El somni (El sueño)
Sinopsis de la película
Desde la noche de los tiempos, un hombre camina delante de su rebaño al ritmo de las estaciones. El pastor trashumante pertenece a nuestro imaginario colectivo. Joan Pipa es uno de los últimos representantes de una tradición milenaria. Lo acompañamos en su último viaje trashumante hacia los Pirineos catalanes. Día tras día compartimos con él su intimidad, descubrimos el pasado y el presente de un hombre que ama su oficio y que respira la alegria de convivir libremente con la naturaleza. Pero el abandono de la tierra, la industrialización y el crecimiento desenfrenados, la fiebre urbanística, la multiplicación de nuevas infraestructuras y ahora el cambio climático ponen fin al sueño y nos conducen a un futuro incierto. ¿la desaparición de la trashumancia es signo de progreso, o muerte de nuestra civilización?. Debut en la dirección del director de fotografía de Honor de cavallería .
Detalles de la película
- Titulo Original: El somni (El sueño)
- Año: 2008
- Duración: 77
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Opinión de la crítica
6.5
68 valoraciones en total
Memorable e insólito documental sobre un último romántico, sobre el último viaje del último pastor trashumante por el Pirineo en el que Farnarier nos muestra de forma ejemplar un oficio ,el de pastor,en vías de extinción así como los últimos retazos de un tipo de cultura rural próxima a desaparecer a manos de un exacerbado progreso. El ritmo pausado del pastor ajustado al paso de las estaciones, la naturaleza en estado puro cada vez más amenazada y constreñida y en definitiva un poético canto a la vida al aire libre en este beatus ille contemporaneo y de hondas capacidades reflexivas. Totalmente aconsejable.
La cámara, como el terreno por el que vaga, se mueve abrupta y parca. Todo ello, para mostrarnos la firmeza y desperezamiento con que un pastor catalán realiza su último viaje hacía la trashumancia. Un viaje que se han encargado de matar y aniquilar todos aquellos que, sin comprender lo que puede llegar a significar, sólo añaden más y más escollos a esas rutas escogidas para desplazarse año tras año.
Joan Pipa, si no el último, es uno de los últimos viajeros trashumantes que quedan en nuestro país y, concretamente, en tierras catalanas, y siguiéndole nos empapamos de sus ganas por continuar, seguir realizando ese viaje tan especial y conseguir, un año más, que el largo camino recorrido no sea en balde.
Todo ello se logra gracias al especial interés de Farnarier porque la cámara sea uno más. Es lógico, que cuando se hace una propuesta a cualquier persona para seguirle con un objeto que registra todos sus movimientos y palabras, ésta sea reticente, y para que esas barreras sean superadas, la confianza que diposite esa persona en el director debe ser mayúscula. Farnarier realizó un gran trabajo en ese aspecto, se ganó el afecto y la cordialidad de Pipa, y ello se nota durante el largo recorrido en que nos sume El somni , puesto que no sólo es capaz de captar bromas y comentarios realizados con una espontaneidad digna de elogio, sino también de acercarse tanto al protagonista del film y retratarlo todo tal como es, sin artificios ni ensayos, que la naturalidad de la cinta se palpa en el ambiente.
Por último, remarcar que el mensaje lanzado por el cineasta de origen francés no puede ser más honesto, y que el culmen de su trabajo no es más que otra advertencia de que estamos terminando con todo aquello que nos hace más humanos, sólo por comodidad, y que llegará un día en el que ya no habrá solución, ni para los antiguos trashumantes, ni para nosotros.
La única pega que le encuentro a este interesante documental es la forma escogida por Farnarier de rodarlo: una única cámara, un único técnico (director, sonido y fotógrafo), luz natural, sonido directo y la ausencia de todo aquello que pueda interferir en la vida cotidiana de Joan Pipa (el pastor). Esta forma de rodar, bastante tosca otorga más veracidad pero crea más impedimentos a la hora de disfrutar de la metáfora del tiempo que pretende crear Farnarier.
Creo que existe la idea que el documental rodado con menos artificios logra una mayor sinergia con el espectador que lo ve menos ilusorio. En el caso de El somni la ausencia de artificios si otorga a la cinta naturalidad pero en mi caso, El somni no consigue plasmar la belleza de la trashumancia porque Farnarier prescinde de ello. No existe el trípode, ni los travellings, ni los planos estudiados, ni los filtros de luces, ni un sonido inteligibe. Me deja frío a pesar de un personaje que la cámara nos muestra desnudo (en alma). Esta decisión de naturalidad la lleva hasta sus últimas consecuencias. Los primeros planos muchas veces, en lugar de captar la belleza, capta lo ordinario de manera algo grotesca: algunos detalles de Pipa comiendo, por ejemplo, son desagradables. La forma de humanizar a Pipa es tan veraz que en cierto modo me repele (para que nos entendamos, todos sabemos que el ser humano caga. No hace falta puntualizarlo. Es un ejemplo, puesto que Farnarier no hace uso de los apretones intestinales del buen pastor).
El guión, comenta el director, iba escribiéndose sólo, conforme trascurrían los kilómetros, las estaciones y las obras de ingeniería del tren de alta velocidad.
Cuando Joan Pipa decide no hacer de nuevo la trashumancia, no sólo el pastor cierra una fase de su vida que ha durado 60 años. Los espectadores sienten también un punto y final. Es quizá el mejor cierre que podía tener este documental. Un cierre que fue casual, pero donde existe una fuerza en las imágenes, una lucidez del personaje y una historia que dan en conjunto una de las mejores alegorías de estos, nuestro tiempos modernos.