American Horror Story: Asylum (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2012-2013). 13 episodios. Segunda temporada de la serie American Horror Story , en la que cambian los personajes, el reparto, el equipo técnico y el escenario. Se trata de un drama psicológico que se desarrolla en un hospital psiquiátrico durante los años 60.
Detalles de la película
- Titulo Original: American Horror Story: Asylum
- Año: 2012
- Duración: 40
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Opinión de la crítica
Película
7.5
49 valoraciones en total
La primera temporada presentó una serie innovadora alejada de los convencionalismos, con un ritmo bueno y con una idea innovadora: cada temporada tendría su principio y su final, sería un conjunto.
En esta segunda, con un escenario completamente diferente, los guionistas se superan hasta límites insospechables . No podría calificar la serie de terror . Es intriga unido a lo desagradable consiguiéndolo sobrepasando los límites morales que se pueden ver en televisión y siempre unido a un argumento muy bueno. Lo que en los primeros capítulos se presentaba como una serie caótica , entretenida e irreverente alcanza su culmen en el quinto capítulo de la temporada que convierte al todo en una obra de arte . Deseando estoy de ver la serie completa y hacer una crítica definitiva a uno de los mejores productos actuales de la televisión .
Jessica Lange en su papel de hermana Jude hace una actuación memorable hasta rozar el infinito. Hace de su personaje la ambigüedad perfecta y logra que sintamos empatía con un personaje censurable.
Una obra maestra con dosis de gran cine, de grandes planos y secuencias que se clavan para siempre en la retina .
American Horror Story Asylum es lo mejor que le he pasado al género en años. Se puede decir más alto, pero no más claro. Si la primera temporada de la serie tenía potencial pero no llegaba a exprimirlo, esta segunda temporada es la culminación de todo aquello que nos habría gustado ver en la temporada anterior.
¿Cuáles son las bazas de Asylum? En primer lugar unas interpretaciones de lujo, con especial mención para Jessica Lange, Lily Rabe y James Cromwell. Pocas veces hemos disfrutado de un reparto tan bueno en el género de terror.
Pero Asylum no se sustenta únicamente en las interpretaciones. Su otra gran baza es el apartado técnico y artístico, una componente sumamente cuidada en que la ambientación es uno de los pilares fuertes. Una fotografía excelente y un apartado sonoro de lujo terminan por enamorarte de la serie.
Y finalmente el argumento. La genialidad de Asylum radica en mezclar todas las temáticas inimaginables del género y lograr un resultado convincente e inesperado. En otras manos un argumento así sólo tendría cabida en la serie B de humor casposo, sin embargo en Asylum se consigue un resultado creible, serio y acertado.
¿Es todo perfecto? Por desgracia no. La recta final de la serie deja de un lado el terror y se vuelve demasiado aburrida y monótona. El desenlace es más que correcto, pero se cometió un error en zanjar todas las tramas importantes antes de tiempo, dando lugar a unos 3 últimos episodios bastante descafeinados, especialmente los dos últimos.
Pese a ello, es un detalle menor ante lo que Asylum propone: Una apuesta arriesgada, variada y de calidad. Si te gusta el género es imprescindible que la veas, puesto que no tiene rival en el cine de terror de los últimos años. Además, la serie homenajea a las grandes creaciones del género.
Imprescindible.
Ryan Murphy y Brad Falchuk han vuelto a reformular y re-visionar-dimensionar el género con la lección aprendida. Esta vez no se detectan las innumerables irregularidades que habitaban en la primera temporada de American Horror Story. El gran mérito de la serie siempre ha sido ir siempre por delante del espectador, pero en esta ocasión no se podía sorprender por un cierre conclusivo al estar claro el concepto de antología impuesta. El santo y seña sigue vigente: un absoluta mezcolanza de géneros, terrores, clichés y… posibilidades. Posibilidades que está vez están controladas y ejecutadas con absoluto control. American Horror Story: Asylum combina perfectamente alienígenas, monjas poseídas por el mismísimo diablo, evil doctors nazis, mutantes caníbales, ángeles de la muerte, asesinos en serie con prolongaciones en el presente, el temeroso y dictatorial poder de la religión o el periodismo de investigación, con un muy cuidado diseño de producción, un escenario oscuro, como un misterioso psiquiátrico, y el completo asalto a temas tabú de las mentes norteamericanas. El resultado no ha podido ser más interesante. Muy lejos de esa primera temporada y pastiche con más trampas del mundo fantasmal, para revitalizarse mediante el mash-up referencial, como nueva arcilla sobre la que moldear algo novedoso y potente.
Desde Welcome to Briarcliff, primer capítulo, el montaje ritmo y frenético se imponían como credencial de una serie que ha sabido reaventarse a sí misma. Si en la primera temporada independiente el popurrí y refrito de referencias bordeaba lo inverosímil —dentro de las propias reglas que creaba—, en esta segunda ha creado un perfecto cruce de guiños y clichés en un empaque único y sorprendente. Bloody Face o la canción de Soeur Sourire, ‘Dominique’, son los necesarios alicientes distintivos para homenajear desde Psicosis a La naranja mecánica, pasando por una crítica a la telecomedia familiar-teatral, al american-way-of-life, a la homosexualidad vista como enfermedad no en un tiempo demasiado lejano o a la domesticación de la mujer, con incisiones imposibles en el universo Glee o escarceos documentalistas. Nos encontramos ante un homenaje-revoltijo-de-clichés-y-post-popurrí-fan-fatal que emerge nuevamente de las sombras con credenciales de la anterior campaña. Reformulaciones, donde está claro que nadie puede reírse de una serie que ha demostrado que todo es posible dentro de la misma.
American Horror Story: Asylum seguirá generando nuevas revelaciones internas que asustan por su pronta disposición al espectador: multitud de giros argumentales, homenajes y cliffhangers a discreción sobre un sólido conjunto que revela más que muchos largometrajes de género de los últimos años juntos. Briarcliff se convierte en el purgatorio de todos los protagonistas de la serie, independientemente del grado de locura o sin son pacientes o parte del personal del manicomio católico. Pero también es el rasero donde la audiencia debe ser medida y ejercer su ejercicio de supervivencia catódica. Pese a tener unas sólidas marcas de estilo, montaje y dirección, nos encontramos ante un campo de experimentos y homenajes aglutinados bajo el amparo de la antología. Con episodios memorables como I Am Anne Frank: Part 2, Unholy Night, The Name Game o un season finale para el recuerdo, American Horror Story: Asylum emerge como concepto-catódico-definitivo del género. Un carrusel de planos secuencias, perfectos encuadres y distorsiones de lentes y perspectivas con detalles de montaje y puesta en escena siempre relevante y sorprendente. Ryan Murphy y Brad Falchuk han creado un monstruo mutante reconstruido sobre cadáveres pero, al mismo tiempo, con porte de supervivencia propia. Jessica Lange es el rostro fundamental y ADN, pero tendremos sorpresas entre esa acumulación de referencias y personajes. Es momento de ponerse en plan scream queen. Todo lo que sucedió en Briarcliff, quedó en Briarcliff… La leyenda de que una vez que se entra en Briarcliff jamás se vuelve a salir es… ¡cierta! ¿Quién no va a tener la tentación de volver y volver a entrar en Briarcliff y American Horror Story: Asylum?
1) Su inquietante y perturbadora intro.
2) Jessica Lange (Hermana Jude), cantando, bailando, gritando, llorando, siendo sádica…, da igual, a esta mujer lo que le echen…
3) El resto del elenco, con especial mención de: Sarah Paulson (como la reportera Lana Winters, o Lana Banana, como la llama la Hermana Jude) y Lily Rabe (como la endemoniada Hermana Mary Eunice). Y podría seguir con todos los secundarios.
4) La canción Dominique. Por las noches aún me levanto sudoroso escuchándola…
5) El ambiente sesentero reflejado en la música, el vestuario…
6) La sórdida atmósfera de la institución mental Briarcliff.
7) Que supera, en mi opinión, con creces a la primera temporada.
8) Como nos brinda un sinfín de guiños a nuestras películas de terror preferidas.
9) Frases como: Lástima que tu ambición sea mayor que tu talento o Si miras al Mal a la cara, el Mal te devolverá la mirada…
10) Que recuperemos la confianza en Ryan Murphy como creador de series, perdida desde que terminó Nip/Tuck.
Acabo de devorar el quinto capítulo y me veo obligado a rehacer mi crítica.
Ya no es que me parezca la mejor serie de terror de todos los tiempos, es que considero que este quinto capítulo es LA MEJOR PELÍCULA DE TERROR DE LA HISTORIA.
No quiero destripar argumentos por si alguien no ha sucumbido aún al tirón de esta obra maestra y leyéndome se decide a darle una oportunidad, sólo diré que nuevamente he terminado sus tres cuartos de hora con los pelos de punta y lamentando no haberme esperado a verla hasta que esté emitida por completo.
Terror en estado puro.
Jessica Lange hace el papel de su vida, y mira que ha hecho unos cuantos, esta hermana Jude pasará a la Historia de la Televisión. Y Franka Potente, a la que no pierdo la oportunidad de criticar, tengo que reconocer que está de escándalo.
Ufff… No sabría decir qué es lo mejor, pero desde luego lo peor es tener que esperar otra semana para ver cómo evolucionan las cosas en este psiquiátrico que hace que el nido del cuco parezca una guardería.
Michael Goi, el director de mi estimada Megan is missing demuestra una maestría con la cámara merecedora de todos los reconocimientos del mundo. Para muestra, un botón, los tres primeros minutos de este capítulo cinco, donde hace un ejercicio hipnótico que no recuerdo haber disfrutado en toda mi vida.
¡QUÉ INSANO,DIOS!… ¡QUÉ MARAVILLA!
Como no podía ser de otra forma, viniendo de los creadores de la original, esta segunda parte es absolutamente imprescindible. La acción se traslada a los años 60 donde nuestra adorada Lange ejerce de monja cabrona redimida cual Farruquito que curra en un hospital para dementes al que llega Bloody Face. Castigos propios de peli sádica, monjas montando enfermos atados, espíritus, extraterrestres y una estética heredera del cine fetichista harán las delicias de cualquier enfermo como yo que se ventile los tres episodios que lleva, a cada cual mejor, con ansias del estreno del próximo y el siguiente…
Una maravilla, la verdad.
El inicio con el cantante líder de Maroon 5, Adam Levine, llevándonos a la otra historia en el tiempo de la serie, la actualidad, donde recién casado con una friki pasa su luna de miel buscando los lugares más terroríficos y llega al hospital de la hermana Jude, es poco menos que genial.
Zachary Quinto gana protagonismo frente a la primera temporada en el rol del doctor Oliver Thredson, psiquiatra del manicomio y Sarah Paulson igual, haciendo de una reportera llamada Lana Winters.
Y la hermana Jude, inmejorable Lange, sexy, cachonda llevando un negligé rojo bajo el hábito y cediendo a sus fantasías sexuales con el curita Joseph Fiennes no tiene precio…
La acción, si bien estos actores ya los conocimos en American Horror Story no sigue la línea argumental de ésta, sino que empieza una nueva si cabe más macabra y retorcida.
De momento ya les digo, aterradora. Una delicia.
Más que recomendable.
Ojo al exorcismo del capítulo 2… Ufff…