Acción en el Atlántico Norte
Sinopsis de la película
El teniente Joe Rossi y su capitán Steve Jarves son los comandantes de un barco de mercancías que es fletado para transportar material desde Halifax a Murmansk. Por desgracia, el convoy es atacado por el ejército nazi y el navío acaba siendo hundido en las aguas del Atlántico. Tras el desesperado regreso a su país a bordo de una chalupa, los supervivientes planean repetir el viaje, un deseo que cumplen poco después, y esta vez con éxito.
Detalles de la película
- Titulo Original: Action in the North Atlantic
- Año: 1943
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
Película
6
81 valoraciones en total
En el año 1943, la II Guerra Mundial no tenía un claro favorito para alzarse con la victoria y por tanto con el control de mundo futuro. Muchos ciudadanos estadounidenses veían este conflicto como algo muy lejano, sobretodo los que no eran judíos o ya no tenían ningún vínculo familiar o afectivo con Europa. De hecho Hitler contaba con no pocos admiradores americanos. Es sabido que Hollywood era de patrimonio judío y por tanto el tener una fuente propagandística tan importante no era para menospreciar. Acción en el Atlántico Norte no es más que una de las tantas películas que se hicieron para animar a las tropas en el frente, dar a conocer al ciudadano de a pie la importante misión que éstas tenían y de paso recaudar fondos para mantener la paz mundial .
El título de la película dice claramente lo que puede resultar interesante en este film de propaganda bélica. Y es que el guión no se caracteriza precisamente por su sutileza. De hecho es panfletario hasta la náusea. Lo único que vale la pena son las escenas de acción de la segunda mitad de la película. El nivel de producción es alto y aparentemente se utilizaron imágenes documentales de la guerra que estaba en curso. La lucha entre el barco estadounidense con un submarino alemán está realmente bien, resuelto de manera muy realista, salvo alguna excepción puntual.
A nivel anecdótico, resulta muy gracioso ver la simpatía que muestra el film hacia los por aquel entonces aliados rusos, hasta el punto que un personaje estadounidense saluda a los rusos al grito de camarada . Unos pocos años después una escena como esta hubiera sido motivo suficiente para enchironar al director de la película.
Típica película americana de propaganda realizada durante la Segunda Guerra Mundial con un guionista especialista en ello. Es una película larga, más o menos entretenida, que cuenta con un sólido reparto. Su manido y tendencioso tema la hacen algo mohosa. Tiene buenas secuencias de acción, dirigidas por el ex-actor chapliniano Lloyd Bacon. A mí particularmente, no me interesa nada.
Durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron una cantidad enorme de películas propagandísticas, pensadas especialmente para animar a las tropas y de inspirar a los ciudadanos civiles a unirse a la causa o a comprar bonos de guerra.Los discursos moralistas y las caracterizaciones esteorotipadas están presentes ya que su objetivo era inyectar esa necesaria dosis de moral a la espectador americano de la época. Muchas películas se centraban en los esfuerzo de las fuerzas armadas pero pocas en el servicio sin armas.
En concreto, Acción en el Atlántico Norte se centra en la participación de la Marina Mercante en el envío de convoys de ayuda a Europa a través del Atlántico.
En un principio, fue concebida como un cortometraje pero debido a las grandes pérdidas sufridas por los barcos de la Marina Mercante en los primeros días de la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el productor Jerry Wald decidió convertirla en un largometraje, para que la trascendencia del esfuerzo marítimo fuera más efectivo de cara al público americano. De hecho, Acción en el Atlántico Norte es una emocionante historia bélica que rinde homenaje a todos esos marinos mercantes y su decisivo papel en el envío de suministros. El veterano Lloyd Bacon fue el director escogido, rodándola enteramente en estudio. Bacon tuvo grandes dificultades a la hora de rodar, debido a la autenticidad de los efectos especiales con tantas explosiones y fuego. De hecho, el propio director estuvo a punto de ahogarse por inhalación de humo. Y es que la película cuenta con una brillantez artesanal deslumbrante, con una gran cantidad de efectos elaborados con impresionante detalle. Ya sólo los primeros 20 minutos con el incendio del petrolero da ejemplo de la tremenda dificultad con esos chorros de gas controlados, con llamas rodeando a actores y técnicos por todos lados. Los retos técnicos de filmar una película de estas características eran de enormes proporciones, más aún con la prohibición de rodar en el mar debido a las restricciones durante la guerra. El departamento de efectos especiales de Warner Bros. estuvo a la altura, con sus miniaturas y factura técnica impecable. Aunque se mezclan imágenes reales, se hace difícil distinguirlas de las rodadas. Detrás de este equipo técnico estaban futuros directores como Byron Haskin, quien 10 años después dirigió la impactante La Guerra de los Mundos y Don Siegel en algunas labores de montaje.
Pero no sólo Acción en el Atlántico Norte vive de sus fantásticos efectos especiales. Bacon además le da un ritmo muy bueno al guión firmado por Guy Gilpatric, que incluso fue nominado al Oscar. Y es que el guión es consecuente con el título, la acción está casi siempre presente. Por otra parte, es curioso observar esos lazos de amistad entre la Unión Soviética y Estados Unidos (no en vano, el objetivo final del convoy es el puerto ruso de Murmansk). En 1943 ambos países eran aliados y posteriormente debido a la guerra fría algunas escenas y líneas de diálogo no eran del todo agradables para la Warner Bros, como ese tovarich llegando al final de la película. Aún así, Acción en el Atlántico Norte juega con la baza de que sus personajes se imponen a cualquier sentimiento político posterior. Bajo ese guión de Gilpatric, vemos la camaradería reinante entre todos los hombres donde se impone el gran Alan Hale, más conocido por sus pelis como compañero de Errol Flynn. Y hace lo que mejor saber hacer: de secundario divertido. El diálogo es inteligente, con personajes bien construidos y diversos.
Sin embargo, hay que contar con un sustento actoral que ayude a dar forma a todo lo relato, actores con carácter como lo son Raymond Massey y Humphrey Bogart. Su relación casi paterno-filial como capitán y segundo oficial respectivamente es buenísima. Massey posee la fortaleza necesaria para tomar decisiones y Bogart deja de lado su cinismo para ser un eficiente y respetado oficial. La complicidad entre ellos y el respeto de los hombres bajo su mando resultan cruciales para atravesar ese oceáno rodeados de submarinos y aviones alemanes. Acción en el Atlántico Norte no engaña a nadie con su propuesta, ni con su título, ni con sus intenciones pero tiene que ser vista dentro del contexto de la época en la cual se realizó la película.
El argumento es apologista del bando estadounidense y aliados en la contienda de la II Guerra Mundial. Filme en blanco y negro de poca enjundia, fotografía bastante oscura y con tan poco entusiasmo en su conjunto narrativo que difícilmente quedará en la memoria de lo gratamente recordado como cosa apasionante.
Narra la historia de un capitán o comandante de la marina mercante, quien junto a su segundo al mando (Humphrey Bogart) y un grupo de marinos enrrolados en un viaje de transporte por mar son primeramente hundidos por torpedos de un submarino alemán (presenta a los alemanes como endiabladamente malos, tanto que que una vez los sobrevivientes estadounidenses se han encaramado a un bote salvavidas el submarino arremete contra ellos partiendo el bote y salvándose los náufragos casi de milagro porque logran alcanzar una resistente balsa de madera) y luego que han sido rescatados de su infortunio vuelven a reunirse todos ellos en nuevo barco y en otra misión contra submarinos alemanes, siendo aquí donde empieza el grueso de este filme.