El único evadido
Sinopsis de la película
Después de que su avión sea abatido durante la Batalla de Inglaterra, el piloto alemán Franz Von Werra es enviado a un campo de prisioneros. Desde el primer momento su único objetivo será la fuga. Después de diversos intentos fallidos, es enviado a un nuevo campo de concentración en Canadá. En esta ocasión, consigue huir y, después de atravesar la frontera, llega a Estados Unidos, donde pide asilo político, ya que todavía es un país neutral. (FILMAFFINIY)
Detalles de la película
- Titulo Original: The One That Got Away
- Año: 1957
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
6.5
57 valoraciones en total
Excelente film biográfico, que tiene en su título, al menos en español, lo único negativo, y es que es un auténtico spoiler… si no conoces de antemano la historia, claro.
Se trata de una película británica muy curiosa, realizada con verdadero cariño a un personaje, no olvidemos, enemigo en la II Guerra Mundial, un aviador que cayó prisionero y fue encarcelado junto a otros compañeros.
Sus reiterados intentos de fuga están narrados de forma muy atractiva e incluso apasionante, con notables detalles humorísticos, dado la jetez y frialdad del personaje en cuestión, persona muy inteligente e inasequible al desaliento.
Hay muchos detalles de calidad en la película. Una de ellas es el constante ritmo y, sobre todo, la estupenda realización de Roy (Ward) Baker, elegante y sutil en todo momento, y la extraordinaria composición de Hardy Kruger, un muy buen actor que creo no tiene el predicamento en la historia del cine, que sin duda merece.
Muy buena fotografía en blanco y negro y dinamismo constante, llegando a ser apasionante y hasta emotivo en ciertos momentos, amén de intrigante, como cuando quiere evadirse en una avioneta.
Merece la pena por ser un estupendo ejemplo de cine hecho con cariño y esmero.
Y por cierto que todo cuanto se ve en pantalla ocurrió en la realidad, lo que le otorga más credibilidad al conjunto, por más que parezca sacado de la rebuscada mente de un esforzado guionista.
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Dos cosas sobresalen en este film: en primer lugar su historia, realmente única, y la segunda, la actuación de Hardy Kruger, muy metido en el papel y extraordinariamente creíble.
Rodada en los estudios Pinewood, en Londres, cuenta con una cuidada producción y una exquisita realización. Bien narrada, contada de manera sencilla y clara, desde un punto de vista extrañamente neutral, que casi tiende a empatizar con este astuto oficial alemán.
La película cuenta la historia de Franz Von Berra, un piloto de la Luftwaffe con experiencia de 4 años y graduación de teniente. Por tanto, un importantísimo oficial.
Comienza el 5 de septiembre de 1940, cuando un avión alemán se ve obligado a realizar un aterrizaje forzoso en instalaciones militares británicas. Con alguna resistencia, pero resignado ante los hechos, es capturado inmediatamente. Desde entonces, en su cabeza no cabe otra idea que la escapada. Lógicamente, se niega a colaborar con los mandos británicos y no accede a revelar ningún dato. Con todo, el trato que le dispensan se puede calificar de exquisito.
El mérito de Roy Ward Baker, que había sido asistente de Hitchcock en Alarma en el expreso, es que sabe mantener la intriga. A pesar de que conocemos la singular historia de este curtido militar, por el título y porque ya nos lo anticipa la propia película al principio, mantiene el interés en todo momento.
En definitiva, una buena película de género bélico, a caballo entre el biopic y el subgénero de fugas, hasta la fecha poco conocida, pero que merece la pena ver, especialmente para los seguidores del cine de la Segunda Guerra Mundial.
Descolorido biopic sobre Franz von Werra, único piloto alemán evadido durante la segunda guerra mundial de un campo de prisioneros en Inglaterra. La película relata su experiencia en diversos campos de internamiento para oficiales -era teniente de la aviación, más famoso que brillante por cuanto había hinchado su currículo de heroicidades sin fin- y sus varios y rocambolescos intentos de fuga.
El mediocre Hardy Kruger da vida al personaje en cuestión, en esta película adscrita al género de fugas –tantas veces tratado en el cine y particularmente en el cine británico- vista ahora desde el lado alemán, en una época en la que se imponían las buenas relaciones con la internacionalmente readmitida Alemania de la postguerra –en 1957 se firma el tratado de Roma base de la CEE- lo que se aprecia claramente en el suavizado tratamiento que se da de los alemanes.
La película es modesta y pequeña, pero tiene una buena ambientación, es muy competente en los aspectos técnicos pero muy menor en su intensidad narrativa, sin llegar en ningún momento a un nivel destacado. Mejora algo según avanza el hilo del suspense y compartimos el sufrimiento del coronel, pero como mucho alcanza una adocenada y nada estimulante medianía.
Una pieza más en la nada memorable -con honrosas excepciones puntuales- carrera del británico Roy Ward Baker.
Yo creo que los amantes del cine de fugas y los amantes del cine bélico y II Guerra Mundial no pueden dejar pasar la ocasión que les ofrece esta cinta, por cuanto nos cuenta una historia singular, basado en un hecho real, pero que además supone, para mí, todo un descubrimiento por el inusual tratamiento que recibe por parte de Ward Baker y ! coño !, la manifiesta similitud con una de las cintas más icónicas del género de la Historia.
Para empezar nos cuentan la historia del teniente Franz Von Wera, piloto alemán derribado en combate y hecho prisionero en Inglaterra, en los inicios de la contienda, que será llevado a un campo de concentración y sus diversos intentos de fuga hasta la consecución final de su objetivo.
Tranquilos que no hay spoiler. La cinta ya nos lo cuenta en los créditos iniciales con lo que el espectador sabe lo que hay. Wera debió de ser el único prisionero alemán ( así lo venden por lo menos), que consiguió escapar y llegar a Alemania durante toda la guerra.
Y digo que esta cinta es muy interesante por el tratamiento que se hace de ella porque, sorprendentemente, se prescinde totalmente de cualquier clase de maniqueísmo o de posicionamiento ideológico, incluso en acentuar ningún aspecto dramático para, simplemente, poner el foco en los hechos y describirnos con minuciosidad todos los aspectos de las diversas fugas.
Esto sorprende mucho en esta clase de cintas, acostumbrados como estamos a que los alemanes sean tan malos y los aliados tan majos y buenos. Y sorprende mucho al tratarse de una cinta británica.
Algún usuario afirma que el alemán, incluso cae simpático en ocasiones. No es mi caso. A mí, la verdad, ningún personaje de la peli suscita en mí ninguna empatía emocional ni para bien ni para mal. Es como si Baker se preocupara muchísimo de que el espectador vea la peli desde una posición equidistante y neutral para ceñirse por completo y en exclusiva a los aspectos prácticos de la historia. En ese aspecto se nota mucho que estamos ante una cinta europea y no norteamericana, donde la espectacularidad y los adornos dramáticos se revelan imprescindibles.
Y aquí ya conecto con el meollo del asunto. Está claro no, clarísimo, la atención que le prestó John Sturges a esta cinta para regalarnos la sublime La gran evasión . Es increíble la cantidad de similitudes que se ven en esta cinta con respecto a la otra, no sólo en los aspectos de preparación de la fuga, sino en algunos diálogos, presentación de los personajes y de la situación, incluso en la construcción del personaje que en la norteamericana interpreta Steve MacQueen que, aunque mucho más simpática y humorística en ésta, no deja de tener el ramalazo arrogante, desafiante e individualista que se adivina en aquel.
Teniendo en cuenta que yo tenía entendido que aquella también estaba basada en algún hecho real ( la mayor evasión conjunta realizada durante la guerra, aunque con más espectacularidad y licencias eso sí), siempre es interesante ver cómo los directores toman de aquí y de allá todo lo que les parece que pueda enriquecer su obra.
Por eso digo que todos los interesados en pelis de fugas o de la guerra, creo que pueden encontrarse muy satisfechos con ésta. No hay dramatismos ni espectáculo pero sí un buen relato, algo frío pero emocionante por sí mismo, de la lucha, el tesón, la valentía, la sangre fría y el ingenio de un hombre que vivió toda una odisea hasta alcanzar su fin. ( spoiler)
Franz von Werra (1914-1941) fue un piloto alemán de la Lufftwaffe durante la segunda guerra mundial, especialmente conocido hoy en día por ser el único que consiguió escapar del Reino Unido, después de un periplo delirante que le llevó por Canadá, Estados Unidos (como entonces aquel país era neutral, Werra consiguió que no lo enviarán de vuelta al Reino Unido), México, Perú, Bolivia y la propia España, para finalmente regresar a Alemania, donde supuestamente fallecería en un accidente aéreo (aunque nunca se encontró su cadáver). En la década de los años cincuenta, precisamente en el Reino Unido, se produjo una película que dirigió Roy Ward Barker titulada The One thtat got away (El único Evadido, 1957) y que trataba la fuga de este piloto alemán. Es cierto que Roy Ward Barker no pasó de ser un correcto artesano, pero seguramente El único evadido es una de sus mejores películas.
La película arranca con el aterrizaje forzoso del piloto Franz von Werra, que es inmediatamente capturado por los británicos. A partir de ahí, la película se centrará en este personaje y algunos de sus compañeros, también capturados y como estos tratarán de huir del dominio inglés. De hecho, las similitudes de la obra con otra película de temática similar, como es The Great Escape (La Gran Evasión, 1963) son evidentes y habríamos de pensar si la película que dirigió John Sturges no se inspiró en esta obra anterior, por lo menos en algunas secuencias como los planes de huida.
En realidad no hay una estructura fija, sino que el guión se centra en los diversos intentos de huida del piloto alemán, hasta el éxito final. Así tenemos una primera parte que está centrada en territorio inglés, pero que cuenta con dos diferentes intentos de fuga, y una segunda parte ambientada en Canadá, donde finalmente se culmina el plan de escape. El problema es que la película no acaba de estar demasiado cohesionada, sino que se diversifica en los diversos capítulos de huida, lo que le resta mucha fuerza al conjunto del filme. Podría haberse utilizado algún recurso para salvar estas distancias, pero sin embargo esto no sucede y el resultado es que las partes son algo fragmentarias.
Una de las cosas más interesantes del filme la encontramos en el personaje que interpreta Hady Krüger (uno de los actores alemanes más típicos en estos papeles, por tener una fisonomía tan característica y semejante a la de los clichés sobre los alemanes, Krüger quien por cierto, vivió y combatió durante la segunda guerra mundial), quien crea un personaje totalmente magnético. Von Werra es un personaje chulesco, quien destila carisma en cada ocasión, seguramente porque se ríe en la cara de sus capturadores en todo momento, y también por el tesón que le pone a sus intentos de huida (y simpatizamos con él a pesar del bando en el que combate).Por cierto, el personaje que interpreta Krüger tiene muchas similitudes con el mismo que veríamos años más tarde en la Gran evasión, interpretado por Steve Macqueen. Pongamos por ejemplo el momento en que finge ser un piloto holandés, en esa parte del filme la película brilla intensamente, por adoptar un tono naif que unido al del personaje que interpreta Krüger, consigue captar la atención del espectador. Además los diálogos del personaje alemán, toreando a los servicios secretos de la RAF, tienen en ocasiones, una chispa interesante.
En realidad, el ambiente histórico no es para nada importante, porque al director le interesa construir una película de entretenimiento y no una obra profunda. El entretenimiento es el objetivo principal, y la verdad es que el guión construye alguna secuencia llena de tensión, especialmente podemos recordar aquella en la que nuestro piloto se dirige mediante tretas a un aeropuerto y por poco casi consigue huir del cautiverio. No hay ninguna pretensión en la película que firma Roy Ward Barker, y pese a estar ambientada en la segunda guerra mundial, el guión podría haber funcionado en otro ambiente que tampoco nos habríamos enterado. En realidad el filme se codea con el género de aventuras, y además sale bastante bien librado del envite en líneas generales. El propio personaje de Krüger ayuda a construir este tono de distensión.
A pesar de ser una producción británica, no encontramos nada especialmente tergiversado u ofensivo contra la opinión alemana. Es verdad que hay algunos detalles, como la personalidad chulesca de Werra, quizá demasiado exagerada, pero no dejan de ser normales dentro del contexto.
En definitiva, El único evadido es una película que utiliza el género histórico sólo como un instrumento y que basa su fuerza en la construcción e interpretación del personaje de Franz von Werra. La ambientación, así como otros aspectos técnicos son correctos, pero al guión le falta un último empuje para convertir la película en una obra mucho más atractiva.
https://neokunst.wordpress.com/2016/05/20/el-unico-evadido-1957/