Black Earth Rising (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2018-). 8 episodios. Una mujer es rescatada en su infancia del genocidio de Ruanda y criada en Gran Bretaña por una gran juez. Cuando su madre adoptiva intenta llevar ante la justicia a un líder de milicia africano, la empujará a un viaje que cambiará su vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Black Earth Rising
- Año: 2018
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
6.3
55 valoraciones en total
Desde el principio, y siendo de la BBC, esta serie crea muchas expectativas . El primer capítulo tiene un argumento y guión estupendo. Actrices y actores lo bordan. No hay que olvidar que está el gran John Goodman, con su actuación le da mucho caché a esta producción. El expolio del continente africano y sus guerras internas es un tema muy poco llevado a la pequeña pantalla en esta época de grandes series por eso empecé a verla. Lamento decir que a partir del cuarto episodio se volvió insufrible, es demasiado ralentizada, carente de acción aunque no está falta de buenas intenciones. Sí esperas acción no la veas , si eres paciente y te gustan los dramas judiciales dale una oportunidad.
Honesta y bien escrita, con la factura y la puesta en escena de las mejores series británicas, huye de la exposición morbosa de la tragedia y centra la narración en unas interpretaciones poderosas y en la ayuda de unas sencillas pero muy expresivas escenas de animación, que ilustran escenas del pasado. Alto interés, tremendo retrato psicológico de los personajes y corrosiva crítica socio-política. Intachable realización. Un 9.
Miniserie de 8 capítulos de 1 hora de duración basada en el genocidio de Ruanda. El guión es complejo y toca muchos temas. Es un drama personal y familiar que cuenta la historia de una huérfana superviviente y de algunas personas, occidentales y locales, que se vieron involucradas en la masacre. Tiene un trasfondo judicial, pues el objetivo de los supervivientes es llevar a la justicia a los culpables del genocidio. Tiene mucho de política local ruandesa, y de las relaciones entre hutus y tutsis. Tiene también bastante política internacional, porque había muchos intereses económicos en la zona y los gobiernos occidentales movieron sus peones de acuerdo a sus intereses, con resultados desastrosos para el pais. La historia tiene muchos personajes y diferentes giros que obligan a una atención minuciosa por parte del espectador. Este producto no es para pasar el rato, un mero entretenimiento. Pretende más.
A lo mejor lo que digo no es políticamente correcto, pero me parece que es de las primeras series donde los negros cuentan su historia con mucha autoridad y protagonismo. Los personajes son fuertes, los actores que los encarnan muy buenos y la historia es tremenda. Sin paternalismos ni condescendencias típicamente occidentales. Auténtica.
La serie exige al espectador concentración durante 8 horas. Quien esté dispuesto a entregarlas seguramente será recompensado. Dudo mucho que los que la acaben hayan sentido que han perdido el tiempo. Deja huella en tu cabeza y en tu corazón.
No puedo ponerle más de un 7, sin embargo, por un par de defectos no menores. El primero es que es lenta. Morosa. Hay muchas escenas que se alargan injustificadamente o que no aportan nada (en mi opinión). El segundo es el montaje, que no ayuda, no se lo pone fácil al espectador para que asimile la historia.
Si el que lee esta crítica no se arredra ante las dificultades, que sepa que esta historia vale mucho la pena. A mi me ha impresionado fuertemente.
He visto la serie… Black Earth Rising (Netflix)…
https://www.filmaffinity.com/es/film763897.html
Un 6. Basada en el genocidio de Ruanda, cuenta una historia ficticia a través de la que se evidencia una trama de intereses personales, políticos, nacionales, internacionales, empresariales… de forma que va dejando claro que no puede adoptarse una posición maniquea para enfocar el conflicto, porque no es un mundo de blancos y negros, sino de grises. Donde ni los buenos, ni los malos, son buenos.
Ha empezado atrapándome rápidamente, aunque se ha ido haciendo cada vez más plomiza. Digamos que empieza en 7 para ir bajando a 5 o menos, cerrando la historia de forma decente. Así que, se lleva en 6, pero tiene momentos y momentos, y capítulos y capítulos.
Se abre el telón y aparece Leonard Cohen…
Theres a lover in the story
But the storys still the same
Theres a lullaby for suffering
And a paradox to blame
La naturaleza de este juego consiste en crear una mentira y, desde esa premisa, ir tejiendo una red de mentiras y mentirosos que no se conozcan entre ellos. Llega a ser tan grande que se acepta como una única y absoluta verdad. Una verdad que los peones jamás llegan a poner en duda. Ni siquiera los que creen que manejan los hilos saben que hay otros que también se creen que los manejan. No se puede comprender el mundo ni la historia de la humanidad pasando por alto que, al final, nada importa y que lo único que perdura es el dolor, ni siquiera el recuerdo, tan sólo la sensación. Una sensación que se traspasa de generación en generación llegando a estar tan distorsionada que no se sabe cuál fue el principio de todo. La mayor tragedia de nuestra especie es la capacidad que tenemos para autoengañarnos, el creer que se puede pasar página, el decirnos lo que necesitamos oír para no afrontar en lo miserable que se convierte todo aquello que es tocado por la mano del hombre. Las entrañas recuerdan, no a través de imágenes pero sí a través del sufrimiento que nos hace tan comunes y que condiciona absolutamente todo lo que hacemos o a lo que queremos aspirar, creyendo en eso tan absurdo que llamamos libertad. Lo único que compartimos con el resto de cada ser humano que haya existido o exista es nuestra historia. Una historia por cada alma, sentida como única y relevante. Una historia condenada a repetirse una y otra vez. Lo que nos mueve en cualquier dirección es el miedo. Y nada tememos más que estar en silencio con nuestros propios pensamientos y emociones, lo que nos hace huir de nosotros mismos y de quienes nos rodean, para quedarnos con lo que . Todo por lo que luchamos, trabajamos, amamos u odiamos es para evitar el momento de estar a solas con nosotros y lo que somos. Para pasar por la vida lo más rápido y ruidosamente posible. Huye, hombre, huye. Y lo único de lo que huimos es del eco en el vacío que todos llevamos dentro. La gran estafa humana: convertir en imprescindible lo que no sirve para nada.
Écouter le silence… Pero el silencio hace mucho que no existe.
Se cierra el telón y te has quedado con la mandíbula desencajada por lo increíble que es Michaela Coel. Gran serie, gran banda sonora, muy buena crítica (aunque sutil) hacia las posturas paternalistas que adoptan los occidentales (que no tienen la culpa de nada de lo que pasa en África nunca…) cuando tienen que hablar de los países tercermundistas a los que deben sus asientos en zona de privilegios otorgados al nacer. Unos planos magníficos.
El virus de un miedo tan atroz que, aquellos que se infectaban, dejaban de ver a los seres humanos como tales y los veían como insectos.
… Resulta que los genocidas no son los únicos que no pueden ver.