Atraco al furgón blindado
Sinopsis de la película
Dave Purvis es un meticuloso y cauto atracador que prepara su próximo golpe: robar el dinero de un furgón blindado. Pero durante el atraco, algo falla y uno de sus compinches y un policía mueren, mientras el resto del grupo consigue huir. El teniente Cordell intentará encontrar a los forajidos vengar la muerte de su compañero asesinado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Armored Car Robbery aka
- Año: 1950
- Duración: 67
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Opinión de la crítica
Película
6.5
94 valoraciones en total
Noveno largo (67) de Richard Fleischer, rodado en exteriores de LA y en estudio, con un modesto presupuesto de serie B. Se basa en un argumento escrito por Robert Angus y Robert Leeds. Producido por Herman Schlom, se estrenó el 8-VI-1950. No se estrenó comercialmente en España.
La acción tiene lugar en LA y alrededores, en 1949, a lo largo de varias semanas. Narra la historia de Martin Bell/Dave Purvis (William Talman), criminal especializado en atracos, metódico y cauto, no fichado por la policía, pero de gran fama en los bajos fondos como organizador de asaltos a mano armada. Quiere repetir en LA una figura de atraco que le proporciónó buenos resultados 3 años antes en Chicago. Contrata la colaboración de Benjamin Benny McBride (Douglas Fowley) y dos compinches. La acción se ve interrumpida por la rápida presencia en el escenario de los hechos de los tenientes Jim Cordell (Charles McGraw) y Phillips (James Flavin), que muere en acto de servicio. Cordell se hace cargo de la investigación con la ayuda del joven detective Danny Ryan (Don McGuire).
La película desarrolla una historia de crímenes, persecuciones y acción, narrada con un hábil pulso narrativo y con un excelente sentido del suspense. La tensión dramática se asienta en la interrupción del atraco, las perquisas certeras de la policía, la progresiva identificación de los malhechores, su posterior detención y la larga y complicada persecución final del cerebro del atraco. Son escenas destacadas el tenso paso de un control policial por parte de los atracadores, la desesperada petición de asistencia médica de Benny, el encuentro de Cordell con la viuda del teniente Phillips, la persecución nocturna por los muelles del puerto y la secuencia final, previa a un epílogo de distensión, similar al de Bodyguard (1948). La película carece de intenciones moralizantes. Es destacable el valor documental de las imágenes de LA. Se sitúa entre las primeras películas que muetra la actuación de una stripper , Ivonne LeDuc (Adele Jergens), en un teatro abarrotado de hombres y mujeres. La escena no incorpora las sutilezas del striptease de Gilda (1946), la lujuria del de El multimillonario (1960) o la carnalidad del de Ayer, hoy y mañana (1963), pero es más sensual y más público.
La música, poco abundante, reproduce una partitura original melódica de viento orquestal, de bonita factura. La fotografía encadena sugestivas secuencias de sombras, ambientes oscuros y lóbregos y brillantes claroscuros, que enmarca en una excelente composición del dibujo. El guión explica una historia solidamente construída y absorbente. La interpretación es correcta en general. William Talman destaca en el papel de villano. La dirección crea una obra de ritmo intenso y desarrollo equilibrado.
Junto con Testigo accidental (1952), es una de las mejores películas del cine negro americano de serie B de los 50. Kubrick se inspiró en ella para la realización de Atraco perfecto (1956).
Al leer el título de la película tenemos exactamente ante nuestras narices la sinopsis y la base del guión de la película. No hay más y sin embargo, hay tanto. Porque no es fácil meterse en la planificación y la ejecución de un robo de este tipo, de hecho, a parte del jefe de los ladrones, en tres años y hasta la fecha no se había logrado con éxito algo tan bestia como llevarse la pasta de un furgón. Richard Fleischer sabía que para que su película tuviera la aceptación adecuada los atracadores no podían ser unos santos y como en todo contenido de tipo de criminal, siempre está la sana policía detrás haciendo bien su trabajo.
Fleischer juega con unos elementos que son del manual del cine ortodoxo y hace que funcionen muy bien, porque hay quien con esos mismos elementos sólo consiguen aburrir al espectador. Yo confesaré que, bastante más de medio siglo después, lo he pasado genial. Será porque ese tipo de cosas de indiscutible cine clásico no fallan nunca y así se tiene la garantía que no importa que el tiempo pase. Hablo del poli que va detrás del malo, hablo de la mujer que se mete por en medio, del herido que ha de quedarse detrás, de los sombreros y las espaldas anchas, de las persecuciones y de los tiroteos, cosas de manual se mire por donde se mire. Aunque el furgón, los coches y la estética sea otra, si hoy alguien quisiera hacer una película sobre un atraco a un furgón blindado, podría ser igual que esta de Fleischer pero adaptada y el resultado sería igual de bueno.
Bueno, hay cosas que ya no se hacen nunca, estoy convencido que nadie se atrevería a presentar una película de 67 minutos con la misma intensidad y el mismo ritmo, estoy convencido que presentar un atraco similar hoy supondría una hora más. Antes no, si era breve pero suficiente no se alargaban las cosas injustificadamente, por eso prefiero mirar para atrás.
Uno de los primeros trabajos del excelente director Richard Fleischer, uno de mis preferidos por la buena cantidad de estupendos trabajos que tiene.
Aquí todavía le falta un hervor para llegar a ser el maestro narrador que llegó a ser con los años, pero tiene fuerza e interés, amén de ser muy entretenida.
Tiene una duración de algo menos de setenta minutos, pero está bien condensada y no le falta de nada.
Una intriga bien llevada, buenas interpretaciones, y un empaque técnico muy eficaz, con buenas tomas en escenarios naturales.
Deja muy buen sabor de boca.
Como curiosidad, simpática, el doblaje en el que la vi, por DVD, está modernizado, con expresiones como casi la cagas , en un plis plás , o aquella bien divertida del momento en el que el jefe desea abandonar al herido de su banda y los otros dos no quieren.
– No pretenderás dejarle aquí para que muera.
– No, si quieres le canto el Gori, Gori .
Richard Fleischer no rodó, a lo largo de su prolífica carrera, ninguna película que pueda considerarse una obra maestra incontestable (bueno, tal vez Los vikingos lo sea), pero sí que nos ha dejado un buen puñado de estupendas pelis de género, muchas de ellas de serie B, filmadas sobre todo en los 50 y los 60, que no sólo siguen siendo más que disfrutables sino que han influido no poco a muchos autores posteriores a él. Pienso, por ejemplo, en Testigo accidental, en Sábado trágico, en Impulso criminal, en El estrangulador de Boston. O en la peli que nos ocupa, Atraco al furgón blindado, que no sólo inspiró a Kubrick su muy superior Atraco perfecto, sino que, o mucho me equivoco, fue uno de los modelos de Michael Mann a la hora de rodar Heat: atraco a un furgón con muertos, disputas entre los ladrones, escurridizo y metódico líder de la banda, policia obsesionado con su captura, clímax final en el aeropuerto…
Rodada con un presupuesto que se intuye ínfimo y con un reparto de actores casi desconocidos, la peli narra, en poco más de una hora, la minuciosa preparación y la ejecución del atraco del título, así como la posterior persecución de los criminales, y es un buen ejemplo del cine fibroso y directo de Fleischer: un bien sostenido ritmo, sin remansos innecesarios y con varios y notables picos de tensión (el control policial, la trifulca entre los atracadores, la persecución nocturna en los muelles), concisión y sequedad tanto en la narración como en los diálogos y unos personajes sin excesivos flecos psicológicos, que responden más a arquetipos ya establecidos (el poli encallecido que quiere vengar la muerte de su compañero, la femme fatale rubia platino, los malos malísimos de una pieza) que a seres de carne y hueso. Lo que a Fleischer le interesa es contar una historia del modo más claro y sencillo posible, y le importan muy poco todos aquellos detalles en los que considera inútil perder el tiempo. Deprisa, deprisa, parece decir, no hay que dejar que esa gente se duerma en sus butacas. Vayamos al grano.
La peli supone, por otro lado, una nada oculta loa del trabajo policial, que es recreado con singular minuciosidad para la época, mostrando la importancia del papel que individualmente efectúan todos sus miembros en la resolución del caso, desde las telefonistas que reciben las llamadas de aviso a los técnicos de laboratorio que examinan las pruebas, pasando por los motoristas, los agentes del control de vehículos y, por supuesto, los detectives que arriesgan su vida para atrapar al frío y malvado Dave Purvis, el cerebro del atraco, excelentemente interpretado por un William Talman que, en todo caso, recibiría años más tarde el justo castigo a sus desmanes en esta peli, viéndose obligado a interpretar, durante años, a Hamilton Burger, el infeliz fiscal del distrito que perdía, uno tras otro, todos los casos que le enfrentaban al imbatible Perry Mason.
Exquisita cinta del mejor cine negro de serie B. Richard Fleischer dirige su noveno largometraje y nos deja una auténtica joya del cine negro y de acción. Montada en torno a una sencilla historia que el mismo título nos anuncia, Atraco al Furgón Blindado desarrolla a una serie de personajes y situaciones de lo más características del film-noir y que aún así no pierde un ápice de interés durante todo el metraje.
Situada en Los Ángeles de los años cuarenta el relato va avanzando en los bajos fondos y ambientes más lúgubres de la gran ciudad y su protagonismo inicial, con una gran fotografía de la ciudad, es como siempre fundamental en este tipo de historias. A partir de aquí nos encontramos con una historia simple, homogénea y no carente de tensión que en determinados momentos alcanza el sudor en la frente . La utilización de las sombras y contraluces es de un nivel espléndido y su mezcla con grandes primeros planos la hacen una delicia para la vista.
Sin entrar en ningún momento en moralismos ni en la profundización en los los personajes, el porqué de ellos y el porqué de sus acciones, Atraco al Furgón Blindado no supone ninguna interpretación que esté a la altura de lo que el film supone. De esto solo se salva William Talman (Dave Purvis) que con unos rasgos muy característicos consigue llevar a la pantalla a su personaje de una manera sobresaliente. Un personaje cargado de frialdad y que calcula sus movimientos al detalle llevado por un compulsa y obsesiva ocultación de su auténtica identidad de ladrón y asesino profesional. También destacable por su magnetismo con la pantalla a la rubia de la película Adele Jergens que cumple perfectamente con su papel de cabaratera y femme-fatale de la película.
Metraje corto pero efectivo, con una gran investigación policial (sorprendente las técnicas ya utilizadas en este tiempo), algún cabo suelto y un inevitable final que pone la guinda a un entretenimiento que, situándonos hoy en día, resulta casi impagable.