El Ministerio del Tiempo (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2015-Actualidad). 4 temporadas. 42 episodios. El Ministerio del Tiempo es una institución gubernamental, autónoma y secreta, que depende directamente de Presidencia de Gobierno. Como en los Estados Unidos se guardan los secretos y la llave para un posible ataque nuclear, de presidente a presidente, lo mismo pasa con este ministerio español: sólo reyes, presidentes y un número muy exclusivo de personas saben de él. El paso hacia otras épocas se realiza a través de puertas vigiladas por las Patrullas del Ministerio. Su objetivo es detectar e impedir que cualquier intruso del pasado llegue a nuestro presente -o viceversa- con el fin de utilizar la Historia para su beneficio. Para ello las Patrullas tendrán que viajar al pasado y evitar que lo logren.
En la 4ª temporada, se podrán ver de nuevo a Julián (Rodolfo Sancho), Amelia (Aura Garrido), Pacino (Hugo Silva), Alonso (Nacho Fresneda) y Lola (Macarena García), los miembros de la patrulla del tiempo, acompañados por Irene (Cayetana Guillén Cuervo) en muchas misiones,se transformarán en galanes de cine, soldados de poderosos ejércitos, damas en las cortes más influyentes, espías o periodistas para cumplir las misiones encargadas por Salvador (Jaime Blanch). El objetivo: que el pasado no cambie para que nuestra Historia, con sus luces y sus sombras, pueda continuar como la conocemos.
Estreno 4ª temporada: 5 mayo 2020.
Detalles de la película
- Titulo Original: El Ministerio del Tiempo (TV Series)
- Año: 2015
- Duración: 70
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Opinión de la crítica
7.2
29 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aitor Merino
- Ángel Ruiz
- Aura Garrido
- Belén Fabra
- Borja Maestre
- Carlos Cuevas
- Carlos Hipólito
- Cayetana Guillén Cuervo
- Cuca Escribano
- Elena Rivera
- Enrique Alcides
- Fanny Gautier
- Fernando Cayo
- Fernando Conde
- Fernando Guillén Cuervo
- Francesca Piñón
- Garbiñe Insausti
- Gary Piquer
- Guillermo Vallverdú
- Hugo Silva
- Jaime Blanch
- Jaime Pujol
- Javier Laorden
- Jimmy Shaw
- Jordi Vilches
- José Ángel Egido
- José Luis Torrijo
- José Ramón Iglesias
- Juan Gea
- Julián Villagrán
- Luis Iglesia
- Luisa Gavasa
- Macarena García
- Mar Saura
- Mar Ulldemolins
- María Adánez
- Maria Rodríguez Soto
- Mario Mayo
- Markos Marín
- Marta Nieto
- Miguel Ángel Muñoz
- Miguel Rellán
- Miki Esparbé
- Nacho Fresneda
- Nancho Novo
- Natalia Millán
- Nieve de Medina
- Noemí Ruiz
- Óscar de la Fuente
- Paco Obregón
- Pedro Casablanc
- Pep Tosar
- Pere Ponce
- Ramón Langa
- Richard Sahagún
- Rikar Gil
- Roberto Drago
- Rodolfo Sancho
- Susana Córdoba
- Tamar Novas
- Víctor Clavijo
- Xavier Boada
Serie divertida, sin ser de humor, que para disfrutar hay que ver sin ser demasiado exigente en algunos aspectos. Una vez que asumes las inevitables incongruencias de las historias de viajes en el tiempo y te relajas, empiezas a pasarlo bien encontrándote con viejos personajes de la historia de España, tratados de una forma un tanto irreverente y con sentido del humor.
Partiendo de la base de que es una serie desenfadada e intelectualmente poco exigente, merece la pena verla y regalarse una vez a la semana un rato de frivolidad bien hecha. No me cabe ninguna duda de que además cuenta con la virtualidad de acercar cierto contenido histórico a televidentes no demasiado instruidos.
Es una serie Española y para españoles. No en sentido peyorativo, sino en el sentido de que si no conoces quién es Curro Jiménez, o que a los funcionarios nos quitaron la paga extra hace un par de años, te pierdes el elemento de ironía que para mí es lo mejor de la serie. Bastante oportuna en todo caso su emisión, desde el punto de vista de que nos permite a los españoles reírnos de nosotros mismos y digerir con sentido del humor ese pesimismo patrio que ha estado pesando sobre nuestras cabezas durante estos últimos años de crisis.
Rodolfo Sancho muy ajustado en su papel (me parece que no tiene muchos registros, pero para este personaje en particular está bien), y muy bueno el que hace de soldado sevillano. Con respecto a Cayetana Guillén Cuervo…pues vale, qué se le va a hacer.
A mí, más que al Doctor Who, me recuerda a José Mota cuando visita tiempos pasado para entrevistar a diferentes personajes históricos.
Creo que, habiendo visto solo los dos primeros capítulos, me sumaré a las alabanzas a esta serie.
Y es que es difícil decir cosas que no se hayan dicho antes. Pero al fin, se atreven a hacer algo diferente, y RTVE, nada más y nada menos.
Lo que veo no es solo una serie diferente, sino un cambio de mentalidad:dejar de hacer tele para hacer cine. Las series ahora se asemejan mucho más al cine, mientras que en España, seguimos con mentalidad de tele.
Lo primero, la idea. Una idea arriesgada y que se sale de lo común, una historia de aventuras, ciencia ficción que se asemeja a Dr. Who antes que a otras series similares. Al principio, tenía miedo que quedara como las típicas cosas de A3, esas pelis baratas de los sábados por la tarde, pero han sabido darle un aire de seriedad al asunto. Incluso siendo española, riéndose de que la máquina del tiempo es española o que hay un complejo oculto en Madrid. No es NY, pero no desentona.
Luego, el cásting me parece muy acertado. Huyen de los actores del momento (Blanca Suárez, que la veo en todos lados) y apuestan por un elenco más experimentado y que saben actuar. Sobretodo, es fácil haber caído en el cliché (con la chica) o en la aprodia (Entrerríos con Alatriste) pero han sabido darle un aire de solemnidad.
Los chistes me gustan. De hecho, amenizan mucho y son todo bromitas relacionadas con el tiempo y las épocas, cosa que por otro lado, son casi obligatorias en el género (Regreso al futuro, Time After Time…). Inclusive, han sabido sacarle mucho partido a los 70 minutos que duran y no sentí que hubiera relleno.
La ambientación, increíble. Quizá sno sea Hollywood, pero apenas he tenido quejas en ese aspecto. No vi nada mal, ya sea porque hubo presupuesto o porque, a diferencia de Victor Ross y Alatriste, han sabido disimular muy bien las carencias con planos cortos.
La pospo e iluminación, soberbia. No la cagaron como en Alatriste o Victor Ross, series con una iluminación de tele.
El montaje y lenguaje visual, muy de cine.
En definitiva, espero que con esta serie las cosas empiecen a cambiar, no solo por la mentalidad, sino que las empresas vean que hacer un producto bueno y novedoso puede traer beneficios.
Un producto que se planteaba interesante, pero que ha ido perdiendo fuelle capítulo tras capítulo.
Me quedo con lo mejor: una idea atractiva y disparatada, con reminiscencias al género de ciencia ficción (pero que en realidad no pertenece a tal género, pues el componente científico no tiene ningún peso relevante en las tramas), que propone una fantasía de aventuras que sirven como pretexto para mostrar, y fantasear, sobre algunos episodios de la historia nacional. Entretenimiento puro, justo lo que le falta a nuestra ficción televisiva.
Lo que menos me convence: actores justitos. Cayetana Gulén Cuervo, Nacho Fresneda y Juan Gea cumplen. El resto, pues eso. Una lástima. Los guiones están bien construidos, pero adolecen de tramas planas y poco imaginativas y de diálogos muy básicos y a vceces forzados. Pueden escucharse expresiones como me temo que no tengo el placer y otras líneas por el estilo, muy literarias y poco creíbles (y hablo de escenas ambientadas en el presente). Hay elementos humorísticos que funcionan esporádicamente, pero cuya acumulación acaba por parecer un fin en sí mismo, y terminan por agotar un poco.
El piloto me pareció correcto. Bien realizado, pero con demasiados lugares comunes en el desarrollo de la trama. Dentro de lo arriesgado de la propuesta, había poco riesgo en el desarrollo de la historia.
El segundo episodio estuvo bastante por debajo, quizá porque los personajes y sus motivaciones no tenían la suficiente fuerza como para interesar. Y es que, excepto el personaje de De entre Ríos, los demás tienen poca miga.
El tercer episodio es, hasta la fecha, el mejor, y la muestra más irrefutable del potencial de esta serie. De haber seguido este camino, heredero del mejor Dr. Who, estaríamos hablando de algo muy grande.
Pero los siguientes episodios, hasta el 7, han ido bajando el listón, y mucho. La trama del episodio de la Inquisición es plana y sin demasiado interés. El de los años 80 es insulso, quizá el más aburrido hasta ahora. El del lazarillo menor, intrascendente.
Me parece una lástima. Es una serie que veo con agrado, pero con menos empuje del que esperaba. Quizá porque esperaba algo realmente bueno. Y no me lo parece. Celebro la existencia de esta serie, y aplaudo su renovación, pero no puedo aplaudir el contenido de la misma como me gustaría. Es una serie que tiene muchos detalles que la hacen relevante, pero que carece de la imaginación y los elementos que deberían hacer de ella algo grande. Francamente, y a pesar de los chromas, me gustó más Victor Ros.
Hace una semana, se estrenaba en Antena 3 Bajo sospecha, la que prometía ser una de las series de la temporada, a juzgar por las alabanzas de buena parte de la crítica. Comparada con producciones del mismo género como Broadchurch o The Killing, el piloto enseguida denotó las mismas flaquezas que suele arrastrar la ficción televisiva española: planteamiento inverosímil, errores flagrantes de casting y una puesta en escena mediocre. Un producto correcto, decente, pero sin ningún tipo de ambición internacional.
Una semana más tarde, TVE decidía enfrentar el éxito de Antena 3 con su gran apuesta de ficción para este año, El ministerio del tiempo. Y en ese momento, expuestas las dos en el prime time de los martes, se produjo el milagro, la reacción espontánea, unánime y entusiasta del público en las redes sociales. Por fin una serie española decidía arriesgar en su argumento sin provocar vergüenza ajena. Por fin una ficción patria de la que sentirse orgulloso. Al fin la mirada puesta en un horizonte más lejano que el del espectador perezoso y conformista.
Los viajes en el tiempo son un recurso tan explotado en las series de medio mundo que El ministerio del tiempo corría el grave peligro de morir por comparación. Sin embargo, Javier y Pablo Olivares, los creadores de esta valiente osadía, han conseguido que la fusión entre ciencia ficción e historia resulte novedosa y entretenida, sin imponerse los límites propios de nuestra encorsetada ficción y arriesgando con una mezcla de géneros que, sorprendentemente, ni chirría ni avergüenza.
Saltar del chiste garbancero a un humor más inteligente no es tarea fácil, y más en un contexto ambicioso que quiere abarcar tantos géneros sin morir en el intento. Pero cuando el personaje que interpreta Salvador Martí, uno de los altos cargos de este inédito ministerio, suelta la frase Somos españoles, ¿no? Improvisen, enseguida nos descubrimos ante un panorama distinto, capaz de unir un támpax o un teléfono móvil con el siglo XIX sin obligarnos a apartar la mirada del televisor.
Pero para que un guión tan insólito luzca como se merece hacía falta un buen reparto que lo dotase de la credibilidad necesaria. Encomiable la labor de casting, que ha huido de los rostros de moda y ha conseguido un grandioso trío protagonista: Rodolfo Sancho, Aura Garrido y Nacho Fresneda. Hasta un fichaje tan cuestionado como el Cayetana Guillén Cuervo acalla las bocas y adopta a la perfección el tono de la serie, que tan fácilmente podía haber caído en la parodia.
La serie parece que ha optado por un sistema procedimental. Cada semana viajaremos a un episodio distinto de la historia de España. Lo que en un principio podría provocar pereza, una estructura previsible y fotocopiada, lo solventan sus creadores con tramas seriadas muy estimulantes, como esa alteración de los acontecimientos para salvar la vida de la novia del protagonista o la presencia de una perfecta villana: Natalia Millán.
Pero si El ministerio del tiempo quiere huir de lo predecible, conviene que siga la estela del piloto, plagado de sorpresas y giros. La aparición repentina de una puerta que permita viajar al futuro o la llegada de una nueva orden ministerial que autorice a modificar hechos traumáticos del pasado son posibles vueltas de tuerca que enriquecerían, sin duda, el rumbo de la serie. Porque, aunque algunos directivos de RTVE seguramente opinen lo contrario, la historia de España sí podría mejorarse.
Con una parrilla pública amordazada desde primera hora hasta el late night, ¿se atreverán los guionistas de El ministerio del tiempo a abordar hechos históricos más recientes y peliagudos como la guerra civil, el terrorismo etarra o el 11M? Si la serie quiere volverse más compleja y sugerente, debería hacerlo. De momento, nos conformamos con el mérito de haber proporcionado un gran soplo de aire fresco a la historia de la ficción televisiva española.
Esta serie aparece en el panorama de las series españolas como algo no solamente fresco y novedoso, sino necesario. Muy necesario. La justa combinación de aventuras, ciencia-ficción, drama y humor, ha dado como consecuencia un producto digno de cualquier productora americana o inglesa. Huye del tópico facil muy acuñado en España desde los 90 de las tramas para niños, adultos,jovenes y abueletes. No huye del público concreto, sino que busca uno general. Otro enorme punto a su favor. Un casting magnifico y un guión sólido, permite que el espectador se involucre en la historia sin elementos que chirrien a su alrededor como falsa publicidad encubierta o la gloria para los que se postulan a rompecorazones teenagers en otras series. Gran serie. Muy necesaria.