El marginal 5 (Serie de TV)
Sinopsis de la película
6 episodios. Pastor y Diosito, separados después de la fuga frustrada, enfrentan nuevos peligros y desafíos para sobrevivir. Uno quedó encerrado, el otro buscando un lugar fuera de los muros, ambos tendrán que enfrentarse a las consecuencias de sus actos y reparar los daños del pasado. Mientras tanto, en el interior de Puente Viejo, las disputas por el poder se recrudecen. Borges, James y Bardo, frente a César y la Sub21, se encaminan a un ajuste de cuentas brutal. Todo bajo la atenta mirada del renovado director, Sergio Antín.
Detalles de la película
- Titulo Original: El marginal 5
- Año: 2022
- Duración: 50
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Opinión de la crítica
7.1
24 valoraciones en total
Me salió en Tiktok una escena de esta serie, y en ese mismo momento supe que la iba a ver. Su acompañamiento musical, que remite a un momento cumbre de alguna película de altura, junto a la calmada y definida pronunciación del actor Gerardo Romano, la dota de un particular aire de tristeza y melancolía.
En ella vamos al alcaide de un penal que increpa verbalmente a un preso (Diosito Borges) al que han capturado años después tras haberse fugado.
-ANTÍN: Sorete. Mierda humana. Sos escoria. Volviste… ¿Por qué no te pegás un corchazo, hijo de puta? Carne de presidio, que nos hacés gastar a todos en mantenerte. Mi suegra siempre decía… la hija de puta de mi suegra siempre decía: el que se va sin que lo echen, vuelve solo y cagado sin que lo llamen. ¿Recuperaste la energía? Porque mirá que tenés laburo acá… mucho laburo.
Una serie que fue de mayor a menor, comenzó con altas expectativas y luego con la necesidad de seguir generando temporadas, comenzaron apareciendo personajes nuevos y escenas repetitivas. Desenlaces sin sentidos y un final poco atractivo. La primera y segunda temporada fueron acertadas, de la tercera en adelante comenzó el relleno.
Cabe destacar la actuación de Gerardo Romano, Nicolas Furtado, Claudio Rissi y Juan Minujin (por momentos).
Esta quinta entrega cumple el objetivo de responder a la curiosidad del espectador, contando que pasó después y tratando de atar cabos, que a juzgar por lo visto, lo hace de una manera forzada, a las apuradas. Pero no por eso decae la trama, aunque se pudo haber desarrollado un poco más el desenlace. Sorprende algunos giros que sirvieron más como relleno que para aportar argumento a la historia. Floja entrega pero salvaguardada por tratarse de el toque final.
La nostalgia ya comienza a emerger a medida que pasan los capítulos de esta última edición de El Marginal, en la que el guion se percibe más sólido y serio que en la entrega precedente. Es que resulta prácticamente inevitable llegar al desenlace, a ese episodio 6, sin experimentar esa sensación de extrañeza y melancolía al saber que todo está concluyendo.
Si la temporada cuatro (probablemente la más floja, pero igualmente disfrutable) destacaba por los excesos de todo tipo, la quinta tiene mucho más aceitado lo que concierne al factor emotivo. Aquí, el dramatismo cobra mayor importancia, funcionando con creces, algo que no sería posible sin el nivel actoral (sobresaliente) de cada uno de los intérpretes centrales.
Con una mirada crítica al sistema carcelario, a la justicia y a todo lo que los de arriba manejan a gusto y piacere, la tira creada por Ortega no escatima en ir contra todos, fiel al estilo transgresor de esta obra, sin medias tintas.
Sin adelantar demasiado de la trama para evitar algún spoiler, El Marginal ejecuta un más que digno cierre, como merecía una de las mejores producciones nacionales, a nivel series, que se han concebido.
8,5 Alancitos Transgresores sobre 10
Es siempre meritorio cuando existe autocrítica. Porque el rumbo que había tomado El Marginal en la desconcertante cuarta temporada había hundido en un profundo abismo lo realizado hasta el momento. Violencia sólo por la violencia misma, escenas de sexo gratuitas, violaciones (por lo menos una por capítulo como si fuera parte de un contrato), giros sin sentido, incredulidades en el argumento, personajes desdibujados: todo un cambalache agresivo fue este mediático trazo.
Y el público opinó y me imagino que también los popes de Netflix. No gustó. Y por suerte, la gente a cargo de llevar a cabo este producto le dio otro tono a la historia, más humano y menos explícito. Y las actuaciones provocaron empatía. Y la narración llevó el tiempo justo para enganchar y terminar a pesar del acelerado cierre. Y entonces, el camino elegido fue un gran acierto porque este era el final que se esperaba para una gran serie que retrató como pocas (más allá de algunos excesos) el terrible mundo carcelario en nuestro país.
Se agradece sobremanera el haber reconocido los errores para así regalarnos (y regalarse) esta sensación de que siempre se pueden enmendar los errores cometidos si es que uno es consciente de ellos.