Piratas del Caribe: En mareas misteriosas
Sinopsis de la película
Cuando Jack Sparrow (Johnny Depp) vuelve a encontrarse con una mujer a la que había conocido años atrás (Penélope Cruz), no está seguro de si se trata de amor o si ella es una estafadora sin escrúpulos que lo está utilizando para encontrar la legendaria Fuente de la Juventud. A todo esto, Jack es capturado por el Queen Annes Revenge, el barco del temible pirata Barbanegra (Ian McShane), que lo obliga a unirse a su tripulación, lo que le hará vivir una inesperada aventura en la que no sabe quién le inspira más miedo si Barbanegra o esa mujer que regresa del pasado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides
- Año: 2011
- Duración: 141
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Opinión de la crítica
5.4
91 valoraciones en total
Cuando los puntos fuertes pierden protagonismo, todo se viene abajo. La cuarta entrega de la saga es sin duda la peor. Para un acérrimo fan de Piratas del Caribe como yo, esta película supone la muerte de la aventura, el fin de algo bonito que se han empeñado en fastidiar al querer estirar el chicle demasiado.
La trilogía originaria tenía puntos fuertes, esos mismos que se han perdido en esta nueva entrega. Comenzando por los personajes, que carecen de carisma y que parecen huecos. Tras ver la película apenas nos acordamos de alguno, cuando de las anteriores películas nos acordábamos de Señor Cotton y su loro, de Pintel y Raggeti (el gordito y el del ojo), del enano y hasta del perro de las llaves. En esta nueva obra no nos acordamos de nadie, excepto de los que ya conocíamos. Resumiendo, personajes planos e insulsos, exceptuando a Sparrow. Como siempre el extravagante pirata es el rey del elenco, aunque es cierto que comienzan a ser previsibles sus locuras y sus gracias empiezan a convertirse en costumbre y pierden frescura.
Otro punto fuerte que ha perdido fuelle (al igual que lo perdió en El Cofre del Hombre Muerto) es el guión. El texto es volátil, no concreta nada. Muchas subtramas sin sentido que no aportan nada al núcleo del film. Además de demasiado diálogo innecesario que ralentiza una película de aventuras que debería ser movidita. Esa lentitud es la que provoca que en ciertos momentos la película pueda hasta aburrirnos. Igualmente, cambiar los personajes y las tramas establecidas en la primera trilogía hace que los seguidores de la saga se sientan distantes, incómodos con estas nuevas aventuras.
Por último la BSO, otra vez por cortesía de Hans Zimmer, sigue siendo una obra maestra que mantiene la esencia de Piratas del Caribe y es una de las mejores cosas que nos deja esta película.
Resumiendo, Piratas del Caribe 4: En Mareas Misteriosas es sin duda la peor de la saga. Tiene muchos más puntos débiles que fuertes, y los puntos que venían fuertes de las películas anteriores van perdiendo su vigor. No os hagáis cruces, esta película se deja ver, pero no es ni de lejos lo que fueron las tres anteriores. El cambio de director y reparto han afectado negativamente.
En la primera película de la saga, dirigida con mano maestra por Gore Verbinski, los protagonistas se veían salpicados por una maldición relacionada con una perla negra. Aquí hay otro ente de color, en concreto un personaje, Barbanegra, pero no es lo mismo, se acaba echando en falta la vieja perla. La que se nos presenta no respira, está embotellada en los recuerdos, cerrada herméticamente sobre si misma e impidiendo que ese algo que convirtió la Maldición en una ‘bendición’ (para el espectador) parezca ahora atrapada en un Cofre de algún hombre (vivo o muerto). Y ni viajando hasta El fin del mundo podríamos recuperar lo de antaño. Rob Marshall toma el relevo de Verbinski y nos dirige, mediante mareas misteriosas, a una cuarta entrega que puede verse de forma independiente pero que no renuncia a canibalizar la mitología anterior de forma vaga, algo pobre, abusando de la nostalgia sin llegar (del todo) a buen puerto. Queda lejos Tortuga.
En mareas misteriosas es pues una especie de reboot que se inicia con un innecesario prólogo en España, dando el salto a Londres tras unos minutos. Ahí recuperamos a Jack Sparrow y se nos pone en situación: la búsqueda de la fuente de la juventud ocupa su mente, aunque no tanto acabar siendo capturado (antiguo amor mediante) y enviado al navío de Barbanegra. Poco más de dos horas (es la que menos dura de las cuatro, aunque es la que más larga se hace) es el tiempo que Marshall necesita para conducirnos por diferentes parajes y devolvernos tras varios años a personajes como Barbossa, aunque eso sí, de forma diferente. El tandem Elliott/Rossio (sobre una novela de Tim Powers) se muestra poco inspirado a la hora de crear tramas y situaciones, consiguiendo que sólo en momentos muy puntuales (como el fantástico bloque de las sirenas) la magia empape la pantalla. Sparrow y Barbossa (sobre todo este último) están muy desdibujados, hay un cansancio evidente. Y los nuevos personajes carecen del carisma de los originales, a pesar de que Cruz y McShane no estén del todo mal en sus roles, de los que no pueden sacar demasiado (dado que tampoco lo hay).
Ni siquiera Hans Zimmer, que en la tercera entrega musicalizaba maravillosamente cualquiera de las escenas, luce aquí demasiado inspirado, recurriendo a remixes de los temas originales de la franquicia e introduciendo guitarra española para darle un toque más castizo. Lo mejor del conjunto es (además del guiño a Balance de los hermanos Lauenstein) la fotografía de Dariusz Wolski, porque de la labor de Marshall tampoco se puede decir demasiado: impersonal, frío, competente en ocasiones y nulo a la hora de mostrar la acción, es algo que se le queda grande, impregnando las secuencias de cortes y no sabiendo medir el ritmo, haciendo que las peleas de espada y tiroteos varios se hagan bastante largas.
(sigue abajo, sin spoilers ni destripes argumentales)
Piratas del Caribe.
Esa saga que es capaz de lo mejor y de lo peor.
La saga cuya primera entrega, La maldición de la Perla Negra, ha pasado a formar parte con todo merecimiento a la historia del cine de aventuras, con su apuesta por una historia 100% clásica, y su mezcla perfecta de misterio, acción, humor y romanticismo. Y la saga con dos secuelas en general mediocres (sobre todo El Cofre del Hombre Muerto, directamente un desastre con patas), que no supieron recoger el fantástico legado y la magia de la original.
Pero los miedos eran infundados a la hora de acercarse a esta cuarta parte. Porque Piratas del Caribe. En mareas misteriosas vuelve por sus fueros más de lo que las dos secuelas previas lograron jamás.
Lo primero que llama la atención es la clarísima voluntad por parte de Bruckheimer y sus guionistas, los inefables Ted Elliott y Terry Rossio, de que todo resulte menos artificioso y complicado. Existe un deseo consciente por recuperar los orígenes de la saga, y por ofrecer algo más sencillo que haga pensar al espectador lo mismo (es decir, no mucho…. Ni falta que le hace), pero sin liarlo tantísimo (nunca comprendí por qué en En el fin del mundo los personajes debían cambiar de bando cincuenta veces… sólo para acabar en el que el público sabe desde el principio). Y la verdad es que se agradece, porque la aventura resulta muchísimo más clara, menos absurda, y permite centrarse en lo que de verdad importa.
Porque, señores, esto es una película de aventuras. Desde el minuto uno, el guión pisa el acelerador y no se detiene hasta el final. Persecuciones, duelos a espadas… todo se sucede con un ritmo endiablado que hace imposible el aburrimiento. El aspecto visual de la cinta, cuidadísimo desde la producción hasta la realización, es otro de los puntos fuertes. Los efectos visuales, obra de ILM, son excelentes, pero quiero destacar lo que sin duda es uno de los puntos fuertes de toda la saga, que es su dirección artística. El diseño de los interiores de los barcos, o de la propia Fuente de la Juventud, dejan la boca abierta.
Rob Marshall, acostumbrado a musicales y melodramas, maneja perfectamente las escenas de diálogo, pero se muestra algo torpón en las de acción. Éste no un género que domine aún, y se nota.
Pero sin duda lo mejor sigue siendo lo de siempre, es decir, Johnny Depp y Geoffrey Rush. Sin duda, y aunque a mí me guste más en otras ocasiones, éste es el personaje para el que Depp ha nacido. Disfruta interpretándolo, y eso se nota. Además, el guión nos ha recuperado la mejor versión de Jack Sparrow, el canalla que todos amamos en los orígenes, sin esos excesos enormes a los que estuvo sometido en las secuelas. Su voz, sus andares, sus gestos, todo es perfecto en esta ocasión.
(Sigo en el spoiler, que no me queda espacio :D)
En serio estoy asombrado de que haya tan pocas críticas negativas sobre esta película aquí en filmaffinity. Yo soy fan de la TRIOLOGÍA de Piratas del Caribe, y esperé con ilusión esta cuarta entrega. Entré en el cine la mar de ilusionado dispuesto a disfrutarla, y me llevé una de las más grandes decepciones cinéfilas de los últimos años.
Esta película definitivamente, no está a la altura de las anteriores. Podía tolerar que faltaran un montón de los personajes originales, (y no me refiero solo a Will y Elisabeth, sino a gran parte del elenco original, incluyendo miembros de las tripulaciones), yo apostaba por los nuevos personajes y nuevas aventuras, frescas y entretenidas. Pero nada de eso. La dirección es decepcionantemente mala, la historia, que podría haber dado muchísimo más de sí, está completamente mal desarrollada, al igual que todos los personajes nuevos. Barbanegra está completamente desaprovechado, no tiene dónde sostenerse. Penélope Cruz está normal, ni correcta ni mal, porqué su papel, como la historia, no da más de si. Las sirenas son falsas y nada creíbles, y el cura que se enamora de Sirenia … ¿A santo de qué han metido esa trama secundaria? En serio, quería liarme a tiros con la pantalla cada vez que aparecían.
No hay nada nuevo ni sorprendente. Barbossa, lo han desmontado. Jack no hace nada nuevo, podrían haberle hecho protagonizar otra increíble aventura o hazaña, pero lo máximo que hace es un par de cabriolas para fugarse de Londres. No aparece la Perla Negra, ni el loro del señor Cotton. Los españoles, a los que tanta importancia se les da enla primera escena, tienen una aportación pobre. La pataleta del personaje de Penélope Cruz al final del filme es penosa, es como si quisiera agarrarse a la fama de Johnny Depp y gritarle a todo el mundo ¡He hecho Piratas del Caribe, quiero mi momento de fama!
Yo no es que tampoco buscase efectos especiales increíbles, o escenas de acción tremendas, pero sí una historia de aventuras que gustase y me hiciera disfrutar de esta continuación, no el bodrio que se han sacado de la manga con esta entrega.
En fin, no vayan a verla, ahorrense una decepción tan grande como me la he llevado yo.
Spin off: se refiere a un proyecto nacido como extensión de otro anterior.
Eso es lo que pasó por ejemplo con Aida, que fue un Spin off de Siete Vidas, o lo que va a pasar con El Gato con Botas, que se hará un Spin off de Shrek.
La película en si me ha gustado, está bastante entretenida y tiene un guión bastante aceptable. La banda sonora sigue siendo espectacular y las escenas de acción de Jack Sparrow (Johnny Depp) siguen siendo buenisimas.
Ahora bien, falta gran parte de la esencia de Piratas del Caribe. Ya no están Will Turner y Elisabeth Swann, falta Cotton y su loro, los piratas Pintel y Ragetti, algun comodoro, y apenas aparecen un instante la Perla Negra y el mono Jack, y es que todos ellos eran gran parte de la esencia de Piratas del Caribe, aunque nadie quita que Jack Sparrow se apoderó de esta saga desde la primera entrega y es ya un personaje mítico del cine de aventuras, pero se echan en falta a esos secundarios de lujo.
Por eso quizás le iría mejor el nombre de Las aventuras de Jack Sparrow: en mareas misteriosas que el de Piratas del Caribe 4: en mareas misteriosas .
P.d: Al menos sigue apareciendo Hector Barbossa (Geoffrey Rush), que siempre es un gustazo verlo en pantalla.