Antiviral
Sinopsis de la película
El empleado de una clínica que se dedica a replicar enfermedades de famosos para el consumo público, se obsesiona tanto con una celebridad que se inyecta su enfermedad. Pero, después, tendrá que encontrar una cura antes de que el tiempo se agote.
Detalles de la película
- Titulo Original: Antiviral
- Año: 2012
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
5.8
59 valoraciones en total
Lo primera cuestión que asalta la mente de este cinéfilo tras el visionado de Antiviral , es sobre que clase de infancia habrá tenido el director, Brandon, teniendo en casa un padre como David Cronenberg.
Es inevitable la comparación, sobre todo si tenemos en cuenta que el film funciona como una regresión a los orígenes del genial realizador canadiense, en la que el gusto por lo enfermizo, por lo grotesco, supone su mayor constante, una inequívoca seña de identidad para uno de los indiscutibles maestros contemporáneos del Séptimo Arte.
Pero centrémonos en Brandon Cronenberg, su apuesta, en ésta, su primera incursión tras la cámara, nos deja ciertos hallazgos heredados de todo punto interesantes, la historia, que juega con la temible posibilidad de una sociedad dispuesta a comerciar con las enfermedades de los famosos, es sumamente original, y su tratamiento resulta el adecuado, logrando transmitir esa fascinación malsana e insalubre con total acierto al espectador.
Cabe destacar el trabajo de su protagonista, Caleb Landry Jones, el mejor halago que se le puede hacer quizá sea mencionarlo como un Alex DeLarge en potencia, su físico y mirada oscura es similar a la del actor Malcom Mcdowell en La naranja mecánica . No me parece una casualidad que Mcdowell tenga su pequeña aportación interpretativa en Antiviral a modo de sucesión.
Por contra, el pequeño Cronenberg peca de ciertos defectos inherentes a su bautismo como creador, para empezar, el desarrollo argumental se resiente demasiado en el choque con su cuidado aspecto visual, la estética acaba por difuminar en exceso la trama, algo menos de perfección formal le habría venido de perlas, las primeras obras de su padre eran más feas, es cierto, pero contaban con mayor dinamismo y pasión, hechos estos, que resultan ausentes y en exceso artificiales en la ópera prima de Brandon.
De cualquier modo, y teniendo en cuenta que papá Cronenberg parece haber abandonado, al menos momentáneamente, el barco de lo orgánicamente enfermizo, Antiviral se recibe como una buena noticia para los que adoramos este tipo de cine. Seguiremos muy atentos, los movimientos cinematográficos de ambos realizadores.
Antiviral es en esencia un remix de todas las influencias de Cronenberg (padre) adaptadas a la actualidad, al siglo XXI, rejuvenecidas por Cronenberg (hijo). El concepto de la nueva carne (Videodrome), lo enfermizo como forma de vida (Crash) y la enfermedad y degeneración del cuerpo como trend (La mosca). Estéticamente austera, repleta de escenarios blancos, asépticos, clínicas con espacios cerrados y diálogos cortantes, secos. En una sociedad en la que todo se basa en seguir el modelo de los famosos a través de un mercado que trafica con cepas víricas que derivan en las enfermedades que éstos han tenido (resfriados, herpes, etcétera), la historia habla sobre infinidad de cosas sin que apenas lo parezca, pudiendo establecerse numerosos lazos entre los temas tratados y los que se dicen en voz baja. Syd March, protagonista de la historia, trabaja para una de las clínicas destinadas a esta tarea y pronto se verá atrapado por su propio producto.
Protagonizada por un gigantesco, impresionante Caleb Landry Jones, cuya inquietante presencia y físico hacen gran parte del trabajo (como ocurre por ejemplo con Michael Shannon), la cosa va incluso más allá gracias a su aparentemente controlada pero intensa interpretación principal. Gracias a él vemos cómo esté mundo enfermo va abrazando las enfermedades como único modelo posible y cómo los ídolos se construyen sobre castillos de naipes. La dirección de Cronenbeg es impresionante, utilizando ralentis de forma inteligente y sacando gran provecho de la partitura de E.C. Woodley. cine de una altura impensable para un debut que aunque ahonda en los temas de una filmografía que ya ha sido desgranada (la de Cronenberg padre) sabe cómo situarse en el panorama cinematográfico remozando este concepto de la nueva carne adaptado al mundo actual, a cómo la publicidad y los medios pueden crear monstruos, sub-redes criminales y otro tipo de elementos que prefiero no contar, porque esto es más que una narración, más que una película, una experiencia digna de ver -y escuchar- en una sala de cine. Lo que se muestra da que pensar, pues lo único que se tiene claro tras acabar de verla es que Brandon Cronenberg tiene un futuro brillante en esto del cine. Un debut impresionante.
La verdad es que no la vi en un buen momento, estaba cansado, era tarde en un día entre semana, aún tenía que coger el coche para regresar a casa y madrugar al día siguiente… Sin embargo la película logró captar mi atención, y mucho. Desde un punto de vista formal, la puesta en escena es muy llamativa: minimalismo, predominio del blanco, diálogos escasos… La caracterización del personaje principal no podía ser más acertada, y la contenida interpretación del actor principal le da el tono adecuado a la historia. Todo contrasta con un punto gore de rojo intenso.
El argumento está muy bien, pero sobre todo llama la atención las múltiples aristas de la historia. Más allá de la obvia crítica futurista, la película toca muchos temas de una actualidad rabiosa: droga, espectáculo, negocio, dinero, contrabando, alienación. A medida que el argumento avanza, la película se enriquece porque gana en matices.
Un debut prometedor. Tengo ganas de volver a verla…
Físicamente no sé si se parece más a su padre o a su madre. Pero lo que está claro es que en cuestión de cine, Brandon ha heredado todos los conceptos e ideas de su progenitor masculino, David Cronenberg. Antiviral es una película luminosa en su estética pero oscura en su argumento. Plantea un posible futuro llevando al extremo una de nuestras peores características como sociedad: la obsesión por los famosos. Y ahí es donde entran en juego la enfermedad, el canibalismo y otras obscenidades.
El film parte de una idea genial pero no sabe explotar sus puntos fuertes. Tiene todos los elementos para ser un gran thriller futurista, pero termina huyendo del género para perderse en reflexiones metafísicas.
Lo mejor: la idea inicial y el planteamiento estético.
Lo peor: el film va perdiendo gas a medida que avanza.
No puede negar Brandon Cronenberg que sea hijo de su padre (David Cronenberg). Antiviral posee todas y cada una de las características que hicieron a su padre un magnifico director excepto una: Brandon Cronenberg no sabe dirigir. El resto, la historia, los supuestos, los actores, los escenarios, la música, absolutamente todo es un calco del David Cronenberg de sus inicios con la diferencia que el padre sabía contar una historia incluso cuando aún no había aprendido a contar historias, el hijo no. Debe ser terrible que te comparen con tu padre sobre todo cuando tu padre es un genio. Pues haberte dedicado a ser pastelero o mecánico o stripper. Pero no hagas una película calcada a la que hacia tu padre en los inicios porque como te salga mal saldrás perdiendo en todas las inevitables comparaciones. Que es lo que sucede. Vayamos por partes, la historia no está mal, es original y se remite a las reflexiones (que tan bien manejaba Cronenberg padre) sobre cuerpo y ciencia, los escenarios son asépticos y adecuados, la música es correcta, los actores no convencen (el protagonista Caleb Landry Jones es un error de casting) y la dirección es más propia de un adolescente con una cámara de video que de un director de cine. Falla donde menos debe, en su factura. Lo que nos entra por los ojos no nos convence a pesar de que lo que cuenta podría llegar a ser interesante, no nos identificamos con ningún personaje y pronto perdemos el interés. Recomendable solo para consumidores de rarezas con un nivel de exigencia no demasiado alto.