Eva
Sinopsis de la película
Año 2041. En un futuro no muy lejano, los seres humanos viven acompañados de criaturas mecánicas. Álex (Daniel Brühl), un reputado ingeniero cibernético, regresa a Santa Irene con un encargo de la Facultad de Robótica: la creación de un niño robot. Durante su ausencia, su hermano David (Alberto Ammann) y su novia Lana (Marta Etura) se han casado. La rutina de Álex se ve alterada de forma inesperada por Eva (Claudia Vega), la hija de Lana y David, una niña especial, magnética, que desde el primer momento mantiene una relación de complicidad con Álex. Juntos emprenderán un viaje que les precipitará hacia un final revelador.
Detalles de la película
- Titulo Original: Eva
- Año: 2011
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
6.3
70 valoraciones en total
Eva ha sido un gran sorpresa, una sorpresa muy grata. Tuve la suerte de ir al preestreno de la que seguramente es una de las mejores películas de ciencia ficción españolas.
En Eva está todo muy cuidado para adentrarte en una atmósfera hostil(pueblo pequeño, invierno y todo nevado). Es un futuro no muy lejano con una visión sobria, nada de supertecnología ni nada de eso, ha habido un avance, hay robots, pero sólo hacen tareas básicas que no quieren hacer los humanos, pero estos de cada vez evolucionan más rápido.
Tiene un toque retrofuturista que me ha entusiasmado, los ordenadores(que tienen pinta de ser Macs de los años 80), las máquinas, los aparatos electrónicos etc.
En cuanto a los actores, la niña tiene un carisma que no veía en un niño en el cine desde hacía tiempo( exceptuando Super 8), hace lo más difícil ser una niña a la vez que hablar como una adulta. En cuanto a los demás, hacen un papel correcto, aunque tampoco brillantes.
El guión es también su punto más fuerte y más débil a la vez. La película empieza muy fuerte y mantiene el nivel gran parte de la película. Te hace pensar en el futuro, qué pasaría si llegara esa época, las cuestiones morales y filosóficas de tener robots que pueden pensar como tú. Igualmente, el último tramo decae ya que dejan de lado algunas cosas sin más, cuando te han hablado de ellas todo el largometraje. Eso sí un final muy emotivo.
Por último, no puedo dejar de hablar de los efectos especiales. Simplemente geniales, no te desbordan pero cuando se dejan ver, te dejan maravillado, de lo mejorcito que he visto.
Simplemente id al cine a ver una buena película.
Grata sorpresa. Una puerta abierta para el cine español a un nuevo camino que esperemos que no se cierre.
Kike Maíllo dirige su primer largometraje, una película humilde, sencilla, sin grandes fuegos artificiales, creativa, innovadora hasta cierto punto en nuestro cine, y más profunda de lo esperado. Se desprende de la clásica ciencia-ficción, de grandes ciudades avanzadas y saturada tecnología punta. Nos acerca el futuro a nuestra cotidianidad, un escenario nevado en el que contar una preciosa historia.
Su fotografía es cuidada, aunque, a veces, demasiado clásica su planificación. A pesar de eso, el apartado artístico es muy bueno. Robots con ingenio, en su justa medida. Un futuro retro, que recuerda en cierto modo a Blade Runner , salvando las diferencias. Un escenario bellísimo, y la tecnología usada sin grandes artificios ni alardes de grandiosidad. La banda sonora es, en general, correcta. En momentos, espléndida y en otros se queda corta.
Los efectos especiales son buenísimos, realmente bien hechos y muy bien utilizados. El modo de creación del cerebro de un robot, me ha dejado sin palabras. Arte y más arte.
En cuanto al guión, nos encontramos con un Ulises, que regresa a su Ítaca particular en busca de Penélope. Muy a su pesar, es tarde, su Penélope está casada, y Telémaco… bueno, digamos que dará muchas sorpresas. Y en paralelo a esto, una gran pregunta, ¿Nos sustituirán socialmente las máquinas?, en cierto modo ya lo hacen, muchos creen estar profundamente unidos a su móvil, su maquinita o lo que sea. ¿Hasta dónde llegará esto? Preguntas que ya se hiciera Isaac Asimov, siguen planteándose y más ahora, donde la tecnológía está cambiando nuestra forma de ver las relaciones humanas. ¿Podrá una máquina sentir en algún momento? ¿Y qué efecto causará esto en nosotros?
El punto más bajo del film lo encontramos en la interpretación. Daniel Brühl y Alberto Ammann, patinan de vez en cuando con sus personajes. Sobre todo este último, a quien además le ha tocado un personaje, que realmente ha sido mal-tratado. Claudia Vega (Eva), sin embargo, es encantadora, nos sacará más de una sonrisa, un gran personaje, muy entrañable. Marta Etura muy correcta, y simplemente con su sonrisa emociona. Pero el punto alto se lo doy a Lluis Homar, me ha sorprendido mucho, qué dificil no caer en el ridículo con su personaje, y qué bien lo ha llevado. Grande.
La película en general, funciona, funciona y mucho. Impresiona, deja buen sabor de boca. Abre un poco el alma, y emociona. Su inicio, nos abre una pregunta que nos mantiene alerta ante toda la dulzura del film. Un montaje brillante para mantener las emociones necesarias en cada secuencia. ¿Es ciencia ficción? Sí, lo es. Pero es una excusa, un cambio de aires para nuestro cine, para contarnos un bonito drama.
Le pongo un 8, por la osadía del proyecto. Si señores, podemos hacer buen cine. Hay medios y hay talento, solo tenemos que creérnoslo.
Digan hola y adiós a Kike Maíllo, el próximo cineasta español que se va a largar a Hollywood en menos de lo que canta un gallo.
Porque alguien por fin se ha dado cuenta (además de Vigalondo): en este país se pueden hacer películas ciencia ficción.
Y es que en una cinematografía copada por comedietas televisivas, dramas cansinos, guerracivilismo, maltratos y parados, que se haga una película de robots no es nada más ni nada menos que una heroicidad digna de aplauso.
Más aún en este caso, en el que no se buscan pobres excusas para justificar una técnica deficiente. La historia pide tanto FX como diseños impecables… y film los exhibe.
Cierto es que la película no peca de original (se pueden detectar fácilmente huellas de I.A. , El hombre bicentenario , Minority report , Metrópolis (el de Otomo y Tezuka) y de hasta Beautiful girls , pero son males menores. No vayamos a pedirle peras al olmo. Tampoco EEUU nos ofrece originalidad.
¿Y la peli en conjunto? Bien, gracias. Construida a nivel narrativo, visual y sonoro con eficacia norteamericana. Los actores cumplen sin problemas, el ritmo durante medio metraje es excelente…. pero llega el drama y la cosa decae un poco.
Eso sí: EVA no engaña ni desde el cartel. Al final va la cosa de sentimientos. Avisan de ello. El que espere un clímax con explosiones, carreras y cañones de plasma, va listo.
Y sin embargo, el mentado clímax es el que desluce el resultado final.
En fin. Yo me quedo con el gato. Quiero uno para Reyes.
Empezaré por destacar lo único agradable y loable de esta película: los efectos especiales. Un auténtico lujo. Y por supuesto, la valentía del director, Kike Maíllo, por atreverse con un género tan distinto a lo que estamos acostumbrados en España (véase: guerra civil y almodovarismo de los que no tengo mucho en contra pero ya…cansa).
Ahora bien: Ni el guión es original (totalmente predecible desde el principio) ni el lenguaje utilizado es el correcto (al menos en el caso de Eva. Vamos…por favor…un poco de psicología infantil…), ni el cásting de actores/Actrices (A excepción de Lluís Homar) está en absoluto bien hecho, y no me venga con que Claudia Vega es actriz revelación porque sólo le falta llevar el guión en la mano (claro que teniendo en cuenta los personajes…bastante hicieron los pobres), ni los planos están bien hechos (fíjense por favor en el primero del todo, cuando aparece la nieve) ni se empatiza con ninguno de los personajes (me importaba un pimiento si todos morían. Bueno, el gato me habría dado pena).
Ni es una película de ciencia ficción en estado puro, digamos…que más que eso, sería una película sentimental (o lo intenta al menos) con un triángulo amoroso típico y desgastado, en el que, mira tú por dónde…de vez en cuando aparecen chismes, dómotica, robótica e instrumental futurista. Sí, vale…bien ambientado…pero para qué. Si le quitas lo último comentado…es una peli de sobremesa de esas de fin de semana.
En mi opinión, a Maíllo le falta aún un poco de madurez cinematográfica. Loable, repito, su valentía.
Pero no veo lógico (y sí muy aburrido) tener una idea buena para un cortometraje (digo yo, porque es la única explicación) e intentar transformarlo en película. Le falta ritmo por todos lados, me pasé media película pensando: ¡Que ocurra algo, por Dios! Si total, ya sé cómo acaba .
Repito: si hubiera sido un corto, me habría gustado. Pero dos horas….por favor…
Una película de robots sin unicornios no es una película de robots. Bueno, en Eva sale un caballo trotador pero no cuenta porque ni es de papel ni tiene cuerno. Aquí la única cornamenta la tiene uno que se llama… Mejor lo dejo porque al parecer los culebrones venezolanos propios de 1941 ocurren cien años después… Los tiempos no cambian y más sin son de estética proto-vintage. Y tal vez el gran problema de la cinta de Kike Maíllo es que tiene una gran idea y punto de partida pero le falta algo con lo que envolver dramáticamente a su invento e idea convenientemente. Puede que su principal tara se plasme en la notable ausencia de emociones de ese mundo futurista-setentero, gélido como el clima que lo acompaña y nulamente entusiasta… donde parece que los androides sean los humanos. De hecho, la cinta funcionaría si todos fueran androides… y quisieran hallar los sentimientos mediante grabaciones de humanos del pasado, por ejemplo.
No nos engañemos: tras el aparente reparto y una ‘estrella’ como Daniel Brühl la película pretende funcionar con un triángulo amoroso muy destartalado que no convence. Puede que tenga pasado, distancia en el tiempo y un nuevo avivamiento de viejas llamas y asperezas entre hermanos pero no sé si será por el personaje que interpreta Marta Etura, porque Eva es un poco ameba o porque la química pasó a ser física en papel. Todo acaba bastante distante. Y luego tenemos la trama fundamental: se intenta crear a un niño robótico bajo los sentimientos y percepciones de otro humano. Un replicante emocional, vamos. Eva no está para nada mal rodada pero precisamente creo que le falta alma, una llama que caliente la frialdad que la inunda. Y el mayor problema es que un bastardo, como servidor, se imagina versiones alternativas de ese ‘¿Qué ves cuando cierras los ojos?’. Se puede ver negro, se puede ver algo guarro y sucio o, como en caso de Eva, puedes quedar muerto por congelamiento. Eso sí, ¡buenas noticias! David Bowie suena en el 2041.