El héroe solitario
Sinopsis de la película
El audaz Charles Lindbergh se propone cruzar el Atlántico sin escalas, en un vuelo sin precedentes. Desde Nueva York a París, el piloto vive en su avión 36 horas de soledad que suponen una hazaña histórica. .
Detalles de la película
- Titulo Original: The Spirit of St. Louis aka
- Año: 1957
- Duración: 138
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Opinión de la crítica
Película
6.6
89 valoraciones en total
Aunque tengamos a un gran director y aun gran actor no es lo mejor de ambos pero eso no quita que sea una película entretenida y en absoluto llega a ser una película mala.
Es cierto que Wilder nos tiene mal acostumbrados con sus películas pues se puede tratar de comedia o drama siempre llega a una redondez absoluta en sus películas, una narración sutil y un dominio de la cámara sin igual.
El heroe solitario no es una de sus obras mejor logradas pero eso no significa que no haya momentos para recordar como por ejemplo todo el vuelo a través del Atlántico y el ver a una persona con su espíritu individual y luchador consciente de lo que pretende conseguir en la vida en contra de lo que los demás puedan opinar.
Esto digamos, es el espíritu principal de la obra pero es cierto que Wilder podría haber sacado más partido a este tema después de sus años de experiencia, es cierto que falta un poco más el perfil psicológico del protagonista.
El final está bien logrado, toda la tensión de cuando llega a Europa pero termina el viaje y ahí termina todo, me parece que Wilder no planificó bien toda la historia y narración, podría haber contado más cosas pues de esta manera se queda en una simple anécdota de aventuras sin mostrar la importancia del hecho para la aviación y sobre todo el espíritu de ese hombre que luchaba por lo que creía.
Agradable pero Wilder podría haber hecho algo más completo.
No contento con estrenar en aquel año de 1957 su archiconocida y obra maestra Testigo de Cargo y su deliciosa e inolvidable Ariane , Wilder estrenó también una obra menor aunque no exenta de méritos artísticos y comerciales como fue el Héroe solitario , basada en la obra autobiográfica del aviador e ingeniero estadounidense Charles Lindbergh, Lindbergh: mi vuelo transoceánico , quien fue el primero piloto en cruzar el oceáno atlántico sin escalas y con un avión monoplano de un sólo motor…
Un personaje bastante polémico en su época, sobre todo por sus reconocidas filias con el nazismo y los partos selectivos … algo que según cuenta la leyenda, supuso la negativa para el papel del actor en quien se pensó desde un principio John Kerr…
Lo cierto es que recibió bastantes palos el día de su estreno por parte de una crítica que le echó en cara la falta de profundidad en el perfil psicológico del personaje principal… algo que reconoció en parte el propio Wilder y que achacó al excesivo y rígido encorsetamiento del relato autobiográfico…
La película es una obra bastante bien hilvanada aunque dadas las mastodónticas dimensiones del proyecto, es inevitable que algunos aspectos relevantes se escapen al habitual control milimétrico del cineasta austríaco…
Concebida como una narración de aventuras, quedan excluídas las honduras psicológicas de un personaje al que se representa como un incansable aventurero ávido siempre de nuevas emociones…luchador de unos ideales que según él, transformarían la navegación aérea para siempre, y la comercial en particular…ya que por aquel entonces la incipiente era de la navegación aérea estaba limitada al correo postal y a diversas pruebas infructuosas hasta el momento en el campo del tráfico de pasajeros y mercancías…
Stewart atraviesa parajes inevitables como Nueva Escocia, San Juan o Terranova… hasta llegar a las costas de Irlanda ya en terreno europeo y finalmente a París…paisajes magníficamente retratados por la cámara en color de Robert Burks y J. Peverell, y una correcta banda sonora de nuevo a cargo Franz Waxman que en ese mismo año ya había compuesto Ariane …
Antes, viene el duro proceso de buscar patrocinadores para tal concurso…es como las típicas novelas de Julio Verne sólo que narradas desde la genial perspectiva del mago Wilder…
No es una obra maestra e incluso al final se hace un poco pesada, pero cuando finalmente el piloto aterriza en el campo de Le Bourget en París, nos sentimos miembros de esos 200000 franceses que le aclaman entre vítores o de esos 4 millones de compatriotas que le esperan allende el atlántico…
E N T R E T E N I DA Y C U R I O S A.
¿Qué es lo que nos impulsa a volar? Le preguntaba un viejo compañero de vuelos de entretenimiento a Charles A. Lindbergh. Varias son las respuestas que podrían darse a esta pregunta, pero creo que la más común, es esa ansia de libertad inherente a los seres humanos. Volar te despega de la tierra donde quedarán, mientras dure, olvidados tus problemas. Volar te hace sentir fuerte, encumbrado, poderoso y seguro. Y al volar, te sientes sin duda más cerca de Dios, porque, aunque no creas en Él, tú sabes que Él cree en ti y todo lo que espera es que hagas bien aquello que haces, para que entonces compruebes que, en ningún momento, te encuentras realmente solo.
Pero Charles Lindbergh era un hombre escéptico, y además de que le interesaba el dinero (estaban en juego 25 mil dólares donados por el filántropo Raymond B. Orteig para quien cruzara primero el océano Atlántico en un vuelo sin escalas desde Nueva York a París o viceversa), también le gustaba el éxito y el poder, y lograr aquel triunfo, sabía que le serviría para hacerse con mucho de todo esto.
Sobre este vuelo -realizado entre el 20 y el 21 de Mayo de 1927, en que el piloto recorrió 5.800 kilómetros en 33 horas continuas de vuelo-, el mismo Charles Lindbergh escribió su relato El Espíritu de St. Louis (1953), el cual fue un éxito de librerías y le mereció el premio Pulitzer. La versión cinematográfica, realizada cuatro años después por el director Billy Wilder, pretendía quizás reivindicar la imagen de este héroe nacional que, en los últimos años, comenzaba a lucir bastante desprestigiado por sus declaraciones a la prensa en las que se mostró como simpatizante de Adolf Hitler, al tiempo que abogó por el aislacionismo de los EEUU y se mostró partidario de los nacimientos selectivos.
El resultado en taquilla fue bastante deficiente y las explicaciones alcanzan a la muy pobre imagen que para entonces tenía el antiguo piloto, al protagonismo de James Stewart que resultaba demasiado mayorcito (tenía 48 años) para representar a Lindbergh que, cuando hizo su proeza, tan solo cumplía 25, y finalmente, al hecho de que Wilder dedicó demasiado tiempo al vuelo intercontinental, siendo muy escasas las anécdotas que sobre la vida privada de Lindbergh alcanzan a conocerse y esta es, sin duda, la mejor parte.
Pero hay algo que me atrae particularmente del filme y es lo que ha justificado su visionado: La manera como interviene el Fatum, con la chica del espejo… la mosca… el resplandor en la cara… Esa suerte de ayudas que comúnmente no dimensionamos, pero que son la demostración irrefutable -¡no casualidades!- de que realmente nunca estamos solos.
Título para Latinoamérica: EL ÁGUILA SOLITARIA
El gran Billy Wilder nos presenta la historia de una gesta realizada por un piloto que en solitario y a bordo del avión Spirit of St. Louis realizó por primera vez la travesía entre New York y París, cruzando el Océano Atlántico.
No es un biopic sobre Charles Lindbergh, porque solo se plasma su gran hazaña, eso sí, mostrando la crudeza y la soledad del viaje, la lucha contra el sueño y las adversidades, aderezada con retazos de su vida que a modo de recuerdos le vienen a la memoria mientra realiza la singladura, y para ello cuenta con uno de los actores que han llevado al cine la vida y las conquistas de grandes nombres de la historia, James Stewart, aunque la vida de este piloto cuenta con luces y con sombras, como casi todos los que tenemos la condición humana.
Charles Lindbergh no sólo fue famoso por su hazaña que le reportó honores y dinero, sino sobre todo por perder a su hijo secuestrado y asesinado con pocos meses de edad, y su simpatía por Hitler y el partido nazi, lo que le restó gran parte de la popularidad que acuñó con el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Interesante, 6.
Para los que quieran ahondar en la biografía de Charles Lindbergh, hay les dejo una reseña en la zona spoiler.
No suelen convencerme demasiado las películas de este tipo, pero le di una oportunidad porque la dirigía el maestro Billy Wilder. Después de verla, sólo puedo decir que Scorsese podía haber aprendido mucho de él cuando rodó El aviador . Porque, pese a ser considerada una obra menor del genio austriaco y uno de sus trabajos más serios, conserva por momentos ese peculiar sentido del humor que dota a su cine de auténtica personalidad.
Pensaba que su metraje podría resultar excesivo, pero lo cierto es que es el necesario. La primera hora se pasa volando (nunca mejor dicho) gracias a la habilidad de Wilder por explicar todos los problemas y pensamientos que tuvo el protagonista para realizar su proyecto. De este modo, logramos empatizar con el indiscutiblemente perfecto para el papel, James Stewart, además de comprender la magnitud de la proeza de Charles Lindbergh.
Pero la verdadera argucia del director queda demostrada en la segunda parte de la película, con ese Lindbergh realmente solo en su aeroplano y con el que compartimos, en primera persona, sus largas horas de vuelo.
Mi nota: 7,6