Capa Caída

4 comentarios en «Capa Caída»

1. Tras superar mis prejuicios y dedicarle unos minutos me lleve una sorpresa, por lo que la recomiendo. Película que sabe mezclar lo cotidiano con lo extraordinario a través de diálogos que no tienen desperdicio, en boca de personajes hilarantes, además de gags que consiguen hacernos reír. Los actores se entregan al juego que propone esta película y nos hacen prestarnos a participar de su propuesta.

2. La idea es buena, lo que no es tan bueno son los tembleques de cámara constantes y los deslumbramientos que no vienen a cuento para intentar tapar los malisimos efectos especiales de la película. Es muy cutre en todo, tiene momentos buenos y a veces parece que estas viendo un reportaje de Andalucía Directo. Juanjo Pardo no lo hace mal.

3. Capa caída es un ejercicio pintoresco, chanante y cinéfilo que rinde culto a la figura de Magno, un superhéroe caído en desgracia en cuyos superpoderes y comportamientos queda parodiada gran parte del ser español, algo que ya hacía, salvando las distancias, el Torrente de Segura. Capa caída es un juego entre amigos, un capricho de estética retro trufado de momentos absurdos pensados para saciar ciertas audiencias hooligans o frikis que congrega un festival como Sitges. La película de Santiago Alvarado, contra todo pronóstico, resulta fresca, original, inclasificable y muy divertida, e incluso merece trascender la anécdota y estrenarse por las vías habituales y portales virtuales. Un falso documental al que le faltan muchos hervores y que tal vez se hubiese podido reubicar como corto o mediometraje (a veces la premisa no da para más), pero en conjunto la sensación predominante es la de haber asistido a un experimento audiovisual muy consciente de sus limitaciones y muy respetuoso con los referentes cinematográficos que homenajea. Una broma con mucha chicha: Magno es un personaje digno de estudio.
   
   @Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities

4. No esperar nada de las películas a veces es la mejor fórmula a la hora de afrontarlas. Capa caída se beneficia indudablemente de este pensamiento: nadie podía esperar nada de ella porque salió de algún sitio sin concretar, al margen, su tráiler era particularmente horrible, para qué negarlo. Si no hubiera sido por su presencia en el Festival de Sitges ni siquiera me habría planteado verla. Habría cometido un error, y de los gordos, porque sin ser una película extraordinaria hay algo en este film que es muy difícil de ver en el cine de hoy en día, y es que es honesta con su propuesta desde el minuto uno hasta el último. ¿De qué va? Un par de documentalistas deciden hacer una pieza sobre el primer superhéroe español, Magno. Para ello cogen su cámara y comienzan a entrevistarle, además de a gente que le rodea.
   
   Capa caída mantiene su arranque socarrón durante toda la película y no es un humor estúpido, de bulto, que habría sido lo esperable con esta premisa, sino que sabe cómo coger los tópicos del subgénero y retorcerlos para crear algo estimable, de fuerza expresiva. Con ecos a la condición de la figura heroica que formaba parte del núcleo de Los increíbles (Brad Bitd, 2004), pero sobre todo deudor de Big Man Japan (Hitoshi Matsumoto, 2007), estamos ante un filme que, como decía previamente, es fiel a su condición de rareza sin caer en lo que está criticando (o parodiando). Así, con economía de medios, efectos especiales de andar por casa -pero adecuados- y un guión bien ejecutado (el final es particularmente potente), consigue aquello en lo que fallaron supuestas películas rupturistas como Hancock (Peter Berg) o Kick Ass (Matthew Vaughn): ser fiel a su espíritu hasta las últimas consecuencias. Insisto: tampoco es una gran película, ¿pero qué importa, si cumple con lo que promete? Recomendable.