El premio
Sinopsis de la película
Durante la Guerra Fría, un escritor norteamericano, mujeriego y aficionado a la bebida, llega a Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura. Una vez allí, descubre, por casualidad, un complot bolchevique para secuestrar a un eminente científico también galardonado con el Nobel.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Prize
- Año: 1963
- Duración: 136
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Opinión de la crítica
Película
7.2
56 valoraciones en total
Magnífico Film que mezcla a la perfección buenas dosis de humor con auténtica intriga, ¿la trama? unos premiados al nobel bastante peculiares, uno de ellos se ve envuelto en un secuestro (Edward G Robinson incomensurable como siempre), que tratara de solucionar el infalible Newman, que encarna a un literato Estado Unidense galardonado, más propenso a las borracheras y a las mujeres que a los premios internacionales.
Hablando de mujeres, Elke Sommer impresionante, repito, impresionante nunca habia visto una mujer tan increiblemente bonita, su papel correcto sin alardes, su cara y su cuerpo son simplemente para meterlos en alcohol y depositarlos en el museo del Prado para que todo el mundo pudiera verla, aunque creo que ya es tarde para eso, un film correctísimo que engancha desde sus primeros minutos.
Una intriga con muchos toques de comedia ambientada durante la guerra fría. La historia nos presenta a un grupo de premiados por el Nobel que se reunen en un hotel de Estocolmo antes de la entrega de premios. Todos los galardonados son un poco peculiares, pero entre ellos destaca un novelista mas preocupado por las copas y las mujeres que por la propia literatura.
La trama logra atrapar al espectador desde el comienzo de la pelicula y el interés no decae en ningún momento, los momentos de supense se combinan con escenas muy divertidas consiguiendo un film muy entretenido. Destacar el trabajo de Newman, que está perfecto interpretando al pendenciero escritor. Merece la pena.
Lamentablemente olvidada. Ha sido una sorpresa enorme encontrarme casi por azar con este peliculón, una de esas sorpresas, caprichos de las circunstancias, que hace que los domingos solitarios por la tarde no sean desperdicios absolutos. Un regalazo extrañamente olvidado, porque lo tiene todo, aunque el más importante sobresaliente hay que dárselo a Paul Newman. Desde su primera aparición no defrauda y se mantiene elevado donde muhos quisieran acercarse, él es el que conduce la trama y el que acapara un humor que en muchos momentos recuerda al mismísimo Groucho Marx. Lo he pasado genial con esos premiados tan ocurrentes y acertados. Personalmente me da igual que la realidad difiera tanto de esta película, es evidente que un premio Nobel de literatura nada tiene que ver con el loco de Newman, pero todo sea por divertir. Bien pensado hasta el guión hace aguas por muchas partes, pero la picaresca que centraliza Newman y el jugueteo con la imponente Elke Sommer bien valen las más de dos horas de cinta.
Así que olvidada, puede que porque no sea Hitchcok el que la firma, pero dignísima y muy recomendable. Los seguidores de Newman no se la pueden perder, y el que quiera ver una buena mezcla de intriga y comedia se sentirá muy satisfecho.
Es lo único que tengo que reprochar.
Newman, es un crápula, un vividor, un escritor de novelas policíacas baratas, un mujeriego y… ¿resulta que se corta cuando tiene que dejar caer la toalla entre todas esas suecas? No me cuadra…
La trama es finísima, sagaz: salpicada de intra-historias cada cual más intrincada.
Los puntos cómicos, inagotables.
Las conversaciones más de lo mismo y claro, Newman.
Está socarrón, más que nunca, casi parece un ganso pero sin perder su elegancia. Hace un montón de payasadas y sale airado de todas, porque él lo vale.
La interpretación homenaje al gran maestro del teatro Edward G. Robinson le pone a cualquiera los pelos de punta. No sólo los dos principales. Todos los actores están en estado de gracia. Empezando por el italiano (Fantoni) y su madre. Micheline Presle está en un papel también juguetón (yo la hubiera emparejado con Paul). Por supuesto el segundón de toda la vida: Leo G. Carroll. Consigue que sufras con él. Y Elke Sommer, guapísima como siempre aunque en fin, no es creíble que no se desate la melena ante semejantes insinuaciones de Newman. Eso es autocontrol…
Una joya. No me canso de verla y menos a él, en su plenitud. Probablemente el mejor papel y (más cómico) que jamás haya conseguido. Creo que el personaje está diseñado para él, no a la inversa. Está hecho un fanfarrón, pero eso sí, ganador de un Nóbel. Ahí está la gran trampa de la película. En tiempos de Guerra Fría convencerte de que los malos son los otros cuando el adalid del mundo libre es un atractivo Nóbel de literatura, borrachuzo pero simpático, cínico pero brillante, guasón pero de modales exquisitos, en fin, un tal Paul Newman, no es ningún reto. Con o sin trampas y más allá de mi inclinación evidente hacia el susodicho, la película pasa por ser una OBRA MAESTRA. Muy recomendable. 9,5.
I love The Prize, es lo primero que tengo que decir, por los bonitos recuerdos que me trae, cuando sábados y domingos por la tarde se podía disfrutar de cine clásico en tv. La deuda con Con la Muerte en los talones no es casual, de hecho supongo que estas fueron las instrucciones que se le dieron a Ernest Lehman, guionista de ambos films, cuando se le hizo el encargo. En teoría la película debía ser una adaptación cinematográfica del best seller de Irving Wallace, pero Mark Robson acabó rodando todo lo contrario, casi una comedia de situación en la que la forma es mucho más importante que el fondo, la estética sixtie, la luminosa fotografía en technicolor, los gags cómicos y el feeling de Paul Newman con las chicas (tres nada menos, Srta Andersen, Emily Stratman y la Sra Marceau) son el éxito de la historia, mientras que la trama de espionaje y de guerra fría (que es a lo que se limita la novela de Wallace) importan realmente poco. No he leído el libro, pero me temo que no debe quedar mucho…
Deliberadamente y con bastante descaro se retoman escenas de Con la Muerte en los Talones (no solo la del club nudista/subasta de arte, también el momento en el que Andrew Craig vuelve al lugar del crimen con la policía y parece que allí no ha pasado nada o cuando intentan asesinarlo atropellándolo con el coche, como ocurriera en los campos de maíz en el filme de Hitchcock, o por ejemplo la imagen de la sala de Conciertos donde se entregarán los premios, con una imagen muy parecida a la sede de la ONU en Con la Muerte en los talones, o la presencia de Leo G. Carroll en ambos filmes), pero no sólo eso sino que las referencias a Hitchcock son continuas, por ejemplo con esas transparencias tan cutres cuando viajan en coche, parecen sacadas de Vértigo. También me parece relevante el estilo televisivo que se adopta en algunos momentos, muy característico de los 60’s, por ejemplo en la presentación inicial de los personajes cuando los camareros van habitación por habitación llevando el regalo del hotel, se nos muestra de forma muy eficaz a cada uno de los personajes en muy poco tiempo.
Y nada más, que Paul Newman está esplendido como el escritor golfo, socarrón y borracho, que no puede dejar de meter las narices en un asunto turbio que le de un poco de vidilla, (aunque nadie puede creer que un tipo así haya escrito El estado Perfecto, novela por la que le dan el Nobel), al igual que el resto del reparto con mención especial a Edward G. Robinson, por supuesto, y a Sacha Pitoeff, Daranyi, el malo malísimo (que se parece a Martin Landau, de nuevo premeditadamente, me temo como bien se apunta).