Cobra Verde
Sinopsis de la película
El brasileño Francisco Manoel Da Silva fue el más pobre entre los pobres, un aventurero que empezó buscando oro y se convirtió en el bandido Cobra Verde. Gracias a su astucia y temeridad llegó a ser el comerciante de esclavos más importante de su país.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cobra Verde
- Año: 1987
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
6.5
42 valoraciones en total
Las miradas que se componen de las mujeres de Ghana dan detalle del interés que sufre Herzog por lo ajeno. Ayer leía que es de los pocos directores que ha rodado en los cinco continentes. La escena que matiene en el bar con el joven es de destacar. La luz, la mirada y la conversación es buen cine a mi modo de ver. Herzog se atreve a mirar a través de sus historias a hechos históricos que muchos otros directores han dejado pasar. Paree como si Herzog estuviera muy lastimado por lo sucedido en la historia. Yo siento lastima también al sentir lo mal se comporta el ser humano. Que es mala persona y encima en muchos casos es ingenuo y se deja vender fácilmente. No tiene palabra en sí mismo.
Aquí me señalan que la crítica es demasiado corta. La música de la película pienso que es del mismo grupo con el que suele actuar. De hecho me recordó la banda sonora a la película de Fitzcarraldo que curiosamente el afirma ser su mejor documental. El grupo se llama Popol Vuh.
La primera escena también es de remarcar cuando la cámara da un giro de 360 grados sin molestar en absoluto la mirada y percepción del espectador.
No es una mala película de todos modos,pero se nota mucho la falta de medios que la historia que cuenta requeria, a pesar de eso la pericia visual de herzog y la poderosa interpretación de Klaus kinski hacen que se vea con agrado, poniendo otro pero a mitad película hay una gran elipsis temporal que te descoloca un poco, aun asi el tándem herzog kinski no decepciona
32/02(02/02/18) El muniqués Werner Herzog patina en esta su quinta y última colaboración con el tormentoso Klaus Kinski (legendarias fueran las disputas director-actor), cinco años después de su maravillosa Fitzcarraldo vuelven a unirse para una épica historia, pero los resultados resultan erráticos y poco satisfactorios. Herzog es un cineasta que ve el cine como algo homérico, donde las personas en su individualidad son el motor de las mayores gestas, personajes singulares, megalómanos en perpetua guerra contra el mundo, ejemplos son Aguirre, la cólera de Dios (1972) o la mencionada Fitzcarraldo (1982) pueden ser ejemplos significativos, en este caso Herzog guioniza libremente (el novelista no quedó satisfecho con el resultado final) la novela de 1980 de Bruce Chatwin El virrey de Ouidah (se inspiró en un informe de viajes del siglo XIX), que se basó en el traficante de esclavos brasileño Francisco Félix de Sousa y su papel en ayudar al rey Ghezo en derrocar a su hermano Adandozan como rey de Dahomey (en la actual africana Benin), ello con la ayuda de mujeres soldado (Amazonas): Cinta partida en dos claramente, en la primera es en Brasil, se acerca al espíritu del spagueti-western cruzado con estilo Eisenstein, y en la segunda parte, la que es el grueso de la trama es en África, aquí la narración se desboca orgánicamente hacia un desvarío en medio de situaciones sin pies ni cabeza, sucediendo las cosas porque sí, siendo achacable el modo trivial y naif con que aborda el tema dl tráfico de esclavos. En este bloque africano el estilo documental de carácter colonialista en el modo de enfocar a los subsaharianos es estridente, esto se mezcla con una lucha de poder desarrollado de forma tosca y gélido, en el que el espectador (o sea yo) se siente alejado, con un manejo de elipsis torpón, con unos secundarios nefastos, y con un Klaus Kinski que hubiera sido de recibo ponerlo como sinónimo de alguien que eleva la sobreactuación a niveles grimantes, siempre con ese rostro intenso, de estreñido, de arrogante, sumado a un ritmo caótico.
El conflicto entre Herzog y Kinski alcanzó su punto máximo durante la película. La producción de la película se vio especialmente afectada por los arrebatos de fuego de Kinski. El elenco y el equipo estaban continuamente plagados por la ira de Kinski, culminando con el director de fotografía original de la película Thomas Mauch saliendo del proyecto después de un torrente perpetuo de abuso verbal por parte de Kinski. Herzog se vio obligado a reemplazar a Mauch con Viktor Růžička. Las opiniones de Herzog sobre Kinski están profundamente exploradas en su documental de 1999, My Best Fiend, donde examina su amistad única, el odio asociado y el legado del que ambas cualidades fueron responsables. La filmación de Cobra Verde y la relación de Herzog y Kinski también fue tema de un documental suizo de 1987, Location Africa.
Francisco Manoel da Silva (Klaus Kinski), es un bandido brasileño conocido como Cobra Verde. Sin saber quién es, el terrateniente un propietario de plantación de azúcar llamado Don Octavio Coutinho (José Lewgoy), impresionado por su apariencia y personalidad intrépida, decide contratarlo como capataz de plantación. Tras problemas con él, Coutinho decide mandarlo a la costa oeste de África, junto al capitán Pedro Vincente (Benito Stefanelli), para encontrar un antiguo y abandonado fuerte donde se encuentran con una tribu y un sacerdote (Peter Berling) junto con un tambor mayor llamado Taparica (Rey Ampaw). Tendrá importancia en la historia el rey Bossa Ahadee (Nana AgyefiKwame II de Nsein).
Empieza de un modo atractivo y sugerente, con un plano circular de 360º donde vemos al protagonista agachado en primer plano, en medio de un árido paisaje desértico, rodeado de animales muertos, creando una sensación de demencia alrededor del personaje, podemos estar ante algo especial, pero a medida que avanza el metraje se va todo espesando en medio de situaciones que combinan lo grotesco con las ansias de lirismo visual, en una mezcla muy desequilibrada. En la parte brasileña el rol de Kinski se viste cual anti-héroe de spagueti-western, con sombrero y poncho, surcando poblados que pueden ser sacados de Almería, Luego entramos en el segmento en la plantación de azúcar, donde todo es contado de forma aturullada y con saltos que desconciertan alejándote de la acción. Tramo este en el que ya asistimos al modus vivendi de lo que fue la esclavitud en Brasil, mostrada de soslayo, como algo natural y cuasi-trivial, Cuando llegamos al escenario africano nos sumergimos en un submundo en el que se retrata con banalidad flemática el tráfico de esclavos negros, mostrando con frialdad como eran los propios gerifaltes de color los que alentaban y se beneficiaban de este putrefacto negocio. Esto Herzog lo exhibe de forma aséptica, apenas vemos el sufrimiento de los engrilletados, los vemos amontonados, pero como si fueran algo inerte, no se quejan, no intentan escapar, con lo que me siento incómodo, acentuado por momentos extraños, ejemplo cuando un grupo de mujeres negras van a cantarle alegremente a Cobra Verde y este pasea entre ellas sumido en la locura. Se suman situaciones bélicas estrambóticas con un reino de por medio, donde las luchas aparentan ser un juego de niñospor la infantilidad que emiten.
El cine del alemán Werner Herzog, en los años 70 y 80, es un cine lento, descriptivo, detallista, seco, frió, quizá dificil si lo comparamos con el cine que nos llegaba de America durante aquellos años. Las historias son narradas de una forma más austera, más áspera, más personal. Su digestión es más complicada.
Pero a su vez Herzog es muy ambicioso, idealista, grandilocuente, de mente épica y poética a la vez.
Y así, bajo estos parámetros, surgieron una serie de films brillantes, de brillantez opaca. Aguirre, la colera de Dios (1972) , El enigma de Gaspar Hauser (1974) y Fitzcarraldo (1982) pueden ser los ejemplos más significativos.
El extraño actor (extraño en la pantalla y al parecer, también en la vida real) Klaus Kinski, participó en seis de sus películas, y puso su sello, su presencia en todas ellas. Kinski era un actor que llenaba la pantalla, que impresionaba, a veces asustaba.
Con Fitzcarraldo tocó la gloria (conjuntamente con Herzog, claro). Cobra verde fue posiblemente el punto más bajo de esta duradera colaboración.
Kinski da vida a Francisco Manoel Da Silva, un orgulloso ranchero brasileño, que trabaja como minero y tras asesinar a su jefe, se convierte en el temido bandido Cobra Verde. Quizá el momento más brillante del film es la entrada del bandido a la plaza central de las posesiones del terrateniente Coutinho, para quien empieza a trabajar como capataz. Dicha entrada produce una majestuosa sensación de irrealidad.
Tras trabajar un tiempo en las plantaciones de caña, Coutinho envía a Da Silva a Africa con el fin de revitalizar el comercio de esclavos. Camino de otro mundo……No contamos más
La película, sobre todo en Africa, adquiere un tono semidocumental. En Africa, Herzog quiere engrandecer su obra y sin embargo, en Africa el film se derrumba. Las complicadas elipsis, las excesivamente largas escenas de los nativos….hacen perder el ritmo..y en definitiva gran parte del valor de la película.
Sí queda expresamente patente en el film, la crueldad del colonialismo, la dominación del hombre por el hombre, algo muy presente en la filmografía de Werner Herzog.
Cobra Verde no es la mejor película del tándem Herzog-Kinski, pero es que joder, con sus mellizas Fitzcarraldo y Aguirre compitiendo por ese puesto, es bastante complicado.
El cine de Herzog tiene algo del modelado del tiempo de Tarkovski: en Cobra Verde la película empieza con toda una declaración de intenciones con ese plano inicial de 360º que resume perfectamente el origen depauperado y miserable de Francisco Manuel. Ese barril que ha sido abandonado en la plaza del pueblo a la llegada del bandido, ese diálogo con el tabernero…
Como en las citadas películas, Cobra Verde sigue el mismo tema tan recurrente en Herzog: personajes despreciables y megalómanos cuyas idas de pinza están condenadas al fracaso from the very begining. Aquí el leitmotiv de la película comenzará cuando cobra verde descubra que tiene auténticas aptitudes para la trata y el comercio de esclavos.
Si Aguirre resulta más intimismta por así decirlo, y Fitzcarraldo tiene más de epopeya, Cobra Verde navega un poco a la deriva en ese sentido, de modo que se puede hablar de dos tramos completamente distintos: el inicio e introducción de Cobra Verde y de cómo entra al negocio del esclavismo y posteriormente su periplo africano.
Y en esta segunda parte radica lo más importante y mejor de la película. Recurriendo a secuencias que rallan la irrealidad Herzog retrata una cultura y costumbres africanas de manera que mantiene al espectador siempre desubicado sin saber realmente si toda esa gente está sencillamente entregándose a sus peculiares ritos que resultan harto exóticos, o si es que están tremenda y jodidamente locos. Y es que Bossa Ahadee, el rey del territorio africano donde Cobra Verde se instala, ya es presentado previamente en la película como un rey siniestro y demente . Y, como podría corroborar el rey arbusto, esto es totalmente cierto.
Kinski está soberbio, como siempre, en su papel, al borde de la locura llegado un determinado punto, al espectador le es transmitida con una fuerza colosal esa desesperación resignada que aún así no puede consumir su tremenda fuerza de voluntad. El final es de un lirismo ciertamente bello.
Como tema que trasciende a la película está siempre, de manera omnipresente, la esclavitud, mostrada aquí de una manera bastante cruda, sin recurrir a sentimentalismos Spielbergianos sino más bien todo lo contrario: asusta la manera en que los negros son tratados con total y absoluto desdén, como meras mercancías. En este punto está muy logrado el mensaje, pero hace aguas cuando por medio de los personajes trata de verbalizar una suerte de moraleja al respecto, que resulta demasiado pegoste .
Con todo, una película valiente, cruda, que por momentos podría pertenecer al universo de David Lynch, Cobra Verde resulta una película infravalorada de Herzog-Kinski, pero esto sólo es así por el tremendo peso específico de sus hermanas Fitzcarraldo y Aguirre, la cólera de Dios. Estoy convencido de que si no existieran esas (odiosas =D ) comparaciones, Cobra Verde sería una película mucho más celebrada.
Muy interesante.