Chicago Boys
Sinopsis de la película
En plena Guerra Fría la Universidad de Chicago becó a un grupo de estudiantes chilenos para ir a estudiar economía bajo las enseñanzas de Milton Friedman. 20 años después, en plena dictadura, cambiaron el destino de Chile y lo convirtieron en el bastión del neoliberalismo en el mundo. Ésta es la historia de los Chicago Boys contada por ellos mismos: ¿qué estuvieron dispuestos a hacer con tal de lograr sus objetivos? ¿Cómo nació el modelo que hoy está en jaque? ¿Cómo explican los resultados en el largo plazo?
Detalles de la película
- Titulo Original: Chicago Boys
- Año: 2015
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.9
82 valoraciones en total
La película reúne imágenes inéditas de los años setenta y otras posteriores (de archivos periodísticos) con entrevistas a los economistas que conformaron el grupo denominado Chicago Boys, debido a que todos ellos estudiaron en la Escuela de Chicago bajo el alero de Milton Friedman. El montaje histórico del material y el ritmo narrativo que le imprimen las entrevistas convierten a este documental en una cinta con un punto de vista bien desarrollado, poniendo incapié en la connotación a conceptos como la envidia y libertad, entendida de forma diferente por los entrevistados y por los directores. Hay que reconocer una visión política en el documental, aunque no una rigurosidad en la argumentación.
La cinta no ahonda en los mecanismos que llevaron al gobierno de la Unidad Popular al descalabro, sino que se limita a mostrar las extensas colas para surtirse de alimentos básicos. Repite lo que hemos visto en otros documentales: la intervención de la CIA norteamericana para financiar al diario El Mercurio y orquestar el golpe militar desde el ámbito comunicacional, la injerencia de la Marina en canalizar un programa económico surgido desde los Chicago Boys, que se reconocen apolíticos y que no tenían conocimiento de un futuro golpe de estado y, una vez instalados como colaboradores pasivos (ellos mismos se autodefinen), declaran su desconocimiento de las violaciones de derechos humanos perpetradas por la dictadura de Pinochet. El documental no menciona las herramientas económicas que utilizó Sergio de Castro (ministro de Economía y posteriormente de Hacienda hasta 1982), esto es, la promulgación del Decreto Ley 600 en 1974 (poderoso instrumento que permitió atraer capitales extranjeros a nuestro país), y la venta de más de 700 empresas estatales (traspasadas a precios irrisorios a los privados, que explican el origen de muchas fortunas locales) otorgando un mandato a los privados (guiados por el interés de maximizar la utilidad) para fomentar la inversión nacional e impulsar la economía. El documental tampoco aborda el fracaso del modelo inicial (mantención de paridad cambiaria con el dólar) que llevó al país a una profunda crisis económica que hizo quebrar la banca nacional y mantuvo el desempleo en dos dígitos durante varios años. El documental debería haber sido expreso en señalar que la profundización del modelo neoliberal, a partir de ese fracaso, solo fue posible gracias al respaldo de una dictadura (las fuerzas armadas), donde el costo de la crisis recayó en los hombros de los trabajadores chilenos y sus ahorros (no olvidar la quiebra del banco BHC y de muchas financieras, y el surgimiento de la deuda subordinada o perdonazo al sistema bancario privado). Tampoco menciona el documental que en esta segunda etapa de profundización del modelo neoliberal, se crearon las AFP (poderoso motor de la inversión privada aportado por cotizaciones individuales de cada trabajador), el FUT que también incidió en el aumento de la inversión privada, permitiendo diferir el pago de impuestos en la medida que las empresas reinvierten en maquinarias o investigación y desarrollo. Este último mecanismo (sus abusos) da cuenta de parte importante de la desigualdad de la riqueza en Chile. El documental solo muestra el descontento del modelo liberal, otras colas o manifestaciones encarnadas en marchas multitudinarias, no entregando estadísticas (las hay y de muchas fuentes) que sustenten el descontento ciudadano.
El principal acierto de este documental es recoger las opiniones, en primera persona, de los agentes del cambio económico, reconociendo que esa libertad económica se logró gracias a la restricción de las libertades de asociación, gracias a un sistema binominal que perpetuaba el modelo neoliberal, y al rol de los medios de comunicación (mayoritariamente de derecha) encargados de difundir las bondades del modelo. El documental hace un llamado a reflexionar. Todo el bienestar material de los individuos puede carecer de significado si no está en armonía con la valoración de su trabajo. Si los integrantes de las familias perciben que otros miembros de la sociedad reciben más dinero y prestigio, en forma desmedida a sus esfuerzos desplegados, esa persona no va a estar satisfecha desde un punto de vista emocional e incluso puede que su productividad vaya mermando en el tiempo, en la medida que no se realicen las correcciones pertinentes al mercado. Cuando una sociedad alienta la envidia como motor de desarrollo, se va a incubar una amargura extrema en aquellos grupos más desposeídos, y ésta puede ser insalvable si no se corrige a tiempo a través de algún mecanismo ajeno al libre mercado, ya sea el gobierno o algún otro grupo de la sociedad. Esa amargura obstaculiza la evolución de la sociedad al no permitir a los individuos relacionarse en términos solidarios con sus semejantes, impidiéndoles visualizar lo que no vaya en su propio provecho. Lejos de aumentar sus beneficios, esa envidia contenida disminuirá la productividad de muchos trabajadores (no sólo los más pobres), lo que va a terminar frenando el desarrollo del país.
En los años 50, la Universidad Católica de Chile estableció un convenio con la Universidad de Chicago para implementar un programa de becas que benefició a estudiantes de Economía que estudiaron con el notable catedrático Milton Friedman, quien abanderaba un liberal modelo económico.
Estos estudiantes volvieron a Chile como profesores en la Universidad Católica, y tras el golpe militar que derrocó a Salvador Allende, se convirtieron en los gurús de la economía chilena, donde con el aval del dictador Augusto Pinochet y su gobierno, pudieron implementar su modelo.
El documental de Fuentes y Valdeavellano se divide en tres capítulos más un epílogo, donde a través de entrevistas recientes con algunos egresados de la primera generación de becados, y posteriormente flamantes ministros del gobierno militar, más imágenes de archivo de su estancia en Chicago más otras de momentos históricos de Chile, dan forma a un revelador documento que se torna interesante y atrapante incluso para aquel que desconozca el tema.
El gran mérito del documental recae en el adecuado montaje del material, que va narrando de manera cronológica el desarrollo del grupo de economistas y como de a poco se empiezan a permear en el gobierno hasta volverse artífices de un modelo que solo con la complacencia de un régimen como el de Pinochet pudo haberse implementado, y que incluso se mantiene casi sin cambios hoy en día
Pero lo más revelador resultan ser las entrevistas realizadas por Carola Fuentes con los denominados Chicago Boys, cuyos testimonios y discursos resultan poco agradables, así como su pretendida ingenuidad en su labor como parte del gobierno, pero el documental no llega a colocarlos en la vereda de los malos de la historia, sino que de manera objetiva va mostrado la información para que el espectador aplique su propio criterio.
Si bien el documental tiene un formato bastante convencional, además de revelador resulta un valioso testimonio de una historia reciente que hoy día sigue generando consecuencias visibles, en una sociedad sumida en el mar de la terrible desigualdad.
http://tantocine.com/chicago-boys-de-carola-fuentes-y-rafael-valdeavellano/
El mercado sabe. Los mercados necesitan la orientación de políticas públicas para que sirvan a la gente. Pinochet era más bien estatista. Con Merino generamos de inmediato una simpatía muy especial.
Probablemente y además considerando su génesis política y económica, algunos de estos conceptos no digan mucho a un espectador en cualquier parte del mundo, pero quienes sabemos o tenemos noción mayor de lo ocurrido en Chile entre 70’s y 80’s podemos ser testigos de la polaridad generada en y post dictadura con los dispares escenarios llamados milagro económico y venta del Estado al neoliberalismo y los privados. Dos lupas tan disimiles y grandes como los mitos en torno a un grupo denominado Los Chicago boys (2015) que inspiran a Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano a ahondar en su historia con el valor de ser relatada por ellos mismos con otros ingredientes sutiles pero interesantes.
La mirada de contexto asoma como una línea editorial delicadamente crítica a algunos de los parámetros narrados por quienes son llamados a ser los protagonistas de esta historia, como suele ocurrir apelando a su ego, quizás de lo contrario no podrían haber contribuido como valiosas fuentes. Fieles a sus visiones de sociedad y el rol del libre mercado en ellas, al margen de la coherencia de sus principios como economistas neoliberales en distinta escala, su burbuja queda expuesta y se ven desprovistos de otros argumentos creíbles saliendo de esa baldosa, para haber contemplado -por ejemplo- aunque sea de reojo el otro Chile que se estaba pudriendo por dentro, ese cuyo suplicio teñido de sangre y silencio era la base de la nueva sociedad modelo que se estaba construyendo.
Argumentaciones irrisorias, a ratos insultantes se mezclan con una desmitificación justa para ponderar que no todos los llamados Chicago boys compartían los mismos principios y como en todas las cofradías, el grado de compromiso iba desde aquel ciego y sin límites, hasta los más reflexivos y críticos de los extremismos.
Chicago boys posee el valor del redescubrimiento con testimonios y material que sin este documental sería muy complejo de apreciar en su dimensión real. Pueden quedar fuera muchos elementos pero en la hora y media que posee, se gana su lugar para comprender el Chile de hoy desde su forzada y traumática refundación económico – social, el Estado espectador, las brechas de desigualdad y una falta de autocrítica que a ratos justifica precisamente muchos de los mitos que acarrea este peculiar grupo de estudiantes en el extranjero.
Recomendación:
Buena. Sin duda hay mucho más que decir sobre los efectos de los Chicago boys pero el montaje y objetivos acotados y concretos son logrados con un alto valor.
=Cité de Buyinski= http://www.buyinski.wordpress.com