Cómo morir en Oregón
Sinopsis de la película
En 1994 Oregón se convirtió en el primer estado norteamericano en legalizar el suicidio asistido por un médico. Hasta ese momento, sólo Bélgica, Suiza y los Países Bajos habían legalizado la práctica. Cómo morir en Oregon intenta reflejar el poder de poder morir con dignidad, contando algunas de las historias de las personas más involucrados con esta práctica hoy en día, enfermos terminales, sus familias, médicos y amigos.
Detalles de la película
- Titulo Original: How to Die in Oregon
- Año: 2011
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
7.5
74 valoraciones en total
Pasaran los días después de haber visto el documental y seguirás pensando en él.
Es duro, explícito, realista y mucho más. Te enfrenta a la muerte, a la enfermedad, a la moralidad de la eutanasia ( o muerte digna que es como ellos lo llaman).
En el documental las personas mueren ante tus ojos y lo hacen de una forma que enturbia la manera que uno tiene inculcado de como debe de ser el fin de todo.
Yo recomiendo que quien lo vea no esté muy bajo de ánimo, aunque puede haber personas que encuentren en el film una luz poco inherente en la muerte por enfermedad.
Podría volver a ver el documental en unos años porque está bien hecho y bien estructurado en cuanto a narración y temas, pero me da pena por las personas que sufern en él y esto puede que me frene.
Si, como Geraldine Chaplin, consideras que la vejez es un país sin mapas, y si necesitas los mapas más que la vida… si temes al dolor más que a la muerte, si se te hace insoportable el sufrimiento, si alguien de tu entorno está sumido en la desesperación del último desahucio… ese en el que el hogar que debe abandonar es el de su propio cuerpo, que agotado de albergar un alma, amenaza ruina e inminente derrumbamiento… Si ese es tu caso, o si te interesa mucho el tema por otras razones del espíritu… públicas o secretas… este es tu documental.
No lo vas a disfrutar, amigo. Te va a doler mucho con seguridad… pero es fácil que te sirva, que lo valores y que te cueste olvidarlo. Está rodado sin concesiones, suponiendo que nadie lo aguantará si no cumple con los requisitos mínimos del interés previo.
Ignoro si, en este caso, Peter Richardson tenía intereses personales más allá de que la situación ocurra en su querido estado del Pacífico Norte, pero el pulso con el que pone la cámara frente al drama cotidiano apunta a que sí. El jurado de Sundance, en cualquier caso, refrendó su esfuerzo, su talento y su profesionalidad al margen de ello…. supongo.
Las imágenes se graban en las pupilas y, en cambio, son lo de menos. Este es el caso de un guión sobre el drama cotidiano que puede herir la sensibilidad del espectador tanto como ofrecerle la esperanza que busca… Sólo depende de que el espectador haya encontrado su documental y el documental su audiencia.
Suerte y ánimo. Todos lo merecemos.