El príncipe Valiente (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (1991-1993). 2 temporadas. 26 episodios. Rolf, el maestro de armas del padre del Príncipe Valiente, llega a Camelot con una carta de su padre. El Príncipe se niega a aceptarla dolido porque su padre no aprobó su marcha a Camelot. En una disputa con el Caballero Negro, Rolf salva al Príncipe Valiente, pero resulta herido de muerte. Finalmente el Príncipe decide abrir la carta en la que su padre se disculpa y le regala un magnífico alazán domado por él mismo. Rowane y Arn se dirigen hacia Bridgesford presintiendo un terrible peligro para la familia de Rowen. El Príncipe prefiere no acompañarlos pero después cambia de opinión. Sin embargo, a su llegada observa cómo los hombres del Barón Duncan detienen a sus compañeros. Junto con Cedricc, el padre de Rowane, el Príncipe idea un plan para retar en duelo al Barón. Cedric le entrega una espada forjada con el mimo material que Excalibur: La Espada Mágica.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Legend of Prince Valiant (TV Series)
- Año: 1991
- Duración: 30
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Opinión de la crítica
5.3
52 valoraciones en total
Esta serie no marcó un antes y un después en la animación pero cosechó muchísimo éxito en Estados Unidos, Latinoamérica y España durante el corto tiempo que estuvo en emisión a principios de los 90. Si bien la historia difiere bastante de la obra original de Foster salvo el arranque de los primeros capítulos, el logro de esta obra, a mi parecer, se encuentra en la epicidad y en la revisión de los valores de las novelas de caballerías del siglo XIV y XV. Hay que tener en cuenta que era un producto pensado para el visionado en familia o directamente para los pequeños de la casa, lo aclaro para que nadie se lleve un chasco al comprobar que no es Braveheart y que no hay desmembramientos o ejecuciones a lo Juego de Tronos. Y, sin embargo, a pesar de esto, el ambiente medieval y el aura de aventura rolera se mantiene a la perfección en casi todos los capítulos dejando una sensación bastante satisfactoria para los que crecimos viendo y adorando clasicazos como Dragonheart, Excalibur o Conan el Bárbaro. Es extraño comprobar cómo se aprecian más estas cosas cuando ya han pasado los años y se analiza el pésimo nivel de las producciones de fantasía, hechizería o de capa y espada en la actualidad. Por todas estas razones creo que merece la pena reivindicar El príncipe Valiente, los amantes del género de aventura la disfrutarán sin reservas y quedarán cautivados por las melodías de la banda sonora del grupo Exchange mientras vuelven a recordar los principios de los caballeros de la Mesa Redonda y de aquel sueño perdido llamado Camelot. Yo, desde luego, preferiría mil veces volver a ver esta serie en TVE antes que Águila Roja o que el reencuentro de Operación Triunfo.
Esta serie no gozaba del mejor trazado, ni del mejor coloreado.
Tampoco hacía gala de una gran animación.
Ha sido olvidada por la mayoría de los que vimos aquellos primeros episodios en Televisión Española, allá por la época del Rescate del Talismán y Los osos Gummi (muy mágicos aquellos tiempos televisivos).
Pero hay algo en lo que LA LEYENDA DEL PRíNCIPE VALIENTE superaba a todas las demás series de animación del momento, o del futuro.
Y era la intro, el opening, el (como le decíamos nosotros y se entendía perfectamente) empezar. Ese ‘Where the truth lies’, el tema más épico, inolvidable y lleno de magia jamás compuesto para unos dibujos animados, para cualquier programa de T.V., para cualquier obra audiovisual, o para lo que sea. Era un jodido himno. Bueno, para mí, lo sigue siendo.
Sólo ver comenzar la serie, ya era casi obligado quedarse a ver el capítulo entero. ¿Y qué contenía dicho capítulo? Pues veréis, la serie evoluciona, y está claro que de buscar un público infantil al principio pasa a algo de más enjundia, más juvenil, conforme avanza la historia. Con decir que en el segundo episodio aparece un dinosaurio (¡sí, un dino, como os lo cuento!). Pero pronto la trama opta por el camino realista/histórico, y la magia y la fantasía –que están presentes, en cierta forma- pasan a segundo plano.
Yo he tenido la suerte de revisionarla de grande (¡los 65 episodios, incluyendo los que no se emitieron en su día!) y la palabra con que yo resumiría mis impresiones es: Educativa.
Yo no tengo hijos (y a este paso…), pero si eres un padre de los que creciste en los ’80 con críos chicos, te recomiendo fervientemente que se la pongas. El lenguaje es entendible, pero no para tontos, las tramas son más o menos complejas pero no demasiado rebuscadas (salvo en los últimos capítulos, en que la cosa se pone chunga para Camelot).
Y lo más importante. Estos dibujos poseen VALORES. Y no me voy a poner en plan es que lo que hay ahora esto, aquello…, bah. Cada época tiene sus códigos, supongo. Pero lo que sí veo es que los dibujos animados actuales tiran demasiado de absurdo, de fantasía loca por fantasía loca, sin otro fin que el de entretener. Lo cual está muy bien, pero eso es algo que yo he demandado ya más de mayor.
¿Qué pasa con esos dibujos en que los personajes demuestran sentimientos? Sentimientos cotidianos, palpables, creíbles… cercanos al mundo de un niño. Valiente, Rowanne y Arn se apiadan, se enfadan, se asustan, se ofenden, se alegran, se divierten, se desilusionan… Se les rompe el corazón, o se les hincha de felicidad. Interactúan. El inicio de sus aventuras es el inicio de su educación emocional. Lo cierto es que EL PRíNCIPE VALIENTE es un maravilloso juego de rol en el que podemos sentirnos identificados con Valiente (el más ambicioso y decidido, pero también el más imprudente), con Arn (el más acomplejado y humilde, pero también el más entrañable) o con Rowanne (la más soñadora y temperamental). Arturo, Merlín, Bryant, Gawayn o Ginebra son los adultos, los amos de la mazmorra que nos guían en esta gesta.
¿Y qué nos enseña PRíNCIPE VALIENTE acerca de Camelot, probablemente la lección esencial de toda esta historia?
Que es un sueño. Un sueño alcanzable, pero extremadamente frágil, duro de lograr y más aún de mantener. Blanco de las envidias y de los ataques de los malvados (sí, estos dibujos nos enseñan que hay gente mala), y algo imposible para los cobardes, los débiles y los perezosos. Decidme si no es importante que un niño aprenda eso.
(Sigo en spoiler.)
Adaptación para televisión del cómic de Hal Foster, El Príncipe Valiente, que así es como se tradujo en España, llamándose la serie en realidad La Leyenda del Príncipe Valiente .
Decir que la información que se presenta en Filmaffinity es errónea, no consta de 26 capítulos, sino 65 y la sinopsis narra sólo uno de dichos capítulos. Se trata de una producción del extinto canal estadounidense Family Channel, en España se emitió a través de Televisión Española, un año más tarde, en 1992.
La serie simplemente anima el cómic de Foster, que se inventa un personaje totalmente nuevo, el príncipe Valiente, hijo de Aguar, Rey de Thule, que pierde su reino por una invasión vikinga y son exiliados a un pantano, Valiente emprende así su propio camino para llegar a Camelot y ponerse a las órdenes del Rey Arturo, que representa todos los valores e ideales que él admira en un reino y en un monarca, quiere llegar a ser, algún día, Caballero de la Mesa Redonda.
La serie, al igual que el cómic, centra sus aventuras en la época legendaria de Arturo, si bien no es una narración fiel de dicha leyenda, permitiéndose el autor muchas libertades no canónicas, por ejemplo, fueron los sajones y los pictos los que combatieron contra los celtas de Britania, no los vikingos, luego hay que apartar la leyenda artúrica en sí, del cómic del Príncipe Valiente.
La animación es muy lenta y deficiente para finales del siglo veinte, tiene una estructura más bien de los años ochenta tirando a mala, haciendo que su visionado sea muy tedioso. La historia, al igual que el cómic, es claramente de novela caballeresca al estilo Amadís de Gaula, para los que no les guste el género, huyan.
Como en el cómic, no existe magia, enfocando la historia desde un punto más realista e incluso histórica, los magos Merlín y Morgana (los personajes mágicos más famosos de la leyenda) son, en realidad, gente de sabiduría, conocedores de pociones y medicina, con grandes conocimientos de ciencia y de los textos clásicos, si bien siguen conservando su halo de misterio legendario.
La banda sonora es excelente, creada por Steve Sexton y Gerald OBrien, sobre todo los créditos finales (llamado así Ending Title Theme), una música épica que te ayudará a meterte más en la historia y que encierra calidad en cada uno de sus temas, demasiado bueno para una serie tan penosa.