Asalto al distrito 13
Sinopsis de la película
Quedan pocas horas para que el año toque a su fin y la vieja comisaría del distrito 13 de Detroit está a punto de cerrar. Muchas carreteras están cortadas debido a la fuerte nevada, y sólo queda un puñado de policías encabezado por el sargento Jake Roenick (Ethan Hawke). Esa misma mañana el mafioso Marion Bishop (Laurence Fishburne) es arrestado por la Unidad contra el Crimen Organizado encabezada por Marcus Duvall (Gabriel Byrne). Bishop es trasladado en autobús a la cárcel con otros delincuentes: Beck, un yonqui (John Leguizamo), Smiley, un estafador (Jeffrey Atkins) y Anna (Aisha Hinds), una pandillera. Pero la tormenta de nieve arrecia y el autobús, ante la imposibilidad de llegar a la cárcel de máxima seguridad, se detiene provisionalmente en la comisaría del distrito 13. La inesperada llegada saca de quicio tanto a Roenick como a la psicóloga Alex Sabian (Maria Bello). Sin embargo, Iris Ferry (Drea de Matteo), la provocadora secretaria de la comisaría, y el veterano policía Jasper OShea (Brian Dennehy) no están dispuestos a que el trabajo extra les impida celebrar la llegada del Año Nuevo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Assault on Precinct 13
- Año: 2005
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
5.7
27 valoraciones en total
El título original es el mismo que el del estupendo filme de Carpenter. La traducción denota el fallo principal del filme: no es un asalto a una comisaría, es a todo el distrito.
Con un número como el 13 ya sabemos que a estos desgraciados no les va a tocar el euromillones, sí la lluvia de balas, agobio y malas artes de sus asaltantes.
Así que un material tan bueno es difícil pifiarla si uno no se sale de la senda y Jean-François Richet parecía que tenía aprendida la lección (buena elección de actores y dirección) hasta que llega el último cuarto de hora y todo se va al garete al tirar demasiado del inodoro.
Pierde toda capacidad y tensión dramática en su recta final al sacar la acción de donde nunca debió separarla. Al de un encierro forzado y una situación a vida o muerte.
De todos modos tan entretenida como finalmente fallida.
La película cumple más que de sobra con su cometido, no he visto la película original, pero desde luego con esta he pasado un rato muy pero que muy ameno.
Me encanta que bajo esa imagen de peli de serie b, el director haya orquestado una orgía visual que me lleva al cine de acción de los años ochenta, sangriento, con la única pretensión de hacernos pasar una hora y media de puro entretenimiento.
He de reconocer que el mérito es del director (sabes perfectamente quien dispara cada bala, no como en mision imposible 3 que con nueve veces el presupuesto de este remake los tiroteos parecían una mascletá fallera) y de ese reparto lleno de caras que han estado delante de las mejores producciones de acción de los últimos años (MATRIX, TRAINING DAY, UNA HISTORIA DE VIOLENCIA) que con personajes mil veces vistos en mil películas los llenan de carisma (exceptuando a JOHN LEGUIZAMO)
Estos policías que están de vigilantes de una comisaria que va a cerrar, no sabían lo que les esperaba la noche de fin de año.
Thriller de acción efectista, con un buen reparto de caras conocidas, muy dinámico y entretenido. No escatima en violencia y muertes, algunas no esperadas.
Laurence Fishburne y Gabriel Byrne hacen muy bien de sus inquietantes personajes, en este duelo a muerte que nos recuerda un poco a algunas películas del Oeste. No he visto el original de John Carpenter para establecer comparaciones, pero el resultado de este remake me ha convencido.
Como curiosidad, ver al actor que hacía de sheriff en Acorralado con unos cuantos años más y también con una comisaría de por medio.
Remake de un desconocido director franchute de la película homónima de 1976 de John Carpenter (que se inspiró a su vez en Rio Bravo ) y que, por cierto, está mucho mejor que esta.
Aunque hace tiempo que ví la peli original de Carpenter, creo recordar que aquella me transmitió distintas sensaciones que esta. La de Carpenter crea un ambiente claustrofóbico, se podía vivir la indefensión de los personajes atrapados y sin posibilidad alguna de escape. En el actual remake, en cambio, priman las escenas de acción, y en ningun momento sientes empatía con ninguno de los estereotipados personajes.
Por otro lado, no nos podemos tragar que en pleno siglo XXI y con la casi permanente comunicación en que vivimos, esos 8 personajes se queden aislados en medio del temporal, sin poder usar móviles ni internet, por mucho inhibidor de frecuencias que lleven los malos (que son polis, no superagentes de la CIA). Esta premisa, que podía funcionar en una película de los años 70, no cuela en la actualidad.
Tiene, en cambio, un punto a favor, y por esa razón le he puesto un 6. Lo contaré en el spoiler para no destripar nada porque a mí ciertamente me sorprendió.
Película rodada en EEUU bajo la dirección del francés Jean-François Richet. Es un remake de la película de John Carpenter, que se había inspirado en Río Bravo , de Hawks.
La acción tiene lugar en Detroit, una fría Nochevieja (2002/2003), en una comisaría de barrio, destartalada y envejecida. Narra la historia de tres empleados de servicio en las horas previas a la clausura de la comisaría: el sargento Jake Roemick (Ethan Hawke), el policía veterano Jasper Oshea (Brian Donnehy) y la secretaria Iris Ferry (Drea de Matteo). En ella acaban cuatro detenidos con destino a la prisión de máxima seguridad, al ser desviado el furgón en el que viajaban. Más tarde se incorporan la psicóloga policial Sabian (Maria Bello) y Capra (Matt Craven). La comisaría es asediada y asaltada.
El clima de opresión de la comisaría, sitiada a sangre y fuego, y los tres asaltos que sufre, son descritos con corrección irreprochable. No es un simple thriller: al margen de la acción, los personajes principales tienen vida propia, angustias diferentes y reacciones contradictorias. La crispación ambiental y su humanidad son causa de incoherencias y reacciones poco razonables. La proximidad de la muerte propia y la vivencia de la de compañeros, que la cámara muestra abiertamente, lleva la angustia hasta el paroxismo. El personaje central, Jake, es un anti-héroe, sometido a tamiento psicológico por su adicción al alcohol y pastillas. La escena final tiene lugar fuera del encierro, lo que amplía los sentimientos dramáticos del expectador, que concibe expectativas que se fustrarán. Se incluyen algunas referencias cómicas o irónicas como el chiste del portorriqueño y el negro, la preferencia de Iris por los chicos malos, la inoportuna llegada de Capra para tomar unas copas con Iris.
La música contiene bellos fragmentos de metal y percusión, solos de piano, y cuerdas con piano. Añade dos canciones interpretadas por Dean Martin (coprotagonista de Río Bravo ). La banda sonora se adapta muy bien a la acción. La fotografía ofrece ambientes azulados de noche, cremas de día y grises al final de la tarde. Hay una secuencia rodada cámara en mano (resalta la tensión) y movimientos de cámara sorprendentes (final del prólogo). La iluminación está dispuesta con acierto: abundan las luces posteriores que marcan el perfil de los personajes y los realzan. Los asaltos se construyen con un hábil juego de planos y contraplanos. El guión introduce cambios respecto de la obra original (definición de los asaltantes, tormenta de nieve que aisla la comisaría, personajes más complejos). Las interpretaciones son acertadas: destaca la de Fishburne. La dirección se vuelca acertadamente en conseguir que los personajes se asemejen a los de los films de los 70.
Película técnicamente correcta, interesante y entretenida. Ofrece una grata narración visual y sonora. Alcanza buenos niveles de tensión e intriga, aunque inferiores a los de Carpenter.