En la piel de Jacques Chirac
Sinopsis de la película
La larga trayectoria como personaje político del presidente francés Jacques Chirac – cerca de 40 años de carrera – a través de una selección de imágenes que nos muestran su vida pública y privada. Construida a base de un elaborado trabajo de búsqueda y eludiendo en todo momento el concepto biográfico, los realizadores Karl Zéro y Michel Royer nos divierten con su mirada sarcástica alrededor de la personalidad de Chirac, mediante una voz narradora que imita la voz del presidente mientras éste muestra sus supuestas ansias por aparecer atractivo, su debilidad por repartir besos con facilidad o la reiteración de sus palabras favoritas. Durante este singular recorrido, reviviremos un encuentro con el Papa Juan Pablo II, un elocuente beso a la famosa cantante y actriz norteamericana Madonna o la efusiva celebración del Mundial de Fútbol conquistado por la selección francesa en 1998, entre otros muchos capítulos de su agitada agenda. Con poco menos de 90 minutos, somos testigos de la vida profesional y personal, de uno de los políticos más carismáticos del viejo continente, pero siempre desde una óptica simpática e irónica. Y es que ¿quién ha dicho que la política no puede ser divertida?
Detalles de la película
- Titulo Original: Dans la Peau de Jacques Chirac
- Año: 2006
- Duración: 89
Opciones de descarga disponibles
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Opinión de la crítica
6.3
29 valoraciones en total
Divertidísimo documental satírico de carácter político elaborado a partir de un concienzudo trabajo de selección de imágenes de archivo, y de la narración guasona y cínica de una voz off prestada por un imitador de Jacques Chirac, por aquel entonces presidente de la República francesa.
Evitando cualquier tono que pudiera parecer biográfico y ensalzador, el ex-alcalde de París y ex-primer ministro francés nos es retratado como un advenedizo profesional de la política. Un gestor tan presumido como erotizado por el poder cuyas decisiones y opiniones moldea según su conveniencia con el único fin de detentar el cargo o de ocupar otro de mayor categoría, y es que este falso Chirac es un arribista para quien sólo los tontos no cambian de opinión. Todo un bofetón asestado, desde el humor corrosivo e irreverente, a las conciencias de una clase política que cuando alcanza el tan ansiado cetro del poder no sabe qué diablos hacer con él.