Nunca digas nunca jamás
Sinopsis de la película
La temible organización criminal Spectra ha ideado un ingenioso plan que le permite conseguir dos proyectiles nucleares, los cuales harán estallar si el gobierno no cede a su chantaje. El agente 007 se encargará del caso…. Tras varias entregas protagonizado por Roger Moore, Sean Connery vuelve al papel de James Bond -y a combatir a la organización Spectra y sus planes nucleares- en una nueva versión de Operación Trueno.
Detalles de la película
- Titulo Original: Never Say Never Again
- Año: 1983
- Duración: 137
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Opinión de la crítica
Película
6
63 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alec McCowen
- Anthony Sharp
- Barbara Carrera
- Bernie Casey
- Billy J. Mitchell
- Derek Deadman
- Edward Fox
- Gavan OHerlihy
- Guido Adorni
- Jill Meager
- Joanna Dickens
- Kim Basinger
- Klaus Maria Brandauer
- Lucy Hornak
- Manning Redwood
- Max von Sydow
- Michael Medwin
- Pamela Salem
- Pat Roach
- Prunella Gee
- Robert Rietty
- Ronald Pickup
- Rowan Atkinson
- Saskia Cohen Tanugi
- Sean Connery
- Sylvia Marriott
- Tony Alleff
- Valerie Leon
- Vincent Marzello
¿Por qué el dinero corrompe? ¿Por qué existe la competencia?¿Por qué Connery quien había salido de la serie profanando a diestro y siniestro su desdén por el personaje vuelve a sus raíces?¿Por qué se dice que la película es un remake cuando en realidad es un vil entrenimiento original?¿Por qué se nos muestra al principio a un Bond sin agallas, ni fuerza, ni coraje, ni valor para luego darle la vuelta a la tortilla como arte de magia?¿ Por qué tuvo que hacerse este film para rivalizar con el Octopussy de ese mismo año, al cual éste film ganó la batalla?¿Por qué resulta tan instrascendente y falto de garra que nos hace pensar que no es un film de Bond?¿Por qué?
Sin duda es un film cargado de nostalgia por un personaje como James Bond que no pasa de moda y esto aumentado por los años que caen sobre Sean Connery y la demostración de que todavía a esas alturas de los ochentas con todo y peluquín su actuación llenaba los zapatos del agente 007. La banda sonora cobija esta nostalgia en esta póstuma actuación de Sean como el agente británico al servicio de su majestad
¿Cuáles son las similitudes entre el aceite y el agua? Pues básicamente son dos: que ambos son líquidos y que sus nombres empiezan por la letra A . Pero si los unes el aceite siempre queda por encima del agua, y por mucho que te esfuerces nunca van a mezclarse.
Esto es lo que ocurre con esta película, que si bien nos ofrece la oportunidad de ver de nuevo a Sean Connery encarnando al agente más famoso del mundo entero, no lo hace como nos tenía habituados en sus anteriores films. Como le pasaba a Moore en 1983 y su Octopussy, vemos a un Bond fondón y camino de abueletes, que más que emoción dan algo de pena. Ambas se disputaron las taquillas de ese año, pero Octopussy, por pertenecer a la saga oficial de 007 se llevó el gato al agua, y obtuvo una mejor recaudación de taquilla.
Hay que decir que si Octopussy es mejor en cuanto a la parte técnica, Nunca digas… es mejor en la parte artística. Ambas son películas que si bien no aportan nada nuevo, dan al espectador el gusto de no ver muertas las expectativas que se sitúan en este personaje tan carismático del panorama de intriga y acción.
Para más ver, estamos tratando sobre una película que pretende ser original, pero que cae en el mero hecho de ser un remake, más o menos visto de Operación Trueno, repitiéndose incluso los nombres, aunque el recorrido de la historia, en muchas ocasiones tome un giro distinto de la original, pero con el mismo tema central de fondo.
Es cuanto menos una de las películas más singulares que podemos ver sobre el universo de 007, aunque se echa en falta la presencia de tantos secundarios que nos ofrecen en la saga oficial esa simpatía que nos atrae.
Aún así se deja ver, siempre y cuando no vayas buscando algo muy fiel a la oficialidad de la serie, y realmente los secundarios están bien, aunque no en demasía, pero ¿qué se le va a hacer? Tengamos en cuenta que esta no pertenece a la United Artists, sino que es de Orión, por lo tanto habrá que perdonarles algunas incoherencias en esta temática.
Basinger y Connery forman una pareja realmente curiosa, porque parecen abuelo y nieta, pero ¿y si no encontraron nadie más a la altura? ¿Y si de lo que se trataba era de relanzar carreras y no se encontró otra forma de hacerlo? En fin, no hay que tomarlo muy en serio, si no, no disfrutarás del resto del apartado artístico de la cinta.
Ultimamente me he aficcionado a ver películas de James Bond y esta era una de las pocas que me quedaba por ver, tampoco me molestaba que Connery apareciese algo envejecido así que la he visto con la esperanza de que gracias a sus avances técnicos mejorase algo a su original operación trueno. Para nada, es normal que los incondicionales del personaje renieguen de ella. El primer fallo de la película lo tiene el ritmo, que no es el adecuado para una película de James Bond, se nota que los responsables tratan de conseguirlo pero no les da resultado. El principio es una estupidez, las peleas son muy cutres para haber sido rodadas en el 83, M ahora es un gilipollas, la banda sonora es PÉSIMA y además hay escenas muy ridículas como la partida al videojuego donde se juegan millones de dólares o esa en la que escapan de una fortaleza tirándose al agua con un caballo ( brillantemente parodiada posteriomente en mentiras arriesgadas). Es molesta también la presencia de Rowan Atkinson haciendo de subnormal (como no podía ser de otra forma) así como el intento de acercarse a Indiana Jones en algunas escenas. Connery está bien y tiene puntos graciosos, pero lo que no se puede negar es que esta película se centra demasiado en su lucimiento lo que llega a resultar pesado. Las chicas bond no están nada mal y el villano psicótico resulta correcto pero a parte de eso no lo encuentro nada que destacar. Una de las peores que he visto de James Bond pertenezca a la saga o no.
Remake descarado de la película de 1965 Operación Trueno , preferible al original, debido sobre todo a la superior categoría de los malos malísimos de turno, un convincente Klaus Maria Brandauer como el filántropo-criminal Largo, y una esplendorosa Barbara Carrera como Fatima Blasch, una auténtica mantis religiosa aficionada a follarse a sus futuras víctimas. Se agradecen los 18 años que han pasado desde la edición del antiguo film sesentero en los detalles técnicos y efectos especiales, aunque a nuestro 007 le hayan tenido que poner un peluquín para cubrir su alopecia galopante.
Pese a que Nunca digas nunca jamás ha sido denostada a no más poder por la critica, connerianos, moorianos y marcianos, merece bastante más que el suspenso general y borreguero que se ganó en su época por coincidir con Octopussy , la entonces coincidente nueva entrega de 007 a cargo del no menos sensacional Roger Moore. Bueno, y también tenemos a una resurgente Kim Basinger enseñando curvas y algo de carne, que también se agradece. Lástima que en los últimos veinte minutos finales, la cosa acabe siendo demasiado convencional y previsible.
Lo dicho, un Bond fondón sigue siendo el puto amo. Yo quiero ser como él.