John Cleese sensacional en su papel contenido e hierático del siniestro profesor Waldman, que a veces da más miedo que la propia criatura. Helena Bonham Carter y Tom Amadeus Hulce también cumplen (especialmente este último), pero la actual mujer de Tim Burton da la sensación de ir de menos a más durante el filme.
Tú no le hagas caso a las críticas derrotistas, Branagh. Te ha salido un peliculón. Que sí, que cuando se dice Frankenstein , a todos se nos viene a la mente a un Boris Karloff en un tono sepia, para qué engañarnos… pero ya se sabe como es De Niro, personaje que encarna, favor que le hace (al personaje, claro).
Pues eso, tío. Tu película es muy válida para las nuevas generaciones que quieran conocer mediante el cine a Frankenstein, y les de algo de pereza acudir al cine clásico.
Frankenstein en estado semi puro, es lo que se piensa al ver que al titulo de la película le acompaña el nombre de la autora de la novela, sin lugar a dudas otro ataque de vanidad de K. Brannagh por distinguir su obra de las otras muchas filmadas anteriormente. No he visto esas películas así que no puedo valorar si el trabajo está mejor o peor hecho, lo que si puedo declarar es que comparada con la novela (cosa que es como no decir nada) la cinta es una porquería y que como película independiente hace aguas reiteradamente. ¿Por qué? En mi opinión la razón principal es que el guión es muy deficiente. Las escenas son apresuradas siempre que se trata de la descripción de personajes y sentimientos, pero largas, sostenidas y pelmazo cuando la empalagosa historia de amor se desarrolla o las partes más espectaculares visualmente tienen lugar. Por ejemplo, la creación del Monstruo dura sus 6 minutos largos con planos aquí y allá de un laboratorio excesivamente decorado, mientras que la conversación entre la criatura y Frankenstein es despachada en escasos 2 minutos, con una interpretación del señor Branagh que se merece dos osti*s bien dadas. Por no mencionar las líneas de dialogo que a veces evocan, lo digo en serio, las de las películas de Rocky, con desafíos pugilísticos por parte del monstruo y respuestas carentes de emoción y sufrimiento por parte del científico. En conclusión, las escenas en las que recae el peso de la película no son más que meras secuencias de fuegos de artificios donde lo único que se puede ver es acción al más puro estilo Indiana Jones, a pesar de que esta película no sea de aventuras, dejando muy arrinconadas aquellas partes en las que las ideas y el desarrollo de personajes tienen lugar. El resultado es un Víctor Frankenstein muy plano, sin motivaciones, con contradicciones inexplicables por el guión y simplemente histriónico, no romántico como algunas criticas tienden a equivocar, ir gritando por ahí con cara de loco no es ser romántico, en ese caso Jack Nicholson sería Lord Byron. El monstruo está en cierto modo estereotipado como un burrancano pega mamporros.
La segunda razón por la que pienso que la peli decepciona es por algunas alteraciones respecto a la novela que realmente la hacen perder: la introducción de la historia de amor como trama principal es intolerable, hace de la historia un pestiño como otro cualquiera y ralentiza el desarrollo de las otras líneas que si son importantes. Y otro error gigantesco es la supresión de las relaciones intimas entre personajes masculinos y la soledad que esto provoca en Víctor, que realmente en la película es un gambitero que no para en casa, no destaca por empollón, vamos, pues siempre nos lo encontramos de fiesta y demás, bailoteando alegre con todas las putitas que le rodean. Y lo de la novia zombi, ¡que insulto!
Vamos, esta peli es el producto de una resaca mal curada.