El profesor chiflado
Sinopsis de la película
Julious Kelp, un profesor universitario de química torpe y bastante desafortunado en su vida social, da con la fórmula de una poción que cuando la bebe le convierte en una persona totalmente opuesta: Un hombre interesante, elegante y atractivo que se hará llamar Buddy Love… Adaptación en tono cómico de la novela de Stevenson Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Detalles de la película
- Titulo Original: The Nutty Professor
- Año: 1963
- Duración: 107
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargar una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te detallamos un listado de fuentes de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.3
30 valoraciones en total
Divertidísima adaptación (muy libre por supuesto) del clásico Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Stevenson. El profesor chiflado no es sólo una parodia, sino que es una de las mejores interpretaciones de Jerry Lewis.
El filme, dirigido por el mismo Lewis como casi todas sus películas, se centra en el personaje que es, en esencia, el cliché del perdedor: el profesor de químicas universitario, desarrapado, mal vestido, descuidado en su aspecto físico, torpe y blanco de todas las burlas. Es, por tanto, el papel ideal para el histriónico y expresivo Lewis, el cual aprovecha todo su talento para la mueca y lo esperpéntico para encarnar un papel que está hecho a su medida.
El objetivo del profesor es aparentar lo que no es, y gracias a una poción que elabora en su laboratorio, se transforma en una persona que es justo su anti-yo. El Hyde de Lewis no es ningún monstruo con pelos, garras y dientes, sino algo más parecido al Hyde de Las dos caras del doctor Jekyll (1960), del gran Terence Fisher. La culpable de esta transformación será, por supuesto, una mujer: Stella Stevens.
El filme resulta vistoso, colorido y de un ritmo constante. Las situaciones ridículas de Lewis como profesor contrastan con las escenas de Lewis como chulito autocomplaciente dotando al relato de variedad sin perder ni un ápice de su interés. La comicidad de Lewis es notoria y confiere el alma principal de la cinta. El mensaje principal es evidente: siendo tú mismo conseguirás lo que te propongas.
Muy recomendable.
OBRA MAESTRA. Jerry Lewis trabajó duro, muy duro, pero logró con esta magnífica película entrar en la historia, no sólo del cine sino en la historia de aquellos recuerdos de alegría, optimismo y vitalidad que se insertan en nuestra memoria y a los que recurrimos para llorar la felicidad. Vivencias de colorido espléndido y de sueños convertidos en realidad. Todo inolvidable, como El profesor chiflado . Lewis director y actor apoyándose en un soberbio guión basado en el mito Jekyll and Hyde . Lewis artista infalible manejando la cámara con maestría absoluta y usando el color para inventar un mundo mágico e irreal. Lewis increíblemente caracterizado y contenido bordando su doble personaje con apabullante naturalidad. Y, sobre todo, el gran Jerry Lewis, impenitente cómico, que nos deja doblados de la risa en una primera media hora de eterna carcajada y a punto de lágrima en el tramo final de una historia inolvidable donde la ternura termina adquiriendo el mismo papel relevante -o más- que el humor.
A partir de la novela decimonónica Strange case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, Jerry Lewis realiza su comedia más celebrada por su hábil acomodo de narración y comicidad. No obstante, no faltan los peculiares momentos en los que el hilo narrativo queda suspendido por mor de una serie de gags absurdos y fantasiosos, como el gag de la bolera o el de las pesas y los brazos de Kelp, uno de los personajes interpretados por Lewis.
El sempiterno personaje de adulto inmaduro centra la película, esta vez Lewis revela los sueños adolescentes que hacen que cualquier adulto siga siendo un inmaduro: la propia inseguridad hace creer que una imagen admirada permitirá vencer la propia inseguridad y lograr los deseos: dominar a los hombres (es decir, machacarlos) y a las mujeres (o sea, seducirlas). Con su doble interpretación, Kelp, el hombrecillo, y Love, el macho, Lewis saca a relucir los instintos básicos del hombre.
El blanco quiere lucir moreno y para eso se broncea, la morena quiere parecer blanca, y para semejarlo, se tiñe y se alisa el cabello. Los bajitos quieren sentirse altos y se compran zapatos con suelas que les aumenten varios centímetros… Pocas personas viven conformes con lo que son y la mayoría están dispuestas a cualquier artificio que puedan pagarse con tal de cambiar de aspecto. Gracias a esto, se sostienen los mercados de cosméticos y accesorios, los cirujanos plásticos y los diseñadores de vestuario, entre otros.
Tomando como principio el caso del Dr Jeckyll y Mr Hyde del que, con tanto éxito, nos hablara Robert Louis Stevenson, Jerry Lewis se propone cuestionar a la sociedad de su época, contándonos la historia de un profesor de química llamado Julius Kelp, con quien la naturaleza parece haber tenido una suerte de venganza, lo que lo hace víctima del escarnio de sus alumnos y lo lleva a considerar imposible que la alumna por la que se siente atraído, pueda fijarse en él.
Stella es una bella rubia que separa con toda claridad el día de la noche cuando, de inocente alumna, se convierte en una deseable mujer que frecuenta la Purple Cavern, un lugar donde la gente se relaja y se olvida un poco de los prejuicios sociales. Con una escena muy elocuente: el profe abre la puerta, Stella es derribada, y cuando él la observa, ella está en el piso con las piernas bien abiertas, recordando la invitación que le hizo de que esa noche fuera a la discoteca. Por asociación libre, Kelp luce dispuesto a hacer un milagro y se ingenia una pócima que lo convierte en un hombre atractivo y con un carácter rudo, excéntrico y presuntuoso. Algo así como lo que hace exitosos a tantos jóvenes de hoy.
Con efugios psicoanalíticos: Stella modelando, en la imaginación del profe, ropa cada vez más sexy (con lo que, en su proceso mental, la transforma de inocente alumna en irresistible mujer). La manga del saco de Kelp manchada en la roja bebida (brillante alusión al reprimido deseo de arrebatar a la chica su virginidad). El recuerdo de la madre dominante, aplastando a su débil marido (que habrá de recordarle a Julius-Buddy el origen de su nuevo temperamento)… Lewis va perfilando la gradual transformación que va teniendo el ignorado profesor, para procurar adaptarse a una sociedad de la que repugna, pero en la que no ve otra manera de acceder a la mujer que ama.
Una lástima que, la en principio efectiva crítica al mundo de las apariencias, se difumine un tanto con situaciones que dan cuenta del acomodamiento a los artificios sociales con que se va cerrando el proceso. Claro que, cuando uno mira bien a Kelp… ¿Culparía a Stella?
Creo que éste es, con notables méritos, uno de los más atractivos filmes que haya realizado Jerry Lewis.
Después de Chaplin y los hermanos Marx llegó Jerry Lewis y se institucionalizó como gran e intransferible cómico. Sus inimitables muecas, gestos y gags han quedado como semilla de una gran parte del cine y la televisión cómica de nuestro tiempo.
El humor de Lewis es amplísimo e inteligente pues guarda esta última cualidad en sus constantes caracterizaciones de ser humano estúpido y patoso. En El profesor chiflado (su mítico clásico) Lewis realiza una inversión del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de tal forma que un feo y torpísimo profesor universitario sufre una mutación absoluta en irresistible y odioso seductor (dicen las malas lenguas que un alter ego de Dean Martin), tras ingerir un brebaje hecho por sí mismo. Entre toda la variedad de muecas lewisianas aquí utilizadas, lo que aparece (aparte de una sátira sangrante de la sociedad USA del momento, del culto a la belleza y al cuerpo) es una solemne y nada divertida lección humana: seamos cada uno nosotros mismos, crezcamos en nuestra estima, mostremos nuestra intransferible personalidad en todo momento y no aspiremos a artificializar lo innato y que hemos ido adquiriendo día a día. Por supuesto que Lewis quiere hacernos reír de forma imparable, pero no es menos cierto (y para él más importante) que quiere, entre tanta carcajada elaborada, que pensemos. Es, pues, otro de los objetivos logrados por el cine: reír y hacer pensar al mismo tiempo, hacer que el estúpido y tímido profesor Kelp se convierta en el más maravilloso e inteligente ser sobre la faz de la tierra. Esa es la terapia.