En la ciudad del fin del mundo (TV)
Sinopsis de la película
Jon Sistiaga viaja a Chernóbil, a la llamada Zona de Exclusión, a ese lugar fantasmal en donde ningún ser humano podrá vivir en los próximos 24 mil años. Entra en la Central Nuclear que explotó en tiempos de la Unión Soviética y que a punto estuvo de llevar a la humanidad a un verdadero cataclismo atómico. En la conocida como Zona de Alienación, la naturaleza se ha comido ciudades enteras y pequeñas aldeas que antes estaban habitadas. La amenaza invisible de la radiación se percibe a cada paso. El documental se ha rodado superando en todo momento los niveles máximos de exposición radiactiva que un ser humano puede recibir. Si la profecía maya se equivocó respecto al final del mundo, en Chernóbil la soberbia humana por controlar la energía a punto estuvo de hacerla cierta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jon Sistiaga en la ciudad del fin del mundo (Chernobyl zona de alineación) (TV)
- Año: 2013
- Duración: 43
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Opinión de la crítica
7.1
87 valoraciones en total
Si hay algo que, en lo audiovisual se refiere, saca de dentro de mi mis miedos más profundos, sentimientos desagradables, terroríficos, tristes y escalofriantes es todo lo relacionado con Chernobyl. No hay cine de terror ni post-apocalíptico que me succione a ese mundo tan escalofriante que rodea el desastre de la central nuclear en 1986. No hay escenario más terrorífico que ver por dentro los resto de la antigua central, la ciudad de Prypiat, las aldeas devoradas por la naturaleza, todo evidentemente con altos índices de contaminación. Una contaminación invisible y con el mayor poder mortífero jamás visto. Ver a gente adentrarse por esos lares, beber y comer productos de la peor zona del mundo hace que se me pongan por corbata. Ole vuestros cojones y gracias por mostrar las barbaridades de la especie humana pero yo ni me plantearía acercarme ahí por mucha fascinación que todo eso me produzca. Una fascinación por el gran daño que se puede conseguir en un abrir y cerrar de ojos. No sé si dentro de 24.000 años estaremos viviendo otra vez en cuevas, habremos colonizado otros planetas o simplemente nos habremos extinguido, apuesto por ésta última, pero lo que sí que está claro es que toda esa mierda seguirá ahí todo este tiempo.
Sin llegar a la profundidad del documental del conocido periodistas del misterio, Jon Sistiaga nos muestra lo que muchos ya conocíamos pero desde un punto de vista mas humano y con puntos de interés que igual no he visto. Incluso va mas allá, y se mete en la mismísima central nuclear, cosa que nunca antes se había visto en medios de este país. Chapó.
Tras ver este documental me ha entrado pánico, cierto, algo en esta historia me ha dado miedo.
Está claro que no ha sido la central nuclear que explotó ni las casas y ciudades fantasmas que quedaron detrás de la catástrofe, quizás sea la manera de contarlo lo que me ha dado miedo.
Jon Sistiaga sabe como contar una historia y llevarte al lugar y ponerte en su lugar, sentir la radiación y despedirse de los pobres hombres que vivían en la zona radiactiva, allí abandonados, lejos de la humanidad y de toda civilización.
Sistiaga sabe describir las cosas, no solamente con la cámara sino con los comentarios que están por encima de las imágenes, sin duda, sus descripciones son fantásticas.
No se que me ha dado más miedo, adentrarme a la zona que corre riesgo radiactivo, la ciudad fantasma, la escuela, guardería, las calles vacías, los bloques comunistas vacíos y en ruinas, no se que me ha dejado tan pensativo pero le doy muchas vueltas a algo relacionado con el documental.
Adentrarse a la zona de la catástrofe y ver el entorno, produce una sensación bastante escalofriante…
Las marcas que ha dejado y lo que ha hecho el hombre, matar la tierra y hacer de ella un lugar imposible de vivir, así es el hombre, es capaz de cargarse el reino de los cielos en la tierra.
El reportaje es fabuloso y en algunos momentos escalofriantes.
Creo que ese chupito de vodka del final me ha dado mucho miedo, pensar que procede de la zona más contaminada de la tierra, da miedo.
Este reportero sabe acercarnos a la zona y sabe hacernos sentir el mismo miedo que se siente en la zona más mísera y contaminada de la tierra.