El flautista de Hamelín (Krysar)
Sinopsis de la película
Versión oscura del famoso cuento del flautista de Hamelin, de Robert Browning, que mezcla diferentes técnicas de animación, especialmente stop-motion (marionetas) y diferentes estilos que van desde el arte medieval al expresionismo alemán.
Detalles de la película
- Titulo Original: Krysar (The Pied Piper of Hamelin)
- Año: 1985
- Duración: 53
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Opinión de la crítica
Película
7.3
41 valoraciones en total
Europa del Este lleva desde principios del siglo pasado ofreciendo un cine de animación fabuloso, de una exquisitez a veces solo para paladares adultos.
Una animación cuyo detallismo escapará a la mayoría de los pequeños, aunque puedan disfrutar de muchas de estas películas, y que está más orientada a mentes hechas y derechas. Aunque a decir verdad, tocando ya Krysar, bien visto, mejor tener cierto resquicio infantil y una mente algo sinuosa, más que hecha y derecha, para dejarse envolver por este tipo de animación.
* Krysar es una impresionante y macabra versión de El Flautista de Hamelin, retorcida y despiadada.
Una preciosa música, a la vez irreal e inquietante, nos introduce en el mundo de la visión de Barta: una ciudad aislada, cerrada sobre si misma y sobre la crapulencia de sus habitantes. Corrupta a más no poder. Lo más puro y noble de lo que se relaciona con la ciudad es la noche. Una ciudad intrincada y gris. Escenarios que recuerdan el expresionismo de El Gabinete del Dr. Caligari. Sus habitantes: toscas figuras en madera, talladas de forma tan grosera que se refuerza su degradación. Viene a resaltar aun mas su vil deshumanización el hecho de que en los diálogos y la comunicación no se use un lenguaje humano, sino gruñidos y graznidos más cercanos a los de animales de granja y fieras salvajes. Los vicios más ruines campan a sus anchas por esta Sodoma que es Hamelin, la cual hiede a naufragio.
En 5 minutos se nos pinta el cuadro más desolador y mezquino, de obscenidad y sordidez increíbles, pero pintado con gran gusto.
El humor es tan negro que cuesta esbozar una sonrisa de vez en cuando. Olvídense del afable oscurantismo del combo Selick-Burton… oscuridad, tan solo, y nada más, y además, sin alivio ni salida.
Se retuerce la historia para que esta gima más, para hacerla aún más terrible, no solo se evita edulcorarla, sino que se le aporta más horror. También hay algún apunte romántico y bucólico, pero que se diluye en su insignificancia y en la oscuridad de todo el film. Aunque la historia de la candida muchacha encandilada por el flautista nos deja algún pasaje impresionante, como son todas las secuencias desde que se abre Krysar: todo impresionante, tanto visual, como discursiva y emocionalmente.
Suelo ser bastante crítico con las producciones norteamericanas dedicadas a destartalar y mofarse del cuento popular, pero no tengo queja alguna sobre la demoledora visión que supone Krysar. No tergiversa ni viola la esencia del cuento. Enfoca lo que le conviene, hace su propia lectura, y trabaja sobre ello. Consigue una obra poderosa, que deja un sabor entre amargo y desconcertante por el afán minucioso y artesanal, volcado en una historia devastadora.
La animación checa no deja de sorprenderme. Si Alice era una pasada, esta Krysar no sólo es mejor sino que encima está mucho más trabajada. Y parecía imposible. Mezclando algo del expresionismo alemán, mucha mala hostia y crítica social, esta macabra versión del Flautista de Hamelín es toda una muestra del talento que tiene esta gente, huyendo de los clásicos dibujos a mano para mostrarnos una animación stop-motion llena de detalles.
Todo lo que se ve en pantalla esté recreado con madera y animado de la forma que haría popular a Tim Burton y Henry Sellik, jugando con construcciones realmente magníficas y algunos trucos de cámara espectaculares. No sólo para la época, sino a día de hoy. La historia es la de siempre, así que no me pararé a explicarla. Simplemente destacar, sobre todas las cosas, el diseño de los personajes y la ambientación, la brutal BSO que suena de fondo, y secuencias como la cena, la aparición del flautista -toda su caracterización-, la escena de la venganza y especialmente una secuencia que me dejó flipado por el uso de la luz y las sombras y el juego que da todo esto en un marco como el que nos propone la cinta.
Si Alice era retorcida y era perfecta para acojonar a un crío, esta lo es incluso más. Sencillamente, una joya cuyos méritos artísticos están por encima de lo imaginable. Toda una cinta a reivindicar que, si bien no alcanza la maestría de Pesadilla antes de Navidad (la mejor de este tipo), merece totalmente la pena. Una pasada.
La inquietante iconografía puesta al servicio de esta historia presuntamente infantil, cobra de la mano de Jiri Barta una espectacular dimensión.
Una banda sonora obsesiva, una imaginería compleja y opresiva, una lóbrega atmósfera y una acción que transcurre entre las sombras de un tiempo remoto nos trasladan a un escenario en que caben los peores presagios.
Desde siniestros engranajes hasta gárgolas amenazantes, todo un universo de espectros se confabula en un ritmo narrativo excepcional para conseguir una magnífica película.
137/27(23/04/11) Descomunal Obra Maestra checa, Jirí Barta nos regala 53 esplendorosos minutos de una belleza gótica sublime. Es un film de animación en stop-motion destinado a los adultos, ni tan siquiera hay lugar para el humor. Está influido de modo notorio por el expresionismo alemán, por las calles de Hamellin puede deambular el Nosferatu de Murnau. El diseño de los escenarios es magnífico, el goticismo lo inunda todo, todas las puertas son ojivales, las calles son sinuosas, los edificios son retorcidos, la siniestra fotografía de Ivan Vit y Vladim’ir Malík es oscura en busca de las sombras de los personajes, todos estos elementos son una metáfora de las mentalidades de los habitantes de esta ciudad, gente mezquina, miserable, avara, gentes corruptas que solo piensan en enriquecerse aunque sea a costa de engañar a los vecinos, es presentada como una especie de Sodoma, entonces les llega una plaga casi divina, una especie de castigo en forma de ratas que lo inunda todo y que empieza a destruir todos sus tesoros, entonces llega a Hamellin un misterioso tipo que les ofrece hacer desaparecer las ratas haciendo sonar su flauta, a cambio de una recompensa. La historia se cuenta sin una sola palabra, los diálogos se producen a base de gruñidos, excelente4 metáfora de su alma animal, todo lo puede la fuerza de las imágenes, de una belleza visual extraordinaria. Es un relato turbador, donde el poder del mensaje se funde con el impacto de una imaginación estética desbordante, todo un alarde de transmisión de sordidez y pavor medieval, adornado por la hermosa música de Michael Kocáb que le sienta como un guante. La obra está repleta de escenas de un lirismo exacerbado, donde la maldad humana queda destapada, cada plano está hipercuidado, rezuma cariño, son magnos cuadros tétricos en movimiento. Su ritmo narrativo te atrapa desde el inicio, te zarandea, te magnetiza a la pantalla, para mí ha sido una de las grandes sorpresas cinematográficas de mi vida. Recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!
Evitando la suavidad y elasticidad de la arcilla, Barta, el genio checo de la innovadora tecnica stop-motion, tenía miles de personajes y escenarios talladas a mano en madera dentada, tosca por su inusual estética de fantasía y horror, pero que dota de fuerza a las imágenes, logrando una belleza visual extraordinaria. Llena de falsas perspectivas, ángulos oblicuos y caminos imposibles, la película de Barta toma el cuento de los hermanos Grimm a través del cubismo y el expresionismo alemán, dejando un sabor claramente Checo.
El núcleo de la historia original se mantiene, un flautista misterioso que le ofrece al puedo de Hamelin hacer desaparecer las ratas haciendo sonar su flauta, a cambio de una recompensa. Sin embargo, el principio y el final son alterados para dar a la historia un tono más oscuro (opuesto a la mayoría de las adaptaciones de cuentos de hadas) y un mensaje más macabro y certero. Barta representa Hamelin como una guarida plagada de pequeños avaros, los ciudadanos realizan trabajos perversos,y alimentan a la codicia en todas sus formas. Probablemente no es un accidente que la ciudad sea golpeada por una plaga de ratas que parecen empeñadas en quitarle las únicas cosas que el pueblo de Hamelin ama, la comida, el dinero y las joyas. En el bullicio de este capitalismo en miniatura sin alma, la humanidad se ha torcido en caricaturas monstruosas.