Sargento Pepper
Sinopsis de la película
Billy Shears, quien conoce a la banda Lonely Hearts Club Band es el nieto del famoso Sergeant Pepper. Será el protector del instrumento mágico de la banda, intentando evitar que los chicos malos liderados por el magnate de la música B.D. Brockhurst lo robe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band aka
- Año: 1978
- Duración: 113
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te detallamos un listado de fuentes de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
4.2
39 valoraciones en total
Estimado Domiciano,
Al parecer, sólo tres más y yo hemos debido ver esta rareza y, para que vamos a engañarnos, buena no es. Sin embargo, me es imposible suspender a una peli con tanto tema de los Beatles interpretados, nada menos, que por los Bee Gees (hay que ver a lo que se prestaban antes). Además, un montón de artistas invitados de los que me sorprende ver (¡Alice Cooper!) hacen que esta cinta malilla se me haga, de algún modo, entrañable. La vi con una sonrisa.
La he visto. Aún no me lo creo, pero es cierto. Esto del Sargento Pepper (Banda de los corazones), basada en el mítico álbum de los Beatles, es uno de los musicales más descabellados que he visto en mi vida. Para ir haciendo una idea al posible lector, he de decir, que es más inteligible y más simple, a nivel argumental, que, por ejemplo, Xanadú, que carece del sentido del humor de La manzana (1980), es más mojigata que ¡Que no pare la música!, menos significativa musicalmente que Por fin ya es viernes, y así podríamos seguir mucho más. Tan solo, por detrás de ella podrían figurar, teniendo en cuenta nada más al cine americano, Horizontes perdidos (1973) por ser un musical muy anacrónico y ortopédico, El extravagante Doctor Dolittle (1967), que aunque mejor que sus remakes era, a todas luces, fallida, y a mayor distancia, la peor de todas, la aburrida y hortera Staying Alive (La fiebre continúa), uno de los peores musicales de la historia.
Entonces, ¿por qué se podría salvar Sargento Pepper y recomendar de forma muy restringida su visionado? Quizás el breve comentario de otro usuario llamado Peter, con el cual coincido, da pistas de ello.
Por cierto, precioso el logo de la Universal que abre el film y que nunca han vuelto a repetir, algo que también ocurría con el logo de la Columbia en Por fin ya es viernes.
Lo llamativo de todo esto, es que hay rótulos que ayudan a descubrir la acción, vamos, que no hay diálogos, sólo la narración en off que corre a cargo del gran George Burns, que tres años años antes se hizo con el Oscar al mejor actor de reparto por La pareja chiflada, premiando así la Academia a un gran actor de toda la vida. También es curioso que ese año, casualmente Burns ruede Movie movie, un buen film y que era uno de los últimos buenos musicales realizados por Donen a la antigua usanza. Seguro que aquí no se vio en otra igual, como también su compañero de reparto Donald Pleasence, en una cuerda casi inusual en su amplia carrera.
Los protagonistas son Peter Frampton y los hermanos Gibb. Quizás esa sea la razón de que no hubiera diálogos, porque la verdad eran pésimos actores. Los hermanos Gibb (que encarnan a unos músicos llamados los hermanos Henderson), estaban en ese momento en la cresta del éxito, gracias a la banda sonora de Fiebre del sábado noche, que también produjo Robert Stigwood. No sé si en señal de agradecimiento, o porque Stigwood dedujo que podían dar más dinero, el caso es que se decidió hacer esta película, todo un fracaso en taquilla. Y es que, como hemos dicho, de todos ellos el único medio pasable era, si me obligaran a elegir, Maurice Gibb, el más payasete de los protas, el que se podía hacer el desmayado o mirar a cámara con sorna. Y el peor Barry Gibb, más preocupado por hacer sombra a Farrah Fawcett que lucía sus bucles a golpe de laca como nadie. Peter Frampton tampoco ayuda actoralmente. Es como un surfero californiano, en la onda de William Katt en Carrie o más bien en El gran miércoles, aunque con el pelo más largo y oxigenado, como luego le siguieron otros rockeros con esa imagen aleonada años después, como los miembros de Europe o Kenny G., aunque este último con el pelo no tan claro y barba incipiente, para presentarse más cercano a un macho alfa.
Divertido está Steve Martin, que es otro de los actores de reparto, en lo que puede parecer un preámbulo de su papel en el curioso musical La tienda de los horrores (1986). Sandy Farina cumple como dulce cantante en la onda de Olivia Newton- John, pero sin igualarla. Supongo que se la eligió para ser una alternativa con ese fin, pero no dio el resultado. Me gustaría no tener que reventar la sorpresa de todos los actores de reparto que en ella aparecen y de los muchos y sorprendentes cameos, que esa es otra curiosidad, en la que sale hasta el mismo productor.
En cuanto a lo insalvable está su coreografía imposible (de Patricia Birch, que en Grease dio resultado y luego, como en esta ocasión, no fue así) o su vestuario, que parece sacado de programas como 300 millones o de los primeros musicales en color de Valerio Lazarov, pero sin su ingenio, claro.
Yo no la vi con una sonrisa, como el usuario anteriormente aludido, la vi en estado ojiplático y es que había ratos además en que me tronchaba. Como antes decía, si se hubieran empleado a fondo y hubieran echado sentido del humor, la hubieran convertido en una obra maestra.
Estupendo el equipo técnico en cuanto sonido, efectos sonoros… los efectos visuales menos (que incluso creo que en una secuencia intentan hacer un guiño a Star Wars, o al menos eso pensé, no queda muy claro) y su fotografía, aunque, eso sí, musicalmente no es muy importante, ya que las canciones adaptadas hay veces en que hacen rechinar los dientes y es donde fallan de pleno, porque aunque sean de los Beatles, es muy importante quien las adapte y para qué cantante.
No me extraña que supusiera un fracaso, aunque aún me sigo preguntando que se le infundió a Roger Stigwood para llegar a producir esto, productor de musicales en teatro como Evita, Pippin o Hair y de películas como Jesucristo Superestar o Grease, aunque si se piensa bien también fue el responsable de Grease 2 o la comentada Staying Alive (La fiebre continúa). Si se hubiera estrenado un par de años después, año en que se crean los razzies, no habría habido película que le hubiera arrebatado la lluvia de premios que le hubieran caído.
Por todo esto, a mí, en el fondo, me ha ganado. De todas las rarezas con las que he disfrutado en mi vida, creo que es la única película mala a la que le doy un aprobado, por eso me he visto en la obligación de hacer este comentario. Y que conste que solamente se la recomiendo a los que gusten de frikadas y a los que carezcan de prejuicios que quieran pasar un rato divertido. Al resto, que va desde cinéfilos a fans de los Beatles, que se abstengan porque no entenderían nada de nada ni tampoco lo fliparían..
Cuando los Bee Gees estaba en la cúspide de la ola musical esta cinta sirvió para que todos sus detractores se les echaran encima y vapulearles. Evidentemente ellos no eran actores, la película era demasiado larga y el guión no era demasiado bueno. Pero si hay algo que salva esta rareza son las canciones y sus interpretaciones. Hoy en día es una curiosidad y como tal hay que verla, aunque no sea imprescindible.
Lo que verdaderamente lamento de esta película es su desacertado guión. Poseía todos los ingredientes para triunfar y convertirse en un musical de culto, y por desgracia se quedó en nada.
Para la mayoría de los críticos de música, el Sargento Pimienta es el mejor álbum de música Pop de todos los tiempos. Ya teníamos un excelente ingrediente. La participación de Peter Frampton, los Bee Gess, Alice Cooper, Billy Preston, Aerosmith, Earth, Wind and Fire etc., nos daba a entender que este iba ser una película musical sin parangón. Y pese a todo lamento decir que me aburrí. Tantos ingredientes buenos pero que Michael Schultz no supo aliñar adecuadamente y gran parte de culpa la tiene el guión de Henry Edwards. Lo peor de todo es que nadie se ha atrevido realizar otra película con este magnifico álbum.
Afortunadamente Julie Taymor si que supo realizar, treinta años después, un trabajo magistral con la música de los Beatles en Across the Universe, y un excelente recorrido por la crónica política y social de los años 60.