¿Quién mató a Vicky?
Sinopsis de la película
Cuando la bella Vicky Lynn (Carole Landis) es encontrada asesinada, la policía detiene al empresario Frankie Christopher (Victor Mature) para interrogarlo. Frankie había llevado a Vicky de ser mesera a ser aceptada socialmente y había organizado toda su carrera hasta que recibió una oferta de Hollywood, justo antes de su muerte. Sólo la hermana de Vicky, Jill Lynn (Betty Grable) tiene las suficientes pruebas para dirigir las sospechas, que apuntaban todas a Frankie, hacia otro lado. Pero el detective dueño del caso, Ed Cornell (Laird Cregar), parece especialmente interesado en él.
Detalles de la película
- Titulo Original: I Wake Up Screaming aka
- Año: 1941
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
6.6
21 valoraciones en total
A las puertas del período clásico del cine negro, esta película del poco conocido Humberstone entronca más bien con el argumento policiaco clásico del quién lo hizo , circunstancia que no impide que sus aspectos formales sean perfectamente asimilables al género negro.
El filme narra una tortuosa investigación acerca del asesinato de Vicky Lynn, una atractiva camarera de night-club que había sido cooptada a futura celebridad por un trío de personajes, entre los que destaca el cazatalentos Frankie Christopher, a la postre principal sospechoso del crimen. Esta trama, aderezada con la relación que va surgiendo entre este último personaje y la hermana de la asesinada, se plantea hábilmente a través de los interrogatorios policiales, que sirven para introducir numerosos flashbacks aclaratorios y presentar a los personajes de la película. Entre ellos destaca, tanto por su presencia como por su concepción, el tenebroso policía Ed Cornell (al principio, durante los interrogatorios, no vemos de él nada más que su silueta), obsesionado con la culpabilidad de Christopher, al que acosa y persigue implacablemente.
Lo cierto es que el guión, pese a contar con aceptables diálogos -sobre todo entre estos dos mencionados personajes-, da pie a un buen número de situaciones bastante discutibles, cuando no inverosímiles, como la pasmosa facilidad con la que todo el mundo entra en las casas de los demás, o lo poco que le cuesta a Christopher ocultarse y moverse por la ciudad cuando supuestamente toda la policía le busca. Otras secuencias, como la de la piscina, no tienen ninguna utilidad para la historia, sirviendo simplemente para que el público contemple las célebres piernas de Betty Grable, que en su día estuvieron aseguradas por un millón de dólares (no sé si ambas o cada una). Además, la resolución del asesinato deja bastante que desear, aunque la motivación de uno de los personajes para encubrirlo resulte interesante.
Las interpretaciones no pasan de correctas, con un Victor Mature que cumple en su primer papel protagonista, pero que como le ocurrirá siempre, no deslumbra, dadas sus limitaciones dramáticas. Algo parecido puede decirse de Grable y de Landis, quien por cierto fue camarera en la vida real, antes de dedicarse con poco éxito a la interpretación. El único que consigue animar la función es Laird Cregar, clavando su papel de policía obsesivo e intimidante, es un actor que a pesar de su corta carrera mostró siempre su capacidad, especialmente recreando personajes inestables a la par que peligrosos, como lo demuestran los recomendables títulos que protagonizó bajo la dirección de John Brahm ( The Lodger y Hangover Square ).
Lo mejor del filme es su calidad formal, que destaca en la puesta en escena, siendo ejemplar el comienzo, con ese interrogatorio magníficamente concebido e iluminado, logrando adecuados efectos dramáticos. La fotografía resulta excelente, tanto en los primeros planos como en el uso de la luz indirecta, alcanzando así mayor expresividad las imágenes, además, gran parte de las buenas impresiones que nos deja el personaje de Cregar se deben a cómo nos lo muestra la cámara, apareciendo de entre las sombras o en contrapicado, acentuando la de por sí imponente presencia del actor.
Carole Landis ha sido asesinada. Victor Mature es el principal sospechoso. Es el mejor colocado de los sospechosos. No tiene coartada y quería al quesito rubio. Pero las penas con pan son menos y se enrolla a la hermana rubia. La hermana rubia no tiene coartada pero es su hermana. Viendo la peli diré que Beetty Grable no mató a Vicky. Tampoco fue Victor Mature. Tampoco fue Carole Landis por motivos varios. Tampoco fue Laird Cregar. Ni William Gargan. Ni ALan Mowbray. Ni Allyn Jolyn. Ni Chick Chandler. Ni Cyril Ring. Si no saben quién es el asesino ni el desenlace ustedes no saben casi nada de la película. Y el asesino está entre nosotros.
Han matado a una rubia, era camarera, y estaba tan buena como su hermana. Todos los que vamos a tomar café allí era por verla a ella. Los sabuesos se ponen en marcha. Al primero al que aplican el tercer grado es al pobre Victor Mature, le estresan tanto que termina haciendo un papel de lo más acertado.
Siguiendo con atención los pasos te encontrarás con un misterioso e interesante caso de asesinato al estilo clásico de las novelas de Simenon, aunque la realidad es que el guion está sacado de una novela barata de un tal Steve Fisher, sin duda perteneciente a la generación perdida (es un auténtico desconocido), lo bueno es que la novela sirvió para una adaptación al cine muy bien aprovechada. Hay mucho de obsesión, mucho de seducción, muchos sospechosos y un poquito de soterrado humor. El aspecto teatral en algunas secuencias y el aire desenfadado te descubre un devenir de la trama menos trágico de lo que sería exigible en el auténtico cine negro, que lo es a pesar de ello.
Lo interesante y el auténtico acierto es el apartado tan conseguido del amor que surge entre la hermana de la fallecida, Betty Grable, y el promotor de estrellas, Victor Mature. Es ese apurado romance de la pareja contra el acoso policial que sufren lo que la convierte en una muy apreciable película.
Interesante película de la segunda división del cine negro donde me he encontrado a un Victor Mature bastante sólido, teniendo en cuenta que me tiene acostumbrado a poner su habitual cara de palo y aquí sale bastante airoso del envite de interpretar a un cazatalentos que se fija en una camarera (Carole Landis, que sale poco) que vive con su hermana (Betty Grable, deslumbrante).
La película se sigue con interés debido sobre todo a su corta duración y a su ausencia de ínfulas, y lo más destacable es la inquietante presencia de Laird Cregar en el papel de un tenaz inspector de policía.
Escena a destacar: Victor Mature con un bañador subido hasta el ombligo, sólo por esa escena merece la pena su visionado.
Arranca mostrándonos a Frankie Christopher (Victor Mature), un tipo muy seguro de sí mismo, al que vemos sometido a un interrogatorio en una sala llena de humo por un grupo de policías que le acusan de haber matado a una modelo llamada Vicky Lynn (Carole Landis), acusación la cual niega y ante la insistencia de que vuelva a relatar su versión, ya tenemos a Frankie contando como empezó todo y empieza la función.
Frankie reunido con unos amigos en un restaurante, donde conoce a la guapa camarera Vicky, y tras un par de cortantes respuestas por parte de ella a insinuaciones de corte donjuanesco y una cierta burla de sus compañeros de mesa, Frankie apostando con sus amigos a que es capaz de llevar a esa deslenguada camarera a la cima social, aprovechando su condición de prestigioso y conectado representante (boxeo, hockey, espectáculos sobre hielo, etc), y Vicky primero triunfando socialmente empujada por sus nuevas y prendadas de ella amistades, y luego tras comunicar a sus rendidos admiradores que había aceptado una oferta de Hollywood y que adiós, muy buenas , hallada muerta con Frankie arrodillado ante el cadáver jurando que acaba de llegar, por su hermana Jill (Betty Grable) en el piso que compartía con ella.
Tenemos un asesinato, la hermana de la muerta que no nos queda muy claro lo afectada que esta con dicho deceso (no sabemos si hay envidia de oficinista mecanógrafa hacia el ascenso social de su hermana, o celos del peripuesto Pigmalión por el que parece sentir algo), a Frankie como el principal sospechoso para la policía, especialmente para el corpulento y de inquietante conducta inspector Cornell (el malogrado Laird Cregar, muerto a los 28 años a causa de una dieta salvaje inmediatamente después de rodar la fúnebre – ver reseña – Concierto macabro 1945 ), un servidor de la ley que utiliza irregulares métodos en su acoso y evidente deseo de lograr mandar a Frankie al patíbulo, y que al igual que los 2 despechados amigos (Robin Ray, un prestigioso actor en horas bajas encarnado por Alan Mowbray, y Larry Evans, periodista de sociedad que también contribuyo al ascenso social de la finada, papel que interpreta Allyn Joslyn) que estaban con Frankie el día que conocieron a la camarera, y Harry (Elisha Cook Jr.) el recepcionista del edificio de apartamentos donde se alojaban las 2 hermanas, bien pudieran estar detrás de la muerte de Vicky.
Sigue en spoiler por falta de espacio: