Caminar sobre las aguas
Sinopsis de la película
Eyal es un liquidador profesional del Mosad, el servicio secreto israelí. Le encargan que localice a Alfred Himmelman, un ex oficial nazi que, al parecer, sigue vivo. Eyal espía a Pia, la nieta de Himmelman, que se ha mudado a Israel después de romper con su familia en Alemania. Eyal se hace pasar por guía profesional y aprovecha que Axel, el hermano de Pia, ha ido a Israel, para enseñarle Jerusalén y las orillas del mar Muerto. Aunque los dos hombres tienen personalidades muy diferentes, Eyal, el tío duro por excelencia, se deja conquistar por las ideas liberales y el inagotable entusiasmo del joven Axel. Una incómoda tensión se instala entre los dos hombres cuando Eyal descubre que Axel es gay. Axel regresa a Alemania, pero el Mosad sospecha que Himmelman podría salir a la luz para asistir a la fiesta de cumpleaños del padre de Pia y Axel. Eyal se marcha a Alemania donde debe ver a Axel para saber más acerca de la familia. Eyal, el asesino profesional, más vulnerable desde la muerte de su ex mujer, deberá descubrir y enfrentarse a algunas verdades sobre sí mismo…
Detalles de la película
- Titulo Original: Walk on Water (Lalehet al hamayin)
- Año: 2004
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
7
86 valoraciones en total
Interesante peli procedente de una filmografía, la israelí, no muy conocida para el espectador medio, sin embargo, Eytan Fox es un tipo a reivindicar (con otro par de atractivas obras, La Burbuja y Yossi & Jagger). En la que nos ocupa, el guión de Gal Uchovsky nos presenta una entretenida historia, en la que lo más llamativo es el coprotagonismo de una pareja en apariencia antagónica: un agente del Mossad, Eyal, arquetipo del macho israelí, es decir, judío, heterosexual, duro y con una conciencia política firme e incorruptible, frente al joven alemán Axel, un chico gay, de mentalidad abierta, un espíritu liberado de las cadenas de los convencionalismos, procedente de una familia adinerada con raíces nazis.
La trama oscila entre el thriller, en el que el cazanazis (oculto bajo la apariencia de guía turístico) debe averiguar el paradero (si es que vive) del abuelo del joven alemán (que está en Israel visitando a su hermana Pia, retirada voluntariamente en un Kibutz, porque en su día descubrió que su familia le había mentido acerca del pasado), y una especie de comedia costumbrista , en la que la convivencia temporal entre los dos personajes les va a permitir conocerse mutuamente, pulir sus diferencias y salvar ese abismo que parecía infranqueable entre dos personalidades aparentemente incompatibles. Así Fox se permite reflexionar acerca de las diversas visiones sobre la familia, la religión, la cultura, aspectos geopolíticos y psicológicos, como la culpabilidad, la responsabilidad, etc, apostando por una mirada humana sin dejar de ser crítica. Hay escenas muy interesantes, como la del ligue palestino que se echó el chaval alemán, clavo para desatascar la estrechez de miras del judío. Al mismo tiempo se nos brinda la posibilidad de ver bonitas estampas de ese país, como el Mar de Galilea, el Mar Muerto, Jerusalén, etc, todo ello bien aderezado por la excelente banda sonora a cargo de Ivri Lider (que acentúa el antagonismo entre los personajes, ya que al israelí le pone la masculinidad de Springsteen frente al germano, que prefiere voces femeninas más sugerentes). También me gusta la foto firmada por Tobias Hochstein.
En definitiva, una agradable película, que lleva a pensar en que el mundo podría ser mucho mejor de lo que realmente es, si todos pudiéramos, o supiéramos, como dice Axel, caminar sobre las aguas, purificando nuestros corazones, liberándonos de la negatividad, de los malos pensamientos.
319/16(21/09/09) Inclasificable film israelí, trata varios temas, mezclándolos para alcanzar un magnífico coctel donde sobresale una maravillosa historia de amistad entre dos tipos antagónicos, uno es un alemán gay, Axel Himmelman (Knut Berger), de pensamiento pacifista y el otro es un agente del Mossad, Eyal (Lior Ashkenazi) de una mentalidad dura y vengativa. El argumento gira en torno a un atormentado agente del servicio secreto israelí, Eyal, un tipo que se dedicaba a ejecutar terroristas, al que se le acaba de suicidar su mujer, y mientras se repone le dan un sencillo caso en el que debe investigar a un alemán, Axel, que va a Israel a ver a su hermana que vive en un Kibutt, pertenecen a una familia que tienen por patriarca a un Nazi al que se le busca durante décadas y el Mossad espera sacarle pistas a él sobre el paradero de su abuelo, Eyal se hace pasar por guía en un país azotado por los atentados de terroristas, entre los dos se establece una extraña amistad, donde dos seres que parecen tan distintos vemos que al final no lo son tanto (spoiler). La cinta posee su fuerza en la soberbia química que se establece entre los protagonistas, en sus sencillos y brillantes diálogos, en los que se nos habla del amor, del nazismo, de la homosexualidad, del conflicto israelí-árabe, de venganzas, de odio, de música, etcétera, mientras nos pasean por Israel, ofreciéndonos un interesante fresco de su sociedad. Asimismo ostenta algunas escenas llenas de un lirismo delicioso, como botón de muestra las escenas que andan sobre las aguas del Mar de Galilea, te emocionan. Recomendable a los que gusten de rarezas gozosas. Fuerza y honor!!!
Ésta es a tercera película del director, que nació en EEUU y emigró a Israel con sus padres cuando tenía dos años. Es la primera que llega a nuestro país.
La película narra la historia del agente profesional israelí Eyal (Lior Ashkenazi) al servicio del Mossad, especializado en asesinar a sangre fría sin dejar rastro. Después de cumplir la última misión en Estambul, es felicitado y agasajado por sus superiores, pero cuando llega a su casa encuentra que su esposa, de la que está muy enamorado, se ha suicidado por no poder soportar la barbarie del trabajo del marido. No recuperado del disgusto, recibe instrucciones de localizar a un anciano criminal nazi (Alfred Himmelman), presuntamente oculto desde el final de la II Guerra Mundial. A tal fin se hace pasar por guía turístico y acompaña en su visita a Israel al nieto (Axel) del antiguo jerarca nazi, que se encuentra con su hermana (Pia), residente en Israel por diferencias con sus padres. Axel y su acompañante se acercan al Mar Muerto, recorren el valle del Jordán, recorren Jerusalén, mientras entre ellos fluye una conversación cada vez más sincera, más crítica y más comprometida, que debilita las posiciones doctrinarias e intransigentes de Eyal. Éste se siente conmocionado cuando advierte que Axel es gay y Pía le relata la naturalidad con la que siempre se ha cuidado de no ocultarlo. La renovada sospecha de que el abuelo sigue con vida, le lleva a viajar a Berlín, donde se encuentra con Axel y asiste a la celebración del 70 cumpleaños del padre. A la fiesta se presenta el anciano general, enfermo, muy debilitado y asistido por una enfermera. Eyal comunica el hecho a sus superiores, pero la situación se resolverá de un modo que él no ha planeado.
El discurso narrativo de Fox muestra las secuelas del Holocausto que todavía perduran en Alemania e Israel, invoca la necesidad de superar viejos prejuicios anacrónicos y la asunción de la cultura de la comprensión, la tolerancia y el respeto mútuo. También se ocupa, con dolor, del donflicto que enfrenta a judíos y palestinos. Trata, además, de las relaciones entre hombres heterosexuales y homosexuales. La agresión de cuatro drag queens agredidos por un grupo neonazi en los pasillos del metro en Berlín mueve a Eyal a intervenir hasta poner en fuga a los agresores. Muchas cosas han cambiado ya en él y muchas pueden y deben cambiar en Alemania, Israel y Palestina.
Una fotografía correcta, sencilla y muy natural lleva al espectador a visitar Estambul, Israel y Berlín. La música incorpora un elenco amplio de canciones, entre las que destacan las de Bruce Springsteen, Esther Ofarim y Soshanna Damari ( Cae la noche ). La nómina de actores incluye al protagonista israelí, a un palestino y a los veteranos actores alemanes Carola Regnier y Hanns Zischler.
Es indudable que está historia destaque por su tratamiento y la forma de afrontar el resentimiento, la desconfianza y el deseo de venganza del pueblo judío, contra aquellos trasgresores de su dignidad y derechos humanos, así como aquellas ideas equivocas de una raza superior y perfecta de los que podrían considerar hasta hoy algunos de sus adversarios. Pensamientos vigentes en muchos lugares que obstaculizan una mejor convivencia. Discriminación, desigualdad e inseguridad son solo algunas consecuencias de estas ideologías imperantes.
Caminando sobre el Agua, es un magnifico ejemplo de convivencia entre el judío (obsesionado) y el alemán (avergonzado), dónde cada uno aprende del otro, de su forma de vida, de comprender el pasado, de seguir viviéndolo o tratar de redimirlo.
Sin caer en la exageración y el abuso de situaciones de discriminación a lo largo de la película, hacen un trabajo minucioso y destacado de otros de su misma temática. Trata de que los pueblos no se reputen por las acciones de algunos y que los errores del pasado no interfieran con la posibilidad de conocer nuevas convicciones.
Una película de esperanza, sueño o ironía, deja una sensación de invertir nuestro tiempo y dinero en un trabajo lleno de respeto.
Sólo si liberas tu mente de pensamientos negativos podrás caminar sobre las aguas.
Éste es el principal mensaje y la enseñanza primordial que se puede extraer de este modesto pero magnífico film israelí, vitalista, positivo y, a ratos conmovedor, de esta nueva excursión de su director en la indagación y exploración de las distintas aristas de la, a veces enmarañada identidad colectiva israelí, con respecto, por un lado, a su desquiciada relación con el mundo musulmán, como por otro, su difícil convivencia con el lastre que supone la tremenda herencia del holocausto nazi.
Axel encarna a la perfección la postura del alemán moderno, liberal y desprejuciado que no piensa en su pasado más que lo justo para conocerlo y aprender, así, de los errores cometidos.
Eyal, por el contario, asume en su personaje todo el complejo de ese pueblo judío históricamente tan ultrajado, considerando su pasado como una forma de ajustar cuentas con sus deudores. Así, de esta manera, su rencor a modo de freno le acompaña en cada paso, en cada metro de la senda recorrida y a recorrer, lastrando su potencial posibilidad de reencontrarse con un mundo que parece no comprenderle.
Vuestro problema es que no superáis el pasado, debéis olvidarlo y seguir caminando , le dice el amigo palestino de Axel (enorme la metáfora que propone el director sobre su personaje en relación a la postura europea sobre el problema en oriente medio) a Eyal, sentencia rotunda que refleja a la perfección una problemática de inmenso resentimiento enquistado y macerado con el paso de unos años que no hacen otra cosa más que retroalimentar ese odio entre dos pueblos tan diferentes pero, aun así, tan condenados a entenderse.
Así, el director mete el dedo en la llaga de una herida sangrante se supura con cada bombardeo, con cada colono invadiendo terreno y con cada mártir despedazando cuerpos, analizando de una manera sencilla pero de forma muy clara un proceso tan complejo como absurdo.
Finalmente, ambos evolucionan, comprenden y aceptan las posiciones de los otros, entienden sus motivaciones y aprenden que la vida no es del color con la que siempre la habían visto y que es importante variar la perspectiva de lo observado.
Invito a todo aquel que no haya visto esta maravillosa película a que opten por su refrescante visionado y que, de esa forma, realizacen la misma senda iniciada por los personajes de este film, para así lograr lo conseguido por éstos, que no es más que el necesario proceso de comprender, el necesario proceso de: CAMINAR SOBRE LAS AGUAS.