Cuba
Sinopsis de la película
La Habana, Cuba, 1959. La revolución está a punto de estallar en la isla. Robert Dapes, un cínico mercenario inglés, llega al país a petición del general Bello, uno de los miembros más corruptos del gobierno de Batista. Pero una vez allí, Dapes no puede permanecer impasible ante la brutalidad y la depravación del régimen, tampoco puede resistirse a los encantos de Alexandra Pulido, una antigua amante que se ha casado con un terrateniente cubano.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cuba
- Año: 1979
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
5.1
53 valoraciones en total
El ex oficial de la armada británica Robert Dapes (Sean Connery) acaba de llegar a la isla de Cuba, para ayudar a las tropas gubernamentales a sofocar la revuelta, pero en su capital se están cuajando una serie de intrigas políticas que harán historia.
El propósito de la visita de Dapes a La Habana es servir de asesor militar al gobierno del dictador Fulgencio Batista. Una vez allí se encuentra con un viejo amor, una mujer casada llamada Alexandra López (Brooke Adams) a la que intentará convencer para que lo acompañe en su salida de Cuba.
Una romántica historia que tiene lugar en La Habana del 1958, durante los últimos días de la dictadura de Fulgencio Batista y el comienzo de la revolución comunista de Fidel Castro.
Su argumento recuerda a películas con intrigas políticas vs. amores prohibidos, como lo fue Casablanca (1942), algo que, curiosamente, también haría años después otro film parecido, Habana (1990) con Robert Redford.
La película generó por venta de taquillas la cantidad de $527,540 en EE.UU. solamente.
Decepcionante historia de espionaje ambientada en la Cuba revolucionaria de los años cincuenta que a su vez pretende ser un drama romántico al estilo Casablanca aunque el resultado final se asemeja más a un culebrón que a otra cosa. El guión muestra una Cuba y unos personajes llenos de tópicos y una trama que no hay quien se la crea. El director tampoco acaba de encontrar el tono adecuado para la historia que mezcla torpemente varios géneros y además le da un aire cómico que echa por tierra cualquier resultado digno.
Cuando los usuarios de esta web se encuentran con un aviso tan magnífico como el de jastarloa sobre la película Cuba, poco queda por decir de este humilde servidor.
Por dar un par de apuntes decir lo siguiente: El guión, pues claro, no se puede abordar un tema tan complejo y rico como el levantamiento cubano como lo hace Charles Wood, esto no es una película sobre los Beatles. Este es el problema del amiguismo en el cine, en este caso Richard Lester tiene un guionista y lo utiliza para proyectos en los cuáles el escritor o no está preparado o no le interesa directamente.
Los personajes del mundo del cine tienen mucho que ver con los que tocan los fenómenos paranormales. Un día hablamos de los OVNIS, otro del Yeti, mañana de exorcismos, pasado de los mayas, seguimos con las tele plastias y terminamos con la Atlántida. Quieren tocar asuntos que requieren cierta formación y eso no se alcanza leyendo dos novelillas y tres revistas. Ahora en cambio cuatro páginas de Wikipedia.
Mal Richard Lester en un proyecto que tenía casi todo para ser una buena película, y que queda abortado casi desde el principio. Y no porque la historia romántica tenga un protagonismo excesivo sobre la trama política, es más bien porque todo resulta tan pobre e irreal que desde la primera toma sabe que aquello no es Cuba, sino un pastel.
Los únicos alicientes, por dar alguno, son la presencia de Sean Connery y Brooke Adams, y que como tienen muchos seguidores entre las mujeres y los hombres, puede que sea un reclamo que con los años haga a esta película subir algo en presencia. No veo más motivos.
Nota: 5,8.
Que un director de películas pasteleras como las de los Beatles se atreva a hacer el más espantoso ridículo con una historia, que bien contada, da para una grandiosa película, dice mucho de lo que puede llegar a ser el mundo del cine. No hay por donde coger ni el guión, ni el montaje, ni la historia deslavazada e increíble desde el primer fotograma. Parece una película de super8 realizada en el primer curso de cualquier escuela de cine. No puedo entender que un actor como Sean Connery se preste a participar en algo tan putrefacto. Y revisándola, no debió de ser nada barata… En definitiva, no merece la pena seguir escribiendo sobre esta cosa . Dos horas perdidas…
Ésta no va a ser una de esas críticas con análisis exhaustivo de la obra, ni con recopilación de anécdotas del rodaje, ni siquiera contendrá uno de esos sentidos ensayos sobre lo que el cine supone para el alma de su redactor (es decir, yo, Jaime). En realidad la escribo por si, por esas cosas del destino, retrocedo en el tiempo hasta julio del 2009 y vuelvo a tener la genial idea de incluir esta Cuba en la lista temática que elaboré con películas y documentales relacionados con la revolución cubana que me quedaban pendientes. Pues, Jaime, ni se te ocurra hacerlo. Antes preferirías dejarte sodomizar por una caterva de espintrianos. Porque te conozco bien y sé que no te gusta perder el tiempo, y mucho menos encontrarte con un argumento telenovelesco cuando lo que esperas es un thriller político (así estará catalogado en la mayoría de las bases de datos de cine). Y también sé que Sean Connery y Brooke Adams (aún recordarás lo guapa que estaba en Días del cielo) te tiran mucho, tanto como para ignorar estas palabras. Pero, insisto, no te gustará ver cómo nuestro Sir favorito, según las sinopsis en la piel de un mercenario británico sin escrúpulos a las órdenes del general Batista, dedica la mayor parte del tiempo a tirarle los tejos a Alexandra, una señorita muy aseñorada con la que mantuvo un fugaz idilio años ha y que en esos momentos se encuentra infelizmente casada con un terrateniente que le es infiel. Para cuando aparezca el primer atisbo de revolución, quedarán pocos minutos para el final y te habrás acordado ya de todo el árbol genealógico del director.
PD: Sí, ya sé que esto lo escribo ahora y no lo podré leer desde el pasado. Pero tened en cuenta que, si algún día retorno, una de las primeras cosas que haré será llevarme una copia y escribirla aquí antes de la fecha fatal. Mientras tanto, me conformo con que les pueda servir de advertencia a los desorientados amantes de la historia bélica que se pasen por aquí. Un afectuoso saludo para ellos.