At Land (C)
Sinopsis de la película
At Land es un filme experimental y mudo, escrito, dirigido y protagonizado por Maya Deren. Cuenta con una narración onírica en la que una mujer, interpretada por Deren, se baña en una playa y se encamina luego en un extraño viaje en el que se encontrará con otras personas y otras versiones de sí misma. Deren dijo una vez que la película es acerca de la lucha por mantener la identidad personal . El compositor John Cage y el poeta y crítico de cine Tyler Parker estuvieron involucrados en el rodaje y aparecen en la película, que fue rodada en Amagansett, Long Island.
Detalles de la película
- Titulo Original: At Land (S)
- Año: 1944
- Duración: 15
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Opinión de la crítica
7.1
31 valoraciones en total
Miramos nuestro reflejo en el espejo y descubrimos una verdad irrefutable, efectivamente sólo nos vemos a nosotros mismos ocupando un espacio tangible.
¿Pero se hallan todas y cada una de las fases de nuestra identidad y personalidad encerradas en una realidad tan insoportablemente plana?
Quizás sólo en nuestro inconsciente seamos capaces de averiguar la auténtica verdad, será esta cuestión, esta necesaria reflexión vital, la que recorra de principio a fin la obra que nos ocupa. Cuando uno habla sobre los orígenes del cine surrealista y experimental suelen venir a la cabeza grandes nombres que han sentado cátedra en el mismo como Luis Buñuel, Jean Cocteau, el japonés Teinosuke Kinugasa o el prestidigitador George Méliès, cineastas europeos u orientales en su gran mayoría…
Instigadores de un rupturismo formal el cual iniciaría una manera fascinante y absorbente de sentir la imagen en movimiento (donde habría de incluir a Germaine Dulac o Segundo de Chomón)…sin embargo, no son muchos los que recuerdan entre todos ellos a Maya Deren. Natural de Ucrania y emigrada a EE.UU. a la edad de cinco años donde llevaría una polifacética vida como poeta, coreógrafa, escritora, cineasta y militante troskista, estableció su arte en contra de los principios que regían Hollywood, tan preocupada de amasar éxitos en taquilla y de crear estrellas, en realidad juguetes rotos presa de las decisiones de la industria, que deshacía a su antojo.
Una mujer que acabaría erigiéndose como la creadora de un cine moderno, underground, donde primaba la captación de la sensibilidad de las formas y pensamientos más allá de lo tangible, siendo considerada como la madre del surrealismo, lo que dejaría bien patente en un pequeño trabajo realizado en 1.943 junto a su marido, también cineasta y fotógrafo, Alexander Hammid: Meshes of the Afternoon , recibido con apatía e indiferencia en la época pero hoy considerado piedra angular del movimiento surrealista en América. Un año después, y con el deseo de expandir las posibilidades de su inédito universo, el tándem se embarcaría en otro proyecto…
Siguiendo la estela de la obra anterior, At Land comienza en la misma playa donde daba por concluido el clímax de aquella, en cuya orilla despierta la protagonista (la propia Deren) de esta historia, movida por un propósito esencial (aunque, como cualquier trabajo suyo, se pueden acoger toda suerte de significados e interpretaciones): encontrar de su indentidad perdida. Así la mujer, testigo de una creciente desesperación en sordina, se desliza por los más diversos ambientes y escenarios comenzando en una sala de fiestas atestada de individuos de clase alta que ríen y la ignoran (perfecta representación de los círculos de artistas de Hollywood, a quienes ella atacaba sin piedad).
La mujer se acerca hasta un tablero de ajedrez, donde verá caer una pieza hacia otro universo, la cual perseguirá sin descanso, significativo signo que perdurará hasta el final, y que se convertirá en la clave de At Land . La búsqueda de la verdadera identidad se materializará en una extraña secuencia en la que ésta mantiene una conversación con un hombre cuyo rostro cambiará constantemente, intentando hallar una salida en la casa abandonada donde tendrá lugar su último encuentro con el amorfo individuo, la protagonista sale por fin al exterior. Habiendo habitado todos los planos de realidad, sólo le resta dar con la solución última.
La pieza perdida vuelve a aparecer sobre otro tablero en el cual dos mujeres juegan una partida a orillas del mar, robará la susodicha pieza (símbolo de su identidad) culpable de la desestabilización final, delirio de imágenes y significaciones aún más esotéricas y enigmáticas que todo lo transcurrido: las otras personalidades de la mujer emergerán en el mismo plano de realidad mientras la anterior promulga victoriosa la conquista de su existencia corriendo con los brazos en alto, siendo observada por sus falsos dobles.
Con la inestimable ayuda de Hammid, quien brinda una impecable labor en la fotografía (junto a Hella Heyman), y algunas importantes personalidades como el visionario poeta Philip Lamantia o el erudito compositor John M. Cage Jr., Deren, proponiendo una trama más elaborada que la de Meshes… (en aquella sólo ocupaba un escenario primordial), vuelve a demostrar un talento consumado a la hora de distribuir señales ambiguas y confusas pistas narrativas para crear un clima de permanente conspiración e insostenible malestar y modelar las atmósferas, estilizadas y cautivadoras.
Interpenetración en imposibles universos a través de la inquietud del inconsciente que claramente desbarata en la mayor parte del metraje todo principio de identificación y elimina todo acceso privilegiado al sentido, la actriz/directora factura otro maravilloso viaje a los confines de lo inexplorado donde se vuelve a experimentar con las formas, procedimientos y recursos formales estableciendo así unas coordenadas de juego intransferibles.
No tan célebre como su anterior (y más mítica) obra, la potencia de las oníricas imágenes de At Land y su afán por profundizar en el individuo, su identidad y psicología, lo convierten en otro pilar fundamental del movimiento iniciado por la sra. Deren, cuya influencia aparecería en futuros trabajos de Polanski ( Repulsión ), Aronofsky ( Pi ), Frankenheimer ( Plan Diabólico ), Bergman ( Cara a Cara , Persona , El Séptimo Sello …) y, por supuesto, Lynch ( Mulholland Drive , Inland Empire , Carretera Perdida …).
No sé que tipo de vida tuvo Maya Deren. Quizás sea un inculto al no conocer su carrera, pero dudo mucho que la gente la tratara tan mal para regalarnos a los demás una cosa así. Se acoge a que es surrealista… Surrealista es ponerle más de un 3 a una cosa como ésta que no tiene argumento y se le tiene que preguntar a la directora (por cierto, toda una valiente por rodar en el año 44) qué diablos a filmado. Miedo y ganas de suicidarme… Me suicidio y lo vuelvo a ver para cerciorarme de que hice bien. ¡Por Dios! Es tedioso, sin sentido y estúpido.
Como es costumbre Maya Deren nos transporta hacia un críptico en cohesión de ideas vagas y oníricas mediante un control cronológico impecablemente sugestivo. Las imágenes se presentan a razón de abstracciones simbólicas y las acciones como una imprevista reacción instintiva. El camino trazado dependerá mucho de la evolución intuitiva en comportamientos que exigen una respuesta a la exploración, y finalmente Deren, asegurándose de tomar la conducción de su subconsciente, incluso con un chasquido irónico, tomara cartas en el asunto para comprender los hechos que obran por la naturaleza de su historia.
Un rompecabezas que sin duda destaca por los nexos que construyen su crónica, mas no responde a la propuesta a priori presentada por quien seria su intérprete y protagonista según este caso. Las cuestiones ciertamente son interesantes y se ven enriquecidas por una atmósfera inquietante, un silencio muy acertado y una narrativa propia de Deren imponiendo un sello distintivo sobre si misma, su subconsciente y su participación en el.