Apaches (Serie de TV)
Sinopsis de la película
En los años 90, en el madrileño barrio de Tetuán, Miguel (Alberto Ammann), un joven y prometedor periodista, tiene que dejar su cómoda existencia para intentar salvar de la ruina a su familia y vengar a su padre, víctima de la avaricia de unos socios que le estafan. Para recuperar lo que les han robado, le pide ayuda a Sastre (Eloy Azorín), su mejor amigo de la infancia, que con el paso de los años se ha convertido en un pequeño delincuente.
Juntos empiezan a atracar las joyerías y las fábricas de relojes de todos los que contribuyeron a arruinar a su padre. Golpe a golpe se van acercando a su objetivo hasta que una chica (Verónica Echegui) se cruza en su camino.
Su nueva vida, el reencuentro con un pasado que intuía enterrado y su relación con la amante del capo del barrio llevarán a Miguel por una temeraria senda. Apaches habla de amor y amistad, de odio y venganza, de ira, de violencia exacerbada, pero también de lucha por la justicia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Apaches (TV Series)
- Año: 2015
- Duración: 90
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te detallamos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
6.2
77 valoraciones en total
Serie que refleja una realidad, una realidad de años pasados donde la ley de la calle era lo que primaba, mucho mas que la ley penal. Buena trama, los dos protagonistas representan bien sus papeles, sobretodo Eloy Azorín, quien escenifica muy bien lo que era ser un chico de barrio marginal con una infancia dura, pero no por ello mala persona.
En definitiva una serie razonablemente interesante, que recomiendo a todo aquel que le gusten las serie de delincuencia del Madrid de los 80-90, donde los atracadores y la ley del silencio estaba instaurado en la sociedad.
Serie ambientada en los 90 entremezclando recuerdos de los 70 cuando los protagonistas eran niños. En cierto modo el argumento recuerda a las míticas peliculas del cine kinki de los 80, quizá también porque Alberto Amman se parece un poco al actor que interpretaba al Vaquilla en esas peliculas
Buen guión,buenas interpretaciones, buenos diálogos, y gran ambientación de la época. La música acompaña, sin más. Lo menos bueno, como casi todas las series españolas de este estilo, algunos capítulos se hacen largos. Una serie de 12 capítulos de hora y pico que se podían haber recortado perfectamente a 50 o 55 minutos sin que se pierda nada importante para la historia.
Miniserie de una única temporada con doce capítulos que se te hacen cortos. La ley del barrio, la omertá, la ley del silencio en un barrio populoso de Madrid, como el barrio de Tetuán, barrio obrero por antonomasia en una de las aceras de Bravo Murillo, pues la otra es símbolo del éxito y la Justicia, con los Juzgados de Plaza Castilla, Cuzco, la calle Orense y el Santiago Bernabéu en sus aledaños.
Para lograr saldar las deudas adquiridas por su padre fruto de una estafa de su socio, un joven periodista de una agencia de información, con sus viejos amigos del barrio, se lanza a atracar joyerías en un Madrid muy reconocible, bien ambientado en cuanto a vestuario y atrezzos, aunque no nos dejan ver ni un taxi negro con la raya roja, será porque ya no se conserva ninguno, aunque el resto de los vehículos, con la crisis galopante, están todos en la calle.
Gran ritmo, botellines de Mahou y tabaco a mansalva, amistad fraternal, amores antiguos y nuevos, sexo y alcohol, y violencia, mucha violencia en un entorno entrañable del barrio donde creciste, rodeado de viejos amigos
y de costumbres, de codicia, de los amos del barrio, de venganzas y de envidias, y traiciones…
Buena serie con Verónica Echegui, Alberto Ammann, Eloy Azorín y Paco Tous en sus papeles principales, que da mucho juego y que a mí personalmente me ha recordado los años 90 en Madrid en ese barrio donde comencé mi andadura profesional, aunque en la acera contraria a la popular, en la acera que colindaba con el éxito de la cultura del pelotazo y el dinero fácil, la corrupción y la injusticia.
Sobresaliente, 9.
Por una vez y sin que sirva de precedente una miniserie resulta ser más interesante que el libro en el que se basa. Lo que no deja de ser curioso teniendo en cuenta que el guionista de la serie en cuestión es precisamente el autor del libro. Por ende, el director de la serie resulta ser Daniel Calparsoro, realizador más que discutible y cuya carrera más parece una montaña rusa por su irregularidad manifiesta. En su haber televisivo se incluyen productos tan infumables como La ira (2009), Inocentes (2010) o Tormenta (2013), todos ellos producidos bajo el sello de New Atlantis y emitidos por Telecinco (las dos primeras) y Antena 3 TV respectivamente. Junto a películas de mejor factura y calidad como Asfalto (2000) y Guerreros (2002).
He intentado leer la novela de principio a fin pero me ha resultado tan pesada y aburrida por momentos que, de un total de 32 capítulos, solamente he conseguido leer seguidos los 3 primeros, el último y el Epílogo. Del resto he leído lo que me ha parecido necesario para entender el argumento una vez conocido el final. Los larguísimos párrafos descriptivos, pesados y con poco o ningún sentido, junto con la mayoría de diálogos, casi igual de pesados, los he ido saltando para abreviar la lectura. La verdad es que de las 484 páginas útiles que conforman la novela me ha bastado leer menos de un 10% para entender lo fundamental y darla por terminada.
Por lo que he podido averiguar es el primer y único libro publicado por su autor, Miguel Sáez Carral. ¡Y por el bien de sus potenciales lectores espero que sea el último! No sé qué tal será como guionista (no he visto ninguna de las series en las que ha participado) pero como escritor resulta bastante pedante, con sus descripciones interminables y casi siempre banales, y carente de capacidad para enganchar al lector.
A pesar de tener mejor ritmo que el libro y de ser capaz de despertar y mantener el interés del espectador, la serie resulta excesivamente larga por cuanto para explicar la historia hubieran bastado 4 episodios en lugar de los 12 que la forman. De hecho, podemos distinguir entre los 2 primeros y los 2 últimos episodios, con una narrativa y un ritmo trepidantes, y los 8 episodios restantes, que más parecen de relleno y resultan bastante sosos. No obstante, la miniserie en su conjunto resulta interesante y merece la pena verla. Los que conozcan la realidad de algunos barrios de Madrid como Hortaleza, Vicálvaro, Moratalaz, Carabanchel, Vallecas o el propio Tetuán, se sentirán fácil y rápidamente identificados con los distintos protagonistas de la serie: Miguel, Sastre, El Chatarrero, los viejos de las casas blancas, etc. Y los que desconozcan esos barrios, se sentirán atraídos y atrapados por las vidas y las historias de dichos protagonistas. Los que hayan visto Asfalto (2000) verán en esta serie una especie de prolongación de los hechos, algunos cómicos y la mayoría amargos, vividos por los protagonistas de aquella película, también dirigida por Calparsoro.
En definitiva, sin ser una serie de visionado imprescindible, considero que sí es recomendable y de calidad superior a la media.
Vaya por delante que creo que se trata de una buena serie, por encima de la mayoría de las series españolas. La historia es interesante, los personajes están bien desarrollados (unos mejor que otros), el tratamiento es muy moderno y típico de las series que se están rodando para las plataformas online.
Pero claro, ¿para qué quieres ambientar una serie en una época distinta de la actual si no vas a darle el peso suficiente a este otro personaje? Cuando una historia se sitúa en una cronología pasada o futura, ese periodo de tiempo se convierte en un miembro más del reparto que debe aportar su punto de vista a la ficción. De otro modo, ¿qué más da el año o el lugar?
Por eso creo que el 1994 de esta serie (y también el 1974 y el 1981) deberían haber sido trabajados con mucho más cariño y dedicación. Para que no veamos coches viejos que deberían parecer nuevos en esa época o modelos que no encajan con la fecha. Para que en un plano amplio no entren tantas antenas de móviles, compresores modernos de aires acondicionados o decoración del siglo XXI. Para que los y las protagonistas más jóvenes no vistan con la versión revival de los noventa que te venden Bershka, Zara o Stradivarius, ni con ropa interior de Calzedonia. Para que empleen vocabulario de esa época y no la versión milenial del castellano (nadie por aquellos años decía friki, por poner un ejemplo).
El demonio está en los detalles. En esos detalles que cada cinco minutos te sacan de la supuesta historia de un barrio obrero del Madrid de los noventa y que te dejan regusto a fantasía rebelde pijiprogre de los dos mil diecitantos . Esa historieta sobre el lumpen que siempre se montan en la cabeza los burguesitos como Sáez Carral, Calparsoro, Coixet o León de Aranoa.