El día de los tramposos
Sinopsis de la película
Año 1883. Un grupo de condenados ingresa en la prisión federal de Arizona. Entre ellos está Paris Pitman (Kirk Douglas), un hombre que ha enterrado un botín de medio millón de dólares en el desierto y vive con la obsesión de fugarse para recuperarlos. Con este fin trata de convencer a varios presos para que lo secunden y, al mismo tiempo, intenta ganarse la confianza del nuevo alcaide (Henry Fonda).
Detalles de la película
- Titulo Original: There Was a Crooked Man
- Año: 1970
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
7.5
67 valoraciones en total
Joseph L. Mankiewicz ofrece una película muy diferente a tantas otras del oeste. A menudo los detractores del género opinan que hay pocas cosas nuevas y que la mayoría de títulos copian alguna cosa del resto. Con El día de los tramposos (otra metida de pata de los amigos traductores) se sorprenderían porque la mezcla de humor y el propio escenario, una cárcel, lo distancia del resto con un resultado muy ameno. Pocas presentaciones recuerdo tan buenas, quienes participan de la trama dentro del penal tienen su minuto de gloria específico y suman en extravagancia cada uno con sus acciones. Por encima de todos está Douglas claro, alrededor de él orbita el resto y está a la altura, incluso en coherencia. ¿Alguien esperaba un final feliz? El atracador se muestra avaricioso y ruin y lo es hasta un final en el que desarrolla todo su puterío, así que yo aplaudo a Mankiewicz por esa coherencia y por tener el valor de mostrarnos con crueldad lo que se puede hacer por dinero. Antes de eso hay humor y pese a todo Douglas consigue caer bien siempre, mérito muy destacable, seguramente la virtud mejor expuesta.
There was a crooked man ( El día de los tramposos para nuestros amigos, los traductores) posee uno de los mejores arranques que servidor haya podido ver en muchísimo tiempo, y más me sorprende todavía si hablamos de un género que a mi nunca me ha causado gran furor como es el western, pero el film dirigido a principios de la década de los 70 por Mankiewicz se sustenta bajo una introducción espectacular, donde cada personaje es presentado con sumo cuidado, y se añaden sus características con una maña tan particular como soberbia: Douglas en un papelón hecho a su medida, donde suelta las puntillas justas en el momento exacto, Fonda en un papel serio y contundente que posee una leve aportación durante el inicio, Oates haciendo de tipo duro, tosco y de pocas palabras y un gran puñado de acompañantes de lujo como Blodgett en uno de los mejores papeles de la película (el joven e inexperto Coy), Meredith como El niño aportando experiencia y la extraña pareja que con sus constantes desmanes ofrecen vida a la cinta y le dan un aire renovado minuto tras minuto.
Tras esa grandiosa y divertida presentación de personajes, y al contrario de lo que pudiera parecer, el trabajo de Mankiewicz prosigue una buena línea que, aunque algo descendiente, pues es prácticamente imposible mantener el ritmo de situaciones, diálogos y momentos humorísticos inicial, ofrece buena fuerza a la película, narrándonos en un espacio no demasiado holgado las peripecias que corren todos los presos que en un principio habían sido presentados: Los problemas de Coy con el capataz, los primeros pasos de Pitman allí y las inconveniencias que se le presentan, las constantes aportaciones de El niño como coartada para salir del lugar, etc….
Entre todo, el realizador sorprende con una dirección potente y amena, donde cada fotograma parece estar rodado con el vigor debido, y cada aportación de la banda sonora (brillante BSO, por cierto) no podría ser mejor. Además de ello, el dinamismo con que se mueve la cámara y la dirección tanto de actores como de algunos instantes es practicamente impecable.
Todo ello, para rematar con ese brillante tramo final, donde uno no puede llegar a dar un paso sin caer en falso y en el cual cada minuto es más sorpresivo todavía que el anterior, eso por no hablar de la inhóspita relación entre Douglas y Fonda, de esos giros argumentales que, para nada son inverosímiles, y además de sorprender hacen gozar constantemente al espectador y de una conclusión tan enormemente ejecutada como impoluta, que hace de There was a crooked man uno de los mejores westerns que servidor haya podido ver, logrando rescatar en mi la emoción de ver aquellas endurecidas personalidades a través de las cuales, en ningún momento, puedes saber hacía donde avanzarán sus destinos, y esa es una de las mayores virtudes de esta obra y lo que hace de ella una joya indispensable.
Una película formidable, a veces subida de tono, liberal, con chistes verdes y con un cómico Kirk Douglas en el papel de Paris Pitman, tal vez el personaje más pícaro, extravagante, traicionero y rastrero de toda su filmografía.
El gran Henry Fonda interpreta de forma convincente al alcaide Lopeman, un viejo chapado a la antígua, un barbudo porretas medio cojo, con traje negro, de lo más serio, que no permite que los presos dibujen tías desnudas, y que muestra un trato de favor hacia el personaje de Douglas, sobre todo cuando este le ofrece 250.000 dólares de un botín que robó antes de que lo encerraran.
La peli tiene escenas inolvidables, desde que empieza hasta que acaba, incluido el final, muy realista e irónico.
El filme es una de las pocos westerns que destapa el tema de la homosexualidad (no hay más que ver a la parejita formada por el afeminado Hume Cronyn y John Randolf, así como las intenciones de un celador hacia uno de los presos, Michael Blodgett. También hay otros destapes y desnudos, de los cuales el más espectacular es el de la mujer del gobernador en el comedor de la prisión.
Una película entretenida, divertida, a veces claustrofóbica y sin censura. Diría que es demasiado moderna para la época en que se realizó.
John Wayne nunca habría aceptado intervenir en una película como esta.
Todo un clásico.
9 años más tarde Douglas realizó otro western cómico mucho peor: Cactus Jack.
Único western de Joseph L. Makiewicz (1909-1993). El guión es original de David Newman y Robert Benton (Bonnie y Clyde, Penn, 1967). Se rueda en escenarios reales de Joshua Trees (CA) y La Joya (NM), en escenarios construidos para el rodaje (la prisión de Yuma costó 300.000 USD) y luego eliminados y en platós de los Warner Studios (Burbank, CA). Producido por Joseph L. Mankiewicz para Warner y Seven Arts, se proyecta por primera vez en público el 19-IX-1970 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en el territorio de Arizona y en el Penal Federal de Yuma (Arizona) (situado en pleno desierto), en 1883. El estado de Arizona no se constituyó hasta el 14-II-1912. Paris Pitman Jr. (Douglas) al frente de un grupo de asaltantes toma la casa del rico hacendado Sr. Lomax y se apodera de los billetes que guarda en la caja fuerte (500.000 USD). Tras eliminar a sus compañeros de asalto, guarda el botín en un nido entre rocas de serpientes de cascabel (1). Descubierto en un burdel, es juzgado y condenado a pena de prisión. Junto con otros condenados (Cyrus, Dudley, Coy, Floyd y Ah-Ping) es conducido al penal de Yuma, en el que rigen unas duras condiciones de vida bajo las órdenes de un alcaide muy partidario de los castigos físicos, los trabajos forzados, las celdas de aislamiento y el trato inhumano. El alcaide es asesinado poco después y sustituido por Woodward Lopeman (Fonda), que encarna la reforma penitenciaria y rechaza el trato inhumano. Encarna la rectitud, el trato justo, el respeto a la ley y el rechazo de la arbitrariedad. Es astuto e inteligente.
El film suma western, comedia y farsa. Como western es una obra singular, atípica, sarcástica, de la época en la que el género había entrado en su etapa crepuscular. Desarrolla un humor ácido, crítico y corrosivo, con toques de humor negro, de intensidad y fuerza demoledoras. Se ha dicho que es una de las películas más anómalas y críticas del género (western) y del propio Mankiewicz. Los planos de presentación del film, precisos y vigorosos, ponen de manifiesto desde distintos puntos de vista el arraigo y la extensión de la falsedad y la mentira, la arbitrariedad y el despropósito en el comportamiento humano. Cyril (Randolph), falso predicador, conmueve a los fieles con mentiras que impresionan para sacarles dinero del bolsillo. El sheriff más justo amenaza caprichosamente a una prostituta, mientras en la misma calle un ladrón asalta a varias personas. Paris Pitman es descubierto en un burdel por el Sr. Lomax, el bondadoso padre de familia víctima del atraco, que es un voyeur. De modo similar presenta el ambiente de delincuencia que rige en el interior del penal y el imperio de la codicia que en él mueve las relaciones personales. La vida en la prisión está dominada por la hipocresía, la falsedad de los sentimientos y la mentira. La codicia, el egoísmo y la corrupción son los únicos valores que inspiran la conducta de los penados y de sus guardianes (2).
(Sigue sin spoilers)
Yo creo, sin duda, que el género de comedia es el más difícil de llevar a cabo en el mundo del cine. Muy pocas películas de risa soportan el paso del tiempo con dignidad.
Pero bueno, acabo de soltar la típica pantomima de crítico de pacotilla, lo siento.
El film que nos ocupa reúne un cóctel especial, casi mágico.
La sinergia de cada elemento cinematográfico encaja de una forma casi enzimática.
– ¡Déjate de palabros cultos para darte la razón!, estamos hablando de un peliculón, el primo kirk a tope y el fonda dándolo todo, musicón y peleas de taberna, dejaos ya de términos dignos de un astrofísico nuclear (nucelar lisa, nucelar) para definir una película, simplemente es un peliculón -.
– Yo sólo quería extrapolar el western convencional con el más puro estilo… -.
-¡¡Calla la cagalla ya, tira ya pal estarbucs!!, peliculón y na más-.
Vaya magra de música inicial.