El exótico Hotel Marigold
Sinopsis de la película
Un grupo de ancianos ingleses deciden disfrutar de su jubilación en Bangalore, una exótica población de la India, pero las diferencias culturales pronto se pondrán de manifiesto creándoles todo tipo de problemas.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Best Exotic Marigold Hotel
- Año: 2011
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
Película
6.2
66 valoraciones en total
El dato que define la última película que ha dirigido el director de Shakespeare in Love (otros prefieren ‘recordarle’ por La mandolina del capitán Corelli) es la edad conjunta de todo su provecto reparto. Judi Dench (77), Maggie Smith (77), Ronald Pickup (71), Penelope Wilton (65), Tom Wilkinson (63), Bill Nighy (62) y Celia Imrie con un documento de identidad (tal vez falsificado) que indica 59 escasos años. Los cementerios de elefantes también llegan al séptimo arte aunque a todos los anteriores actores y actrices británicos trabajo precisamente no les falta. Sí se echaba en falta algún tipo de producción que les pudiera reunir para aprovechar sus tablas y edades conjuntas (en total 474 años).
El exótico Hotel Marigold propone que un grupo de jubilados británicos coincida en la India como retiro exótico en el reformado Hotel Marigold. Hasta allí les llevan motivos personales y económicos, vidas pasadas que han dejado atrás para acabar en su particular cementerio pero limbo y purgatorio existencial. La premisa y la oportunidad de ver juntos, tal vez por última vez, a un grupo de buenos actores británicos en los mismos fotogramas parece erigirse como principal mérito y ventaja. Desde la presentación ya quedan definidas las personalidades, empatías con el espectador, conflictos y motivaciones de cada uno de los personajes, reservando algunas sorpresas previsibles, para llegar a verles juntos en una terminal de un aeropuerto preparándose para su supuesto destino final.
No es que India tenga un protagonismo narrativo. Se muestra ese país de contrastes, de riqueza y pobreza, de tradición y de nuevos horizontes y de lucha constante por sobrevivir y avanzar. A través de pequeñas historias y tramas secundarias se establece algo mayor y coral entre ese choque de edades y amores en los pormenores y prolegómenos de crisis existenciales y de clases. El sexo se interna por la entrepierna del cliché y la derivación se sostiene por un puñado de diálogos excelentes. Poco más. El exótico Hotel Marigold es una cinta con buen potencial para entretener pese a su irregularidad y diluirse en un manual de auto-ayuda en ocasiones. No hay demasiados grises más allá de las flojas interpretaciones de Penelope Wilton sobreactuando y Dev Patel equivocándose completamente de lectura de papel: estar nervioso o hiperactivo no es sinónimo de ser cocainómano con mono.
John Madden ha dirigido una película sin calado pero muy funcional, con emociones mil veces vistas aunque con empaque de altura y tablas, con necesidad y discreción para verse con gusto. Al menos tiene el don de ofrecer entretenimiento sin hondura emocional durante dos horas. Algo, que en estos tiempos, es más un mérito que una decepción.
Muchos de quienes vivieron una experiencia cercana a la muerte describen ese estado como un recorrido a través de un túnel de luz, al final del cual personas amigas te reciben y acogen. La película de John Madden provoca esa impresión en mi mente. Un grupo de personas mayores, desencantadas de un modo u otro por la forma en que transcurren sus vidas en un país de los llamados primermundistas (Inglaterra), y asustadas ante las perspectivas que les ofrece el sistema (una cutre jubilación sin sorpresas, a la espera de la muerte verdadera), se lían la manta a la cabeza y deciden lanzarse a la aventura de sus vidas en un país exótico (eso sí, un país que fue su colonia y que, por lo tanto, habla inglés). Pero el espíritu de la película se puede extrapolar, salvando las necesarias distancias. Volviendo a lo del túnel de luz, explico por qué la atmósfera de esta película trajo a mi mente tal simil: ese grupo de británicos casi viejos, muchos convencidos ya de su inutilidad para el mundo, se ven envueltos en la brillante luz y la explosión de vida de ese país que es India. Y a pesar de las diferencias culturales que provocan en ellos el inevitable shock, conforme avanza la película vemos que el balance va resultando positivo, que al arriesgarse eligiendo como destino final de sus vidas un lugar tan alejado de sus respectivas circunstancias vitales no han fallado, y que de un modo u otro van a cambiar su decepción inicial por un sentido de la propia valía, una especie de rejuvenecimiento interior, y una renovación de sus deseos de seguir viviendo o, al menos, de terminar bien lo que llevaba camino de ser una catástrofe.
Esta es una película que mezcla veteranía con juventud, que opone luz a la oscuridad que en el inconsciente colectivo provoca la idea de envejecimiento, que hace sentir optimismo ante la posibilidad de nuevos retos, nuevas fronteras que, si se desea, pueden seguir existiendo para las personas cuya edad se cuenta por varias decenas, siempre que estén despiertas y dispuestas a seguir dando lucha.
Viene bien que se escriba este tipo de cine optimisma y divertido para mayores, porque nunca como hoy se ha vivido tantos años, el número de mayores es tan enorme, y sin embargo nunca, como hasta ahora, se ha temido tanto llegar a mayor. En el pasado los veteranos eran personas respetadas, pero hoy, quien llega a tan solo 60 es considerado, en general, un carcamal, y por mucho que se sepa que aún vivirá otros 30 o más años, se le considera un marginado de la sociedad, y solo cuentan para él o ella los viajes del Imserso. Pero hay otro mundo. Y los veteranos, por ser mayoría, tienen que convencerse de que tienen derecho a él, reclamarlo y disfrutarlo.
Me quedo con una frase que se repite en la película y que me parece tremendamente positiva: las cosas al final siempre terminan bien, y si no terminan bien es que no es el final. Maravillosa.
No había oído hablar de esta película por falta de tiempo, por lo que a la hora de ir a verla la escogí por el reparto en lugar de por el argumento (cosa que no tiene por qué dar buen resultado). Confieso que siento debilidad por sus actores y pensé que aunque no fuera muy buena, al menos habría visto buenas interpretaciones.
Y resulta que me sorprendió. Dicen que no se hacen buenas películas y que no hay papeles para mayores de cierta edad. Pues esta película demuestra que eso no es cierto. Los actores, como sus personajes, demuestran que la edad es sólo un número y que hay cuerda para rato.
Buen humor inglés (no del extravagante que no hay quien entienda), buenas localizaciones y mejores interpretaciones.
Hay risas desde el principio y da de qué pensar hasta el final.
Es cierto que el final es previsible, pero no creo que desmerezca el resto de la historia. Hay que tomársela como un buen viaje aunque ya conozcamos nuestro destino.
Una historia diferente que, os guste más o menos, seguro que os dejará un buen sabor de boca.
He de decir que, al ver la nota media de la película, tenía algún que otro reparo en ver la película (con la crisis, todo lo que no pase de un siete en filmaffinity parece que va a suponer un desperdicio de dinero). Fue, finalmente, su horario lo que nos motivó a unas amigas y a mí a verla. Una vez en la sala, mi amiga se asustó al comprobar que el resto de espectadores estaban bastante entrados en años (sí, ella es más de Crepúsculo, que le vamos a hacer). Y ese reparo inicial suyo, esa relación subconsciente entre vejez y aburrimiento, ese desdén hacia lo pasado de moda curiosamente entroncó de modo cuasi sobrenatural con el inicio de la película.
Gente mayor. Que ha trabajado, que ha criado a unos hijos a los que ahora apenas ve. Que sufre dolores físicos y que intentan sobrellevar su aplastante soledad como pueden.
Pero esta película no va de la resignación. Va de un grupo de fascinantes personajes que se niega a aceptar que deben quedarse en su casa, callados y bajo tutela provisional de sus hijos o familiares. Abuelas que se niegan a ser adorables, a cuidar a los nietos mientras tejen ganchillo. Abuelas que quieren usar Internet.
Porque el ocaso de tu vida llega cuando ya no tienes nada que aprender, que desear, que exigir.
Una oda al optimismo, para mí personalmente a la altura de la reciente Intocable . Ayuda, por supuesto, el sobresaliente elenco de actores en su mayoría británicos (destacaría, si es que eso es posible, a Maggie Smith, que nos cautiva en cualquiera de sus facetas y sin despeinarse) y la ambientación y la fotografía, que nos ofrecen un colorido retrato de la vida en la India, aunque sin obviar algunos aspectos mas duros, como la apabullante miseria.
Los adorables abueletes hallan en el exótico hotel Marigold lo que necesitaban, en mayor o menor medida. Simpáticas las intervenciones de Dev Patel, interpretando a un joven hiperactivo, idealista y encantador, que choca frontalmente con las ideas de su pragmatica y tradicional madre.
Una película muy recomendable. Evidentemente, tiene defectos y no es una película redonda, ni creo que lo pretenda. Pero es encanto british sazonado con curry, sol ardiente, color, humor (más o menos sutil) y una impagable sensación de que, efectivamente, todo irá bien tarde o temprano.
Es una película que no te vende nada. Es decir, no es la típica película, como estamos acostumbrados, que te venden en los trailers diciendo la mejor película vista en años por la revista Jara y Sedal, o efectos especiales nunca vistos de la revista gratuita del metro, todas ellas grandes referentes de la crítica cinematográfica. Es una película que explica una buena y sencilla historia. Además cuenta con el típico toque irónico de las películas inglesas.
El toque irónico de los personajes es lo que hace del largometraje un tanto especial. Todos tienen su punto más ácido empezando por la ya conocida Maggie Smith. Esperas a que diga una de sus frases para reírte a carcajadas. Aunque ninguno decepciona, todos tienen su momento siendo el papel más serio el de Judi Dench que hace a la vez de narradora.
En cuanto la historia, se ve venir de lejos. En los primeros diez minutos sabes como va a acabar todo (menos el destino de uno de los personajes que te deja un sabor agridulce) pero como ya he dicho, no importa la trama (ya que no aporta nada nuevo al panorama audiovisual) pero si el diálogo, tiene algunas conversaciones muy dinámicas con las que no podrás parar de reír.
En resumen, buenos actores, buenas interpretaciones, buenos diálogos y un punto negativo: argumento flojillo.